Mostrando entradas con la etiqueta Malí. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Malí. Mostrar todas las entradas

Leer un buen libro es como practicar buen sexo

Sí querido lector, así es, leer un buen libro es como practicar el mejor de los encuentros sexuales que un ser humano puede llegar a experimentar. A esa conclusión he llegado tras leer el libro de Miquel Silvestre; Un Millón de Piedras.

Miquel Silvestre y Planeta Dunia

Y ahora intentaré describir el porqué de estas extrañas y sensuales conclusiones. Un libro se empieza a leer mucho antes de tocarlo, la portada es la primera imagen que tenemos de él, hay quien incluso miran el otro lado, algunos encuentran placer en mirar la parte de detrás y sacar conclusiones de lo que ven e imaginarse historias. De manera acertada o equivocada intentaremos aproximarnos a esa persona, digo a ese libro, con cierta curiosidad, ganas y decisión mientras miramos su cara.

A veces, según lo que tengamos delante, las primeras impresiones son correctas y elegimos adecuadamente al amante o la lectura que han de satisfacernos. Tras ser cazados por el exterior, según sea nuestro grado de desesperación, ganas o tiempo disponible, pondremos nuestras manos y mirada en nuestro último sujeto. Tocar, palpar, recorrer con nuestros dedos cada centímetro del cuerpo que tenemos en nuestras manos, es un valor insustituible, yo no lo cambiaría por nada, me encanta el sutil roce de la piel en el libro de papel.... ¿de qué creías que estaba hablando?.

 África también es verde

Un Millón de Piedras no promete aventuras sin límites, acción trepidante, ni puestas de sol, con lo cual puedes esperar sinceridad, giros inesperados, realidad y cierta dosis de humanidad canalla, lo que cualquier mujer buscaría en un amante, digo en un buen libro.

Para algunos, da cierta satisfacción que sea una primera edición, hay quien paga sumas importantes por encontrar una primera edición de un libro. Otros, nunca nos hemos percatado de ello o no lo hemos considerado importante, pero tampoco somos coleccionistas, no estamos en ese mundillo de curiosas antigüedades, hay gente para todo en el mundo literario también. Quizás el número de edición y el de ejemplares vendidos de un libro, te dé una idea de las “posibilidades” del autor: “-Caramba, Un Millón de Piedras va por su séptima edición y se han vendido 10.000 ejemplares, vamos que Miquel Silvestre no es un aficionado, algo sabrá del tema ¿no?”.

 No hay nada como una carretera africana para lanzarse a la aventura

Sabiendo que no es la primera vez, un libro se empieza a leer con más seguridad ¿no crees? Hay algo en él que ya te inspira confianza, tranquilidad, que te incita a empezar, ahora sólo toca abrir su primera página. Puede que con la lectura del primer capítulo ya te quedes en ascuas, lo suficientemente interesada como para continuar hasta el final o por el contrario que a la primera de cambio digas aquello de “espera, espera, espera” y cierres el libro y te largues.

Una vez empezado y con la libido por las nubes porque sabes que esto va a durar hasta que acabe, toca encontrar el equilibrio de ambas partes. Cada lector tiene un ritmo personal, hay quien es un auténtico devorador de hojas, no han acabado con uno que ya saben exactamente que antes de que acabe el día habrá tiempo para otro más. Hay quien sólo lee un poquito cada día antes de irse a dormir y otros que duermen con un libro a su lado y ni lo miran, eso es así, a todos nos gusta, pero hay quien tiene toda clase de problemas para ponerse a ello. 

 Motos, bicicletas, burros y personas cruzando en barco la frontera

Las primeras palabras son importantes para enganchar al lector, no hay la menor duda. Nos encanta fascinarnos con lo que se nos pone a tiro, si te gusta lo que tienes entre tus manos, y me refiero a que te guste mucho, mucho, corres el riego de querer acabar deprisa. Es un error muy común, el ímpetu, las ganas de llegar al final, te sumergen en una espiral de velocidad difícil de parar, pero aquí entra el poder mental, el control y las posibilidades de cada uno de alargar el placer.

Tengo que confesar que yo me leí Un Millón de Piedras en dos tardes seguidas, hacía taaaaaanto tiempo que no tenía un buen libro entre las manos que me quedé absorbida de inmediato entre sus páginas. Hoja que se deslizaba, capítulo que acababa me dejaba con la boca abierta y quería más y más. Llegué al final satisfecha, ese tipo de satisfacción que te deja el trabajo bien hecho, pero que no evita que quieras más (a veces soy insaciable, en los viajes también me pasa).

Atardecer en el Níger

Junto a Miquel recorrí rápidamente los 10.000 kilómetros que le llevaron durante 2 meses a pasar por 7 países, tú también lo harás. La primera parada era Kenya, y no puedo estar más de acuerdo con esa sensación de admirar las estrellas del cielo africano. Hay pocas cosas que puedan compararse con el cielo nocturno en África, lo más parecido es el cielo de La Palma, simplemente maravilloso. Si se es lo suficientemente sensible, cuando uno contempla un cielo así, llora de felicidad. Tengo que reconocer que lo del escudo masai y la danza me tocó en lo más profundo de mi alma (confieso que sentí envidia, ganas, celos, un ¡yo también quiero! Totalmente infantil y enajenado). No te voy a contar el libro, pero viajarás a Tanzania, el Océano Índico, te encontrarás con búfalos, jirafas, antílopes y elefantes, como el que se encuentra un animal doméstico o visita el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Estoy segura que es una de esas experiencias que deben dejar un recuerdo imborrable de viaje. Y cuando se viaja, se lee o se ama, en el fondo es lo que buscamos: recuerdos, experiencias, felicidad y sentirnos menos solos.

