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Arantzazu: joya de la arquitectura religiosa moderna

No importa las catedrales góticas, iglesias románicas, basílicas barrocas, parroquias, ermitas o capillas que hayas visitado, porque hasta que no veas el Santuario de Arantzazu, no podrás afirmar que has visto todos los estilos de templos cristianos. Si vas a Arantzazu disfrutarás de la arquitectura, el paisaje y la espiritualidad de este lugar excepcional del País Vasco.

Naturaleza del Santuario de Arantzazu

Euskadi
Una carretera serpenteante por bellos paisajes sirve de acceso al Santuario de Arantzazu

Situado en un abrupto cañón de la Sierra de Aizkorri, rodeado de un paisaje kárstico espectacular formado por las cañadas del monte Aloña, se levanta esta sorprendente joya de la arquitectura religiosa vasca que, como todo edificio adelantado a su tiempo, rompió con las reglas establecidas. Como cualquier otro santuario, Arantzazu también cuenta con su leyenda milagrosa que se remonta a 1468, cuando un pastor, Rodrigo de Baltzategui, encontró una imagen de la Virgen María sobre un espino albar (arantzazu en euskera significa “lugar de espinos”) y que hoy es la patrona de Gipuzkoa.

Exterior del Santuario de Arantzazu

Santuario de Arantzazu
Las puntas de diamante en piedra son el sello característico de Arantzazu

Para muchos creyentes, el Santuario de Arantzazu es el centro de devoción mariana más importante de Euskadi y sigue siendo como antaño, lugar de peregrinación, de ahí que los espacios presuman de grandes dimensiones, para acoger a cientos de peregrinos. Nada queda de la primera edificación de finales del siglo XV, del edificio que visitó Iñigo López de Loyola en 1522 antes de fundar la Compañía de Jesús o de las sucesivas reconstrucciones y reformas realizadas a causa de los 3 graves incendios sufridos en 1553, 1662 y 1834.

Santuario de Arantzazu
La Piedad en lo alto de la fachada, mira al cielo buscando respuestas

Este lugar de peregrinación y veneración de la Virgen ha estado durante 6 siglos custodiado por los frailes franciscanos. Nada hacía presagiar que se convertiría en un modernísimo templo capaz de reunir a los mejores artistas vascos de mediados del siglo XX y cuyo estilo vanguardista generó una gran polémica. Con todo, y algún otro cambio en el diseño y la prohibición de la Diócesis de Donostia, el conocido como “laboratorio de las artes” celebró la primera misa, en el verano de 1955. En ese momento, el edificio carecía de adornos y de los diseños innovadores que la Iglesia no permitió efectuar. No fue hasta 1968 que se obró el milagro y se levantó la prohibición del proyecto, pudiendo reunir a los artistas que quedaban vivos para acabar el nuevo Santuario de Arantzazu.

Santuario de Arantzazu
Las escaleras de Arantzazu son un símbolo de ascensión hacía la luz

Unas escaleras descienden hasta la entrada principal, como si el templo emergiera de las mismísimas entrañas de la tierra. Destacan las torres y la fachada de piedra tallada en punta de diamante; son obra de los arquitectos Francisco Javier Sáenz de Oiza y Luis Laorga. Los picos simbolizan el espino donde fue encontrada la Virgen y provocan que el edificio se vea diferente según la hora del día y la incidencia solar y las sombras que se dibujan en las puntas.

Santuario de Arantzazu
El apóstol sin ojos representa al peregrino que los cierra para rezar

Las esculturas de La Piedad (sin manto, ni adornos, con el rostro en forma de corazón y su hijo muerto, no en sus brazos, si no tendido en el suelo) y los Catorce Apóstoles situados a la entrada principal del templo, fueron realizados por Jorge Oteiza en piedra gris de Markina. Los apóstoles miden 3 metros de altura y el conjunto unos 12 metros de ancho. Cada uno de ellos muestra una expresión humana: desesperación, petición de ayuda, y depende desde que ángulo se observen y la distancia, ofrecen nuevas líneas de expresión. Oteiza quiso simbolizar la Salvación y trató de humanizar la piedra dotándola de una gran dosis de espiritualidad y creo que lo consiguió.

Santuario de Arantzazu
Chillida representó la probreza y la austeridad en las puertas de hierro de la entrada

Las 4 soberbias puertas de hierro, oxidadas artificialmente, son obra de Eduardo Chillida. El gran portal fue realizado con láminas de hierro superpuestas (algunas procedentes de deshechos) y con la mínima decoración para permitir el acceso rápidamente al interior de la iglesia sin distracción alguna. Aunque si te fijas bien, podrás encontrar la forma del sol, la luna, varios espinos y cruces. Chillida quiso representar la austeridad y la pobreza que rige la vida de los monjes franciscanos. 

Interior del Santuario de Arantzazu

Santuario de Arantzazu
Las vidrieras de Arantzazu consiguen dotar el interior de una luz especial

La nave interior de planta de cruz latina fue ideada por Sáenz de Oiza y Luis Laorga imitando a una gran ermita de montaña recubierta de piedra y madera donde hay quietud y penumbra. El techo cubierto de madera en forma de un barco invertido le confiere una buena sonoridad musical. En el crucero se encuentran las 8 vidrieras diseñadas por Fray Javier Álvarez de Eulate en estilo abstracto. Predominan los azules, verdes y violetas con algún toque de rojos que tratan de representar el paisaje montañoso de Arantzazu y sus espinos. 

