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5 Hôtels Particuliers de Montpellier

Montpellier
Los Hôtels Particuliers de Montpellier son tesoros ocultos de su patrimonio histórico

Montpellier es una ciudad que cuenta con cerca de 80 hôtels particuliers. Cuando hablamos de “hôtels particuliers”, no hacemos referencia a hoteles en el sentido de alojamientos para viajeros, sino a residencias urbanas de lujo construidas como vivienda familiar para la aristocracia, la alta burguesía, médicos o grandes comerciantes, entre los siglos XV y XVIII, para reflejar su poder y estatus social.

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Ubicados en el corazón de las ciudades, estas residencias privadas eran de familias influyentes

Estas joyas arquitectónicas ofrecen una mirada fascinante a la vida y el estilo de esta nobleza urbana de época. Tan sólo 10 de estos edificios están abiertos al público a través de visitas guiadas organizadas por la oficina de turismo de Montpellier, permitiendo a los visitantes explorar su antiguo esplendor y descubrir los secretos de su pasado. No deben visitarse por libre, ya que son viviendas habitadas y a nadie le gusta encontrarse a desconocidos llamando a la puerta de tu casa.

Montpellier
Los siglos XVII y XVIII marcaron el período de mayor esplendor de los hôtels particuliers

En este artículo, exploraremos cinco Hôtels Particuliers de Montpellier: el Hôtel des Trésoriers de la Bourse, el Hôtel de Montcalm, el Hôtel Manelli, el Hôtel Rey y el Hôtel Lamouroux. A través de sus historias, sus primeros habitantes, detalles de arquitectura y curiosidades, podremos apreciar la riqueza cultural y la importancia histórica que estos edificios representan para Montpellier.  

Hôtel des Trésoriers de la Bourse (siglo XVII-XVIII)


Montpellier
Detrás de una fachada sobria se esconde uno de los tesoros de la arquitectura de Montpellier

El Hôtel des Trésoriers de la Bourse, es el “hôtel particulier” más grande de Montpellier, se encuentra en el número 4 de la Rue des Trésoriers-de-la-Bourse. Con una historia notable y una arquitectura impresionante, este edificio ha sido testigo de varias transformaciones a lo largo de los siglos, reflejando el esplendor de la aristocracia local.

Historia


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Vista de Montpellier por Hérault Christophe Tassin (1634)

La historia del Hôtel des Trésoriers de la Bourse se remonta al siglo XVI, cuando Antoine de Saporta (1507-1573), amigo de la infancia de Rabelais y médico de los reyes de Navarra, adquirió la propiedad en 1554. Más tarde, en 1632, la residencia pasó a ser propiedad de Daniel de Gallières, presidente de la “Cour des Comptes, Aides et Finances”, y la residencia tomó el nombre del Hôtel de Gallières.

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A la izquierda del patio de honor se encuentra la gran escalera

El edificio actual es el resultado de tres importantes campañas constructivas. La primera, en 1652, fue ordenada por Pierre de Gallières, sobrino de Daniel, quien mandó construir una gran escalera en el patio de honor, aún visible, donde probablemente trabajaría el albañil Antoine Laurens. En 1693, Pierre de Gallières vendió el hôtel a Pierre de Sartre, secretario del Rey y Tesorero de la Bolsa de Languedoc, quien transformó profundamente el edificio con la ayuda del arquitecto Augustin-Charles d'Aviler (1653-1701).

Retrato de Madame y Joseph I Bonnier de La Mosson
Retrato de Madame y Joseph I Bonnier de La Mosson pintado por Jean Ranc (1702)

La tercera campaña se realizó en 1712, por orden del tesorero de la Bolsa, Joseph I Bonnier de la Mosson (1676-1726), que adquirió el hôtel y completó su remodelación contratando al arquitecto Jean Giral (1679-1755), quien creó la hermosa puerta en la fachada posterior y añadió decoraciones en el primer patio. El mascarón en el porche de entrada, que muestra el rostro de una joven con una expresión triste, fechada en 1731, es también obra de Jean Giral.

Arquitectura


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El Hôtel des Trésoriers de la Bourse se organiza alrededor de dos patios

La entrada principal da acceso al patio de honor, de aproximadamente 90 m², a través de un porche abovedado. El pavimento de guijarros rodea un camino de losas de piedra que conduce a una pequeña escalera al fondo del patio. Bonnier de la Mosson añadió decoraciones en el primer patio, incluyendo guirnaldas y figuras de amorcillos, y sobre la entrada del cuerpo principal, cuatro amorcillos sonrientes simbolizan la abundancia del Languedoc.

