La Iglesia de San Jorge de Topola (Serbia)


La Iglesia de San Jorge de Topola, más conocida como la Iglesia de San Jorge de Oplenac (Crkva Svetog Đorđa na Oplencu) se encuentra situada en la ciudad de Topola; en las laderas del monte Oplenac, a 100 kilómetros al sur de Belgrado en una zona de viñedos. Dicen que Topola se encuentra anclada en el tiempo, más concretamente en la Serbia del siglo XIX. Rodeada de bosques frondosos en el mismo corazón de la provincia central de Šumadija, Topola puede presumir de acoger en el interior de la Iglesia de San Jorge, el Mausoleo Real de los Reyes de Serbia.


El templo ortodoxo de San Jorge fue construido entre 1903-1912 por orden de Pedro I en estilo serbio-bizantino por el arquitecto Kosta J. Jovanović. El exterior del edificio está revestido de mármol blanco de la ciudad serbia de Venčac, presenta 5 cúpulas y un fantástico interior cubierto por 40 millones de teselas reproduciendo en mosaico, los frescos antiguos de 60 monasterios de la Serbia medieval. Sólo por ver esta maravilla vale la pena un viaje a Serbia, quien adore los mosaicos bizantinos de Hagia Sophia en Estambul sabrá a qué me refiero. 


El suelo de mármol multicolor fue elaborado en la ciudad alemana de Múnich y su contemplación no debe evitar que descubras cada detalle de la nave central. Tronos de mármol verde con incrustaciones de madreperla, una gigantesca lámpara de varias toneladas y los detalles de las más de 15.000 tonalidades que dicen tienen los mosaicos de la Iglesia de San Jorge. Aquí tienes una vista de 360º de la Iglesia de San Jorge de Oplenac.


La cripta de la dinastía Karadjordjević se sitúa bajo el suelo de la iglesia, aquí se encuentran las tumbas de una veintena de miembros (6 generaciones) de la dinastía real serbia. Los últimos restos mortales en llegar fueron los del príncipe Andrej Karadjordjević (hermano de Pedro II; último rey de Yugoslavia que también reposa aquí). En el mausoleo también reposa Djordje Petrovic (fundador de la dinastía Karadjordjević), la reina María de Rumanía (madre de Pedro II), la reina Alejandra de Grecia (esposa de Pedro II, prima de la reina consorte Sofía de Grecia y Dinamarca), el príncipe Aleksandar Karadjordjević (padre de Pedro I) y el rey de Yugoslavia Aleksandar I Karadjordjević (padre de Pedro II).


El Mausoleo de la dinastía Karadjordjević está considerado uno de los monumentos más importantes de la cultura y patrimonio de Serbia. Los mosaicos que cubren sus paredes y el silencio que envuelve los pasillos se tamizan por una tenue luz brillante que te transporta hasta la Rusia de los Zares, la apasionante Venecia y la mágica Constantinopla. Si alguna vez te preguntaste qué ver en Serbia, la respuesta es: la Iglesia de San Jorge de Oplenac

Esta visita no hubiera sido posible sin la ayuda de Jaume Aloy, Glob Metropoliten Tours y Vueling que hicieron posible el Fam trip a Serbia ¡gracias!. Todas las publicaciones de este viaje se pueden seguir en Redes Sociales con el hashtag #GlobSerbia2015.


La Ruta del Cister es un triángulo con corazón en Montblanc

La Ruta del Cister
La Ruta del Cister comprende el Monestir de Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges

La Ruta del Cister se localiza en un triángulo isósceles imaginario situado en Catalunya. Sus tres vértices principales señalan los tres grandes monasterios medievales cistercienses. La Ruta del Cister engloba además la cultura, tradiciones y paisaje de 65 municipios de las comarcas del Alt Camp y Conca de Barberà en Tarragona y de la comarca del Urgell en Lleida. 

