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Basílica de Saint-Just de Valcabrère: joya románica con huella romana

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Vista general de la Basílica románica de Saint-Just de Valcabrère

Enclavada a apenas 600 metros al este del antiguo asentamiento romano de Lugdunum Convenarum, la Basílica románica de Saint-Just de Valcabrère se alza como un singular testimonio de la historia europea. Construida en el siglo XII sobre un antiguo recinto funerario del siglo IV, esta basílica, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998, junto con otros 68 monumentos del Camino de Santiago en Francia, combina con armonía los vestigios del mundo clásico con el arte románico.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Losa incrustada en el muro exterior, al lado izquierdo de la puerta de entrada

El lugar, que en época romana fue una necrópolis pagana y más tarde un cementerio paleocristiano, pronto se convirtió en un centro de devoción, quizá impulsado por la veneración de alguna tumba cristiana. Los peregrinos que recorrían la vía de Arlés hacia Santiago de Compostela encontraban aquí una etapa de descanso y oración, en plena encrucijada de caminos: la ruta de la montaña, la llanura que conectaba Dax con los Pirineos y la vía fluvial del Garona.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Bajorrelieve en mármol donde aparece un legionario con lorica segmentata

La originalidad de Saint-Just radica en el uso de materiales reutilizados procedentes de la antigua ciudad romana: bloques de mármol, columnas, capiteles y fragmentos de frisos que, lejos de desentonar, refuerzan el carácter atemporal y monumental del templo. Recorrer sus muros es viajar, piedra a piedra, por más de dieciséis siglos de historia.

Las etapas de la construcción


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
El elemento más tardío es el imponente campanario, levantado en el siglo XIV

La historia constructiva de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère no está del todo documentada, aunque los estudios coinciden en situar sus principales fases de construcción entre finales del siglo XI y comienzos del XIII. La única excepción es el imponente campanario, levantado en el siglo XIV, dotando de solemnidad al conjunto arquitectónico. De este largo proceso constructivo solo se conocen dos fechas con certeza. 

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Bajorrelieve en mármol blanco incrustado en el muro exterior de la basílica

La primera corresponde al año 1083, cuando Bertrand de L'Isle-Jourdain, obispo de Comminges —posteriormente canonizado como San Bertrán en 1309—, celebró misa en este lugar y residió cerca de la basílica, lo que sugiere la existencia de un culto ya establecido. La segunda, documentada con certeza, es octubre de 1200, cuando el obispo de Comminges Raymond-Arnaud Labarthe consagró el altar mayor, como lo atestigua un pergamino encontrado en su mampostería.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Nicho funerario del siglo XIV en la esquina derecha exterior de la basílica

En 1387, la basílica contaba con un capítulo de canónigos formado por cuatro miembros, una comunidad que continuó la tradicional función litúrgica y custodia del lugar. De esa misma época data el nicho funerario del siglo XIV situado en la esquina derecha exterior de la basílica, un vestigio que recuerda el papel del templo como lugar de enterramiento y la relevancia espiritual que alcanzó en la Edad Media.

El portal del cementerio


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
El arco del portal está rodeado por un friso

El portal del cementerio es lo primero que veremos, ya que sirve de puerta de acceso al recinto de la Basílica románica de Saint-Just de Valcabrère. Se trata de un montaje singular formado por elementos arquitectónicos heterogéneos, probablemente procedentes del antiguo convento franciscano de Valcabrère, (Couvent des Cordeliers), destruido tras la Revolución de 1789, o del claustro desaparecido de la basílica. 

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Crismón románico del portal del cementerio, símbolo de Cristo y la eternidad

A la izquierda del portal destaca un crismón románico tallado en piedra, uno de los símbolos más característicos del arte cristiano medieval. Este motivo, formado por las letras X (ji) y P (rho), iniciales del nombre de Cristo en griego (Christos), solía colocarse para recordar al visitante que estaba entrando en un espacio sagrado. A veces, los brazos de la cruz podían estar rematados por los símbolos de alfa (Α) y omega (Ω, ω), la primera y última letra del alfabeto griego, que aluden a Cristo como principio y fin de todas las cosas.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Placa funeraria romana del siglo I, reutilizada en el portal del cementerio

A la derecha del portal veremos una placa funeraria del siglo I d. C. con una inscripción conmemorativa encargada en vida por un liberto romano, Caius Iulius Atticus (anteriormente esclavo de Eros). El epitafio está dedicado también a su esposa fallecida, Iulia Saluiola, igualmente antigua esclava liberada, y a su hijo, Caius Iulius Victor, ciudadano romano, fallecido prematuramente a los 18 años.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Capiteles crochet con motivos vegetales en el portal del cementerio

El arco del portal, de medio punto, procede de algún edificio románico y muestra una arquivolta decorada con una moldura redondeada y otra de diseño en damero. Este conjunto descansa sobre dos capiteles crochet decorados con motivos vegetales en forma de gancho, que a su vez se apoyan en columnillas con base románica. Esta práctica de reutilización de piezas antiguas se aprecia en los numerosos detalles del conjunto.

