Mostrando entradas con la etiqueta visita. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta visita. Mostrar todas las entradas

Flagey, la Fábrica del Sonido Art Déco de Bruselas

Flagey, la Fábrica del Sonido
El edificio Flagey, antigua sede del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión

Para los entusiastas de la arquitectura y el diseño, Bruselas es un tesoro de sorpresas; algunas muy poco conocidas como el edificio Flagey. Originalmente concebido como el Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR), la Maison de la Radio, en el vibrante barrio de Ixelles, se erige un emblemático edificio que representa un hito en la historia de la radiodifusión y un icono indiscutible del estilo Art Déco.

Una respuesta a la expansión de la radio


Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR) y la Iglesia de la Santa Cruz

A comienzos de los años 30, la radiodifusión belga entró en una nueva fase: la duplicación de las horas de emisión obligó al INR a replantearse su infraestructura. Tras asumir las instalaciones de S.A. Radio Belgique en Bruselas y Velthem, la institución necesitó un centro especialmente diseñado, aislado y equipado para dar respuesta a una actividad que crecía de forma exponencial. 

Joseph Diongre
Diseño de Joseph Diongre para el vestíbulo de entrada (1933)

La construcción de un edificio capaz de acoger un servicio moderno de radiodifusión se volvió urgente: no bastaban locales prestados, ni soluciones provisionales. El gobierno convocó un concurso internacional en 1933 para levantar la “Maison de la Radio” (Casa de la Radio), un proyecto que uniera innovación técnica y un diseño representativo para una era pionera.

Joseph Diongre y la “Fábrica del sonido”


Fábrica del Sonido
El edificio combinaba una impecable funcionalidad acústica con un estilo sobrio y monumental

Tras ganar el concurso público, el arquitecto Joseph Diongre (1878-1963), de Uccle, —con asesoramiento técnico de Raymond Braillard y F. Mortiaux— fue encargado de trazar los planos de un edificio que integrara investigación arquitectónica y exigencias acústicas y técnicas. El resultado combinó delicadeza decorativa, elección de materiales y mobiliario adaptado, caracterizado por la sobriedad, líneas limpias y elegancia funcional del Art Déco.

Flagey
En el vestíbulo de entrada se encuentra la escalera de acceso a las oficinas

Las soluciones técnicas también fueron revolucionarias para ofrecer una calidad acústica sin precedentes: por eso pronto se le apodó la “Fábrica del sonido”. La construcción de Joseph Diongre en la Place Eugène Flagey comenzó el 7 de junio de 1935 y se completó en septiembre de 1938.

Un diseño innovador para una era pionera


Flagey
Desde la Place Flagey, Flagey evoca la proa de un gran barco

El mejor modo de describir Flagey es imaginar un transatlántico en medio de la ciudad. Esta comparación no es casual; los espacios de circulación internos, con sus paneles de madera y finas luminarias tubulares, evocan los lujosos pasillos de los grandes barcos de la época. Y la solución visual de neones en los techos para indicar el sentido del recorrido, un guiño de modernidad.

Flagey
La piedra azul adorna la planta baja y enmarca las entradas principales y ventanales

La fachada alterna ladrillo amarillo tipo Venloo y piedra azul en la planta baja, con un marcado ritmo horizontal producto de franjas completas y bandas acristaladas. La torre esquinera escalonada con cuatro niveles circulares de tamaño decreciente, estaba concebida para integrar la antena de la incipiente televisión y contribuir a la imagen monumental del conjunto.

Maison de la Radio
Imagen antigua del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)

El edificio se eleva con seis niveles en la Place Sainte-Croix y siete hacia la Place Flagey. La planta baja estaba rematada por una marquesina de hormigón y ladrillos de vidrio. Contaba con dos entradas principales: una pública hacia la Place Sainte-Croix, iluminada por tres grandes tramos enmarcados en piedra azul, y otra administrativa hacia la Place Flagey, distinguida por un mirador redondeado que abarcaba toda la altura de la fachada.

Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Grabación de un radioteatro en el Instituto Nacional Belga de Radiodifusión

El proyecto integró avances técnicos inéditos en Bélgica. La funcionalidad fue el alma del diseño. Su planta se organizó en torno a dos torres acústicas independientes, núcleo del complejo, que estaban unidas por pasillos diseñados para minimizar vibraciones y donde se distribuyeron doce estudios de grabación diseñados con proporciones trapezoidales (5:2:3) consideradas óptimas para la acústica.

Maison de la Radio
Estudio para transmisiones habladas (1949)

Estas salas, que variaban en tamaño, podían acoger desde 20 hasta 500 personas, gracias al profundo estudio técnico realizado. Las paredes de ladrillo, de hasta 1,25 metros de grosor, y las “zonas de silencio” actuaban como barreras para impedir que el sonido viajara de un estudio a otro. Los estudios estaban aislados con complejos sistemas de amortiguación, y las salas de control se situaban estratégicamente para optimizar el trabajo técnico.

Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Vestíbulo y entrada a los estudios del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (c. 1950)

Se usaron materiales absorbentes (alfombras, cortinas, paneles de fibra, y —en la época— amianto y corcho) y técnicas de aislamiento vibratorio (bloques de corcho bajo los forjados, juntas elásticas, etc.). Los técnicos hicieron miles de experimentos (las cifras hablan de unas 40.000 pruebas de laboratorio) para calibrar resonancias, ecos y absorciones.

La decoración y el diseño de interiores


Joseph Diongre
Oficina del director, amueblada con muebles originales Art Déco de la década de 1930

El interior del Flagey es un reflejo de la atención al detalle y la funcionalidad que caracterizó el proyecto de Diongre. El arquitecto no solo diseñó la estructura, sino también el mobiliario que la complementaría. La Oficina del director y el salón ejecutivo, por ejemplo, estaban amueblados con elegantes muebles de madera de estilo Art Déco. Para los músicos, se utilizaron sillas tubulares fabricadas en serie y atriles de estilo modernista.

Joseph Diongre
Proyecto de iluminación Sociedad de Electricidad y Mecánica (SEM)

Para las oficinas y áreas de servicio, Diongre encargó a la firma belga "Les Métaux Galler" muebles tubulares y elementos de acabado con líneas modernistas y, sobre todo, funcionales. La iluminación de los pasillos principales, con luces de neón en los techos que indicaban la dirección, era una obra maestra de diseño.

Estudio 4: la obra maestra sinfónica


Flagey
El Estudio 4 fue el auditorio sinfónico más grande del mundo

Un ejemplo de la excelencia técnica alcanzada fue el Estudio 4, el más grande del edificio y, en su momento, el auditorio de radio más grande del mundo con 15.000 m³, era la obra maestra de la Maison de la Radio. Estaba diseñado para albergar grandes orquestas sinfónicas (con o sin coros), y su acústica fue meticulosamente estudiada.

Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
El órgano diseñado para el Estudio 4 fue inaugurado en 1940

Su equipamiento incluía varios micrófonos móviles suspendidos, dos balcones para técnicos y presentadores y —sobre todo— un órgano monumental fabricado por Maurice Delmotte. Este colosal instrumento contaba con cuatro teclados manuales, 95 registros y 8125 tubos, midiendo 20 m de largo por 12 m de alto (y entre 3 y 5 m de profundidad).

Studio 1
El sistema de 47 columnas hexagonales giratorias variaba la resonancia

También destacan soluciones tan ingeniosas como las 47 columnas hexagonales del Estudio 1 (0,80 m de diámetro y 4,5 m de alto), con caras de madera lacada y caras absorbentes de amianto, accionadas por motores para cambiar la resonancia en 35 segundos; y el uso de persianas y cortinas correderas en otros estudios para modular la acústica.

Funcionalidad y confort


Vintage
Postal comercial de las alfombras orientales de Vanderborght Frères

La instalación adoptó una arquitectura descentralizada: cada estudio disponía de su anexo técnico con equipos de transmisión, y la central se limitaba a establecer las conexiones (como una central telefónica). El sistema de aire acondicionado fue diseñado para ser silencioso: conductos separados por estudio, recubrimientos absorbentes y soluciones para evitar la transmisión de ruido a través de tuberías o cables. En oficinas y zonas administrativas se usaron revestimientos prácticos y elegantes: linóleo, paneles y alfombras instaladas por Établissements Vanderborght Frères.

Del deterioro al Renacimiento Cultural


Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Imagen antigua de la Central eléctrica expuesta en Flagey

Desde su inauguración en 1938, Flagey fue un centro audiovisual de excelencia que fue sede de radio, grabación y emisión de conciertos de música clásica, jazz y música contemporánea, y en 1953 fue testigo del nacimiento de la televisión belga. Durante más de tres décadas, fue un epicentro cultural y tecnológico que atrajo a músicos de renombre internacional.

Flagey
En el antiguo espacio de la Central eléctrica se ha instalado un comedor de empresa

Con el crecimiento televisivo se quedó pronto pequeño: la radio y la televisión se trasladaron en 1973 a la Cité de la Radiotélévision en Reyers. El edificio comenzó un período de deterioro y pasó a ocupaciones esporádicas, cerrando definitivamente en 1995. A pesar de haber sido protegido como monumento histórico en 1994, fue incluido en la lista de la UNESCO de los edificios más amenazados del mundo en 1997.

Flagey
La Sociedad Anónima Maison de la Radio Flagey emprendió una profunda restauración

Afortunadamente, en 1998, una iniciativa conjunta de los sectores público y privado, liderada por figuras como Robert Delville, Manfred Loeb y Piet Van Waeyenberge, logró adquirir el edificio a través de la Sociedad Anónima Maison de la Radio Flagey. Por primera vez en Bélgica, treinta empresas privadas se unieron para rescatar este patrimonio arquitectónico.