Santuario de Arantzazu
El Altar Mayor es uno de los elementos que más destaca en el interior

En el Altar Mayor se encuentra la pequeña talla de la Virgen de Arantzazu presidiendo un enorme mural-retablo del pintor madrileño Lucio Muñoz. En los 622 m2 de madera labrada y policromada se imita el paisaje original de la Sierra de Aizkorri. Los frescos de la cripta fueron pintados por Néstor Basterretxea, aunque no con el primer diseño que fue desestimado por incluir 2 mujeres desnudas, si no con un proyecto creado en 1983 donde predomina la abstracción geométrica y la explosión de color. En ellos se narran relatos de la Creación y la historia de la evolución humana y su relación con la religión.

Santuario de Arantzazu
Tras pasar el coro, la nave se agranda visualmente

El Santuario de Arantzazu es mucho más que el ingenio de grandes artistas vascos, es un templo lleno de simbología que ofrece al observador el camino para salir de la oscuridad de las posesiones terrenales y llegar hasta la luz celestial donde nos espera la Virgen. No olvides recorrer la parte trasera del edificio, donde verás los muros de estilo neorrománico de 1920 y la pared rocosa en la que se inspiró Muñoz para crear el altar.

Santuario de Arantzazu
Diversas rutas de senderismo parten desde este punto

La vez que lo visité, me quedé a comer el menú semanal de 15 € del Hotel Santuario de Arantzazu que se encuentra allí mismo. Desde aquí parten varios pequeños senderos (PR-GI 3001), incluso accesibles con varios desniveles de dificultad y distancias, para descubrir, por ejemplo, los caminos de contrabandistas (PR-GI 3004), la senda de Urbia (PR-GI 3006) o el camino escondido de Arantzazu (PR-GI 3005).

Más informaciónSantuario de Arantzazu. Dirección: Arantzazu Auzoa 5, 20560 Oñati (Gipuzkoa). Teléfono: 943 78 09 51. Entrada: gratuita. Web: Santuario de Arantzazu.

Por qué Planeta Dunia es embajadora de Alzola #BasqueWater


¿Qué hace una viajera promocionando una marca de agua? ¿Por qué Planeta Dunia es embajadora de Alzola Basque Water? Esta es una historia de amor, no sé si estás preparado para escucharla. El agua de Alzola es agua de manantial, de manantial vasco. Nace en un lugar especial, muy cerca del Geoparque de la Costa Vasca. El Macizo de Izarraitz es el encargado de absorber el agua de lluvia y de retenerla en las entrañas del Planeta durante dos décadas, para dejarla aflorar después de un largo viaje, en el antiguo Balneario de Alzola. Alzola es una agua viajera, 25 años de viaje por la Tierra le confieren sus características especiales. ¡Like me!


Pero además, a Alzola y a mí nos une la misteriosa Espiral del Agua, un amor físico y espiritual por la Madre Naturaleza que se arraiga en los Dioses del Agua, como Deba; el nombre del río que pasa por Alzola y que recibe toda el agua del manantial que no es embotellada. Deba en Euskadi o Deva en Asturias, Cantabria y Galicia, es un nombre de origen celta que significa Diosa del Agua. ¿Y qué crees que significa mi nombre viajero Dunia?. ¿Qué hay más natural que el agua? ¿Quieres transparencia? toma agua Alzola y mira mi rostro sin maquillajes, mira mi cabello sin tintes y sigue mis palabras directas y sin florituras.

¿Entendéis ahora qué nos une a la mejor agua del mundo y a Planeta Dunia?


Si eres una empresa y buscas un embajador para tu marca te sugiero que te dejes fluir y que pienses menos en los números y hagas algo pensando con el corazón. A veces la Tierra reúne parejas extrañas y que por alguna extraña coincidencia resultan ser las correctas.
Para aquellos que estén pensando en hacerse embajadores, quizás les interese saber que a veces el buscarlo no funciona. El envidiar a los demás lo que hacen ya interfiere en la energía positiva del Universo. Ni Alzola, ni yo planeamos esta relación que dura ya casi tres años. Ambos nos dejamos fluir y surgió la colaboración, un win & win natural, sin presiones, obligaciones, mucho cariño, humildad y ganas de ayudar. ¡Be Water my Friend! Esa relación de amor, única y especial, nos ha llevado a ganar un Premio de Marketing, sin contar con Oficina de Comunicación, ni una estrategia numérica de hitos y presiones. Si crees que tienes madera para ser embajador de marca, quizás te interese leer mi decálogo.

