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Vista general de la Basílica románica de Saint-Just de Valcabrère |
Enclavada a apenas 600 metros al este del antiguo asentamiento romano de
Lugdunum Convenarum, la
Basílica románica de Saint-Just de Valcabrère se alza como un singular testimonio de la historia europea. Construida en el siglo XII sobre un antiguo recinto funerario del siglo IV, esta basílica, declarada
Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998, junto con otros 68 monumentos del Camino de Santiago en Francia, combina con armonía los vestigios del mundo clásico con el arte románico.
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Losa incrustada en el muro exterior, al lado izquierdo de la puerta de entrada |
El lugar, que en época romana fue
una necrópolis pagana y más tarde un
cementerio paleocristiano, pronto se
convirtió en un centro de devoción,
quizá impulsado por la veneración de alguna tumba cristiana. Los peregrinos que
recorrían la vía de Arlés hacia Santiago de Compostela encontraban aquí una
etapa de descanso y oración, en plena encrucijada de caminos: la ruta de la
montaña, la llanura que conectaba Dax con los Pirineos y la vía fluvial del
Garona.
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Bajorrelieve en mármol donde aparece un legionario con lorica segmentata |
La originalidad de Saint-Just
radica en el uso de materiales
reutilizados procedentes de la antigua ciudad romana: bloques de mármol,
columnas, capiteles y fragmentos de frisos que, lejos de desentonar, refuerzan
el carácter atemporal y monumental del templo. Recorrer sus muros es viajar,
piedra a piedra, por más de dieciséis siglos de historia.
Las etapas de la construcción
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El elemento más tardío es el imponente campanario, levantado en el siglo XIV |
La historia constructiva de la
Basílica de Saint-Just de Valcabrère no está del todo documentada, aunque los
estudios coinciden en situar sus principales fases de construcción entre
finales del siglo XI y comienzos del XIII. La única excepción es el imponente campanario, levantado en el siglo XIV,
dotando de solemnidad al conjunto arquitectónico. De este largo proceso
constructivo solo se conocen dos fechas con certeza.
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Bajorrelieve en mármol blanco incrustado en el muro exterior de la basílica |
La primera corresponde al
año 1083, cuando Bertrand de
L'Isle-Jourdain, obispo de Comminges —posteriormente canonizado como San Bertrán en 1309—, celebró misa en este lugar y residió
cerca de la basílica, lo que sugiere la existencia de un culto ya establecido. La segunda, documentada con
certeza, es octubre de 1200, cuando el obispo de Comminges Raymond-Arnaud Labarthe consagró el altar mayor, como lo atestigua un pergamino encontrado en su
mampostería.
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Nicho funerario del siglo XIV en la esquina derecha exterior de la basílica |
En 1387, la basílica contaba con un
capítulo de canónigos formado por
cuatro miembros, una comunidad que continuó la tradicional función litúrgica y custodia del lugar. De esa misma época data el nicho funerario del siglo XIV situado en la esquina derecha exterior de la basílica, un vestigio que recuerda el papel del templo como lugar de enterramiento y la relevancia espiritual que alcanzó en la Edad Media.
El portal del cementerio
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El arco del portal está rodeado por un friso |
El portal del cementerio es lo
primero que veremos, ya que sirve de puerta
de acceso al recinto de la Basílica románica de Saint-Just de Valcabrère. Se
trata de un montaje singular formado por elementos arquitectónicos
heterogéneos, probablemente procedentes del antiguo convento franciscano de
Valcabrère, (Couvent des Cordeliers),
destruido tras la Revolución de 1789, o del claustro desaparecido de la
basílica.
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Crismón románico del portal del cementerio, símbolo de Cristo y la eternidad |
A la izquierda del portal destaca
un crismón románico tallado en
piedra, uno de los símbolos más característicos del arte cristiano medieval.
Este motivo, formado por las letras X (ji) y P (rho), iniciales del nombre
de Cristo en griego (Christos), solía
colocarse para recordar al visitante que estaba entrando
en un espacio sagrado. A veces, los brazos de la cruz podían estar rematados por
los símbolos de alfa (Α) y omega (Ω, ω), la primera y última letra del alfabeto griego, que
aluden a Cristo como principio y fin de todas las cosas.