Viñedos, olivos y almendros serán una constante en el paisaje y también en los productos de los platos más típicos de la gastronomía que se puede disfrutar en sus restaurantes. En el corazón de esta ruta, se eleva con orgullo, la legendaria ciudad de Montblanc de la que podéis descubrir mis 25 sugerencias para conocerla a fondo. Montblanc es un buen lugar para tomar como base de operaciones si se quieren visitar con detenimiento los monasterios que componen La Ruta del Cister en Catalunya:

Monasterio de Poblet


La Ruta del Cister
Panteón de los reyes de la Corona de Aragón

El Monasterio cisterciense de Santa María de Poblet sigue en la actualidad con su vida monástica en activo. Es además de un centro de espiritualidad y un centro cultural, el Panteón de los reyes de la Corona de Aragón. Destaca un importante legado gótico y bellas muestras románicas. No hay que perderse la Capilla de Sant Esteve, la sala capitular y el claustro de la abadía con su pequeño pabellón dotado de una fuente de época románica del siglo XII. Puedes leer más sobre mi visita al Monestir de Poblet, aquí

Monasterio de Santes Creus


La Ruta del Cister
La decoración del claustro se aleja de las reglas de la orden cisterciense

Antiguo e importante monasterio cisterciense, obra de transición al gótico, que ha conservado bellas muestras románicas, como diversas portadas y ventanales. Destaca el templete octogonal del gran claustro gótico, los espectaculares sepulcros reales de la Corona de Aragón y las vidrieras góticas del siglo XIV con escenas de la Biblia de la Iglesia de Santa María. Puedes leer más sobre mi visita al Monasterio de Santes Creus, aquí

Monasterio de Vallbona de les Monges


La Ruta del Cister
La Sala Capitular del Monasterio de Vallbona de les Monges conserva hermosas vidrieras

El Monasterio de Santa María de Vallbona de les Monges es un monasterio cisterciense femenino aún en activo. El importante conjunto monástico es una obra de transición al gótico, aunque quedan restos de época románica en el ábside, la puerta del crucero norte que también ha conservado un bello relieve de tema mariano y en las alas sur y este de su magnífico claustro. Puedes leer más sobre mi visita al Monasterio de Vallbona de les Monges, aquí

Cada monasterio de la Ruta del Cister es distinto, pero están unidos por una práctica que se pierde en los siglos. Estas abadías conservan rincones que vale la pena visitar tranquilamente, poco a poco.

El estilo cisterciense


La Ruta del Cister
En la arquitectura cisterciense la sobriedad y la luz son elementos imprescindibles

Después de la reconquista de Toledo en el año 1085 por Alfonso VI de León; crece por toda España un estilo románico exuberante en sus líneas escultóricas. La proliferación de formas hará exclamar al monje Bernardo de Claraval (un personaje muy influyente en su época) que se debía apostar por un estilo más sobrio, donde predominara la arquitectura sobre la escultura

Así nació el estilo cisterciense, donde la línea recta y la luz son las verdaderas protagonistas. Los espacios arquitectónicos bien depurados tienen escasos elementos decorativos. Esta austeridad extrema, incrementa los juegos misteriosos de luces y sombras del interior de los templos. Gracias a los grandes ventanales y a los arcos apuntados que hacían posible su proliferación, las iglesias estarán cada vez más y mejor iluminadas.

La vida monástica cisterciense


La Ruta del Cister
La Regla principal de San Benito es: Ora et labora

Los cistercienses fueron monjes que renegaban de la vida “disoluta” y “lujosa” de los cenobios benedictinos del siglo XI y se aferraban a los inicios de la Regla principal difundida por San Benito: Ora et labora (oración y cultivo de la tierra). Había una necesidad de regresar a la austeridad, tanto en la vida monacal como en la arquitectura. Los principios “minimalistas” de la orden monacal alcanzarían hasta el campo de la construcción ¡ríete de la Escuela de la Bauhaus!