La lectura continúa, puedes cambiar de postura, estirar las articulaciones, sonreír, comentar y luego proseguir mientras gritas ¡qué viaje, madre mía, qué viaje!. Zambia, Zimbabwe (Miquel dice que es uno de los países más hermosos del continente, así que lo tendré en cuenta para cuando vuelva a pisar África). Es extraño seguir el consejo de alguien al que no conoces, igual de raro que darle tu confianza a un desconocido, pero los seres humanos lo seguimos haciendo. Confiamos nuestra vida, salud, emociones, ahorros, virginidad, cuidados, secretos, etc... a personas de las que sabemos más bien poco o nada. Llega un momento en que no te paras a pensar en ello, sólo confías en que llegado a ese punto de intimidad entre dos personas, todo va a resultar bien.

 Gasolinera en África

Una pareja o un libro deben aportarte nuevos conocimientos, aventuras, deben ayudarte a crecer, a sacarte de la rutina, cuando se reúnen esa clase de condiciones la relación o lectura se vuelven de lo más excitante. Así como el que no quiere la cosa, en Un Millón de Piedras puedes descubrir una grandiosa Sudáfrica, el Trópico de Capricornio (sí, el de los cuernos), Botswana, el Delta del Okavango, Namibia, los himba (sólo por verlos haría yo un viaje aunque tuviera que embadurnarme de barro), Ciudad del Cabo (Cape Town), Lesotho, la pequeña Swazilandia (el tamaño importa, el que dice lo contrario miente, ¿cómo va a ser lo mismo que te falten 10 km que 30 para llegar a la gasolinera?). Uix.. que me despisto, el último capítulo es para Mozambique, Marruecos, Mauritania, Senegal y finalmente Mali, al que le tenía muchas ganas, no por ser el final del viaje, más bien por ser el único país del libro en el que he estado. Conocer si como yo Miquel lo había pasado bien, si le había gustado, si volvería, ese tipo de cosas.

En toda lectura, en todo encuentro sexual, hay una expresión que te deja conforme o disconforme, no me refiero al ¿ya está, ya se ha acabado? (esto daría para otro post). A veces necesitamos sin saberlo simplemente una aclaración, no somos conscientes de nuestra soledad hasta que estamos acompañados, no nos damos cuenta de que nos quieren hasta que no nos lo demuestran, no nos damos cuenta de un buen libro hasta que acaba. Buscamos en los demás una aprobación, un parecido, una palmadita en la espalda y también vernos reflejados en los ojos de los demás.


Quizás por eso, cuando leí en Un Millón de Piedras sobre la amabilidad de la gente en Siria o de la antipatía eslava de los rusos, no pude más que sonreír, de sentirme parte cómplice en unas páginas. Estoy de acuerdo con ambas afirmaciones y es bonito pensar en que en realidad hay más cosas que nos unen, que cosas nos separan. Ha sido un placer saborear esta agradable lectura, volver a pasar horas tumbada en el sofá sin importar nada, alejarse de los problemas, los propios miedos, la cobardía y ponerse un mono de cuero negro, bañarse sin ropa, notar el sol abrasador en el rostro, huir de los mosquitos, hacerse un ovillo enredada en mosquiteras, dormirse con los cánticos de una tribu o impregnarse de olor a barbacoa. Si no puedes viajar; lee. Si no puedes leer; viaja. Para todo lo demás: ¡viaja!

Miquel saldrá de viaje de nuevo muy pronto, puedes seguir sus aventuras por las redes sociales, televisión, página web o a través de sus libros
¡Feliz lectura, feliz viaje!


No creo que pueda ganarme la vida como crítica literaria, pero si estás buscando algún libro de viajes interesante, además de los de Miquel Silvestre, una vez reuní una lista de unos cuantos libros que me gustan y que sirven para viajar desde casa.

Ciudades construidas sobre acantilados

Santorini
Imponente acantilado volcánico de Thira, con vistas al mar Egeo

Existen lugares que quedan marcados en la memoria y que uno se pregunta cómo llegaron a edificarse en esos parajes en concreto. Ciudades construidas sobre acantilados, al filo del abismo y que crecieron y perduraron a pesar de estar cerca de la nada, del aire etéreo, de un precipicio convertido en principio y final. Estos son algunos de los pueblos que he visitado y que se encontraban en escarpados emplazamientos llenos de encanto:

Al Hajjara (Yemen)


Al Hajjara
Al Hajjara es uno de los pueblos fortificados de montaña más importantes de Yemen

Uno de mis favoritos es Al Hajjara (también conocida como Al Hajjarah o Hajarah) es uno de los pueblos fortificados de montaña más importantes de Yemen. Un espectacular paisaje agreste sirve de telón de fondo a Al Hajjara. Construida sobre una montaña a 3.000 metros de altura y que domina todo un valle que asciende a través de abundantes terrazas de cultivo de qat; el vicio nacional. Algunas de sus edificaciones son torres-vivienda de hasta ocho plantas con fachadas de piedra encaladas en blanco.

Falla de Bandiagara (Malí)


Falla de Bandiagara
El Pueblo Dogón ha vivido en la Falla de Bandiagara desde el siglo XIV

Al suroeste de Mopti (Malí), se encuentra una de las regiones más fascinantes del país: Bandiagara. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1989 y está considerada oficialmente la puerta de entrada al País Dogón. Es la población más misteriosa construida sobre un acantilado que he visitado jamás. El Pueblo Dogón ha vivido colgado sobre la pared rocosa de la abrupta Falla de Bandiagara desde el siglo XIV. Acantilados, fallas y planicies, han sido poblados por una veintena de aldeas de adobe y piedra, diseminadas por los 150 kilómetros de extensión de esta formidable escarpadura de 300 metros de altura. Un lugar único en el mundo donde habita uno de los pueblos más misteriosos de África.