El nuevo Flagey: espacio cultural de referencia

Ixelles
Imagen antigua del Estudio 1

Bajo la dirección del estudio Samyn & Partners, se emprendió una importante campaña de rehabilitación y reestructuración del edificio del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión, con el desafío principal de eliminar el amianto y adaptar el edificio a sus nuevas funciones, respetando rigurosamente el patrimonio arquitectónico y acústico.

Flagey
Patio de butacas del Estudio 1

El Estudio 4 fue ampliado con balcones para aumentar su capacidad, y se instalaron sistemas de iluminación, sonido e imagen de última generación. El Estudio 1 fue restaurado a su estado original, y otros estudios se transformaron en una sala de cine (Estudio 5) y un estudio de televisión (Estudio 6 para TV Brussels).

Bruselas
El vestíbulo presidido por el logo del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión

En 2002, el edificio Flagey reabrió sus puertas. Hoy, es un importante centro cultural que acoge festivales de música, conciertos, películas, debates y una amplia gama de eventos. La zona de recepción se ha modernizado y ampliado. El Flagey ha recuperado su esplendor, ofreciendo un espacio cultural de primer nivel que mantiene el carácter y la majestuosidad de la obra original de Joseph Diongre, adaptándose a las exigencias del siglo XXI.


Más información: Flagey. Dirección: Place Sainte-Croix, 1050 Bruselas. Web: Flagey

Dónde comer: Le Variétés, sabor belga en clave Art Déco


Restaurante
Interior Art Déco del restaurante Le Variétés

En la planta baja del Flagey, junto a la Place Sainte-Croix, se encuentra Le Variétés, una brasserie-rotisserie que combina el encanto de la gastronomía belga con la elegancia del estilo Art Déco. Su terraza al aire libre invita a disfrutar de un café o una cerveza con vistas a la plaza, pero es en el interior donde la atmósfera cautiva por completo: paredes revestidas de madera de zebrano, mobiliario original de los años 30 y una luminosa sala en forma de “L” que se abre al bar y a la cocina.

Bruselas
Deliciosas croquetas de queso caseras de Le Variétés

La carta rinde homenaje a los clásicos de la cocina belga y a las especialidades de la casa, con mención especial para la carne a la brasa, verdadero emblema del lugar. Entre los entrantes destacan las deliciosas croquetas caseras rellenas de queso (15 €), que anticipan una experiencia culinaria reconfortante y sin artificios. El resultado es un espacio que, al igual que el propio edificio Flagey, mantiene intacto su espíritu original, ofreciendo al visitante una fusión perfecta de historia, diseño y sabor.

Más información: Le Variétés. Dirección: Place Sainte-Croix 4, 1050 Bruselas. Teléfono: +32 2 320 10 00. Horario: Diariamente de 12 a 14:30 y de 19 a 22:30 h. Web: Le Variétés

Toda la información generada en redes sociales durante mi viaje a Bruselas, puede consultarse a través del hashtag #PDBruselas

Qué más ver cerca

Si te apasiona el estilo arquitectónico y decorativo de los años 30, a solo 6,4 km encontrarás la Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg, el mayor templo Art Déco del mundo.

Caves de Roquefort Société: visita a las bodegas del queso más famoso de Francia

Roquefort
Las bodegas Société son un mundo subterráneo que preserva un saber ancestral

La visita a las Bodegas de Roquefort Société —conocidas en Francia como Caves Société— permite adentrarse en un mundo subterráneo donde descubro que el queso Roquefort nació de una herida en la tierra. Hace cerca de un millón de años, el macizo rocoso del Combalou se desplomó, creando un paisaje abrupto de rocas y fisuras sobre el pueblo de Roquefort-sur-Soulzon, en Aveyron. 

Roquefort-sur-Soulzon
Interior de una de las grutas recorridas durante la visita a las bodegas Société

Bajo ese caos geológico, surcado por un laberinto de fallas y grutas naturales, llamadas fleurines, se formó un sistema que regula de forma natural la temperatura y la humedad, creando las condiciones perfectas para que el Penicillium roqueforti prospere y dé vida a un queso mítico. El Roquefort es un titán de la gastronomía, un alimento nacido de la tierra que ha resistido el paso de los siglos, conservando intacto su carácter.

Roquefort-sur-Soulzon
Imagen antigua. Sala de expedición con mujeres trabajando en el envasado del Roquefort

Su magia está hecha de ingredientes simples: leche cruda de oveja, cuajo, sal, una pizca de Penicillium roqueforti y el soplo de aire helado de las fleurines que ventilan las cuevas de afinado. Pero su verdadera esencia reside en el saber hacer de los hombres y mujeres que, desde tiempos remotos, trabajan en silencio bajo la frescura de las cuevas para transformar la materia prima en una joya culinaria.

La visita a las Caves Société®


Roquefort-sur-Soulzon
Imagen antigua. Vista panorámica de Roquefort-sur-Soulzon desde el macizo de Combalou

El hombre ha sabido dialogar con la naturaleza, construyendo en este entorno salvaje las Bodegas de Roquefort, donde hoy se afina cada queso con la misma precisión artesanal de antaño. Algunas de estas cuevas, de origen medieval, están abiertas al público todo el año para desvelar los secretos de fabricación de este queso con AOP (Appellation d’Origine Protégée). Con más de 12.000 m² de galerías activas desde la Edad Media, las Caves Société son un lugar donde tradición y modernidad coexisten.