Decálogo de un embajador
  1. ¿Sientes a la empresa que representas como parte de ti, de tu vida o tu crecimiento?
  2. ¿Identificarías el producto que representas entre sus competidores? Planeta Dunia es capaz de saber en una cata a ciegas de agua, cuál es el agua Alzola.
  3. ¿Verás las curvas, los reflejos, el color de ese producto y buscarás la manera de realzarlos en una fotografía, aunque haga falta cien fotos hasta encontrar la perfecta?
  4. ¿Harás locuras, bromas, chistes, juegos de palabras, miles de retoques, distintos encuadres para intentar superarte cada día y sorprender con una nueva obra de arte?
  5. ¿Entenderás la historia de la empresa, su edad y su trayectoria, su magia y su parte humana?
  6. ¿Serás transparente, natural, sin politiqueos e intereses egoístas escondidos?
  7. ¿Alcanzarás el contacto humano y sincero con la gente que hace posible y que trabajan duro para levantar la empresa?
  8. ¿Tendrás ganas de ayudar en lo que haga falta, trabajar sin horario y ser consciente de tu responsabilidad?
  9. ¿Te sentirás luchador, amigo, embajador y misionero?
  10. ¿Llorarás con cada despedida y agradecerás cada reencuentro?

Si has contestado afirmativamente estás preparado para ser embajador de una marca.

Una tarde con los leones del Athletic en San Mamés


Gracias a un premio fotográfico organizado por Alzola Basque Water y el Athletic Club de Fútbol, ganaba 100 litros de su maravillosa agua Sangre de León, pero también la posibilidad, junto a Mikel Braceras y Asier Viota, de vivir una Experiencia ACB. La Experiencia Athletic Club consistía en asistir a un partido de fútbol a pie de campo en San Mamés. Sí, justo en la línea de flotación donde se encuentra “el banquillo”, donde jugadores, entrenadores y periodistas huelen el césped, se salpican de barro y ven sudar a los futbolistas. Hay gente que me odia por esto, lo siento.


Entrábamos a las 15:45 h. por la puerta nº 20 ¡qué alto y grande se ve este estadio cuando te acercas!. En el control de accesos nos esperaba Mitxel Etxebarria, del departamento de Marketing del Athletic Club, para acreditarnos y ofrecernos una visita guiada por los pasillos y recovecos del interior del estadio. Lugares donde no pueden acceder los aficionados, pasillos interminables de un rojo vibrante, puertas brillantes que conducen a un mundo exclusivo reservado para unos pocos, no sé porqué no me dejaron entrar en los vestuarios; en fin, no se puede tener todo.

Bajamos al césped, nos hicimos algunas fotos junto a la estatua de Pichichi y descubrí un millón de historias y anécdotas. Estaba conociendo la nueva Catedral del Fútbol, me encontraba ante el busto de uno de los jugadores del Athletic más queridos. Tradicionalmente los equipos adversarios le dejan un ramo de flores cuando juegan por primera vez en San Mamés. Para una catalana no aficionada al fútbol fue una Experiencia ACB: Abriendo Cantidad la Boca ¡brutal! y aún quedaba mucha tarde. Quizás yo sea la única que ve en un partido de fútbol una clase magistral de etnografía y conocimiento de un pueblo, o simplemente es que estoy alzolizada y perdidamente enamorada de Euskadi.


Los ganadores del premio fotográfico nos apostamos en los banquillos auxiliares del césped, para ver el calentamiento de los jugadores y después el partido contra el Rayo Vallecano. No era un partido cualquiera, aquello prometía. Entre las dos aficiones hay una simpatía, respeto y cariño especial del que me hablan los más entendidos. En diciembre del 2013 raptaron al personaje que en Euskadi trae los regalos el día de Navidad, con un gran mensaje que decía: “Urrutia, dejaros ganar. Tenemos retenido al Olentzero”.


He asistido tres veces a un partido del Barça en el Camp Nou y no tiene nada que ver. Todo el mundo quiere ganar, pero hay quien prefiere dar buen espectáculo, divertirse, ser honesto y jugar al balón. Es así como pasé una tarde con los leones del Athletic, disfrutando del ambiente, la compañía y desgranando las señas de identidad de un país. Hay que oír a San Mamés, quizás su seña de identidad para mí más destacable. Aquí todo el mundo ruge, anima y siente a su equipo.


Cuando acabó el partido fuimos junto a los periodistas a la Sala de Prensa para asistir a las preguntas y declaraciones de Ernesto Valverde y al entrenador contrario. ¡Me llegan a dejar un micro y me vengo arriba! En la mesa de la rueda de prensa: #Sangredeleon el agua de Alzola, mi campeona.

Un poco de historia


El primer campo del Athletic estaba ubicado cerca de una ermita cristiana dedicada a San Mamés; un santo que fue arrojado a los leones, pero que consiguió calmarlos y que no le devoraran. Quiero pensar que es ese el espíritu fiero, salvaje y bravo, el que vi en los seguidores y aficionados del equipo de fútbol. Durante el partido no dejaron de animar, rugir y perseguir con la mirada, el juego de balón que se disputaba en el césped del Estadio de San Mamés.


Todo el mundo sabe que la afición del Athletic apoya con garras y mucho corazón a sus jugadores. Es imposible no sentirse pequeñito cuando se está en un estadio con capacidad para 53.229 personas y con las gradas (y miles de personas) arropando el campo. La presión que soporta el equipo es alta, pero se aplaude con el mismo cariño al que sale, que al que entra en el área de juego. La pasión rojiblanca se traslada a la calle con balcones y escaparates luciendo banderas. Hombres, mujeres y niños visten la camiseta con orgullo. Todo parece ser poco para apoyar al Athletic y en general cada victoria se celebra más intensamente.