Rocamadour (Francia)


Rocamadour
Rocamadour es un espectacular pueblo medieval colgado sobre un impresionante acantilado

En la región francesa de Midi-Pyrénées, se encuentra el único enclave religioso construido sobre un acantilado de esta particular lista. Se trata del conjunto monumental de Rocamadour, compuesto por siete santuarios románicos y varios oratorios, que son un importante centro de peregrinación. Esta peculiar ciudad religiosa que existe desde el siglo XII, se alza entre alturas de 110 metros y los 364 metros de altitud, en un singular enclave sobre el cañón que atraviesa el río Alzou. Una única calle da paso a una gran escalinata de 226 peldaños, que antiguamente era subida de rodillas por los peregrinos que se acercaban a visitar a la Virgen Negra milagrosa.

Ronda (Málaga)


Ronda
Ronda es un cautivador pueblo andaluz situado sobre imponentes acantilados

Protegida por el paisaje montañoso de la Sierra de las Nieves a oriente y la Sierra de Grazalema en occidente, se encuentra la ciudad malagueña de Ronda. La hermosa meseta de Ronda atraviesa gargantas, puertos y valles, y ofrece vistas panorámicas que se extienden bajo el intenso azul del cielo andaluz. Ruinas de molinos, restos de murallas árabes, su famoso Puente Nuevo (el símbolo de Ronda) y varias casas colgadas sobre el río Guadalevín, confieren un singular conjunto que queda suspendido sobre un encantador abismo a 90 metros de altura.

Thira (Grecia)


Thira
Thira combina casas blancas y vistas espectaculares al mar

Thira (también conocida como Thera o Firá) es la capital de Santorini; uno de los pueblos más singulares del Egeo. Este pequeño punto del Mediterráneo griego se extiende sobre un gran precipicio que se asoma al hueco de un volcán que erupcionó en torno al año 1635 a.C. La famosa caldera cubierta por las aguas del mar, está formada por rocas oscuras de lava solidificada que contrastan con las casitas blancas, de esta población en forma de media luna. El pequeño puerto se comunica con la ciudad, ubicada a 300 metros de altura, gracias a un funicular y a unas escaleras de 886 peldaños. Éstas pueden subirse a pie o sobre los lomos de un burro; una experiencia divertida que atañe algún riesgo para los turistas no experimentados en monturas. ;-)

Vuelta al mundo con poco dinero


¿Quieres dar la vuelta al mundo sin gastarte mucho dinero? Si es así, este post te va a encantar, yo pongo los billetes y el recorrido, y el resto corre de tu cuenta (hoy los lectores me matan).

¿No te has fijado nunca en el arte que esconden los billetes extranjeros? Muchos de ellos utilizan personajes o maravillas naturales del país para ilustrarlos. Aquí comparto algunos de los billetes más interesantes y el papel moneda más bello que ha pasado por mis manos hasta ahora. Tengo tantas pequeñas “obras de arte económicas” que no caben todas en un post, así que me reservo un recorrido por Oriente Medio sin límite de dinero ;-).

¡Comenzamos!


Moneda de Mali y Burkina Faso: Franco CFA del África Occidental (su símbolo es FCFA)

Es quizá la clase de papel moneda más interesante que he conocido, ya que se utiliza en ocho países diferentes, al estilo del euro europeo, pero en africano ¿práctico no?.

El billete de 1.000 francos CFA es de un color rojo intenso y muestra el dibujo de una máscara que no es otra cosa que el logotipo de la BCEAO (Banco Central de los Estados Africanos del Oeste) junto a símbolos de la educación y de la sanidad. En el otro lado hay representados una pareja de dromedarios del Sahel.

Moneda rusa: Rublo (su símbolo es ϼ)

El billete de 10 rublos tiene dibujado el Puente sobre el río Yeniséi, a la altura de la ciudad de Krasnoyarsk, y la imagen de la Capilla ortodoxa de Paraskeva Pyatnitsa. Por el otro lado muestra la imagen de la segunda Planta hidroeléctrica más grande de Rusia y la quinta del mundo, la ubicada también en Krasnoyarsk (Siberia).

Moneda japonesa: Yen (su símbolo es ¥)

El billete de 2.000 yenes tiene dibujada la Puerta Shureimon de Okinawa; perteneciente al Castillo de Shuri, y dos personajes de la Historia de Genji; considerada la primera novela japonesa.

El billete de 5.000 yenes tiene dibujada a Ichiyō Higuchi; escritora japonesa del siglo XIX y la representación del cuadro Las Flores de Kakitsubata; donde se representan flores de Iris Japonés.

El billete de 10.000 yenes tiene dibujado a Yukichi Fukuzawa; un filósofo-ideólogo que hizo logros en política y ayudó a la "occidentalización" del Japón. Al otro lado del billete se ha representado la Estatua de un ave fénix, que se encuentra en el tejado del Templo budista de Byōdō-in localizado en la ciudad de Uji (Kioto).

Moneda malaya: Ringgit (su símbolo es RM)

Lo más curioso de estos billetes y que no había visto todavía es que tienen en uno de sus margenes el valor escrito en braille, para que las personas invidentes puedan saber qué billete tienen en las manos.