La portada principal de la basílica


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
La portada principal, situada al norte, es una auténtica obra maestra del arte románico

La portada principal de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère, situada en el lado norte de la basílica, es una auténtica obra maestra del arte románico, pese a la sobriedad de la fachada, apenas adornada con algunos fragmentos antiguos. El protagonismo recae en el tímpano, las estatuas-columna y los capiteles historiados que enmarcan la puerta y que vamos a ver en detalle, a continuación.

El tímpano


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
El tímpano está ilustrado con una escena evocada en el capítulo IV del Apocalipsis de San Juan

El tímpano situado en la parte superior está enmarcado por un arco decorado con motivo de damero y otros tres arcos interiores, que muestran, en el centro, a Cristo en Majestad. Sentado en un trono de diseño antiguo, bendice con la mano derecha y sostiene con la izquierda el Libro de las Sagradas Escrituras.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Ángel con incensario sobre las cabezas de San Mateo y San Marcos

Cristo aparece con nimbo crucífero, un círculo luminoso con una cruz inscrita en su interior, dentro de una mandorla, símbolo de la gloria divina, sostenida por dos evangelistas: San Marcos con su león (izquierda) y San Juan con el águila (derecha). Los otros dos evangelistas ocupan los extremos del arco: San Mateo con el hombre (izquierda) y San Lucas con el buey (derecha). Sobre esta escena, dos ángeles portan incensarios en gesto de adoración.

Las estatuas-columna


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Flanqueando el acceso de entrada se alzan cuatro estatuas de mármol de tamaño natural

A ambos lados de la puerta, las columnas esculpidas en forma de estatuas representan a los santos patronos San Justo (izquierda) y San Pastor (derecha), junto a San Esteban (en segundo plano a la izquierda) y Santa Elena (en segundo plano a la derecha). El estilo de estas esculturas, que recuerda al pilar de los evangelistas del claustro de San Bertrand de Comminges, ha permitido fechar la portada de Saint-Just de Valcabrère hacia finales del siglo XII.

San Justo y San Esteban


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Las vestiduras de San Justo no se corresponden con su condición

San Justo, uno de los jóvenes patronos de la basílica, viste túnica larga y casulla, con la mano derecha levantada en señal de bendición mientras pisa un monstruo que simboliza a Satanás vencido. Tras él se alza la estatua de San Esteban, identificado gracias al acto de consagración de la basílica y a la escena de lapidación de su capitel.

San Pastor y Santa Elena

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Santa Elena sostiene una cruz sobre su pecho junto a San Pastor, compañero de martirio de San Justo

San Pastor aparece vestido como diácono, aunque la iconografía no corresponde con la edad de los santos, que fueron ejecutados con apenas 7 y 9 años. Tras él se encuentra una figura femenina identificada en otros tiempos como Santa Clotilde o una condesa de Comminges. Identificada actualmente como Santa Elena, madre del emperador Constantino, reconocida por la tradición como la descubridora de la Santa Cruz, de la que esta basílica conservó un fragmento.

Capitel de San Justo

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Capitel con la decapitación de San Justo

Los capiteles que coronan las figuras de la portada principal de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère muestran escenas de gran interés. El capitel que corona la figura de San Justo representa su decapitación, un momento culminante de su martirio. La escena está esculpida con gran fuerza narrativa, destacando el contraste entre la serenidad del santo y el dramatismo de su suplicio.

Capitel de San Esteban


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Capitel con la lapidación de San Esteban

El capitel de San Esteban está decorado con la escena de su lapidación, el episodio más representativo de su martirio como primer mártir cristiano. Esta representación refuerza el vínculo entre la iconografía de la portada y la dedicatoria de la basílica. Aún se aprecian restos de los antiguos colores que decoraban estas esculturas, especialmente los tonos rojos, ocres y azules.

Capitel de San Pastor


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Capitel con el arresto y el suplicio de San Pastor

En el capitel de San Pastor se relata su arresto y suplicio. Pueden verse varios personajes, entre ellos uno atado con cuerdas, simbolizando la captura y martirio del santo. Este relieve pone de manifiesto el destino común de los dos jóvenes hermanos, mártires españoles, ejecutados en Complutum (Alcalá de Henares) en el año 304, por orden del gobernador Daciano, durante la persecución del emperador Diocleciano.