Roquefort-sur-Soulzon
Entrada a las cuevas donde se encuentra la billetería

Cada año, más de 100.000 visitantes recorren las salas en las que el Roquefort sigue su lento proceso de maduración, en un escenario arquitectónico tan singular como el propio queso. La entrada a las cuevas y el punto de recepción (accueil) se encuentran bajo tierra. Para llegar al espacio donde se compran las entradas, es necesario bajar unas escaleras —aproximadamente la altura de un piso—, que conducen directamente al interior de la montaña. Este descenso marca el inicio del recorrido por el mundo subterráneo del Roquefort.

Sala de proyección 3D


Roquefort-sur-Soulzon
Descubre los orígenes de la formación de las Caves Société a través de una proyección 3D

Con las entradas en mano, el recorrido comienza con un nuevo descenso hacia el corazón de las cuevas. Unas escaleras, equivalentes a la altura de un piso, nos conducen a la primera sala de la visita: un espacio de proyección 3D que explica cómo se formaron estas cuevas tras el derrumbe del Macizo del Combalou en la era cuaternaria, creando este ecosistema único. Entre imágenes impactantes y una narración envolvente, se muestra cómo nació este tesoro gastronómico.

La leyenda del Roquefort


Roquefort-sur-Soulzon
Imagen antigua. Pastoreo en los Causses: un pastor con sus ovejas, cuna de la leyenda del Roquefort

Es imposible hablar del queso Roquefort sin evocar la leyenda que acompaña a su origen. La historia nos transporta a tiempos lejanos, cuando los pastores cuidaban sus rebaños en las laderas del Combalou. Cuenta la leyenda que un joven pastor, que cuidaba su rebaño en el Combalou, embelesado por la imponente belleza de las rocas que se alzaban ante sus ojos, decidió aventurarse entre las grietas y pasadizos de la montaña. 

Roquefort-sur-Soulzon
Imagen antigua. Ordeño a mano. Fotografía de la Société des caves de Roquefort

Fascinado por lo que veía, olvidó por completo su humilde comida en una cueva: un pedazo de pan de centeno y un pequeño queso elaborado con la leche de sus ovejas. Días después, el pastor regresó al mismo lugar para continuar con su exploración y encontró su comida, tal y como la había dejado. Pero notó que algo había cambiado: el queso, cubierto de la misma humedad y moho que el pan, mostraba un aspecto inusual, con vetas azuladas y una textura untuosa. Intrigado, y también hambriento, lo probó y lo que descubrió fue una delicia de sabor inigualable. 

Roquefort
Un trozo de queso olvidado en una cueva, origen legendario del primer Roquefort

Con el tiempo, la leyenda adoptó tintes románticos: algunos dicen que el pastor, tras dejar en una cueva de la Roca de Combalou su pan de centeno y una cuajada de leche de oveja para protegerlos del calor, quedó hipnotizado por la visión de una hermosa joven, que pasaba por allí. La siguió sin descanso, caminando hasta perderla de vista. Cuando regresó, exhausto y hambriento, encontró su pan cubierto de mohos finos y la cuajada salpicada de vetas verdosas. La probó y descubrió, asombrado, que aquella humilde cuajada se había transformado en el primer Roquefort

El interior subterráneo de las Caves Société


Roquefort-sur-Soulzon
Un gran mural nos sitúa los espacios que veremos durante la visita a Caves Société

Al salir de la sala 3D, nos encontramos frente a una pared que revela un impresionante plano del edificio de las Caves Société. Este gran dibujo, como si fuera una vista en sección, permite apreciar la magnitud de la estructura subterránea. Podemos localizar los puntos exactos que recorreremos durante la visita y distinguir aquellas áreas no abiertas al público, donde se concentran los espacios de fabricación y las zonas técnicas. Este esquema ayuda a comprender que lo visible en el exterior es apenas una mínima parte de un universo subterráneo mucho más amplio.

Las fleurines, el aliento de la montaña


Roquefort-sur-Soulzon
Las fleurines son fisuras naturales formadas tras el derrumbe del macizo de Combalou

Seguimos nuestra visita hasta el corazón de las Caves Roquefort Société, donde nos permiten asomarnos a una de esas grietas por donde la montaña “respira”. Descubrimos un fenómeno natural, tan discreto como esencial: las fleurines, el verdadero regulador del clima de las bodegas. A través de estas grietas o pequeños túneles, cuyo nombre proviene del occitano flarina —que significa “soplar”—, circula un aire fresco y constante, una especie de “ventilación” natural que airea las galerías y crea las condiciones perfectas para la formación del queso Roquefort.