El billete de 1 Ringgit tiene dibujado en una de sus caras el retrato de Abdul Rahman of Negeri Sembilan; el primer Seri Paduka Baginda Yang di-Pertuan Agong; algo así como el gobernante del país. En la otra cara hay representada una cometa malaya, el paisaje de una playa, el Monte Kinabalu y los pináculos de Gunung Api situado en el Parque Nacional de Gunung Mulu. Un buen billete que sirve como reclamo turístico de todas las maravillas naturales de Malasia.


El billete de 2 Ringgits repite retrato de Abdul Rahman pero con un fondo distinto. En la otra cara aparece el dibujo de un satélite y de una Torre de Comunicaciones, es a mi parecer el más feo de todos los billetes malayos.

Para acabar el billete de 5 Ringgits, es uno de mis preferidos, se trata de un billete de polímero; mucho más duraderos y que incluyen una ventana transparente difícil de falsificar, pero que a mí personalmente me encanta por lo artístico. Aunque repite retrato en una de las caras, le han incluido la imagen en papel transparente del Perdana Putra; la Oficina del Primer Ministro que me recuerda un poco al Taj Mahal (os la he escaneado con un fondo oscuro para que se pueda ver). En el otro lado del billete están dibujadas las inconfundibles Torres Petronas, el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur y un mapa con la situación de Putrajaya y Cyberjaya; importantes ciudades administrativas y tecnológicas.



¿Qué te ha parecido mi vuelta al mundo con 8 billetes?

Tatuajes en la piel


A menudo los viajeros experimentamos una intensa sensación cuando desembarcamos en un nuevo lugar. Un diminuto punto de nuestro planeta queda a veces como un tatuaje en la piel; grabado para siempre en el recuerdo y cargado en la mochila de nuestra alma para siempre.

Es indiscutible que VIAJAR nos transforma y nos enriquece de mil formas distintas. Escribir sobre esos lugares no me exime de escribir sobre sensaciones, percepciones y de incluso de conclusiones muy personales. En contra de todas esas recomendaciones de los gurús que indican que un blog debe seguir una “linea editorial” o “especializarse” en un destino, continente o forma de viajar, yo no entiendo de ese cerco espacial que me limitaría en “mi propia casa”, en mi propia criatura creativa, a compartir ciertas partes de nuestro Planeta Tierra.

Es por eso que sigo escribiendo posts como el que ahora viene (menuda introducción, ¿eh?) saltándome todas las posibilidades de conseguir mil visitas al día o tres mil seguidores en Twitter. Por el simple placer de dar alas a la creatividad, poner palabras a los latidos viajeros de mi corazón y dejar escrito ¡para cuando mi memoria falle! lo que viví y sentí.

Tatuajes en la piel es un pequeño recorrido por esos tatuajes que mi cámara inmortalizó, sobre la piel de algunas personas que encontré en mi camino y que quisieron formar parte de mi historia.

En Oriente Medio y en alguno lugares de África, mujeres y niñas decoran su piel con dibujos de henna. En Yemen, por ejemplo, son conocidos con el nombre de naqsh. Se utilizan tintes a base de manganeso o henna para realizar dibujos geométricos o florales, son de color negro y decoran manos, pies o cara. En Kenya, las mujeres swahili se pintan brazos, piernas, pies y manos con henna el día de su boda como lo hacen también en Rajastán (India).

En la Isla de Borneo (Malasia), donde aún habita la tribu de los Iban, los antiguos cortadores de cabezas, los hombres se añadían un nuevo tatuaje, por cada “delito de sangre” cometido, para dejar visible así su hombría.

En Túnez las mujeres bereberes se tiñen el pelo con henna de color naranja y se hacen dibujos en la piel, también con este tinte. También en África pero esta vez en Mali, las mujeres Peúl o Fulani como también se conoce a esta etnia nómada, se tatúan los labios. Para los Peúl la belleza es tan importante como la familia y su ganado, así que tanto hombres como mujeres jóvenes, se pintan con ocre o sulfuro de antimonio para estar más atractivos.

Es así, como los tatuajes alcanzan puntas opuestas del mapa y sirven para un mismo propósito: 
¡Ser admirados!

Las 5 carnicerías más impresionantes del mundo


Uno de los lugares que siempre me gusta visitar cuando viajo, son los mercados. Independientemente de su colorido, del bullicio y del contacto con la gente, los mercados reúnen una variopinta muestra de la sociedad del país que se visita, pero también dan mucha información sobre la cultura y la vida de ese país.

Tomándome un tiempo para reflexionar, sobre de lo qué quería escribir hoy (así me va con el posicionamiento de Google y las visitas) he decidido mostraros algunas de las carnicerías más curiosas que he visitado. Y como una vez me aconsejaron que para recibir más visitas en el blog, hay que hacer listas y poner títulos en plan ranking, pues aquí va:

Las 5 carnicerías más impresionantes del mundo

1.- Siria
La primera carnicería que viene a mi memoria, es una carnicería que estaba situada cerca de la Ciudadela de Damasco. Mi hermana y yo nos habíamos aventurado por las callejuelas de detrás del Al-Hamidiyya Souk; el zoco cubierto de la capital de Siria, y descubrimos -en una de esas escapadas que solemos hacer fuera del circuito turístico- una carnicería con cabezas de camello colgadas en la puerta como si de un gran embutido se tratara. El resto de la carnicería tampoco tenía desperdicio, menos carne de cerdo, allí se podía encontrar de todo.

2.- Yemen
La segunda de mi lista, sin duda es, para las improvisadas carnicerías que se abren en la calle principal de Shaharah; una población situada al noroeste del país. Destaca por el rocambolesco acceso y por la cercanía de los vendedores y la naturalidad con la que viven a diario su labor. Shaharah se encuentra en lo alto de unas montañas, es necesario contratar los jeeps de los clanes yemenitas para poder llegar hasta ella. La calle sirve de mercado, la pared y el suelo de tienda, un trapo de expositor, y la docena de hombres que venden carne lo hacen con una sonrisa y con orgullo, ¡imposible olvidarlo!