Capitel de Santa Elena


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Capitel de Santa Elena
El capitel de Santa Elena muestra una escena de viaje: una mujer con vestimenta de peregrina se dispone a montar a caballo, asistida por un sirviente barbudo que carga un tonel y porta un bastón. Escondido entre el follaje aparece un ángel que anima a los viajeros, una referencia alegórica al peregrinaje de Santa Elena a Tierra Santa.

Los herrajes de la puerta


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Herrajes originales con roleos y un anillo de bronce en la puerta principal

La puerta de madera conserva sus herrajes originales, decorados con delicados roleos similares a los que se encuentran en el Rosellón. En el batiente derecho se distingue una herradura y, a modo de tirador, vemos dos anillos de bronce soldados en forma de asa. El cerrojo deslizante se acciona mediante un anillo de cobre adornado con pequeñas bolas guilloché, un motivo utilizado en la Grecia y Roma clásicas.

La nave central y las naves laterales


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Nave central con arcos semicirculares románicos

La Basílica de Saint-Just de Valcabrère cuenta con una planta basilical, muy característica en la región de Comminges, que otorga monumentalidad a un edificio de proporciones relativamente modestas. La nave central, que conduce al coro, está cubierta por una bóveda de cañón sostenida por arcos semicirculares, mientras que las naves laterales presentan bóvedas de cuarto de cañón y desembocan en absidiolos cubiertos con bóvedas de horno.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Tabernáculo del siglo XVII en el absidiolo derecho

Estas naves se comunican con la central mediante arcos de medio punto apoyados en robustos pilares cuadrados construidos, en gran medida, con materiales reutilizados de la antigua ciudad romana, empleados en su estado original sin apenas modificaciones. La nave se divide en cuatro tramos desiguales.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Decoración de un arco de la nave lateral

Los tres tramos más alejados del coro destacan por su sobriedad, sin apenas decoración escultórica, con la luz filtrándose de manera tenue por pequeñas ventanas abiertas a gran altura. En algunos puntos aún se conservan restos de pinturas murales, testigos del colorido original del templo románico.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Columnas geminadas de la nave central

El primer tramo, próximo al coro, recibió un tratamiento más elaborado: columnas geminadas y fragmentos de columnas superpuestos de forma tosca, que coinciden con las columnas de la entrada al coro. Este tramo presenta cuatro arcos de igual altura, incluido el arco triunfal que da acceso al presbiterio, y que sostienen una bóveda elevada que sirve de base al campanario, erigido probablemente en el siglo XIV. 

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Detalle de la talla policromada del siglo XV de la Virgen

En la nave lateral izquierda, en el muro del fondo, puede verse una elegante composición de tres arcos de medio punto sobre columnas y una cornisa, un motivo ornamental que se repite también en el coro. En el absidiolo izquierdo puede verse la imagen policromada de la Virgen con el Niño, una talla en madera del siglo XV. La Virgen, coronada y sentada, sostiene al Niño sobre su pierna izquierda; la escultura, ahuecada por detrás para evitar deformaciones, conserva buena parte de su policromía original.

Los elementos romanos reutilizados


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Capitel romano reutilizado para el agua bendita

La Basílica de Saint-Just de Valcabrère destaca por la extraordinaria reutilización de materiales de la Antigüedad, procedentes de la antigua ciudad romana de Lugdunum y de sus monumentos cercanos. Sus constructores románicos convirtieron estas ruinas en una cantera, incorporando columnas, capiteles, frisos, sarcófagos y grandes bloques de mármol en la estructura del templo. 

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Vestigio de pintura mural del siglo XIV con diseño geométrico en damero

Estos fragmentos fueron integrados con habilidad en la estructura del templo, no para ser contemplados, sino para quedar ocultos bajo enlucidos y pinturas con motivos geométricos o escenas bíblicas. La sobriedad actual del edificio oculta la riqueza cromática que tuvo en el pasado. De las pinturas murales originales sólo sobreviven algunos vestigios, como el fragmento del siglo XIV en uno de los pilares, donde aún se distingue la silueta de un profeta o apóstol, y un motivo geométrico en la nave lateral.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Friso con delicados motivos decorativos en forma de ramilletes

En el primer tramo de la nave central, próximo al coro, se aprecia la disposición de tambores de columnas, bloques cilíndricos y capiteles que sustentan el arco triunfal y los arcos de los absidiolos. La nave lateral norte, por su parte, conserva arquerías apoyadas en muros formados con losas de sarcófagos, cada uno cortado en cuatro piezas laterales (de unos 12 cm de grosor) y una pieza de fondo (de entre 20 y 25 cm).