Roquefort-sur-Soulzon
Las fleurines son conductos naturales que conectan el interior de la cueva con el exterior

Cuando en el exterior hace mucho calor, el aire circula con mayor intensidad, manteniendo una temperatura constante en el interior. En invierno, en cambio, el flujo de aire se detiene porque no hay diferencia térmica entre el exterior y las galerías subterráneas. Para mantener el equilibrio perfecto, los maestros afinadores colocan puertas o compuertas frente a estos canales, regulando de manera artesanal tanto el flujo de aire como la temperatura, que oscila entre los 8 y los 19 °C según la época del año.

El arte de fabricar Roquefort


Roquefort-sur-Soulzon
Aquí podemos ver la ubicación de la sala de proyección en el laberinto de cuevas de Société

Tras descubrir este fenómeno natural, el recorrido continúa hacia una sala de proyección donde se presenta, a través de un vídeo, el proceso de producción del Roquefort y la importancia de la leche de las ovejas y los ganaderos. A estas alturas de la visita seguimos en lo que podríamos llamar el nivel cero de la bodega. Las Caves Société se organizan en ocho niveles subterráneos, de los cuales cuatro están abiertos al público. Durante todo el año, la temperatura en el interior de las bodegas se mantiene entre los 8 y 10 °C, con una humedad constante cercana al 90 %, por lo que, sin importar la época del año en que se visite, se recomienda llevar una prenda de abrigo

Roquefort-sur-Soulzon
Ordeño mecánico de ovejas. Realizado por 1ª vez en Mas de Roquefort por la Société des Caves (1931)

En el vídeo seguimos el rastro de las ovejas Lacaune, que siguen pastando desde hace siglos en los Grands Causses, esas mesetas áridas y ondulantes del sur del Macizo Central francés. La producción de Roquefort está íntimamente ligada al ritmo de la naturaleza. La colecta de leche comienza en diciembre y se prolonga hasta finales de junio, coincidiendo con el período de ordeño de las ovejas. El resto del año no hay producción, ya que los rebaños entran en gestación y las bodegas de afinado permanecen vacías.

Roquefort-sur-Soulzon
El mural muestra la superficie de las bodegas de afinado del Roquefort Société dentro de la montaña

La zona de recolección de leche se extiende en un radio de 120 kilómetros alrededor de Roquefort-sur-Soulzon y abarca varios departamentos. El queso se fabrica en el departamento de Aveyron, pero su afinado se lleva a cabo exclusivamente en el pueblo de Roquefort-sur-Soulzon, lo que confiere a esta denominación su carácter único. Hoy existen siete marcas de Roquefort, y Société es la más grande, responsable de aproximadamente el 60 % de la producción total.

Roquefort-sur-Soulzon
Imagen antigua. Roquefort-sur-Soulzon. Recepción de leche. Société des Caves

En la actualidad, la leche destinada a la elaboración del Roquefort Société procede de 18 granjas de ovejas situadas entre los departamentos del Tarn y del Aveyron, donde la raza Lacaune sigue siendo la gran protagonista y garante de la calidad de esta denominación de origen. El nombre de Lacaune proviene de un pequeño municipio del Tarn, y su linaje es fruto de la unión de varias razas locales (Camarés, Larzac, Lauraguaise…) que, desde 1902, dieron forma a esta estirpe resistente y lechera

Roquefort
Imagen antigua. Fabricación de quesos en la lechería de la Société des caves

Durante el verano, cuando el calor abrasa el altiplano de Larzac, las ovejas solo pastan de madrugada, entre las 5:30 y las 8:30, antes de resguardarse. Su alimentación, compuesta en un 80 % por forrajes, cebada, colza o soja, asegura una leche de calidad excepcional. Cada oveja consume unos 3 kg de alimento al día, lo que supone entre 800 y 1.000 kg de materia seca al año. Una oveja puede dar entre uno y tres corderos y produce alrededor de 250 litros de leche al año, pero esta producción no es uniforme. 

Roquefort
Un ‘pan’ de Roquefort requiere entre 11,5 y 14 litros de leche de oveja

Entre diciembre y junio, el ordeño dura unos 180 a 200 días: en diciembre, cada oveja produce unos 3 litros diarios, mientras que en junio apenas alcanza medio litro. Para elaborar un solo “pan” de Roquefort se necesitan 12 litros de leche cruda y entera. En los inicios de la temporada se requieren hasta 14 litros, pero al final, cuando la leche es más rica en grasa, solo hacen falta 11,5 litros. Los quesos producidos al final de la campaña son más grasos y, por su menor capacidad de conservación, se consumen antes.

Roquefort
Con 5.000 litros de leche y 4 gramos de Penicillium se elaboran 400 Roqueforts

Antes de comenzar la transformación, en las Caves Société se verifica cuidadosamente que la leche esté limpia y libre de bacterias, un requisito fundamental para garantizar la calidad del queso. Para fermentar 5.000 litros de leche, se añade una dosis de apenas 4 gramos de Penicillium roqueforti, el hongo esencial para el característico veteado azul del Roquefort. Esta cantidad es suficiente para producir unos 400 quesos, cada uno de aproximadamente 3 kilos. Los quesos se moldean en recipientes de 10 centímetros de altura por 20 centímetros de diámetro.