3.- Malí
En el Mercado de las mujeres de Mopti parece que los hombres mantenían el monopolio de las carnicerías. Las mujeres se dedicaban a vender frutas y verduras, pero quien ostentaba la venta en la carnicería eran los hombres. Ésto no me sorprendió tanto como el hecho de ver las cabezas de los bueyes cortadas ¡con cuernos y todo! y mostrando los sesos sangrientos del animal; listas para vender. Algún enorme hígado, algunas vísceras amontonadas en un lado de las tablas de madera que hacían las veces de mostrador, y yo preguntándome, dónde estarán los grandes bistecs o la tierna pechuguita de pollo.... aix.

4.- India
Esta la incluyo como la nube de moscas más negra y ensordecedora que haya visto instalada en una carnicería. La curiosa parada de carne, no osaría llamarla carnicería, se encuentra a los pies de la gran escalinata de la Jami Masjid; una de las mayores mezquitas de la India, situada junto al Chandni Chowk el mercado más antiguo de Old Delhi. Si antiguo es el mercado; vieja era la carne, patas y cabezas de cabra con todos sus pelos, eran el producto estrella del día. De verdad que aquel día decidí hacerme vegetariana, no me duró mucho....

5.- Laos
Laos es uno de los últimos destinos descubiertos el año pasado. Me sorprendió la... digamos prolongación del término carnicería. A nuestro típico pollo, cerdo, cordero, ternera y pavo, hay que sumar la carne de serpiente, sapo, grillos, tortugas y roedor; una extensión algo peculiar sobre el concepto “carnicería” (algunos aseguraran que estos productos corresponderían más al monopolio de la pescadería, no digo que no ¿eh? Vete tú a saber) pero es que no podía dejar de incluir Khoua Din Market; uno de los mercados de Vientiane, en mi TOP 5 de las carnicerías más impresionantes del planeta.

(Ahora viene cuando se disparan las visitas ¿no?)

África y el Níger

Malí

El río Níger cruza en forma de media luna, de oeste a este, cinco países africanos: Guinea, Malí, Níger, Benín y Nigeria. Durante más de cuatro mil kilómetros, el Níger se convierte en el eje principal de la vida de millones de almas. Sirve de alimento y de vía de comunicación, todo se mueve alrededor de este río de color chocolate. Se vive, se pesca, se viaja y se comercia a través de él; inundando sus orillas de color y vida ajetreada. Es así como África y el Níger forman un todo.

Mujeres en el Níger
Mujeres lavando ropa en el río Níger

En Malí fui testigo de esa vida azarosa de los malienses y sobre todo de sus mujeres, que como en muchos lugares del planeta, son las mujeres lo que lo hacen todo. El espectáculo es infinito, a cualquier hora del día ves mujeres lavando la ropa, rodeadas de un montón de niños que juegan y se bañan en las orillas del Níger. Hay quien se acerca a dar de beber al ganado en sus aguas o el que lo cruza con sus bestias a nado o también en barca. Se lavan motos, cabras, ollas e hijos, con la misma agua, día tras día.

Mopti
Pinazas surcando el Níger a la altura de Mopti

Aquí en el Níger las barcas que surcan el río tienen nombre propio, se llaman pinazas; una especie de enorme canoa rudimentaria construida en madera. Algunas llegan a medir unos 25 metros de largo, los tablones de madera se clavetean a mano y se recubre la cubierta con brea negra para que no se filtre el agua. En Mopti visitamos un taller de construcción de pinazas y había de todos los tamaños. Recuerdo que cada trabajador estaba especializado en un componente, había quien se dedicaba a fundir el metal y a golpearlo para hacer clavos, los que se limitaban a preparar los listones de madera o el que pintaba el exterior de brillantes colores.

Malí
El puerto de Mopti es un espectáculo de pinazas

Gracias a su poco fondo, las pinazas vadean y se acercan sin problema hasta la orilla misma de cualquier tramo del Níger. Las pinazas recorren el Níger de aldea en aldea, desde el amanecer hasta la puesta de sol, transportando cientos de sacos de arroz, mijo, pescado, gallinas, leche, rocas de sal, fardos de algodón o tejidos. Estas barcas son el transporte principal de miles de malienses hacia Tombuctú y es en ellas, que los viajeros alcanzan las aldeas Bozo y Peul de las orillas del Níger.

Níger
La actividad en el río Níger es frenética

Es en Mopti donde se fabrican y se reparan la mayoría de las pinazas que transportan las mercancías y los pasajeros de este río africano. El puerto de Mopti es un auténtico cruce de caminos y también punto de encuentro de etnias, de culturas y de comercio entre el Norte y el Sur de Malí. Aquí se dan cita nómadas songay, pescadores bozo, pastores peul, vendedores Tuareg, hombres Dogón, niños bambaras, parejas toucouleur o mujeres bel-la

Malí
Una enorme variedad de etnias se dan cita a orillas del Níger

A orillas del Níger, aparecen cientos de artesanos y vendedores que desde el amanecer acarrean grandes fardos llenos de mercancía. Todo está dispuesto para la venta, como un escenario donde el principal protagonista es el bullicio del puerto fluvial de Mopti. Mientras, en el telón de fondo se encuentran unas coloridas pinazas que compiten en variedad cromática y diseño con las vestimentas de todas las etnias que van y que vienen.