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Al fondo de la nave podemos ver esta copia de un fragmento de sarcófago

La progresiva escasez de materiales antiguos se hace evidente en los tramos más alejados del coro, donde los canteros emplearon piedras toscas e irregulares. Este detalle constructivo permite deducir que la construcción de la iglesia comenzó por la cabecera y avanzó hacia el fondo de la nave. Y es aquí donde veremos un fragmento de sarcófago romano, hallado en una tumba medieval del cementerio de Saint-Just-de-Valcabrère. El relieve representa una escena de ofrendas a una difunta recostada en una cama.

El coro y su conjunto monumental


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Detalle de la arquería mural de once arcos de medio punto en el coro románico

El coro de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère es uno de los espacios más singulares del templo, tanto por su estructura como por su decoración. El coro se cierra con un ábside cubierto por una bóveda de cuarto de esfera (o cul-de-four), perforada por tres ventanales que bañan de luz el presbiterio. A su alrededor, una elegante arquería mural de once arcos de medio punto se apoya sobre un estilóbato, generando una sensación de ritmo y profundidad.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Columnas con fuste acanalado en el absidiolo norte

A ambos lados del coro se abren los absidiolos, de planta ligeramente en herradura —un poco más de la mitad de una circunferencia—, cubiertos por segmentos de cúpula que completan el conjunto. Esta disposición refuerza el carácter monumental del presbiterio, enmarcado por columnas con bases toroides y capiteles esculpidos. Una abertura de arco de medio punto comunica el ábside central con el absidiolo norte.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Detalle decorativo en la plataforma del ciborio

El corazón de este espacio lo ocupa el altar mayor, protegido por un delicado ciborio gótico que contrasta con la sobriedad del románico. Bajo el altar se encuentra una cripta abovedada, minúscula pero de gran valor histórico. Hoy en día, en este espacio se exhibe una imagen del pergamino de consagración del altar, hallado en 1885, uno de los descubrimientos más importantes de la historia del templo.

El altar mayor


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Altar mayor consagrado en 1200 en honor de San Esteban, San Justo y San Pastor

El altar mayor está formado por un bloque macizo rectangular de piedra con mesa de mármol tallada de superficie ligeramente cóncava. Fue consagrado en octubre del año 1200, como lo certifica el pergamino encontrado en 1885 dentro de su propia mampostería. Este documento, fechado, firmado y sellado por Raymond-Arnaud Labarthe (obispo de Comminges entre 1188 y 1205), es el único testimonio escrito que permite fechar con exactitud la basílica.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Fotografía del pergamino original y transcripción en francés

El pergamino, que hoy se conserva en perfecto estado, señala que el altar fue consagrado en honor de San Esteban protomártir y de los santos Justo y Pastor, patronos del templo. La inscripción del pergamino incluye fragmentos de los Diez Mandamientos y el inicio de los Evangelios, terminando con estas palabras:

“Este altar mayor ha sido consagrado en honor de San Esteban protomártir y de los santos mártires Justo y Pastor, por el señor R., obispo de Comminges.”

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Imagen antigua del hallazgo en el altar de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère

Junto al pergamino se hallaron varias reliquias: una urna cineraria de vidrio, lienzos con restos de sangre, una vértebra y otro hueso bien conservado, una pequeña ampolla sellada con restos orgánicos de origen indeterminado y un fragmento de tela dorada. Todo este conjunto estaba cuidadosamente guardado en el interior de un capitel hueco, integrado en la estructura del altar.

El ciborio


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Ciborio gótico del siglo XIII con sarcófago y estatuas de San Justo y San Pastor

Detrás del altar mayor se alza un delicado ciborio gótico de dos niveles, construido en el siglo XIII. Su estructura, formada por arcos trilobulados profusamente ornamentados, enmarca un sarcófago de piedra vacío, cubierto por una tapa a cuatro vertientes. A ambos lados del ciborio se encuentran las estatuas policromadas de San Justo y San Pastor, patronos del templo, cuya veneración se remonta a los orígenes de la iglesia. Una escalera de doble tramo permite acceder al nivel donde se sitúa el sarcófago, aunque debe usarse con cuidado debido a la estrechez de los peldaños.

La cripta


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Clave decorada en la bóveda de la cripta

Bajo el ciborio se encuentra una pequeña cripta abovedada, un espacio que en la Edad Media servía como lugar de recogimiento y oración. Los peregrinos acudían allí para impregnarse de la fuerza sobrenatural que emanaba de las reliquias de los santos allí custodiadas. Recordemos que la Basílica de Saint-Just de Valcabrère era una parada para los peregrinos que hacían el Camino de Santiago.

El órgano de Saint-Just de Valcabrère

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Órgano de Gerhard Grenzing, integrado en la nave románica

El órgano actual de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère es una pieza contemporánea encargada al maestro organero alemán Gerhard Grenzing por el Festival de Comminges, que fue inaugurado el 3 de agosto de 1980. Este instrumento de 19 registros, con dos teclados y pedal, está concebido con una estética sonora de tradición nórdica, ideal para la música barroca alemana y, en particular, para las composiciones de Johann Sebastian Bach. La caja de castaño, sobria y proporcionada, se integra de forma natural con la sobriedad de la nave románica.