Roquefort
Postales antiguas de Caves Société. Fabricación de quesos: moldeado (1950) y salado (1945)

Una vez moldeado, el queso pasa por prensas que le dan su forma definitiva. A continuación, se procede a la salazón, aplicando alrededor de 100 gramos de sal en la superficie, y se somete a un proceso de picado: una fase crucial en la que se introducen agujas largas y finas que atraviesan el queso de arriba a abajo para facilitar la circulación del oxígeno en su interior, fundamental para el desarrollo del Penicillium y el característico veteado azul. Este proceso dura aproximadamente ocho días, tras los cuales los quesos se trasladan a las bodegas para iniciar la fase de afinado y maduración.

Roquefort-sur-Soulzon
En estas tablas de roble comienza la lenta transformación del queso en auténtico Roquefort

La metamorfosis silenciosa se realiza sobre tablas de madera de roble y al abrigo de la piedra, y en pocos días los “panes” de queso se transforman poco a poco en Roquefort, guiados por el ojo experto del maestro afinador. Aún hoy, estos maestros queseros confían en los soplos naturales de las fleurines para regular la temperatura y la humedad de las galerías. No hay máquinas ni tecnología sofisticada que sustituyan esta sabiduría, perfeccionada a lo largo de generaciones. Son las manos expertas y la intuición humana las que deciden si se abre o se cierra una fleurine, sabiendo que ello determinará el carácter único del queso.

La Cave Reynes: la bodega de Roquefort más antigua


Roquefort-sur-Soulzon
Entramos en la bodega más antigua de Cave Société

Tras el vídeo sobre la producción del Roquefort, la visita continúa ascendiendo un tramo de escaleras y atravesando un estrecho túnel de piedra, donde la humedad y el frescor se hacen más palpables, hasta alcanzar la Cave Reynes: la más antigua de todas las bodegas de Cave Société. Sus paredes de piedra cuentan siglos de historia. Aquí se comprende por qué el Roquefort ha conquistado un lugar de honor en la mesa francesa, ganándose el título de “Rey de los quesos”. 

Roquefort-sur-Soulzon
La Cave Rue del nivel superior vacía de quesos Roquefort

La Cave Reynes nos enseña que este queso no es solo un producto gastronómico, sino un verdadero patrimonio vivo que sigue evolucionando en cada afinado. Durante nuestra visita también nos adentramos en la Cave Rue, otra de las bodegas donde se madura el queso Roquefort. El nivel superior de una superficie en planta de 590 m², tiene 1.020 m² dedicados al afinado (en las estanterías) y una capacidad para 33.000 panes de Roquefort.

El afinado y la maduración


Roquefort
Imagen antigua. Bodegas Roquefort Société. El Maestro afinador garantiza la calidad de los quesos

El afinado es la clave del Roquefort. Cada cueva cuenta con su propio maestro afinador, que necesita más de 15 años de experiencia para conocerla a fondo. Su trabajo consiste en regular con precisión las corrientes de aire de las fleurines, jugando con la temperatura y la humedad. Basta un grado de diferencia para alterar todo el proceso. En las Caves Société, los panes de queso reposan sobre tablas de madera recubiertas de plástico, que ayudan a mantener la higrometría perfecta. 

Roquefort
Imagen antigua. Maduración de los quesos de Roquefort

A lo largo de 14 a 25 días, el Penicillium roqueforti va obrando su magia en un ambiente estable de 12 °C. Cuando el maestro afinador considera que el moho azul ha alcanzado su punto justo de desarrollo, los quesos se envuelven cuidadosamente y pasan a cámaras frías para continuar su lenta maduración. Desde el momento en que se fabrica, cada Roquefort requiere al menos 90 días para alcanzar su plenitud.

El Penicillium roqueforti, el alma azul del queso

Caves Société
En Caves Société cultivan sus propias cepas de Penicillium roqueforti

Hablar del Roquefort sin mencionar el Penicillium roqueforti sería como hablar de vino sin mencionar las viñas. Este hongo, que florece de forma natural en las cuevas del Combalou, es el responsable de las vetas azul verdosas que atraviesan el queso Roquefort y de los sabores intensos y complejos que lo hacen inconfundible. En las Caves Société, se seleccionan y cultivan cuidadosamente cepas propias de Penicillium roqueforti, adaptadas al carácter de cada cueva. 

Roquefort
Placa de laboratorio que contiene un cultivo del hongo Penicillium roqueforti

No existe un único Roquefort: cada afinado es una obra única porque cada cueva emplea una cepa distinta del hongo, lo que da lugar a matices de sabor y aroma. Durante la visita descubrimos que Société trabaja con tres cepas distintas de Penicillium roqueforti, cada una asociada a una de sus cuevas (Roquefort 1863, Cave des Templiers y Caves Baragnaudes), lo que da lugar a tres Roqueforts únicos

Cave Rue


Roquefort
La Cave Rue del nivel inferior llena de quesos Roquefort

Tras recorrer la Cave Rue en el nivel +1, que en el momento de nuestra visita en junio, estaba vacía, descendemos hasta el nivel -1 de la misma bodega. Aquí, el ambiente cambia por completo: las estanterías están repletas de “panes” de Roquefort en distintas fases de afinado. Este segundo piso, con 700 m² de superficie en el suelo y 780 m² dedicados al afinado, tiene capacidad para unos 23.700 quesos de Roquefort, lo que da una idea de la magnitud de estas galerías.