Malí
Transporte de mercancías y pasajeros en Mopti

Oraciones, gritos, vendedores, regateos, compradores, todo el mundo encuentra en Mopti, algo que hacer y si no siempre quedará surcar las aguas del Níger.

Otro de los lugares que te recomiendo visitar en Mopti es el Mercado de las Mujeres.

Mujeres del Mundo a través del tabaco y la cerveza


La mujer a través de los tiempos ha sido protagonista de su propio espacio, más o menos amplio. En la actualidad, las diferentes religiones, nacionalidades y etnias, siguen delimitando ese espacio de la mujer, que se abre afortunadamente y en contadas ocasiones, a la mirada curiosa de los viajeros que se asoman a la pequeña ventana de la cotidianidad alejada de su hogar.

El tabaco y la mujer

Tras más de 156.000 kilómetros recorridos en treinta y cinco países, creo firmemente que existen lazos que unen a la figura de la mujer aunque éstas no se conozcan entre sí. Empezaré mi historia con una antigua costumbre popular del los pueblos de la Vall de Boí (Lleida). Existía un célebre baile donde las mujeres sacaban a bailar a los hombres. Las solteras salían a bailar a la Plaza Mayor fumando unas pipas construidas con barro y provistas de largas boquillas de caña. Las mujeres se paseaban presumiendo por todo el cercado del baile, fumando su propia pipa. Me las imagino vestidas como antaño, con largas faldas y alguna que otra enagua delicadamente bordada, con un par de alpargatas desgastadas y una camisa blanca apedazada y mil veces cosida. Ropajes que se ensanchaban y se ceñían con el pasar de los años y al pasar de mano en mano. 

Cuando el paseo se daba por terminado y la mujer decidía buscar una pareja para bailar, se colgaban la pipa de un corchete del jubón y se dirigía al hombre escogido al que le ofrecían un pañuelo. Si se lo quedaba era señal que la tomaba como pareja de baile y si lo rehusaba, la mujer volvía a fumar su pipa y a deambular por el baile para hacer una nueva elección de pareja. ¿Quién dijo que nos debemos conformar con un no por respuesta?

Ah! pero si el hombre aceptaba bailar, la mujer compartía su pipa con él y le dejaba fumar unas cuantas pipadas. Este singular “intercambio de saliva” tiene una gran similitud con la costumbre de algunos pueblos franceses, que sellaban el matrimonio antiguamente, escupiéndose ambos prometidos a la boca. ¿Y qué me decís del ofrecimiento de la pipa? ¿no os parece similar al gesto de hospitalidad, de amistad y confianza, que practicaban algunos pueblos de Oriente o los antiguos indios americanos?

El tipo de pipa -construida en barro y con una larga boquilla de caña- me recuerda a las pipas que utilizan actualmente los obreros de las plantaciones de palmeras datileras en Túnez. En ellas fuman un peculiar tabaco “de palmera” que por contra, es infumable para los occidentales, doy fe de ello. Al ritual de fumar esta pipa se le añade un buen trago de una bebida alcohólica fabricada con dátiles, por otra parte deliciosa, también doy cuenta de ello y os la recomiendo probar. Los hombres dejan “macerar” la bebida, que con el calor de las horas va cogiendo graduación alcohólica.

La cerveza y la mujer


Las bebidas artesanales suelen ser frecuentes en países como Perú, Mali o Burkina Faso, de la fabricación de la cerveza se encargan las mujeres. A menudo las mujeres en Sudamérica, Asia y África son el motor de la economía familiar: cocinan, limpian, tejen, cuidan de los niños y ancianos, del ganado, y si les sobra tiempo elaboran cerveza de mijo o de maíz.

El espacio que ocupa la mujer es infinito y para algunos hombres, lo es todo, pero ¿saben las mujeres quechuas de su parecido con la mujer bambara?. Ambas realizan cerveza artesanal en sus casas, la fermentan con saliva, así que si algún día os ofrecen probarla, tenedlo en cuenta. Cocción al fuego de leña, algún que otro cribaje y la cerveza ya está lista para consumir.

Alzola Basque Water y las Diosas del Agua


Hoy, hago un alto en mi camino de posts viajeros para escribir sobre la campaña de Blog on Brands con Alzola Basque Water. Mi cometido ha sido probar el agua embotella en Alzola, un municipio de Elgóibar (País Vasco), donde esta peculiar agua mineral natural brota de un manantial. Surge enriquecida tras 25 años de pausadadestilación de sus 700 metros de profundidad en el Macizo de Izarraitz, a 29 grados de temperatura, poseyendo unas características químicas especiales, con propiedades diuréticas y digestivas, que han sido alabadas por médicos y entendidos, así como premiadas en numerosos certámenes.

Lo primero que me gustó fue su botella de vidrio transparente, es muy elegante, como ellos mismos dicen: “el agua está envasada en un recipiente de lujo a la altura del agua que contiene”. Lo cierto es que una botella así, viste en la mesa si tienes invitados o alguna celebración familiar especial. Quizá este inusual envase para embotellar agua sea el culpable de querer seguir bebiendo agua Alzola, una vez empiezas. Como parte de mi responsabilidad para evaluar Alzola Basque Water quise ser objetiva, así que hice una cata a ciegas junto a mi hermana. Se llenaron varios vasos con distintas aguas, cada vaso tenía una etiqueta oculta con el nombre de la marca. Bebimos de cada uno de los vasos descartando primero las que menos nos gustaron y finalmente hubo una que apetecía beber, esa fue la de Alzola. A nuestro paladar le gustó la sensación refrescante, escondida en el origen mismo de este manantial vasco.