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Placa funeraria romana del siglo I, reutilizada en el portal del cementerio |
A la derecha del portal veremos
una placa funeraria del siglo I d.
C. con una inscripción conmemorativa encargada en vida por un liberto romano, Caius Iulius Atticus (anteriormente
esclavo de Eros). El epitafio está
dedicado también a su esposa fallecida, Iulia
Saluiola, igualmente antigua esclava liberada, y a su hijo, Caius Iulius Victor, ciudadano romano, fallecido
prematuramente a los 18 años.
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Capiteles crochet con motivos vegetales en el portal del cementerio |
El arco del portal, de medio punto, procede de algún edificio románico
y muestra una arquivolta decorada
con una moldura redondeada y otra de
diseño en damero. Este conjunto descansa sobre dos capiteles crochet decorados con motivos vegetales en forma de
gancho, que a su vez se apoyan en columnillas con base románica. Esta práctica de reutilización de piezas antiguas se aprecia en los numerosos detalles del conjunto.
La portada principal de la basílica
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La portada principal, situada al norte, es una auténtica obra maestra del arte románico |
La portada principal de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère,
situada en el lado norte de la basílica, es una auténtica obra maestra del arte
románico, pese a la sobriedad de la fachada,
apenas adornada con algunos fragmentos antiguos. El protagonismo recae en el
tímpano, las estatuas-columna y los capiteles historiados que enmarcan la
puerta y que vamos a ver en detalle, a continuación.
El tímpano
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El tímpano está ilustrado con una escena evocada en el capítulo IV del Apocalipsis de San Juan |
El tímpano situado en la parte superior está enmarcado por un arco decorado con motivo de damero y otros tres arcos interiores, que muestran, en el centro, a Cristo en Majestad. Sentado en un trono de diseño antiguo, bendice con la mano derecha y sostiene con la izquierda el Libro de las Sagradas Escrituras.
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Ángel con incensario sobre las cabezas de San Mateo y San Marcos |
Cristo aparece con nimbo crucífero, un círculo luminoso con una cruz inscrita en su interior, dentro de una mandorla, símbolo de la gloria divina, sostenida por dos evangelistas: San Marcos con su león (izquierda) y San Juan con el águila (derecha). Los otros dos evangelistas ocupan los extremos del arco: San Mateo con el hombre (izquierda) y San Lucas con el buey (derecha). Sobre esta escena, dos ángeles portan incensarios en gesto de adoración.
Las estatuas-columna
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Flanqueando el acceso de entrada se alzan cuatro estatuas de mármol de tamaño natural |
A ambos lados de la puerta, las
columnas esculpidas en forma de estatuas representan a los santos patronos San Justo (izquierda) y San Pastor (derecha), junto a San Esteban (en segundo plano a la izquierda)
y Santa Elena (en segundo plano a la derecha).
El estilo de estas esculturas, que recuerda al pilar de los evangelistas del
claustro de San Bertrand de Comminges,
ha permitido fechar la portada de Saint-Just de Valcabrère hacia finales del
siglo XII.
San Justo y San Esteban
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Las vestiduras de San Justo no se corresponden con su condición |
San Justo, uno de los jóvenes patronos de la basílica, viste túnica
larga y casulla, con la mano derecha levantada en señal de bendición mientras
pisa un monstruo que simboliza a Satanás
vencido. Tras él se alza la estatua de San
Esteban, identificado gracias al acto de consagración
de la basílica y a la escena de lapidación de su capitel.
San Pastor y Santa Elena
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Santa Elena sostiene una cruz sobre su pecho junto a San Pastor, compañero de martirio de San Justo |
San Pastor aparece vestido como diácono, aunque la iconografía no
corresponde con la edad de los santos, que fueron ejecutados con apenas 7 y 9
años. Tras él se encuentra una figura femenina identificada en otros tiempos
como Santa Clotilde o una condesa de
Comminges. Identificada actualmente como Santa
Elena, madre del emperador Constantino,
reconocida por la tradición como la descubridora de la Santa Cruz, de la que
esta basílica conservó un fragmento.