La Ruta del Cister
La sala capitular de los monasterios cistercienses se utilizaba para las reuniones monacales con el abad

Ramon Berenguer IV, Conde de Barcelona, vio en la construcción de los monasterios una oportunidad para subrayar que aquellas tierras ya no eran de los sarracenos. En el año 1153 la orden cisterciense tenía 350 abadías, alcanzando su máximo apogeo con la posesión de un total de 740 monasterios. En la actualidad, en los pocos monasterios que aún hay habitados, aún se celebra la Liturgia de las Horas, como hace cientos de años lo hacían los cistercienses. A las 6 de la mañana toca maitines, a las 8 laudes, a la 13 sexta, a las 15:45 nona, a las 19:30 vísperas y a las 21:15 completas. El horario de misa es a las 8:30 los días laborales y a las 11 los días festivos.

Más información: Existe una entrada conjunta para visitar los 3 monasterios de La Ruta del Cister que cuesta 15 € (tarifa actualizada en 2020) y tienes un año de plazo para utilizarla. Web: La Ruta del Cister.

Si buscas un alojamiento rural te recomiendo dormir en la Casa Rural El Clos de Conesa.

Anécdotas de algunos de mis viajes “más peligrosos”

Siria
A la izquierda estoy en Siria y a la derecha en Yemen

Hablar de anécdotas viajeras es hablar de situaciones divertidas, algo rocambolescas, pero que, afortunadamente, acaban bien, al menos de momento... Algunas de las experiencias que recuerdo con más cariño sucedieron junto a mi infatigable compañera de viaje, mi hermana Roser. Creo que tenemos el don de vernos involucradas en este tipo de “fenómenos viajeros”. 

Cuando la mayoría de los medios de comunicación nos informan de lo mal que está el mundo y nos meten el miedo en el cuerpo, sigo intentando, desde el blog de viajes de Planeta Dunia, hablaros de lo vivido en esos países tachados de “peligrosos”. Por desgracia, Yemen y Siria en estos momentos sufren una guerra, pero hubo un tiempo en que esos países vivían en paz. 

No hace falta que haya una guerra de por medio para que el desconocimiento y el miedo se impongan en el mundo de los viajes. Todo es demasiado frágil y voluble; los acontecimientos mundiales afectan a la sociedad en la que vivimos. Detrás de cada viaje hay muchas personas anónimas que hacen que unas vacaciones se vuelvan inolvidables. ¿Quieres conocer a nuestros ángeles de la guarda?

Mi anécdota viajera en Yemen


Yemen
Mi hermana y yo en Yemen antes de que estallara la guerra

Uno de mis preciados recuerdos viajeros ocurrió en Yemen, uno de los países más maravillosos que he tenido el placer de visitar y conocer. Fue un viaje muy especial por la naturaleza del país, la forma de hacerlo y por lo que nos encontrábamos a cada paso. Una tarde, mientras visitábamos con tranquilidad una de tantas localidades montañosas de Yemen, encontramos un grupo de mujeres (sin hombres a la vista) tapadas por completo con uno de esos velos negros tan llamativos a los ojos occidentales. 

No dejaban de observarnos con cierta curiosidad, y al acercarnos un poco más a ellas, las saludamos en árabe. Enseguida se acercaron a hablar con mi hermana y conmigo. Es una de nuestras “habilidades viajeras”: intentamos aprender unas cuantas palabras de cortesía en el idioma del país que visitamos. Después, cuando entablan conversación con nosotras, lo flipamos en colores, y a veces no podemos continuar la conservación. Como el día que nos preguntaron dónde se encontraba una calle en Amán, como si fuéramos jordanas. 

Yemen
Mujer yemenita señalándome un huerto de higos chumbos

A aquel grupo de mujeres enseguida se le acercó un numeroso grupo de niños y niñas de todas las edades, en feliz algarabía. Sentíamos tanta curiosidad por lo que nos trataban de contar, y ellas tanto interés por entablar conversación, que los gestos y las palabras en varios idiomas nos sabían a poco. Minutos más tarde, se formó un corrillo de más mujeres y montones de niños, ¡parecía una fiesta! 