Aquello de “al enemigo ni agua” no tiene cabida en San Mamés

Tres meses después de mi visita a San Mamés pude entrevistar a Álvaro Vitores, Director de Marketing del Athletic, y le pregunté cómo hacen para viajar los leones (preguntas de viajera empedernida). Está clarísimo que el Athletic viaja bien arropado. Acompañados por médicos, fisioterapeutas, personal del club, técnicos, jugadores y la mejor agua del mundo. ¡Una auténtica expedición! que es recibida, ovacionada y aplaudida por una afición que se siente cercana, con arraigo a sus raíces y a su tierra y que se transmite en otras facetas de la vida. Es normal que cuando se viaja a Euskadi, uno se encuentre en familia.

Foto cedida amablemente por el equipo humano de Alzola: os quiero

Bilbao engancha, poco a poco pretende poner en valor el producto local. Desde la cantera de deportistas del Athletic; con jugadores de la tierra, como eligiendo un producto local como el agua vasca de Alzola para teñir de rojo y repartir salud entre sus jugadores y aficionados.

 Foto de Aritz Aduriz con #Sangredeleon. Gracias Alzola por la imagen.
 Entenderéis que quisiera entrar en el vestuario ¿no?. Como embajadora de Alzola, por supuesto

No olviden proteger el tesoro hídrico vasco de Alzola, hidratarse, llevar una vida activa y gritar: Eeeup! cada vez que vayan a Bilbao.


Durante mi experiencia ACB estuve alojada en el Holiday Inn Bilbao perteneciente a la Cadena Hotelera Rafaelhoteles que en la actualidad se ha convertido en el Hotel Occidental Bilbao de la cadena de hoteles Barceló. Me trataron como si fuera una invitada que llega a su casa, lo que ya es habitual cuando piso Bilbao, no porque sea yo, es el carácter y la bondad que me enamoran de Euskadi y que disfrutan todos los viajeros que se acercan al País Vasco. Toda la información generada en Redes Sociales sobre mi escapada a Euskadi puede consultarse con el hashtag #PDEuskadi

Familia esker!

Mi primer “Txotx” en Sagardotegi Arizia

La elaboración de sidra en el País Vasco es una tradición que se remonta al siglo XI y que está estrechamente relacionada, con los pescadores, marinos y balleneros vascos que navegaban hacia Groenlandia y Terranova en busca de bacalao y ballenas. Dicen que era más fácil de transportar en las bodegas de los barcos (y duraban más) las barricas de sidra que las cajas de manzanas y puestos a combatir el escorbuto, los bravos marineros ¡y hasta yo! preferían beber sidra que morder una fruta.

La Fiesta de la sidra


La semana anterior a la Fiesta de San Sebastián (20 de enero), tiene lugar el inicio de la temporada de la sidra en Euskadi, con la apertura de las sidrerías al grito de Txotx!. Desde enero y hasta entrada la primavera (entre los meses de abril o mayo), se puede degustar toda la sidra natural producida el año anterior, directamente desde las barricas. Las manzanas recogidas entre septiembre y noviembre han estado fermentando todos estos meses y a partir de mayo la sidra se consumirá en botella, hay unas 70 sidrerías en la provincia. En Gipuzkoa es costumbre que un personaje de la vida social dé el pistoletazo de salida e inaugure la temporada, la tercera semana de enero.


Sidrerías vascas


Las mejores sidrerías, en mi opinión, son las ubicadas en los hermosos y tradicionales caseríos vascos. En un entorno natural, rodeado de campos de manzanos, olor a tierra y vistas idílicas del paisaje rural de Euskadi. Ir a una sidrería es una actividad para disfrutar en familia, ya sea sanguínea o simplemente de hermandad. Porque así lo marca esta tradición, de cuando en tierras de difícil acceso y montañas abruptas, la población se acercaba a degustar y a comprar sidra. La degustación se hacía compartiendo un mismo vaso, del que se dejaba de beber las últimas gotas para tirarlo al suelo y así limpiar el vaso. La costumbre de llevar algo para comer mientras se bebía, convirtió a muchas sidrerías en restaurante y la ocasión, en una reunión social que en la actualidad ha dado paso a una fiesta.

En muchas sidrerías se pueden visitar las instalaciones donde se elabora la sidra y se embotella, dar un paseo por los manzanales, conocer el trabajo del agricultor, ver donde se encuentran las kupelas o barricas y hacer una degustación de sidra.


Arizia, Sagardotegi Jatetxea


Arizia es una Sidrería Restaurante propiedad de una familia de Zarautz que hace más de una década que se dedican a elaborar sidra natural. Desde el comedor acristalado y desde su terraza se puede contemplar una bonita panorámica de la Costa Vasca.

La sala principal tiene varias mesas donde se puede tomar asiento junto a una pared forrada de madera de la que salen una colección de grifos. Cada uno corresponde a una barrica distinta donde se encuentran los diferentes tipos de sidra. Diferente proporción de un tipo de manzana u otra, darán una diferente coloración, acidez y grado alcohólico. En Arizia además de hacer una visita también se puede comer a la carta o probar el típico Menú de Sidrería.