Capitel de San Justo
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Capitel con la decapitación de San Justo |
Los capiteles que coronan las figuras de la portada principal de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère muestran escenas de gran interés. El capitel que corona la figura de San Justo representa su decapitación, un momento culminante de su martirio. La escena está esculpida con gran fuerza narrativa, destacando el contraste entre la serenidad del santo y el dramatismo de su suplicio.
Capitel de San Esteban
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Capitel con la lapidación de San Esteban |
El capitel de San Esteban está decorado con la escena
de su lapidación, el episodio más representativo de su martirio como primer
mártir cristiano. Esta representación refuerza el vínculo entre la iconografía
de la portada y la dedicatoria de la basílica. Aún se aprecian restos de los
antiguos colores que decoraban estas esculturas, especialmente los tonos rojos,
ocres y azules.
Capitel de San Pastor
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Capitel con el arresto y el suplicio de San Pastor |
En el capitel de San Pastor se relata su arresto y
suplicio. Pueden verse varios personajes, entre ellos uno atado con cuerdas, simbolizando la captura y martirio del santo. Este relieve pone de manifiesto el destino común de los dos jóvenes hermanos,
mártires españoles, ejecutados en Complutum
(Alcalá de Henares) en el año 304, por orden del gobernador Daciano, durante la persecución del
emperador Diocleciano.
Capitel de Santa Elena
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Capitel de Santa Elena |
El capitel de Santa Elena muestra una escena de viaje: una mujer con vestimenta de peregrina se dispone a montar a caballo, asistida por un sirviente barbudo que carga un tonel y porta un bastón. Escondido entre el follaje aparece un ángel que anima a los viajeros, una referencia alegórica al peregrinaje de Santa Elena a Tierra Santa.
Los herrajes de la puerta
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Herrajes originales con roleos y un anillo de bronce en la puerta principal |
La puerta de madera conserva sus herrajes originales, decorados con delicados
roleos similares a los que se encuentran en el Rosellón. En el batiente derecho
se distingue una herradura y, a modo
de tirador, vemos dos anillos de bronce
soldados en forma de asa. El cerrojo deslizante se acciona mediante un anillo
de cobre adornado con pequeñas bolas guilloché, un motivo utilizado en la
Grecia y Roma clásicas.
La nave central y las naves laterales
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Nave central con arcos semicirculares románicos |
La Basílica de Saint-Just de
Valcabrère cuenta con una planta
basilical, muy característica en la región de Comminges, que otorga monumentalidad
a un edificio de proporciones relativamente modestas. La nave central, que conduce al coro, está cubierta por una bóveda de cañón sostenida por arcos
semicirculares, mientras que las naves
laterales presentan bóvedas de cuarto de cañón y desembocan en absidiolos
cubiertos con bóvedas de horno.
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Tabernáculo del siglo XVII en el absidiolo derecho |
Estas naves se comunican con la
central mediante arcos de medio punto apoyados en robustos pilares cuadrados construidos,
en gran medida, con materiales reutilizados de la antigua ciudad romana,
empleados en su estado original sin apenas modificaciones. La nave se divide en
cuatro tramos desiguales.
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Decoración de un arco de la nave lateral |
Los tres tramos más alejados del coro destacan por su sobriedad, sin apenas
decoración escultórica, con la luz filtrándose de manera tenue por pequeñas ventanas abiertas a gran
altura. En algunos puntos aún se conservan restos
de pinturas murales, testigos del colorido original del templo románico.
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Columnas geminadas de la nave central |
El primer tramo, próximo al coro,
recibió un tratamiento más elaborado: columnas
geminadas y fragmentos de columnas superpuestos de forma tosca, que
coinciden con las columnas de la entrada al coro. Este tramo presenta cuatro
arcos de igual altura, incluido el arco
triunfal que da acceso al presbiterio, y que sostienen una bóveda elevada
que sirve de base al campanario, erigido probablemente en el siglo XIV.