Con gesto decidido, una de las mujeres nos señaló su huerto y nos ofreció comer unos higos chumbos que se apresuró a pelar para nosotras. Entonces recordé que unas horas antes habíamos comprado una bolsa de galletas locales, y las saqué de mi mochila para compartirlas con nuestro pequeño grupo yemenita. De repente, habíamos improvisado una merienda campestre en las montañas del Yemen. ¡Con la que está cayendo ahora por esa tierra, maldita guerra!

Yemen
Un grupo de mujeres y niños yemenitas nos llevan a su casa

El guía local de Ambar Viajes se acercó para decirnos que debíamos irnos. Las mujeres, al ver que era yemenita y hablaba nuestra lengua, le preguntaron lo que acababa de decir y le pidieron que, por favor, les hiciera de intérprete. Querían invitarnos a su casa, enseñarnos dónde vivían y querían que tomáramos un delicioso té yemenita

Tras poner unos ojos como platos (en mi interior estaba dando saltos de alegría y gritando “por fa, por fa mami, déjame ir”), intercambiaron una parrafada que no entendimos, y el guía, muy serio, nos dijo: -Es una gran oportunidad para ustedes entrar en una casa de Yemen. Les dejaremos un jeep con chófer en la puerta, tomen el tiempo que necesiten, él esperará el tiempo que sea necesario, pueden estar tranquilas. Aún pienso cómo pudo ser, cómo sucedió, si salté o grité de júbilo...

Yemen
La familia yemenita que nos enseñó su casa, nos presentan a su vaca

Nuestro viaje a Yemen sigue vivo en lo más profundo de nuestro corazón gracias a la gente que fuimos encontrando en el camino. Aquella tarde sigue presente en mi memoria, algo caprichosa y selectiva. En la intimidad de su casa, aquellas mujeres se sacaron el velo y nos mostraron sus rostros, los más bellos del mundo. 

Bailamos al son de la música sobre una estancia forrada de alfombras, bebimos té mientras nos mirábamos las unas a las otras y reíamos. ¡Era tan extraño que estuviéramos allí! Recorrimos estancia por estancia aquella casa-torre de las montañas del Yemen, nos mostraron cada pequeño detalle de su vida. La cocina, la despensa, cómo funcionaba el agua corriente, aquella tomatera que tenían plantada en lo alto de su casa y el resto de plantas de la azotea, las vistas y el paisaje. 

Nos enseñaron hasta su querida vaca, que estaba descansando en el establo, orgullosas de semejante tesoro (nosotros quizás les hubiéramos enseñado el coche, somos unos pobres imbéciles). Pero ellas eran las reinas de la casa, de eso podéis estar seguros. Para ellas era un honor recibirnos, pero el honor y la fortuna fueron nuestras. Un pedacito de mi corazón se quedó en Yemen, en aquella casa de las montañas, y sigue sufriendo cada vez que recuerda que viven una guerra sin ningún sentido. Al menos, no uno lo suficientemente racional para mi alma.

Mi anécdota viajera en Siria


Siria
Mi hermana y yo vestidas con un traje sirio en la jaima de un comerciante sirio

El año que viajé a Siria, los “grandes” Estados Unidos de América (que “extrañamente” están metidos en todas las guerras) habían declarado a Siria parte del “Eje del Mal”. Las Torres Gemelas habían sido abatidas y parecía que se obstinaban en encontrar un culpable para eliminarlo. Con toda la tecnología de ciencia ficción de la que disponen, y viviendo en el siglo XXI, aún se mezcla terrorismo, musulmanes, Oriente Medio, talibanes y Corán. 

En aquel viaje por tierras de Oriente Medio, el único mal que encontré fue un tremendo caos en el Aeropuerto Internacional de la Reina Alia, en Amán y el abandono “literal” por parte del guía local de Marsans, que se fue a celebrar una fiesta de cumpleaños para su hijo y se largó antes de que el grupo embarcara en los mostradores de Royal Jordanian Airlines. 