El claustro


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Vista del muro exterior del claustro de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère

Al sur de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère se encontraba un claustro medieval, del que hoy apenas quedan algunos restos. Su galería norte se apoyaba directamente sobre el muro meridional del templo, donde aún se abre una pequeña puerta que debió servir de acceso a los canónigos. Entre la hierba se distinguen los vestigios de los antiguos muros interiores, mientras que el muro exterior, restaurado en diversas ocasiones, sigue en pie.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Vestigios del claustro medieval junto al lado sur de la basílica

Las excavaciones arqueológicas realizadas en 1943 y 1950 sacaron a la luz un conjunto de espacios rectangulares anteriores al edificio actual, que se prolongan bajo la basílica y son visibles entre los contrafuertes. Estas estructuras, construidas con piedras irregulares —morillos y cantos rotos— colocadas con sorprendente orden en la mampostería, se han datado entre la Antigüedad tardía y el siglo XI.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Muro meridional donde se apoyaba la galería norte del claustro medieval

En este sector meridional también se hallaron restos de muros prerrománicos, que permiten identificar la huella de un antiguo transepto, situado a la altura de los dos primeros tramos de la nave. Este transepto, que habría dado a la iglesia una planta en cruz latina, podría corresponder a un edificio de culto anterior al actual, probablemente levantado entre los siglos IX y X, en plena transición del mundo carolingio al románico. Estos vestigios confirman la prolongada historia del lugar como espacio de culto.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Antiguos sarcófagos de la necrópolis paleocristiana

La necrópolis asociada a este antiguo santuario ha revelado un importante conjunto funerario, con numerosos sarcófagos de piedra exhumados junto al muro de clausura y bajo el absidiolo norte. Algunos de estos sepulcros, encajados en los cimientos actuales, son anteriores a los siglos XI y XII, lo que evidencia una vez más la larga tradición de enterramientos en este lugar sagrado.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Fragmento de una máscara trágica reutilizada del teatro de Lugdunum Convenarum

Avanzando hacia la cabecera, en el último contrafuerte sur, podrás descubrir una hermosa máscara de teatro de época romana, sostenida por cintas, con un peinado alto y largas trenzas que enmarcan el rostro. Reutilizada como elemento decorativo, testimonio de la riqueza monumental de la antigua Lugdunum Convenarum

La cabecera


Basílica de Saint-Just de Valcabrère
En la cabecera se reutilizaron losas de sarcófagos y piedras talladas en mármol

La cabecera de Saint-Just de Valcabrère es una de las piezas más singulares del románico pirenaico, tanto por su ingenio técnico como por la riqueza de sus materiales. En su construcción se reutilizaron losas de sarcófagos en los muros y grandes bloques de mármol en contrafuertes y esquinas, lo que aporta al conjunto un aspecto poco habitual.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Cabecera con absidiolos poligonales y ábside central rectangular con contrafuertes

A diferencia del interior, donde los absidiolos son semicirculares, el exterior presenta un diseño poligonal para los absidiolos y rectangular para el ábside central. Este último está enmarcado por dos contrafuertes unidos por un arco de medio punto que forma una hornacina en cuyo centro se abre una ventana axial

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Campanario junto a la cabecera escalonada en tres niveles

El diseño de la cabecera se organiza en tres niveles de cubierta que generan una sensación de ascenso. Los tejados de los absidiolos forman el primer nivel; sobre ellos se eleva una segunda cubierta, marcada por la ondulación de las trompas que suavizan el paso entre planos; y, finalmente, la bóveda de horno del ábside central, coronada por un tejado a cinco vertientes, completa el conjunto. Este escalonamiento progresivo dirige la mirada hacia el campanario.

Basílica de Saint-Just de Valcabrère
Cabeza de toro reutilizada en la cabecera de la Basílica de Saint-Just de Valcabrère

Este juego de volúmenes y alturas, concebido para corregir las irregularidades del plano original, se considera una auténtica proeza constructiva del arte románico pirenaico. Las falsas trompas y arcos exteriores cumplen una función tanto técnica, al facilitar la disposición de las cubiertas, como estética, creando una silueta armónica y sorprendentemente moderna.