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Detalle de la talla policromada del siglo XV de la Virgen |
En la nave lateral izquierda, en
el muro del fondo, puede verse una elegante composición de tres arcos de medio punto sobre columnas y una cornisa, un motivo
ornamental que se repite también en el coro. En el absidiolo izquierdo puede
verse la imagen policromada de la Virgen
con el Niño, una talla en madera del siglo XV. La Virgen, coronada y
sentada, sostiene al Niño sobre su pierna izquierda; la escultura, ahuecada por
detrás para evitar deformaciones, conserva buena parte de su policromía original.
Los elementos romanos reutilizados
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Capitel romano reutilizado para el agua bendita |
La Basílica de Saint-Just de Valcabrère
destaca por la extraordinaria reutilización
de materiales de la Antigüedad, procedentes de la antigua ciudad romana de
Lugdunum y de sus monumentos cercanos. Sus constructores románicos convirtieron
estas ruinas en una cantera, incorporando columnas, capiteles, frisos, sarcófagos
y grandes bloques de mármol en la estructura del templo.
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Vestigio de pintura mural del siglo XIV con diseño geométrico en damero |
Estos fragmentos
fueron integrados con habilidad en la estructura del templo, no para ser
contemplados, sino para quedar ocultos bajo enlucidos y pinturas con motivos
geométricos o escenas bíblicas. La sobriedad actual del edificio oculta
la riqueza cromática que tuvo en el pasado. De las pinturas murales originales
sólo sobreviven algunos vestigios, como el fragmento del siglo XIV en uno de los pilares, donde aún se distingue la silueta de un profeta o
apóstol, y un motivo geométrico en la nave lateral.
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Friso con delicados motivos decorativos en forma de ramilletes |
En el primer tramo de la nave
central, próximo al coro, se aprecia la disposición de tambores de columnas,
bloques cilíndricos y capiteles que sustentan el arco triunfal y los arcos de
los absidiolos. La nave lateral norte, por su parte, conserva arquerías apoyadas en muros formados
con losas de sarcófagos, cada uno cortado en cuatro piezas laterales (de unos
12 cm de grosor) y una pieza de fondo (de entre 20 y 25 cm).
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Al fondo de la nave podemos ver esta copia de un fragmento de sarcófago |
La progresiva escasez de materiales antiguos se hace evidente en los tramos más alejados del coro, donde los canteros emplearon piedras toscas e irregulares. Este detalle constructivo permite deducir que la construcción de la iglesia comenzó por la cabecera y avanzó hacia el fondo de la nave. Y es aquí donde veremos un fragmento de sarcófago romano, hallado en una tumba medieval del cementerio de Saint-Just-de-Valcabrère. El relieve representa una escena de ofrendas a una difunta recostada en una cama.
El coro y su conjunto monumental
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Detalle de la arquería mural de once arcos de medio punto en el coro románico |
El coro de la Basílica de
Saint-Just de Valcabrère es uno de los espacios más singulares del templo,
tanto por su estructura como por su decoración. El coro se cierra con un ábside cubierto por una bóveda de cuarto de
esfera (o cul-de-four), perforada por
tres ventanales que bañan de luz el presbiterio. A su alrededor, una elegante arquería mural de once arcos de medio punto
se apoya sobre un estilóbato, generando una sensación de ritmo y profundidad.
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Columnas con fuste acanalado en el absidiolo norte |
A ambos lados del coro se abren los
absidiolos, de planta ligeramente en herradura —un poco más de la mitad de una
circunferencia—, cubiertos por segmentos de cúpula que completan el conjunto. Esta
disposición refuerza el carácter monumental del presbiterio, enmarcado por
columnas con bases toroides y capiteles esculpidos. Una abertura de arco de medio punto comunica el ábside central con el absidiolo norte.
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Detalle decorativo en la plataforma del ciborio |
El corazón de este espacio lo
ocupa el altar mayor, protegido por
un delicado ciborio gótico que
contrasta con la sobriedad del románico. Bajo el altar se encuentra una cripta abovedada, minúscula pero de
gran valor histórico. Hoy en día, en este espacio se exhibe una imagen del pergamino de consagración del altar, hallado en 1885, uno de los descubrimientos más importantes de la historia del templo.