Ambar Viajes 1 - Marsans 0

Aleppo
La maravillosa ciudadela de Aleppo antes de la guerra

Para cuando nos quisimos dar cuenta, mi hermana y yo estábamos sufriendo nuestro primer overbooking (y, de momento, el único), lo que retrasó nuestro viaje de regreso a casa 4 días. Pero esa no es la historia que os quiero contar. Mi anécdota preferida en Siria transcurre en la maravillosa y actualmente bombardeada ciudad de Aleppo. En Aleppo vivimos muchas aventuras, como la de comprar una mesa taraceada en el Souk (mercado). 

Lo difícil no fue regatear, sino meterla en la maleta. Mientras regateábamos en el Souk de Aleppo, el vendedor nos invitó a sentarnos en unos taburetes de plástico, en mitad de la calle del mercado. Mientras bebíamos un té, los burros pasaban detrás de nosotras, cargados de mercancía. Otra anécdota es la fantástica noche veraniega pasada frente a la Fortaleza de Aleppo iluminada, mientras fumábamos una pipa de agua. ¡Dios, qué ciudad más hermosa! 

Aleppo
Cúpula en la sala de descanso del hammam de Aleppo

Aquella tarde, en Aleppo, habíamos tenido la gran suerte de entrar en un auténtico hammam. Como os podéis imaginar, viajar a Siria en el año 2003 era viajar a un país muy auténtico, nada masificado por turistas. En el Hammam Yalbougha Al Nasery Syritel, para mujeres, los techos eran de madera con incrustaciones de nácar y suelos de mármol. Nos sumergimos por un instante en los harenes del Imperio Otomano del siglo XVI. 

Aquella atmósfera caliente y húmeda de las salas, levemente iluminadas y alegremente alborotada por las mujeres alepinas, reunía a un buen número de rechonchas mujeres encargadas de masajearnos. Ataviadas simplemente con un ligero lienzo de algodón de cuadros rojos y blancos a modo de toalla, que se aferraba a los pliegues de la piel por su propia humedad. 

¡Nunca había visto tanta cantidad de carne femenina al aire! El tamaño de aquellas mujeres sirias que atendían en los “masajes era considerable, y nunca me sentí tan ligera como con aquellos giros que me daban sobre el suelo de mármol de la sala caliente, como si fuera una tortilla a la francesa. 

Mientras me dejaba hacer y manipular (cualquiera les plantaba cara), me restregaron todo el cuerpo con una áspera esponja jabonosa, hecha de hilo de esparto o algo similar, que nos habían dado en la entrada. No entraré en más detalles, que este artículo de viaje ya es bastante raro de por sí, pero no os podéis imaginar lo sucios que vamos los occidentales por el mundo. ¡Menudo peeling salvaje me hicieron! Una exfoliación en mayúsculas, like hamburguer, vuelta y vuelta. 

Aleppo
Hammam Yalbougha Al Nasery Syritel

Después de aquella paliza exfoliadora y tonificante, nos invitaron a beber té en una sala donde reposábamos envueltas en toallas y en felicidad. Hoy me parece un recuerdo tan lejano en el tiempo como irreal. No puedo dejar de preguntarme si toda aquella gente que me encontré sigue viva, como la pequeña niña siria que le dijo a su mamá que quería hacerse una fotografía con nosotras, y tras pedírnoslo, posó con nosotras con una gran sonrisa. Estaba tan contenta de ver que en el hammam de su ciudad había mujeres extranjeras, que no pudo evitar sentirse orgullosa. Así es como posamos para una fotografía en Oriente Medio, vestidas sólo con una toalla.

Dadas las características de estas anécdotas de algunos de mis viajes "más peligrosos", no dispongo de las fotografías de los momentos más top, como dentro del hammam (¡ya me gustaría!). Lamento que la calidad de las imágenes que acompañan este artículo de viajes no sea la habitual, pero la cámara fotográfica de mi viaje a Siria era analógica y la de Yemen era mi primera cámara digital; una Kodak DX3900 de 3.1 megapíxeles.