Más información: Basílica de Saint-Just de Valcabrère. Dirección: Route du cimetière, 31510 Valcabrère (Francia). Teléfono: +33 561 954 906. Horario: En mayo y octubre, diariamente de 10 a 18 h. De junio a septiembre, diariamente de 10 a 19 h. De noviembre a abril, fines de semana y festivos de 14 a 17 h. Entrada: 3 €. Gratis para niños menores de 10 años. Audioguía disponible en la entrada y en el siguiente enlace

Dougga: un viaje al pasado romano de Thugga

Túnez
Dougga, la antigua Thugga, es la evidencia de la fusión entre las culturas romana y púnica

Dougga es uno de los yacimientos romanos más visitados y conocidos de Túnez. La ciudad se encuentra en una meseta a más de 500 metros de altura, rodeada de llanuras cerealistas que le proporcionaron su riqueza. El aspecto monumental de sus vestigios, parcialmente restaurados, la belleza del lugar y los numerosos testimonios de la existencia de una ciudad númida anterior a la dominación romana, explican que forme parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Dougga
Vista del paisaje desde la última grada del Teatro de Dougga

La historia de la ciudad de Thugga es larga y fascinante. A finales del siglo IV a.C., Eumaco, teniente de Agatocles, tirano de Siracusa, que había dirigido una expedición en África, se apoderó de la ciudad de Tokaï, que bien podría ser Dougga. De Thugga, Diodoro de Sicilia diría que era una ciudad de gran belleza. Anteriormente, el sitio ya había sido ocupado, como revela la necrópolis de dólmenes que se extiende sobre la meseta, más allá de las murallas númidas

Vista de un templo anónimo y al fondo, vista de las Termas Antoninas

A estos muros de grueso aparejo se suman los restos de un Templo dedicado a Baal y los muros de un santuario dedicado a Masinisa. Thugga experimentó un auge constructivo significativo, evidenciado por la construcción de numerosos monumentos y templos desde el reinado de Tiberio hasta el final de la dinastía de los Severos, que cubren una superficie de 25 hectáreas. Los ciudadanos romanos contribuyeron a la construcción de templos, teatros, foros y otros monumentos que definieron el paisaje urbano de Thugga.

Dougga
Calle en dirección al Capitolio

La ciudad busca embellecerse, se construye un foro que se instala al sureste de la vieja muralla númida, se construye un Templo de Saturno bajo el reinado de Tiberio, que será reemplazado a finales del segundo siglo (194-195) por un templo mucho más grande, fuera de la ciudad. La ciudad se romaniza y las construcciones suntuosas se multiplican.

Dougga
Vista de los templos y antigua mezquita de alrededor de la Plaza de los Vientos

En el año 205, bajo Septimio Severo, civitas y pagus se unen en una nueva entidad. El municipio es gobernado por un ordo y dos duumviri, como todos los municipios que pretenden ser un reflejo de Roma. La ciudad de Thugga alcanza entonces su mayor apogeo, aunque sigue siendo un pequeño centro cuya población no debía superar los 5.000 habitantes. Sin embargo, los templos son numerosos y la epigrafía abundante, lo que permite identificar la mayoría de ellos.

Vista del barrio del sur desde el foro de Dougga

Las familias poderosas, como los Gabini, reinan durante varios siglos sobre la ciudad que embellecen con construcciones suntuosas. Durante el reinado de Adriano (117-138), los hermanos M. y A. Gabinius dedican un par de templos a las deidades Concordia (la diosa de la paz), Frugifer (Neptuno) y Liber Pater (dios de la fertilidad). La familia Gabini no solo había ofrecido el terreno, sino que también se había hecho cargo de la construcción de los templos de Frugifer, de Liber Pater y fueron los responsables de la construcción del pórtico del foro.

Teatro romano de Dougga


Túnez
La cávea está formada por 19 gradas divididas en 3 niveles mediante galerías de circulación

Lo primero que encontramos en nuestra visita a Dougga es su magnífico teatro, uno de los más bellos de la Africa Proconsularis. La cávea, con una altura de 15 metros, podía acoger a 3.500 espectadores. El teatro romano de Dougga fue construido entre el año 168 y 169 d.C. sobre una colina natural de piedra caliza. Cuatro inscripciones en latín casi idénticas recuerdan la inauguración del monumento por parte de Publius Marcius Quadratus, hijo de Quintus.

Túnez
Vista de la escena del teatro romano de Dougga

Según una de las inscripciones, el teatro romano de Dougga contaba con basílicas, pórtico, xystes (una galería cubierta), un escenario con telones y ornamentación. Con motivo de la inauguración se realizaron representaciones teatrales, reparto de alimentos, un banquete y se regaló aceite para el baño. El teatro de Dougga cuenta con una acústica óptima, que aún se sigue disfrutando en los festivales que se celebran y una vista impresionante para los espectadores.