El altar mayor
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Altar mayor consagrado en 1200 en honor de San Esteban, San Justo y San Pastor |
El altar mayor está formado por
un bloque macizo rectangular de piedra con mesa
de mármol tallada de superficie ligeramente cóncava. Fue consagrado en octubre
del año 1200, como lo certifica el pergamino
encontrado en 1885 dentro de su propia mampostería. Este documento, fechado,
firmado y sellado por Raymond-Arnaud Labarthe
(obispo de Comminges entre 1188 y 1205), es el único testimonio escrito que
permite fechar con exactitud la basílica.
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Fotografía del pergamino original y transcripción en francés |
El pergamino, que hoy se conserva en perfecto estado, señala que el
altar fue consagrado en honor de San
Esteban protomártir y de los santos Justo
y Pastor, patronos del templo. La inscripción del pergamino incluye fragmentos de los Diez Mandamientos y el inicio de los Evangelios, terminando con estas palabras:
“Este altar mayor ha sido consagrado en honor de San Esteban protomártir y de los santos mártires Justo y Pastor, por el señor R., obispo de Comminges.”
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Imagen antigua del hallazgo en el altar de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère |
Junto
al pergamino se hallaron varias reliquias:
una urna cineraria de vidrio, lienzos con restos de sangre, una vértebra y otro hueso bien conservado, una pequeña ampolla sellada con restos orgánicos de origen indeterminado y un
fragmento de tela dorada. Todo este
conjunto estaba cuidadosamente guardado en el interior de un capitel hueco, integrado
en la estructura del altar.
El ciborio
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Ciborio gótico del siglo XIII con sarcófago y estatuas de San Justo y San Pastor |
Detrás del altar mayor se alza un
delicado ciborio gótico de dos
niveles, construido en el siglo XIII. Su estructura, formada por arcos trilobulados profusamente
ornamentados, enmarca un sarcófago de
piedra vacío, cubierto por una tapa a cuatro vertientes. A ambos lados del ciborio
se encuentran las estatuas policromadas
de San Justo y San Pastor, patronos del templo, cuya veneración se remonta a los
orígenes de la iglesia. Una escalera de
doble tramo permite acceder al nivel donde se sitúa el sarcófago, aunque debe
usarse con cuidado debido a la estrechez de los peldaños.
La cripta
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Clave decorada en la bóveda de la cripta |
Bajo el ciborio se encuentra una
pequeña cripta abovedada, un espacio
que en la Edad Media servía como lugar de recogimiento y oración. Los peregrinos
acudían allí para impregnarse de la fuerza sobrenatural que emanaba de las
reliquias de los santos allí custodiadas. Recordemos que la Basílica de Saint-Just de Valcabrère era una parada para los peregrinos que hacían el Camino de Santiago.
El órgano de Saint-Just de Valcabrère
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Órgano de Gerhard Grenzing, integrado en la nave románica |
El órgano actual de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère es una pieza contemporánea encargada al maestro organero alemán Gerhard Grenzing por el Festival de Comminges, que fue inaugurado el 3 de agosto de 1980. Este instrumento de 19 registros, con dos teclados y pedal, está concebido con una estética sonora de tradición nórdica, ideal para la música barroca alemana y, en particular, para las composiciones de Johann Sebastian Bach. La caja de castaño, sobria y proporcionada, se integra de forma natural con la sobriedad de la nave románica.
El claustro
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Vista del muro exterior del claustro de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère |
Al sur de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère se encontraba un claustro medieval, del que hoy apenas quedan algunos restos. Su galería norte se apoyaba directamente sobre el muro meridional del templo, donde aún se abre una pequeña puerta que debió servir de acceso a los canónigos. Entre la hierba se distinguen los vestigios de los antiguos muros interiores, mientras que el muro exterior, restaurado en diversas ocasiones, sigue en pie.