Las Caves Société, una de las primeras sociedades de Francia


Roquefort-sur-Soulzon
Diplomas y exposiciones que reflejan el prestigio histórico de Société

La historia de Société comienza en 1842, cuando quince afinadores decidieron unir fuerzas para hacer frente a los desafíos de la Revolución Industrial. Esta unión daría lugar a la Société Civile de Roquefort, una de las primeras sociedades fundadas en Francia. Con el tiempo, esta alianza permitió mejorar la producción, perfeccionar los métodos de fabricación y garantizar la prosperidad tanto de grandes como de pequeños ganaderos.

Roquefort-sur-Soulzon
Algunos de los logros de Étienne Coupiac que pueden verse en la sala de exposición

En 1851, la empresa se formaliza y, en 1863, Étienne Coupiac, su visionario director —apodado “Coupiac el rojo” registra la marca “SOCIÉTÉ®” con su icónico sello ovalado. Coupiac revolucionó el trabajo en las cuevas, introdujo innovaciones como la máquina picadora para perforar los quesos y una cepilladora mecánica, multiplicando la eficiencia sin renunciar a la calidad artesanal. El crecimiento fue imparable: en 1882, Société producía ya 1.560 toneladas de Roquefort, cifra que aumentaría aún más con la llegada del ferrocarril. 

Roquefort
Carteles publicitarios de Société del siglo XX

A finales del siglo XIX, la marca se democratiza. Coupiac lo resumió así: “El queso Roquefort es el rey de los quesos; ahora que este producto, hasta ahora aristocrático, va a estar al alcance de todos, de reaccionario se vuelve republicano”. En 1890 se crea el primer laboratorio de control de calidad, impulsando avances técnicos como las zonas refrigeradas para optimizar los stocks. Este espíritu de innovación permitió a Société atravesar sin problemas los retos del siglo XX.

El Roquefort fue el primer queso en obtener la AOP

Société
Antiguos carteles publicitarios de Roquefort Société, testimonio de su legado centenario

En 1925, bajo la dirección de Émile Masclet, Société obtuvo la Appellation d’Origine Contrôlée (AOC), Denominación de Origen Controlada, siendo el primer queso del mundo en recibir este reconocimiento. En 1996, este reconocimiento se consolidó en Europa con la Appellation d’Origine Protégée (AOP), Denominación de Origen Protegida, que ha celebrado su centenario en 2025. Hoy, con casi dos siglos de historia y como parte del grupo Lactalis desde 1992, sigue innovando dando nueva vida al Roquefort en aperitivos, postres y recetas creativas. 

La sala de degustación: un viaje de sabores


Roquefort
Una cata de queso Roquefort nos espera al final de la visita a las bodegas Société

La visita a estas bodegas de Roquefort culmina con una degustación de queso Roquefort AOP Société, cada uno con su carácter y matices propios. Antes de probarlos, la guía ofrece consejos sobre cómo conservar y servir este queso. El Roquefort debe protegerse en su embalaje original o envuelto en papel de aluminio. Conviene guardarlo en la parte baja del frigorífico y evitar los cambios bruscos de temperatura. El Roquefort debe “respirar” antes de servirse: lo ideal es sacarlo una hora antes, para que despliegue toda su textura, aroma y sabor.

El arte de la cata del Roquefort


Caves Société
Cada Roquefort revela el carácter de su Penicillium y entorno de afinado

La cata de las cuatro variedades de queso Roquefort Société nos permite descubrir cómo la cepa de Penicillium roqueforti y el entorno de cada cueva, imprimen su propio sello. Aunque el Roquefort es un tesoro gastronómico, no todos pueden disfrutarlo sin riesgos. Las autoridades sanitarias francesas desaconsejan su consumo a personas con un sistema inmunitario debilitado, mujeres embarazadas y menores de cinco años.

Roquefort
Roquefort 1863, el queso más emblemático de Société

Roquefort 1863: es el más emblemático de Caves Société y el de producción más amplia. Equilibrado, con un veteado discreto color marfil y una armonía perfecta entre fuerza y suavidad. Es el Roquefort “comodín” para utilizar en recetas y es el más fácil de encontrar en supermercados en España.

Roquefort
Un queso Roquefort ideal para tablas gourmet y maridajes delicados

Caves Abeille: reconocible al instante por su color marfil intenso y su veteado verde esmeralda delicado y armonioso. Es más suave y dulce que el Roquefort 1863. Este queso representa el equilibrio perfecto entre textura, sabor y carácter, heredero de la larga tradición de Société.