El Menú de Sidrería


El Menú de Sidrería está compuesto básicamente por:


- Un primer plato compuesto por tortilla de bacalao o un caldo.
- El segundo plato suele ser una buena ración de bacalao frito con pimientos verdes.


- El tercer plato es un enorme y delicioso chuletón de res a la brasa (crujiente por fuera y algo sangrante por dentro).
- El postre está compuesto de un plato de queso de Idiazabal de leche de oveja con membrillo y un buen cesto de nueces. 



Y por supuesto sidra natural servida de las barricas. Recuerda que cada vez que se abra una barrica tienes que gritar: “¡Txotx!”. La sidra sale con fuerza de la barrica y debe ser recogida con el vaso de cristal ladeado para que se airee y la sidra saque txinpartas “chispas”. El vaso se pone lo más alejado del grifo que se puede, o lo que es lo mismo, lo más cerca del suelo que te permita el brazo, para ir subiendo rápidamente siguiendo el sentido del chorro hasta el grifo. Arrimar el vaso, llenarlo unos tres dedos y beberlo de un sólo trago en ese mismo momento. Tira las últimas gotas al suelo (si está acondicionado el local para ello), pasa el vaso a tu compañero, siéntate en la mesa (aunque la costumbre dicta que el ritual se haga de pie en mesas altas) y sigue comiendo, vuelve a repetir la operación de arrimar el vaso. La verdad es que es el ejercicio aeróbico más divertido que he hecho nunca y hace que el ambiente en una sidrería sea muy animado. 

En general, los precios de este menú que incluye toda la sidra que se pueda beber sin límite, oscila entre 25 y 40 € según el establecimiento.

 

Vocabulario relacionado con la sidra


Gure Sagardo Berria!: grito que da inicio a la temporada nueva de sidra vasca.
Kupela: barrica de madera o acero inoxidable donde se guarda la sidra.
Lagar: prensa donde se machaca la manzana para obtener la sidra o el edificio donde se realiza esta labor.
Sagar: manzana.
Sagardo Berriaren Eguna: día de la sidra nueva.
Sagardo: literalmente significa “vino de manzana”.
Sagardotegi: sidrería vasca.
Sagardotegiko Menua: Menú de sidrería.
Txinparta: burbuja.
Txotx: hace referencia al palillo que cierra el grifo de las barricas y al aviso de que se retira y se abre la kupela para que se pueda beber.

Gracias a Asier Zabarte, Patxi Casal y a Alzola por descubrirme este lugar y esta tradición vasca que deja una huella imborrable en mi mundo de experiencias viajeras.


Más información: Sidrería Restaurante Arizia. Dirección: Frantses Bidea s/n. 20800 Zarautz. Teléfono: 943 100 489. Menú de Sidrería: 33 €. Web: Arizia.

Descubriendo el Balneario de Alzola


Quizás los primeros alzolizados de la historia fueron unos niños, que en pleno invierno del año 1776, se bañaban en las aguas extrañamente templadas del río Deba. 



Tras el revuelo inicial y después del análisis de las “Autoridades Médicas competentes”, el agua de Alzola fue declarada de “utilidad pública” y así, siguió hasta nuestros días.


Urberoaga de Alzola (el balneario) abriría sus puertas en el año 1846 con cuatro bañeras y una piscina comunitaria que darían servicio y salud, hasta a doce personas a la vez, lo que supondría una visita de alrededor de 2000 personas anuales. 


Con el tiempo fue adquiriendo fama y renombre, era el único balneario que poseía un médico propio que podía recetar el tipo de agua o baño para cada tipo de paciente o enfermedad.


Fue necesario hacer diferentes ampliaciones, tanto en el edificio de los baños como en los servicios ofrecidos, y con el tiempo fue adquiriendo aspecto de un bello hotel. 


Quizás la mejor época para el Gran Balneario de Alzola, fue la comprendida entre finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a los diferentes premios que fue logrando, como el otorgado durante la Exposición Universal de París del año 1900, y la gran afluencia de público creció en Alzola para “tomar los baños”.


En 1976 cerró las puertas como balneario, pero siguió vendiendo salud embotellada en todas las farmacias de España. Un apeadero y una oficina de correos junto al manantial, aseguraban que el agua Alzola fuera una agua viajera sin límites.


El día que pude entrar en el Balneario de Alzola, del que escribió Carmen Martín Gaite, descubrí un lugar único cargado de historia y al que me trasladaban los fragmentos de su novela El Balneario:



Cuando lleguemos al puente pararemos para que puedan bajar ustedes


Este es el molino, el viejo molino. No apartaba los ojos, como hechizado, de aquellas tres paredes derruidas.


Al balneario se entraba por un paseo de castaños de indias, bordeado de hortensias y boj, paralelo al río, que quedaba a la izquierda. A la derecha empezaban las edificaciones que yo había entrevisto desde el puente. Eran altas y planas, pintadas de un blanco rabioso...