Situado en el Valle del Deba, el lugar  fue testigo del crecimiento del Gran Balneario de Alzola desde su primera piedra, en el año 1846 y hasta su cierre en 1976, pero sin duda el recuerdo de aquel lugar, que permanecerá imperecedero al tiempo, es la descripción que la escritora Carmen Martín Gaite hizo en su novela El Balneario. La protagonista describe el Balneario de Alzola, con sumo detalle, en su rocambolesca aventura por los pasillos y habitaciones de esta casa de baños, frecuentada por la alta sociedad del siglo XX.

Cuando Asier, del Departamento de Comunicación, se puso en contacto conmigo, lo hizo desde “el manantial de la mejor agua del mundo” el mismo que se esconde detrás del cariño que desprende un deseo o un sueño de viaje. En mi peregrinaje por el Planeta he podido constatar la importancia que adquiere el agua para las poblaciones donde escasea o en lugares donde está contaminada. Muchas veces olvidamos que es un recurso limitado que debemos proteger.


Hay tres lugares que quiero compartir especialmente en este post y que reflejan la importancia, no sólo de disfrutar en la mesa de una agua de prestigio como Alzola, si no de la importancia de este Patrimonio de la Humanidad que es el agua:

Yemen:

Algunas de las cisternas de agua más impresionantes de Yemen están excavadas en la roca. En ellas se recogen las aguas pluviales sin más tratamiento que el hervor que puedan dar las mujeres en sus casas. Abastecen a los yemenitas durante todo el año desde hace siglos, unas de las más antiguas fueron construidas alrededor del siglo I a. C., en la zona volcánica alrededor de Adén, probablemente por los himyaritas, conquistadores del Reino de Saba. Pueden almacenar hasta 45 millones de litros de agua. El ir y venir de las mujeres acarreando bidones de plástico no cesa nunca.

India:

El deambular de numerosas mujeres, con grandes cántaros de agua sobre sus cabezas fabricados en metal o barro, por las carreteras del Rajastán, es otra de esas imágenes que no olvida un viajero cuando pisa la India. Niñas, jóvenes muchachas o mujeres en edad adulta son las encargadas de ir a buscar agua a los pozos cercanos con sus vasijas artesanales, algunas bellamente decoradas. Existe una danza tribal rajastaní, llamada Bhavai, que se realiza bailando en perfecto equilibrio con siete o hasta once cántaros de barro, alineados sobre la cabeza. La bailarina realiza rítmicos giros en rápido movimiento al son de una frenética música, si fuera poco el mantener tan sutil equilibrio la danza acaba con unos pasos sobre cristales rotos.

Malí:

Por último quiero acabar en Malí donde una vez más la tarea de acarrear agua recae en las mujeres. Allí los pozos se hunden bajo tierra muchos metros hacia las profundidades y es a fuerza de brazos que sale a la superficie. Los más pequeños aprenden la importancia de no desaprovechar ni una sola gota de este elixir de vida que aunque abundante, escasea en pureza y cristalinidad. No importa la dureza del trabajo en sí, ni el calor sofocante, las mujeres cantan mientras izan los odres de cabra; son las Diosas del Agua.


Si pruebas el agua de Alzola, ¡la eliges!.

Si te ha gustado este texto y quieres seguir leyendo sobre Diosas de Agua te invito a leer Ganga Deví, la Diosa del río Ganges (India).

El Mercado de las mujeres de Mopti

Mopti

El Mercado de las mujeres de Mopti se encuentra en un destartalado edificio de dos pisos, lo habitual en África es encontrar los mercados a pie de carretera y extendidos en zonas al aire libre, pero en la segunda ciudad más importante de Malí, hay de todos los tipos. 

Mopti
En la planta baja del Mercado de las mujeres de Mopti se encuentran los alimentos

El mercado africano a menudo escaso en cantidad de productos, es abundante en colorido, pero curiosamente su tonalidad no es debido a los productos que se venden, sino a las mujeres que los despachan y que los compran.

Mopti
Parada de pescado seco en el Mercado de las mujeres de Mopti

En la ciudad portuaria de Mopti cuyo nombre significa “reunión”, la intensidad de colores se ve beneficiada por ese ir y venir de pinazas abarrotadas de cargamento y gentes venidas de todos los rincones del país. 

Mopti
Es habitual ver paradas con un único producto

En el Mercado de las mujeres de Mopti se puede comprar desde carne, pescado seco, legumbres, arroz, fruta y verdura en la planta baja, hasta tallas de madera en el piso de arriba, donde se encuentra el Mercado de Suguni (mercado de las especias) con varias pequeñas tiendas donde se venden productos de cuero y todo tipo de baratijas.

Mopti
Parada de pescado seco junto al mercado

Mopti está considerada la escala comercial más importante del Níger, es normal que los mercados aquí tomen una especial relevancia y que el de las mujeres, no sea el único donde se puede disfrutar del ambiente de mercado. 

Mopti
Las mujeres africanas ponen la nota de color con sus vestidos y pañuelos

En el centro de la ciudad, se puede encontrar el Mercado Artesanal, donde te confeccionan una camisa o un pantalón a medida, en un abrir y cerrar de ojos. Pero volvamos al Mercado de las mujeres, os recomiendo apostaros en un rincón de este peculiar mercado de la Venecia africana.

Mopti
Son escasas las paradas donde se ven hombres atendiendo

Aquí es habitual ver comprando mujeres de todas las etnias que habitan Malí. Si nos detenemos un momento, disfrutaremos de la visión de nómadas songay, pescadores bozo y pastores peul, cuyas mujeres han ido hoy al mercado de Mopti a comprar.


