Se calcula que Ullastret tenía una extensión de 15 hectáreas y una población de más de 6.000 personas |
Cerca de Ullastret se encuentra la ciudad íbera más grande jamás encontrada. Sus
habitantes eligieron la colina del Puig
de Sant Andreu, una zona cercana a Empúries, donde se asentaron entre los
siglos VI y II a.C. para vivir, comerciar y desarrollar su sociedad, rodeados
del paisaje y el clima del Empordà.
Te dejo un enlace para que
descubras el vestigio griego más importante de la Península Ibérica: el yacimiento de Empúries.
La cultura ibérica fue la primera civilización autóctona con lengua y escritura propias |
Es también el mejor yacimiento íbero conservado de Catalunya donde pueden verse claramente diferentes silos, cisternas de agua, restos de viviendas, templos y una extensa muralla de más de 2.500 años de antigüedad.
La primera muralla se construyó en el siglo VI a.C. |
Ullastret fue una de las mayores concentraciones de población prerromana de la Península Ibérica y la capital de los indiketas; una población íbera que ocupaba un territorio de 2.700 km2. Una de las joyas del yacimiento íbero de Ullastret es su muralla. Es una de las murallas mejor conservadas de la Edad de Hierro en Catalunya.
La muralla fue ampliada y reformada en el siglo IV d.C. |
Construida como elemento defensivo para protegerse de otras poblaciones íberas como los ocetanos o ilergetas, la muralla de Ullastret también fue un elemento disuasorio y de prestigio. La muralla contaba con diferentes torres de diez metros de diámetro, situadas cada veintiocho metros de distancia.
El foso medía diez metros de anchura por cuatro metros de profundidad |
La primera muralla se construyó durante el último cuarto del siglo VI a.C. y la segunda que cubre un perímetro de 2 km se construyó en el siglo IV a.C. La muralla estaba precedida de un foso de diez metros de anchura y cuatro metros de profundidad que está siendo excavado en la actualidad y que fue descubierto en 2012.
Vista del interior de la muralla |
Ullastret disponía de cuatro puertas principales, con una anchura aproximada de entre tres y cuatro metros, estas puertas permitían el paso de carros y personas. Además, la muralla de Ullastret contaba con diferentes entradas más pequeñas para el paso de peatones llamadas poternas.
Puerta de acceso a la capital de los indiketas |
El acceso a la visita se hace por la puerta principal número uno, donde puede verse una curiosa ranura horizontal que se cree albergaba algún elemento en madera decorativo que sería típico de los indiketas. Cuando los arqueólogos llegaron a Ullastret encontraron esta puerta tapiada, lo que hace pensar que la población se encerró tras su muralla en el último combate contra los romanos en la segunda guerra púnica.
En la zona residencial se han encontrado numerosas viviendas de planta rectangular |
Tras cruzar una de las mayores puertas de entrada de la ciudad, te adentras entre las calles, principales y secundarias, espacios públicos, casas y edificios señoriales de una ciudad bien estructurada.
La base de piedra de las columnas, protegían la madera de la humedad |
La ruta ideal comienza en la primera calle a la derecha, donde al final de ella puede verse varios silos donde se almacenaban grano y unas curiosas columnas cónicas de piedra. Son la base de columnas de madera que habrían sostenido un pórtico de madera.
Las cisternas estaban recubiertas de sillares de piedra arenisca y opus signinum |
Regresamos a la calle principal del yacimiento íbero de Ullastret hasta encontrar una de las tres cisternas de agua de la ciudad. Las cisternas estaban cubiertas por losas de piedra para impedir la entrada de impurezas en su interior y también la entrada de luz que pudiera corromper el agua.
En el yacimiento íbero de Ullastret se han encontrado cerca de doscientos silos |
En otra de las calles podemos ver algunos silos más, donde se almacenaba el grano. Los silos estaban excavados en la roca en forma de botella. La boca era lo más estrecha posible para poder taparlo de forma hermética con una mezcla de arcilla y paja. Una vez vaciados no se volvían a utilizar para almacenar cereales y eran rellenados con basura, formada por restos de cerámica y huesos de animales.
Disponía de una puerta propia en la muralla de acceso privado |
Uno de los espacios más importantes del yacimiento de Ullastret es el que corresponde a una mansión aristocrática. Se encuentra ubicada entre la muralla y una de las calles principales. Mide 800 m2, cuando las casas íberas normales medían 30 o 40 m2, y consta de treinta estancias, cuando lo habitual era una o dos estancias y una zona porticada en el exterior.
En los templos de Ullastret se encontraron numerosos exvotos u ofrendas |
Dirigimos nuestros pasos en dirección al museo, en esta zona se cree pudo haber dos templos. El más antiguo, de planta cuadrangular, estuvo decorado con cornisas y elementos estucados y pintados. El lobo era uno de los animales sagrados que aparecen representados en la iconografía de los íberos.
La capital íbera de los indiketas estaba rodeada por un lago |
Siguiendo el camino hasta el mirador podemos contemplar donde se situaba el lago de Ullastret. Abarcaba unas 150 hectáreas y fue desecado en la segunda mitad del siglo XIX para convertirlo en campos de cultivo. En el centro había una isla conocida con el nombre de la Illa d’en Reixac que también estuvo habitada por los íberos y rodeada por una gruesa muralla.
Hebilla expuesta en el Museo de Ullastret |
En el interior del pequeño Museo de Ullastret se repasa la historia de los íberos, sus formas de enterramiento, de vida, artesanías, herramientas agrícolas, armas e información sobre los intercambios comerciales con fenicios y griegos.
Os dejo un vídeo de cómo se imaginan que era la capital de los indiketas en el año 250 a.C.
Si te gustan este tipo de
visitas, te recomienda descubrir el Yacimiento de Contrebia Leucade; una ciudad celtíbera protegida por una muralla situada entre Graccurris y
Numancia, que los romanos encabezados por Quinto
Sertorio tardaron cuarenta y cuatro días en poder asaltar.
Otra de las principales ciudades del
Mediterráneo de la Edad del Hierro fue el Oppidum
d'Ensérune, situado a mitad de camino entre Narbonne y Béziers. Donde también pueden verse silos
excavados en la roca para guardar cereales, así como varias cisternas para
almacenar agua, restos de las casas construidas entre el siglo V a. C. hasta el
I d. C. y restos de talleres del siglo I a. C.