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Vestigios del claustro medieval junto al lado sur de la basílica |
Las excavaciones arqueológicas
realizadas en 1943 y 1950 sacaron a la luz un conjunto de espacios
rectangulares anteriores al edificio actual, que se prolongan bajo la basílica
y son visibles entre los contrafuertes.
Estas estructuras, construidas con piedras irregulares —morillos y cantos
rotos— colocadas con sorprendente orden en la mampostería, se han datado entre
la Antigüedad tardía y el siglo XI.
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Muro meridional donde se apoyaba la galería norte del claustro medieval |
En este sector meridional también
se hallaron restos de muros
prerrománicos, que permiten identificar la huella de un antiguo transepto, situado a
la altura de los dos primeros tramos de la nave. Este transepto, que habría dado a la iglesia una planta en cruz latina, podría corresponder a un edificio de culto anterior al actual, probablemente levantado entre los siglos IX y X, en plena transición del mundo carolingio al románico. Estos vestigios confirman la
prolongada historia del lugar como espacio de culto.
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Antiguos sarcófagos de la necrópolis paleocristiana |
La necrópolis asociada a este
antiguo santuario ha revelado un importante conjunto funerario, con numerosos sarcófagos de piedra exhumados junto al muro de clausura y bajo el
absidiolo norte. Algunos de estos sepulcros, encajados en los cimientos actuales, son
anteriores a los siglos XI y XII, lo que evidencia una vez más la larga tradición de enterramientos en este lugar sagrado.
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Fragmento de una máscara trágica reutilizada del teatro de Lugdunum Convenarum |
Avanzando hacia la cabecera, en
el último contrafuerte sur, podrás descubrir una hermosa máscara de teatro de época romana, sostenida por cintas, con un
peinado alto y largas trenzas que enmarcan el rostro. Reutilizada como elemento
decorativo, testimonio de la riqueza monumental de la antigua Lugdunum Convenarum.
La cabecera
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En la cabecera se reutilizaron losas de sarcófagos y piedras talladas en mármol |
La cabecera de Saint-Just de
Valcabrère es una de las piezas más singulares del románico pirenaico, tanto
por su ingenio técnico como por la riqueza de sus materiales. En su
construcción se reutilizaron losas de sarcófagos
en los muros y grandes bloques de mármol en contrafuertes y esquinas, lo
que aporta al conjunto un aspecto poco habitual.
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Cabecera con absidiolos poligonales y ábside central rectangular con contrafuertes |
A diferencia del interior, donde los
absidiolos son semicirculares, el exterior
presenta un diseño poligonal para
los absidiolos y rectangular para el ábside central. Este último está enmarcado
por dos contrafuertes unidos por un
arco de medio punto que forma una hornacina en cuyo centro se abre una ventana axial.
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Campanario junto a la cabecera escalonada en tres niveles |
El diseño de la cabecera se organiza en tres niveles de cubierta que generan una sensación de ascenso. Los tejados de los absidiolos forman el primer nivel; sobre ellos se eleva una segunda cubierta, marcada por la ondulación de las trompas que suavizan el paso entre planos; y, finalmente, la bóveda de horno del ábside central, coronada por un tejado a cinco vertientes, completa el conjunto. Este escalonamiento progresivo dirige la mirada hacia el campanario.
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Cabeza de toro reutilizada en la cabecera de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère |
Este juego de volúmenes y
alturas, concebido para corregir las
irregularidades del plano original, se considera una auténtica proeza
constructiva del arte románico pirenaico. Las falsas trompas y arcos exteriores
cumplen una función tanto técnica, al facilitar la disposición de las cubiertas,
como estética, creando una silueta armónica y sorprendentemente moderna.
Más información: Basílica de Saint-Just de Valcabrère.
Dirección: Route du cimetière, 31510
Valcabrère (Francia). Teléfono: +33 561 954 906. Horario: En mayo y octubre,
diariamente de 10 a 18 h. De junio a septiembre, diariamente de 10 a 19 h. De
noviembre a abril, fines de semana y festivos de 14 a 17 h. Entrada: 3 €. Gratis
para niños menores de 10 años. Audioguía disponible en la entrada y en el siguiente enlace.