Descubrir las entrañas del que fue uno de los balnearios más importantes de España, y por el que había pasado la alta aristocracia y burguesía española del siglo XIX, es entrar de lleno en la sociedad adinerada que vistió Balenciaga. El crujir del tafetán de seda de las damas, se mezcla en mi imaginación con el crujir del suelo de madera de la vieja escalera que separa las diferentes plantas del hotel-balneario. 


Pude asomarme al balcón de una de las antiguas habitaciones, notar el sol del mes de marzo inundar cada rincón y asombrarme con las bañeras puestas en pie esperando como soldados a las puertas de un castillo impenetrable.


Me entraron unas ganas irremediables de coger un trapo y un cubo y limpiar cada una de las baldosas, cenefas y suelo de mosaico, para devolverles la impronta que el paso del tiempo les había arrebatado. Cuentan que Napoleón III reservó una habitación en el Balneario de Alzola, pero que debido a la guerra franco-prusiana no pudo llegar. Yo he tenido la fortuna de ver este lugar dos veces y puedo aseguraros, que lloré de tenerlo que abandonar.


Gracias a Alzola Basque Water por prestarme las imágenes antiguas del balneario, son una pasada.


Más información: Alzola. Dirección: Alameda del Balneario 1, 20860 Alzola (Elgoibar) Gipuzkoa. Teléfono 943 740 288. Web: Alzola.

Museo Cristóbal Balenciaga (Getaria, Euskadi)



“Un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”
Cristóbal Balenciaga

Con semejante declaración de intenciones no es de extrañar que cualquier viajero quiera interesarse por el Museo Cristóbal Balenciaga. Sí, el museo está dedicado a la figura y a la obra de un modisto español que supo utilizar como nadie, entre 1917 y 1968, el encaje, los tejidos de seda, la sobriedad y el corte bien estructurado, pero de algún modo, desde mi punto de vista, este artista también estuvo relacionado con el mundo viajero.

Si la arquitectura, el arte, la música y la filosofía formaban parte de Balenciaga, también los viajes acabarían formando parte de la vida de este modisto. Primero porque supo dotar de comodidad los trajes que diseñaba y ¿qué hay más importante en la ropa para alguien que viaja que no sea la comodidad? Aunque Balenciaga era especialista en trajes de noche, también diseñó en 1968 los uniformes de las azafatas de Air France

Mirar en el enlace de esa fotografía es descubrir un mundo donde sólo unos pocos se subían a un avión. Donde el servicio a bordo era algo más que una pausa para distraerse. No sé si fue una época o un momento, pero todo destilaba elegancia, incluso los vuelos.

El edificio del Museo Cristóbal Balenciaga
El museo se encuentra situado en el Palacio Aldamar un edificio construido en el siglo XIX y vinculado a los marqueses de Casa Torres, para los que trabajaba como costurera la madre de Balenciaga. Aquí acudía Martina Eizaguirre con el pequeño Cristóbal a hacer las pruebas de los trajes y en más de una ocasión, Balenciaga pudo admirar el guardarropa de esta familia adinerada que compraban piezas en Londres y en París. Al antiguo palacio se le anexionó un edificio de cristal construido por el arquitecto cubano Julián Argilagos que sirve de vestidor a la colección. En la primera planta del museo se presentan tres espacios bien definidos, donde se ubica la exposición permanente. Aquí se muestra de manera cronológica la trayectoria profesional del modisto de Getaria. Desde sus comienzos, cuando contaba tan sólo 22 años de edad, hasta sus mejores años de “reinado” que se situarían en las décadas de los 50-60, para acabar con el “legado de Balenciaga”. Un espacio que en la actualidad sigue inspirando a los diseñadores del siglo XXI y donde se analizan algunas piezas con ayuda de soporte visual. Desfiles, plataformas giratorias, buena iluminación y piezas destacadas, pueden ser analizadas por expertos o amantes del modisto. La segunda planta está reservada para exposiciones temporales también relacionadas con la moda.

La colección del Museo y la vida de Cristóbal Balenciaga
La colección de Balenciaga ubicada en Getaria es la mayor colección de este modisto del mundo, tanto por su estado de conservación como por número de piezas. Cuenta en la actualidad con aproximadamente 1.600 diseños de este creador de elegancia, feminidad y sofisticación. Vestidos de día, cóctel, de noche o novia son expuestos formando una colección o como objetos únicos donde se detalla la composición, la fecha de creación, el uso o incluso quien fue su propietaria. La mismísima Coco Chanel dijo de Balenciaga: “Él es el único de nosotros que es un verdadero couturier” para ello el modisto estudió y trabajó con los mejores sastres de su época y abrió tiendas en San Sebastián, Madrid y Barcelona. Al estallar la Guerra Civil se instaló en París donde comenzó a revolucionar la moda existente. De París Balenciaga dijo: “París poseía un ambiente especial para la moda porque contaba con cientos de dedicados artesanos ocupados en elaborar botones, flores, plumas y toda la pasamanería de lujo que no podía encontrarse en ningún otro lugar”. Supongo que en París hay muchas cosas que no se pueden encontrar en ningún otro lugar.