Templo de la Piedad de Augusto


Dougga
El Templo de la Piedad de Augusto fue construido en época de Adriano

Este pequeño templo estaba dedicado a la Pietas Augusta (un principio fundamental en la sociedad romana que promovía la devoción y el respeto hacia el emperador como una figura divina y protectora del estado romano). Fue erigido en la primera mitad del siglo II d.C. por un notable de la ciudad llamado Caius Pompeius Nahanus, con un coste de 30.000 sestercios. Se compone de un podio que sigue la pendiente del terreno, una cella semicircular, un pórtico corintio tetrástilo y una escalera de acceso de siete peldaños.

Templo de la Fortuna Augusta, Venus-Concordia y Mercurio


Dougga
Estatua frente al Templo de la Fortuna Augusta, Venus-Concordia y Mercurio

En el año 119, en época del Emperador Adriano, se construyó un primer Templo de Venus-Concordia, del que se ha conservado restos del pavimento de mosaico en blanco y negro y parte del basamento de sillería. El patrón del pagus romano y la civitas indígena, Quintus Maedius Severus, junto con su hija, la flaminica perpetua (uno de los roles sacerdotales más prestigiosos y honoríficos en la religión romana) Maedia Lentula, que asumieron el coste de 70.000 sestercios para su construcción.

Plaza de la Rosa de los Vientos


Dougga
En el pavimento de la Plaza de la Rosa de los Vientos puede verse el nombre de 12 vientos

La plaza situada delante del mercado, se conoce como la Plaza de la Rosa de los Vientos, y en su pavimento se puede encontrar una representación única sin igual en el mundo romano. La rosa de los vientos representada consta de 3 círculos concéntricos donde están señalados el Norte (Septentrio), el Sur (Auster), el Este (Volturius) y el Oeste (Faonius), así como el nombre de 12 vientos. Este símbolo del papel del dios como viajero del Universo y señalando que el mercado abastece a la ciudad desde todos los puntos cardinales. 

Templo de Mercurio


Dougga
El Templo de Mercurio de Dougga se construyó a finales del siglo II d.C.

El Templo de Mercurio, situado junto al Capitolio y la Plaza de la Rosa de los Vientos, parece tener algunos elementos del plano de un templo africano. Fue construido durante el reinado de Lucio Aurelio Cómodo (180-192) con un coste de 145.000 sestercios. Gracias a una inscripción sabemos que sus benefactores fueron Quintius Pacuvius Saturus, un ciudadano destacado, y su esposa Nahania Victoria, una importante sacerdotisa.

Macellum o mercado


Dougga
El Mercado de Dougga fue uno de los mercados más antiguos de la Africa Proconsularis

El macellum o mercado cubierto de Thugga se encontraba frente al Templo de Mercurio y la Plaza de la Rosa de los Vientos. Fue construido en el año 54 d. C. por Marcus Licinius Rufus, un patronus pagi y comandante de caballería en Siria. Aunque la mayoría de sus piedras fueron reutilizadas para construir una fortaleza bizantina sobre el foro en los siglos VI y VII d.C., se cree que contaba con un patio cubierto de mosaico blanco bordeado de tiendas a cada lado, de unos 2’7 m por 2’8 m.

Capitolio


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El Capitolio se construyó en época de Marco Aurelio Antonino (121-180)

El Templo del Capitolio está dedicado a los protectores de Roma: Júpiter, Juno y Minerva. En la pared del fondo de la cella pueden verse el estilo de mampostería típicamente norteafricano y tres nichos donde se colocarían las estatuas de cada una de las divinidades. Sobre la entrada de la cella, una inscripción nos dice que Lucius Marcius Simplex Regillianus construyó el templo. En el frontón hay un relieve mutilado, que muestra al emperador Antonino Pío llevado por un águila.

Foro


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La familia Gabinii costeó los pórticos que rodeaban el foro

Dos tramos de escaleras conectan el Capitolio con el Foro construido entre el 36 y el año 7 a.C. sobre los restos de otros edificios prerromanos. De gran importancia para la ciudad, aquí se encontraba el centro de la vida pública y administrativa de Thugga. Fue construido en un lateral y no frente al templo, como era habitual en la Antigüedad. A la derecha de la imagen, pueden verse restos de la fortificación bizantina construida entre los siglos VI y VII d.C.

Templo de la Victoria de Caracalla


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En el Templo de la Victoria de Caracalla se rendía culto a Apolo, Liber Pater, Mercurio y Neptuno

Una inscripción encontrada en el friso de la entrada del edificio dio nombre a este templo. Está dedicado probablemente para celebrar alguna victoria del emperador en Germania o todas ellas, de ahí que a veces se denomine Templo de las Victorias de Caracalla. Fue construido parcialmente sobre la Casa de Venus, alrededor del año 214, en un terreno privado donado en testamento por una de las mujeres más ricas de Thugga: Gabinia Hermiona, que dejó 100.000 sestercios para su construcción, además del terreno del circo.

