Es en los días más
fríos y grises cuando mi mente me transporta al norte de Europa y a
recordar las experiencias vividas a 17º bajo cero. Para muchos un
viaje en invierno hasta Noruega, Finlandia o Suecia se sale del
presupuesto, pero sabed que ¡la necesidad agudiza el ingenio! y si
tantas ganas tenéis de una escapada invernal, os recomiendo que os
miréis detenidamente un mapa de la Península Ibérica.
Hay muchos lugares de
nuestra geografía para descubrir bajo un manto de nieve, uno de los
lugares más singulares que parece otro país es la Val d'Aran. Situada
en el extremo noroeste de Cataluña, bordeada una parte por
territorio francés y aragonés, el tiempo, la historia y sus
vecinos, le han conferido un peculiar lenguaje y unas tradiciones
únicas que difícilmente se encuentran en otra región catalana.
Naut Aran, Tredòs,
Salardú, Unha, Arties, Bossòst, aunque parecen nombres de pueblos
extranjeros, forman parte de nuestro rico patrimonio, aunque la
cultura occitana del sur de Francia tire mucho. Occitanos, vascos y
catalanes forman en la Val d'Aran los ingredientes de un delicioso
cóctel que es necesario saborear con sumo detalle.
El rico patrimonio
románico adorna, cada una de las poblaciones, con bellas obras en
iglesias y basílicas construidas entre los siglos XII y XIII,
convirtiéndose así en museos de la vida aranesa de la Edad Media.
Es a mi parecer un románico austero, fuerte, rudo, pero de un
encanto mayor por esa sencillez de materiales y por el magnifico
paisaje donde se engarza cada una de estas joyas. Resumir todas esas
vistosas gemas en un sólo post sería imposible, prometo descubrir a
lo largo de este año esta región para aquellos que aún no la han
visitado. De momento os dejo con un resumen fotográfico de lo que se
puede encontrar cuando se abre el cofre de la Laponia catalana ;-)
Para más información:
Pagina de turismo de Val d'Aran.