Durante las décadas de los 40 y 50 los cambios que haría Balenciaga en la moda, le valieron el título de “Chevalier de la Légion d’Honneur” del Gobierno francés, así como el sobrenombre de “El Maestro” o el “Rey de la Alta Costura”. Llegó a diseñar los vestidos de las mujeres que formaban la élite de la sociedad española durante varias generaciones, teniendo como clientas a la reina María Cristina, a la infanta Isabel Alfonsa de Borbón o Fabiola de Mora y Aragón. También diseñó para actrices como Marlene Dietrich, Greta Garbo o Jane Fonda para finalizar años más tarde, con la creación del vestido de novia de María del Carmen Martínez-Bordiú.

Me quedo con la frase de Christian Dior que dijo: “Con los tejidos, nosotros hacemos lo que podemos. Balenciaga hace lo que quiere”.


Más información:
Dirección: Aldamar Parkea 6, 20808 Getaria. Gipuzkoa (España). GPS 43º 18' 6.92'' N. 2º 12' 18.77'' W.
Teléfono: +34 943 00 88 40.
Horario: De noviembre a febrero de martes a viernes de 10 a 15 h. Fines de semana y festivos de 10 a 17 h. De marzo a mayo y octubre de martes a viernes y Domingos de 10 a 17 h. Sábados y festivos de 10 a 19 h. Junio y septiembre de martes a domingo de 10 a 19 h. Julio y agosto diariamente de 10 a 19 h.
Entrada: 10 €.

Otros lugares que ver en Gipuzkoa: Santuario de San Ignacio de Loyola.
Dónde dormir en Gipuzkoa: Hotel Arbe.

De ruta por la Ría de Bilbao


Hay lugares que te atrapan como el abrazo que realiza la Ría del Nervión en Bilbao. Dulcemente en una pausa, con la firmeza justa y necesaria del cinturón de casas que se asoman al agua.

El mejor paseo para descubrir esa curva amorosa, es el que lleva desde La Ribera hasta al Guggenheim, o mejor aún, desde Atxuri hasta el Estadio de San Mamés.

Los muelles se suceden como los engranajes de una cremallera; primero uno, luego otro y aunque parecen iguales, cada uno se asoma a la ría con su propia identidad.

El Puente de San Antonio y su iglesia inician este personal recorrido por este barrio recuperado para la ciudad. Con casas y balcones de colores a un lado de la ribera y con un luminoso mercado en la otra que invita a comprar. Entrar en el Mercado de La Ribera es entrar en un barco cargado de mercancías: frutas, carnes, pescado, manjares de la huerta, de los valles y de la costa de Euskadi. A su lado los Soportales de La Ribera que le acompañan, sirven de muelle improvisado, de estación marítima, no hay más que mirar hacia el techo y ver con mirada de animal marino, los pescadores que faenan en estas aguas.

Quizás el vaivén de las olas convierten Las Siete Calles en Setenta y Siete, estamos en el barrio más antiguo de Bilbao; en su embrión medieval. Por aquí una calle, a continuación se extiende otra: Somera, Artekalea, Tendería, Belostikalea, Carnicería Vieja, Barrenkalea, Barrenkalea Barrena y la marginada del grupo de siete; la Calle Pelota. La visión se nubla, las calles se multiplican fruto de la cantidad de bares, tabernas y cervecerías. Un pintxo, una cazuela, los fogones siempre están a punto para llenar las barras de tapas, bocadillos, charlas y amigos. No importa donde se entre, seguro que encontramos nuestro sitio, un local agradable donde degustar y conversar.

La Calle Alejandro de la Sota subraya desde la Catedral de Santiago hasta Erronda Kalea, y acaba en Posta Kalea, queriendo no pasar desapercibida en el Casco Viejo de Bilbao. Esta vieja arteria lleva directamente al corazón del Arenal, a la Plaza Nueva, donde late la mayor variedad de locales y gastronomía vasca aglutinados en un sólo espacio, sólo hace falta perder la brújula para iniciar un ciclo sin fin. Bajo sus soportales se puede entrar y salir indefinidamente, recorriendo de seguido uno detrás de otro cada bar, o intermitentemente; al igual que la sangre es bombeada por nuestras más importantes vías circulatorias. Sin principio y sin final, la vida de esta plaza mana a borbotones según las horas del día o de la noche, en un flujo alterado por la presión de nuestras ganas de alimentarnos, asimilar y adquirir.

Quizás después de compartir la barra con una buena dosis de zuritos (vasos de cerveza) o de txikitos (vasos de vino), sea el momento de tomar el pulso a la ciudad y vislumbrar las artes que la oferta cultural del Teatro Arriaga nos tiene preparada. El edificio domina una de las orillas por donde cruza el Puente del Arenal, mientras que en la otra orilla se asienta la Estación de Santander, también conocida como la Estación Bilbao-Concordia. Colorida, brillante como si de un broche floral modernista -situado en la solapa- se tratara, Bilbao es fácil que te llegue al corazón. Es el momento de bajar por la Calle Ripa hasta el Puente del Ayuntamiento, una ligera oscilación, como corrientes invisibles en el agua, te lleva en Bilbao a cruzar todos sus puentes y cambiar de orilla una y otra vez.