Si te gustan las anécdotas viajeras te invito a leer: Anécdotas de algunos de mis vuelos.

Por qué Planeta Dunia es embajadora de Alzola #BasqueWater


¿Qué hace una viajera promocionando una marca de agua? ¿Por qué Planeta Dunia es embajadora de Alzola Basque Water? Esta es una historia de amor, no sé si estás preparado para escucharla. El agua de Alzola es agua de manantial, de manantial vasco. Nace en un lugar especial, muy cerca del Geoparque de la Costa Vasca. El Macizo de Izarraitz es el encargado de absorber el agua de lluvia y de retenerla en las entrañas del Planeta durante dos décadas, para dejarla aflorar después de un largo viaje, en el antiguo Balneario de Alzola. Alzola es una agua viajera, 25 años de viaje por la Tierra le confieren sus características especiales. ¡Like me!


Pero además, a Alzola y a mí nos une la misteriosa Espiral del Agua, un amor físico y espiritual por la Madre Naturaleza que se arraiga en los Dioses del Agua, como Deba; el nombre del río que pasa por Alzola y que recibe toda el agua del manantial que no es embotellada. Deba en Euskadi o Deva en Asturias, Cantabria y Galicia, es un nombre de origen celta que significa Diosa del Agua. ¿Y qué crees que significa mi nombre viajero Dunia?. ¿Qué hay más natural que el agua? ¿Quieres transparencia? toma agua Alzola y mira mi rostro sin maquillajes, mira mi cabello sin tintes y sigue mis palabras directas y sin florituras.

¿Entendéis ahora qué nos une a la mejor agua del mundo y a Planeta Dunia?


Si eres una empresa y buscas un embajador para tu marca te sugiero que te dejes fluir y que pienses menos en los números y hagas algo pensando con el corazón. A veces la Tierra reúne parejas extrañas y que por alguna extraña coincidencia resultan ser las correctas.
Para aquellos que estén pensando en hacerse embajadores, quizás les interese saber que a veces el buscarlo no funciona. El envidiar a los demás lo que hacen ya interfiere en la energía positiva del Universo. Ni Alzola, ni yo planeamos esta relación que dura ya casi tres años. Ambos nos dejamos fluir y surgió la colaboración, un win & win natural, sin presiones, obligaciones, mucho cariño, humildad y ganas de ayudar. ¡Be Water my Friend! Esa relación de amor, única y especial, nos ha llevado a ganar un Premio de Marketing, sin contar con Oficina de Comunicación, ni una estrategia numérica de hitos y presiones. Si crees que tienes madera para ser embajador de marca, quizás te interese leer mi decálogo.

Decálogo de un embajador
  1. ¿Sientes a la empresa que representas como parte de ti, de tu vida o tu crecimiento?
  2. ¿Identificarías el producto que representas entre sus competidores? Planeta Dunia es capaz de saber en una cata a ciegas de agua, cuál es el agua Alzola.
  3. ¿Verás las curvas, los reflejos, el color de ese producto y buscarás la manera de realzarlos en una fotografía, aunque haga falta cien fotos hasta encontrar la perfecta?
  4. ¿Harás locuras, bromas, chistes, juegos de palabras, miles de retoques, distintos encuadres para intentar superarte cada día y sorprender con una nueva obra de arte?
  5. ¿Entenderás la historia de la empresa, su edad y su trayectoria, su magia y su parte humana?
  6. ¿Serás transparente, natural, sin politiqueos e intereses egoístas escondidos?
  7. ¿Alcanzarás el contacto humano y sincero con la gente que hace posible y que trabajan duro para levantar la empresa?
  8. ¿Tendrás ganas de ayudar en lo que haga falta, trabajar sin horario y ser consciente de tu responsabilidad?
  9. ¿Te sentirás luchador, amigo, embajador y misionero?
  10. ¿Llorarás con cada despedida y agradecerás cada reencuentro?

Si has contestado afirmativamente estás preparado para ser embajador de una marca.

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