Roquefort
El Roquefort AOP Société Cave des Templiers combina perfectamente con carnes blancas

Cave des Templiers: su pasta blanca contrasta con un veteado profundo, casi negro, que le proporciona un sabor más pronunciado. Es el más intenso de la gama de quesos Roquefort de Société, con una textura más fundente y cremosa. Su rareza lo convierte en una joya para los amantes de sabores potentes.

Roquefort
El Roquefort Caves Baragnaudes es más untuoso y persiste más tiempo en la boca

Caves Baragnaudes: de color marfil y vetas verde pálido, es delicado y aromático. Primero sorprende su cremosidad y notas de miel o sotobosque, para luego desplegar una fuerza que persiste en el paladar. El Baragnaudes suele ser el preferido por los aficionados, considerado una joya que expresa el sabor más refinado de este queso legendario. Las variedades Templiers y Baragnaudes se comercializan exclusivamente en Francia, lo que las convierte en una tentación reservada para los paladares locales o para quienes visitan el país.

Maridajes que conquistan al Roquefort


Roquefort
Antigua postal publicitaria de Société con la receta de la tortilla de Lapeyrière

El Roquefort brilla junto a ingredientes como higos, peras, nueces, trufa o incluso pollo asado y tocino. Para los más atrevidos, se puede combinar con frutas frescas como piña o pomelo, o con verduras como el apio, el brócoli o la calabaza. En cuanto a bebidas, los maridajes clásicos son los vinos dulces como un Rivesaltes o un buen Oporto.

Roquefort
Antigua postal publicitaria de Société con la receta “Les Palets Prinsky”

Sin embargo, el célebre gastrónomo Curnonsky prefería combinarlo con grandes tintos secos, dependiendo de la maduración del queso. Para paladares curiosos, el Roquefort combina de forma extraordinaria con cerveza negra tipo Imperial Stout, de notas torrefactas de café y chocolate. O incluso con café de Brasil, creando una explosión de aromas tostados y frutales que realzan el carácter del Roquefort.

La sala de exposición: casi dos siglos de historia


Caves Société
La sala de exposición muestra la historia de la empresa Société

La última etapa de la visita nos sumerge en la memoria de Société, a través de imágenes, documentos históricos y objetos que cuentan más de un siglo y medio de historia. Las paredes están cubiertas con grandes carteles publicitarios de distintas épocas, desde los primeros carteles con ilustraciones artesanales hasta las campañas más recientes que han hecho del roquefort un icono gastronómico.

Caves Société
El óvalo de Société, emblema de la marca

Varias pantallas muestran un recorrido cronológico por los hitos de la marca: el depósito de la marca registrada en 1863, los croquis de la maquinaria pionera que revolucionó el afinado, y los diplomas y medallas obtenidos en Exposiciones Internacionales de ciencia e industria. En este espacio, es fácil comprender cómo Société ha sabido innovar sin traicionar sus raíces, manteniendo su carácter único y su lugar de honor en la gastronomía francesa y mundial. 

Caves Société
Las bodegas de Roquefort Société, cuna del queso más famoso de Francia

Con su veteado inconfundible, aroma penetrante y sabor intenso, el Roquefort impone respeto. “Le Roquefort, c’est fort”, dicen en Francia, ¡y con razón! Su fuerza es su mayor virtud, un regreso al sabor auténtico que desafía la estandarización de los productos actuales. Claude Lévi-Strauss lo resumió con precisión: “No basta con que un alimento sea bueno para comer, también debe ser bueno para pensar en él”. Degustar Roquefort es mucho más que saborear un queso, es vivir una experiencia cultural que combina terroir, tradición y maestría. Y eso, a Planeta Dunia, le encanta.

Más información: Caves de Roquefort Société. Dirección: 2 Avenue François Galtier, 12250 Roquefort-sur-Soulzon. Teléfono: +33 565 585 438. La visita a las Caves Société® se encuentra en la parte alta del pueblo. Las oficinas de Caves Société están en 15 Avenue de Lauras, pero no están abiertas al público. Desde este punto, la entrada a las bodegas está a unos 550 metros (aprox. 8 minutos a pie). Dispone de un aparcamiento gratuito frente al acceso de entrada. Horario: En agosto, diariamente de 10 a 17:30 h. En septiembre, diariamente de 10 a 12 h y de 13:30 a 17 h. De octubre a julio, diariamente de 10 a 12 h y de 13:30 a 16:30 h. Entrada: Visita guiada a las bodegas de Roquefort Société y degustación de tres quesos Roquefort: 7’5 €. Web: Caves de Roquefort Société

Toda la información generada durante mi viaje a las bodegas de Roquefort Société puede consultarse a través de los hashtags #Roquefort100Años y #Aveyron.

Qué más ver cerca

La Couvertoirade: una ciudad templaria que resiste al paso de los siglos. Aquí no necesitas imaginación: todo está a la vista, desde las casas de piedra del siglo XV hasta la muralla, torres y castillo de los Caballeros del Temple.

Los viajes más populares