Templo de Juno Caelestis


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El recinto sagrado del Templo de Juno Caelestis estaba delimitado por una muralla

El Templo de Juno Caelestis fue construido entre el año 222 y el 235, bajo el reinado de Alejandro Severo. El templo períptero está construido sobre un podio elevado y presenta un gran patio semicircular, bordeado a su vez por un peristilo. Aquí se encontró una dedicatoria celebrando la generosidad de Quintius Gabinius Felix Beatianus, el benefactor que desembolsó 30.000 sestercios para colocar dos estatuas de plata de la Diosa Caelestis, que sustituyó el culto a las diosas Tanit y a Astarté, fenicias.

Templo “Dar Lacchab”


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El patio del Templo “Dar Lacchab” estaba bordeado de pórticos

Lo que vemos hoy corresponde al patio pavimentado de un templo que a lo largo del tiempo pasó por diferentes usos como termas o mercado y del que se conserva una hermosa entrada. El espacio se conoce por el nombre de su último propietario, antes de que el Gobierno Tunecino fuera su propietario: Dar Lacchab. El Templo “Dar Lacchab” fue construido entre el 163 y el 166 d.C. gracias a la donación de 150.000 sestercios de un tal Lucius Calpurnius.

Termas Antoninas


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Las enormes Termas Antoninas fueron construidas entre el 211 y el 217 d.C.

También conocidas como termas de invierno o Termas Licinias. Los Licini construyeron en pleno centro de la ciudad, debajo del capitolio y del foro de la ciudad, unos magníficos baños, que presentan una particularidad arquitectónica similar a los monumentos orientales. Las columnas sostienen grandes doseles sobre los cuales descansan arcos y no arquitrabes. Esta disposición se extendió por Occidente a partir del siglo IV, sin embargo, las Termas Antoninas de Thugga son anteriores en un siglo.

Termas de los Cíclopes


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Las letrinas de las Termas de los Cíclopes constan de 12 asientos

Un mosaico encontrado en el frigidarium de las Termas de los Cíclopes, con la imagen de unos cíclopes forjando los rayos de Júpiter en la guarida de Vulcano, y conservado en la actualidad en el Museo Nacional del Bardo, dio nombre a estos baños de barrio. Son más antiguos que las termas de Caracalla y los de Aïn Doura. Contaban con todas las salas habituales de unas termas y unas letrinas ubicadas a la izquierda de la entrada. Con planta en forma de herradura, las letrinas han conservado el sistema de alcantarillado y la cubeta (labrum) donde se recogía agua de lluvia.

Mausoleo libicopúnico


Dougga
Este mausoleo de un noble númida fue construido durante el reinado de Masinisa

Por último, nos acercamos al magnífico mausoleo libicopúnico del siglo III-II a.C. donde se encontraron dos inscripciones, una en púnico y otra en libio, que recogían el mismo texto, lo que permitió la primera traducción del líbico. Este mausoleo de 21 metros de altura descansa sobre un pedestal de cinco gradas, está adornado con columnas adosadas y relieves de inspiración helenística con cuadrigas y sirenas. Fue construido por Ateban, que los autores consideran hoy como el constructor y no el destinatario del mausoleo.

Domus de Thugga


Museo del Bardo
Detalle del mosaico de Dionisio rodeado de sátiros y bacantes del 260 d.C. expuesto en el Bardo

Además de los monumentos municipales, de uso colectivo, las excavaciones han sacado a la luz, numerosas y hermosas residencias de la ciudad de Thugga como la Casa Omnia Tibi Felicia, la Casa de la Gorgona, la Casa del Laberinto o la Casa de las Estaciones. Todas ellas decoradas con mosaicos de gran valor estético, al igual que los encontrados en el suelo de Termas de los Cíclopes. Entre las casas mejor conservadas se encuentran la Casa de Dionisio y Ulises (los mosaicos originales están expuestos en el Museo Nacional del Bardo) y la Casa del Trifolium.

Museo del Bardo
Detalle del mosaico "El auriga Eros de pie sobre una cuadriga" del siglo IV d.C. expuesto en el Bardo

La lluvia y la falta de tiempo nos impidieron completar la visita de Dougga como este yacimiento merece. Este artículo sigue el recorrido típico que se realiza en los circuitos turísticos con agencia de viajes, y que solo alcanza a visitar el 30% de todos los monumentos, edificios públicos y privados de la antigua Thugga. Para hacerse una idea estuvimos 2 horas y media en el yacimiento, aunque sería necesario un día entero como mínimo para llegar a visitar los puntos más alejados como los restos del circo, la necrópolis, el Arco de Septimio Severo o las Termas de Aïn Doura.

Toda la información generada durante mi visita a Dougga puede consultarse a través de los hashtags #TravelTunisia #VisitTunisia y #DiscoverTunisia.

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