La Ría de Bilbao se abre, toma aire e hincha el Puente de Zubizuri como si de la vela de una trainera de pesca se tratara, su pasarela de cristal asemeja al camino de agua que cruza. Un poco más hacia adelante, la luz de las escamas de un pescado gigante destellan obligándote a cerrar los ojos. Cuando por fin la luz cegadora te permite contemplar lo que tienes delante, confirmas que los destellos pertenecen al Museo Guggenheim; el buque insignia del arte arquitectónico de Frank Gehry. Por arriba, por abajo, en un lado o al otro, el museo salta de perspectiva ante nuestros ojos como una sardina inquieta que boquea.

Si quieres contemplar la Ría de Bilbao desde un lugar privilegiado quizás te interese hacer una pausa en el Restaurante Doma.

Dependiendo de en qué lado te encuentres del Puente de La Salve, puedes subir en ascensor, bajar unas grandes escaleras o seguir recorriendo los muelles de Bilbao. Su sistema de tirantes fue el primero en utilizarse en España y quizás con la magia suficiente, servirían para poner música a la ría; esta arpa constructiva nos ayuda a seguir caminando. Dejamos atrás los edificios eclécticos de la Universidad de Deusto, su puente y la Avenida Abandoibarra donde se alza el Palacio Euskalduna, el Museo Marítimo Ría de Bilbao y el Puente Euskalduna, desde el aire parece que un pelotari hubiera dejado su cesta de jai alai y que la pelota vasca por excelencia hubiera terminado siendo la catedral del fútbol. Llegamos al final de nuestro recorrido, nos encontramos delante del Campo de San Mamés, donde la #Sangredeleon late con fuerza en el estadio que se ilumina de rojo tomándole el pulso a Bilbao. Ningún recorrido acaba en esta ciudad donde la ría vertebra su pasado comercial. Adentrarse en Indautxu o Abando es cuestión de tener sangre en las venas.

Si necesitas inspiración viajera, en Bilbao se pueden hacer muchas cosas, ¿has leído mi post "Qué hacer en Bilbao"?

Si buscas alojamiento tengo varias recomendaciones desde el hotel con servicio de comida 24 horas y conexión Wifi para vivir aislado y trabajando hasta aquel hotel que te hace sentir como en casa, pasando por un hotel donde se puede desayunar con champagne francés.

Campaña: Tu Sangre de León da la Vida


Donación.
(Del lat. donatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de donar.
2. f. Der. Liberalidad de alguien que transmite gratuitamente algo que le pertenece a favor de otra persona que lo acepta.

La RAE lo tiene claro en cuanto a, qué significa donación, pero los seres humanos a veces no lo tenemos tan claro. Por eso, cada vez más, las campañas sociales son más numerosas y utilizan todos los medios posibles para llegar al gran público, incluso las Redes Sociales y los blogs. Planeta Dunia se añade a la campaña y quiere apoyar esta iniciativa solidaria aportando difusión, colaboración y ¡su sangre! si hace falta.

Frente al Teatro Arriaga de Bilbao se ha instalado un camión dispuesto a recoger #Sangredeleon, lo que en Euskadi, o al menos en una parte del País Vasco, puede significar dos cosas: o bien están reuniendo una gran cantidad de botellas rojas de agua Alzola o quieren la sangre que circula por nuestras venas.

En Bizkaia se necesitan nuevos donantes de sangre, la población que era donante está envejeciendo y además se añade, que ésta es una época, en la que bajan las donaciones ¿sabías que los universitarios son los mayores donantes? ¡Juventud divino tesoro!

Fútbol, sangre y agua ¡menuda mezcla!
Teniendo en cuenta que se acerca el mundial de fútbol, que Alzola es patrocinador del Athletic de Bilbao, que #Sangredeleon es más que un hashtag y que los cocineros vascos son unos artistas mezclando ingredientes en la cocina... La mejor agua del mundo, la Asociación de Donantes de sangre de Euskadi y el Athletic Club, han tenido la idea de cooperar juntos para conseguir donantes nuevos con la campaña “Tu Sangre de León da la Vida, ¿Donamos #Sangredeleon?”.

El reto consiste en superar el número 23 -que son las copas que tiene el club de fútbol ganadas hasta ahora- y para ello se necesitan digamos que 24 “alineaciones”, es decir 24 grupos de 11 “jugadores” o donantes nuevos que haría un total de 264 personas. Como casi todo, esta campaña tiene fecha de caducidad, así que anímate a participar antes del 24 de mayo ¡aunque tengas #sangredehorchata!

Nos vemos entre el 21 y el 22 de mayo en Bilbao, si en el último año os he enseñado que un agua puede ser viajera, quizás ahora pueda demostrar que la #espiraldelagua convierte tu sangre, en sangre viajera. #BasqueWater


Más información:
Dirección: Plaza Arriaga, 48005 Bilbao. Autobús situado frente al Teatro Arriaga.
Horario: de lunes a jueves de 9:30 a 14 h. y de 16:30 a 21 h. Viernes sólo horario de mañana.
© fotografías: Asociación de Donantes de sangre de Euskadi, Athletic Club, Alzola y Planeta Dunia.
Web de la campaña para donar vida: Alzola
Aplicación para donar sangre: Donantes de sangre de Euskadi.

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