Si os gustan los mercados africanos, aquí tenéis un vídeo y otro artículo de viajes dedicado a los Mercados de Burkina Faso.

Los mejores desiertos para viajar

Los mejores desiertos para viajar

El desierto no es más que polvo, de cielo destruido

He recorrido varios desiertos en mi vida, desde África hasta Sudamérica, desde Oriente Medio hasta Asia. Me he alojado en varias ciudades que cierran sus puertas a las inclemencias del tiempo y al aire lleno de polvo, como en Shibam Hadramaut en Yemen que era conocida con el nombre de la Manhattan del desierto o en Jaisalmer en la India llamada la “Perla del Desierto” y donde sobraban básicamente los hindúes para ser perfecta.

Beduina
En el desierto del Sáhara. Fotografía vía: Guillermo Cachero

En el desierto del Sáhara tunecino dormí en una jaima y recorrí los escenarios de Star Wars en Túnez, en Israel pude pisar un desierto bíblico; el Desierto de Judea donde las palabras Sodoma y Gomorra tienen más de una connotación. Un proverbio beduino dice que “El silencio del desierto es el mejor amigo del loco” quizás por eso me enamoré de los desiertos cuando vi los colores que se esconden en el desierto de Wadi Rum en Jordania, No dejes que nadie te diga que en el desierto no hay nada ¡están llenos de vida!

Ramlat as Sabatain (Yemen)

Ramlat as Sabatain
Desierto Ramlat as Sabatain (Yemen)

El desierto de Ramlat as Sabatain, en Yemen, se encuentra cerca de la frontera nororiental, en territorio beduino. Por delante tienes 600 kilómetros de desierto, donde todavía es posible encontrar una ciudad enterrada o campamentos de beduinos. La tierra está dominada por el gran desierto de arena de Rub al-Jali, que en árabe quiere decir región vacía, aunque aquí se presenta majestuosa, de derecha a izquierda y hasta el infinito.

Ramlat as Sabatain
Los beduinos yemenitas son los únicos que saben cruzar el desierto de Ramlat as Sabatain

Dos colores lo invaden todo: el marrón tostado, acogedor y nebuloso de las arenas de este desierto yemení y el azul cobalto, firme y poderoso del cielo, como si fuera realmente cierto aquello que dicen: de que el desierto es polvo de cielo destruido. Contemplar los tonos de la inmensidad de las dunas de arena, todas esas sombras que dibuja el sol cuando caricia la tierra, es una paleta de colores única y cambiante que lo impregna todo. El desierto es un entorno espectacular y silencioso, una oportunidad única para soñar aventuras y disfrutar de la nada, aunque el calor sea intenso y toneladas de polvo se introduzcan por la más pequeña de las rendijas de nuestra vestimenta, de las casas y de los coches, tiñendo con una suave capa de arena todo aquello que toca.

Nazca (Perú)

Líneas de Nazca
Líneas de Nazca. El mono (Perú)

Las Líneas de Nazca, en Perú, están consideradas por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. En los llanos desiertos de Paracas, los antiguos pobladores de la cultura Nazca tejieron espléndidos mantos de variados colores, momificaron a sus muertos con singular maestría y trazaron un valioso monumento arqueológico constituido por 32 geoglifos. Este enorme conjunto de figuras es una red de líneas que configuran variados dibujos de animales marinos y terrestres, plantas, figuras humanas y figuras geométricas gigantescas.

Líneas de Nazca
Líneas de Nazca. El colibrí (Perú)

Resulta sorprendente la espectacular dimensión de los dibujos y lo fácil que es verlas aunque parezcan irreales. Las Líneas de Nazca se encuentran situadas entre el km 419 y 465 de la Panamericana Sur, en las pampas desoladas, cubriendo un área de aproximadamente 350 km2. La cultura Nazca los realizaron con la misteriosa intención de rendirle culto al agua y de interpretar los mensajes del Sol, la Luna y las estrellas. No te creas que es obra de los extraterrestres como se empeñan los programas televisivos norteamericanos de mentir. El sobrevuelo de las Líneas de Nazca es una experiencia inolvidable que te recomiendo hacer.

Djenné (Malí)

Djenné
Día de mercado en Djenné junto a la Gran Mezquita, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO

La ciudad de Djenné, en Malí, también conocida con el nombre de Yenné, Djenne o Djeneé, es una pequeña ciudad situada en el delta del río Níger, ubicada en medio del desierto y formando parte del paisaje con gran majestuosidad. Los arqueólogos la consideran la primera ciudad de África y seguramente es la población más hermosa de Malí. Por ella han pasado multitud de etnias; bozos, bambaras, sonraís y peuls, actualmente la habitan un cuarto de millón de mezclas étnicas diseminadas en sus más de 200 km de largo. Las antiguas caravanas que transportaban marfil, oro, esclavos, lana y nuez de cola procedente del sur, se han convertido en autobuses cargados de cachivaches de plástico, frutas, verduras y cereales.

Djenné
Casa de adobe en Djenné, detrás el desierto se extiende en el horizonte

La ciudad de Djenné sigue siendo un punto comercial importante entre la sabana y el desierto. Sus calles y casas medievales quedan rodeadas por el agua en época de lluvias. Llamada la "Venecia del Níger", el comercio sigue siendo tan importante como en época de las caravanas. En los días de mercado, recibe a mujeres espléndidamente ataviadas, alegres, sinceras, y amistosas, quizá por contraste con la monotonía de las tonalidades del desierto que las rodea, en Djenné  tienen desarrollado más el sentido del color y la hospitalidad. La Gran Mezquita de Djenné es el templo religioso realizado en barro más grande del mundo.

Los viajes más populares