Curiosidades


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Representación de la abundancia del Languedoc

Entre 1696 y 1704, Jean Giral también se encargaría de la restauración del acueducto del Pont du Gard, que visitamos en nuestra ruta por la Vía Domitia. El Hôtel des Trésoriers de la Bourse sufrió varias reformas en el siglo XIX, adquiriendo su aspecto actual. La gran escalera en el patio de honor, construida por Pierre de Gallières, es un elemento destacado, aunque presenta errores de diseño en los pisos superiores. Clasificado como Monumento Histórico en 1945, actualmente es la sede de la Maison de Heidelberg, ciudad germana hermanada con Montpellier.

Hôtel de Montcalm (1544)


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En la Rue du Bras de Fer se encuentra otra de las puertas de entrada al Hôtel de Montcalm

El Hôtel de Montcalm, situado en el número 3 de la Rue de l'Ancien-Courrier, es otra de las joyas arquitectónicas de Montpellier. Esta imponente construcción en piedra calcárea local, con sus tres grandes patios, refleja la opulencia y la influencia de la familia Montcalm, una prominente familia aristocrática de la antigua región occitana de Rouergue.

Historia


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Hoy, el Hôtel de Montcalm sigue siendo una propiedad privada

El vínculo de los Montcalm con Montpellier se establece en 1632, cuando Louis III de Montcalm se casa con Jeanne de Calvet, hija de Guillaume Calvet e Isabeau de Bossuges. La familia Calvet poseía desde 1480 este notable “hôtel particulier” en la Rue du Courrier, que posteriormente sería transformado y ampliado por los Montcalm.

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Maison Caizergues (Hôtel de Montcalm) por Jean-Marie Amelin (1821)

Tras la muerte del padre de Jeanne en 1651, el albañil Antoine Limaigne fue contratado para renovar y modernizar el hôtel medieval de los Calvet. Las principales modificaciones se realizaron en 1680, cuando Pierre de Montcalm encargó a Antoine Giral (c. 1638-1721) la construcción de una galería sobre el jardín, creando una imponente terraza sostenida por arcadas.

Arquitectura


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Vista de los apartamentos que dan al antiguo jardín

La fachada trasera, con elementos decorativos típicos del siglo XVIII, es un ejemplo notable de esta época. El elemento más emblemático es el Patio de Honor, dominado por su célebre escalera de caracol diseñada por Antoine Giral. Esta escalera abierta está decorada con una bonita balaustrada y presenta un núcleo hueco, que quizás sirvió de “montacargas” para la comida, ya que las cocinas se encontraban en la parte baja.

Montpellier
La arquitectura del Hôtel de Montcalm mezcla el esplendor renacentista y el clásico francés

La rampa de la escalera, esculpida en el mismo bloque de piedra, incluye pequeñas trompas en forma de conchas que dan mayor estabilidad a la estructura, y reflejan la influencia de la estética parisina y las técnicas de Jean Ardouin Mansart. De la antigua residencia Calvet también se conservan algunos elementos, como el tragaluz con ventanas trilobuladas y los decorados renacentistas del patio interior.

Curiosidades


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Placa que recuerda la partida del marqués de Montcalm en 1756

El Hôtel de Montcalm ha experimentado pocas modificaciones posteriores a las realizadas en el siglo XVII. Pasó a manos de Louis Joseph, marqués de Montcalm (1712-1759), quien partió de esta residencia el 6 de febrero de 1756 para defender el Canadá, encontrando una muerte heroica en Quebec el 14 de septiembre de 1759, tal y como se puede leer en la placa colocada en el patio interior.

Hôtel Manelli (siglo XIII)


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En la Rue de l'Ancien-Courrier se encuentra la puerta de acceso al Hôtel Manelli

El Hôtel Manelli, situado en el número 15 de la Rue de l'Ancien-Courrier, es una de las construcciones patricias más antiguas de Montpellier. La estructura de su patio, aunque más pequeña que la de los otros "hôtel particulier", que hemos visto, muestra realmente cómo era la distribución de estas viviendas en la Edad Media. El Hôtel Manelli debe su nombre a Nicolas Manelli, un recaudador de impuestos que fue propietario del edificio en el siglo XV. 

Historia


Montpellier
Vista de una de las torres del patio interior

Sin embargo, la estructura original de este "hôtel particulier" sugiere que pudo haber sido erigido entre los siglos XIII y XIV, aunque la autoría de la obra sigue siendo desconocida. El edificio ha sido testigo de múltiples transformaciones y usos a lo largo del tiempo, reflejando la evolución de la arquitectura urbana de Montpellier desde la Edad Media hasta la actualidad.

Arquitectura


La huella medieval se resiste a desaparecer

La construcción del Hôtel Manelli se caracteriza por el uso de caliza en sus muros y tejas curvas en la cubierta, elementos típicos de la arquitectura medieval. El edificio se eleva tres pisos y presenta una estructura de bóvedas de ojivas. Uno de los elementos más notables es su escalera en espiral, considerada la más antigua de este tipo conservada en Montpellier, que data de mediados del siglo XIV.

Montpellier
Huellas de ventanas medievales

Este tipo de escalera, conocido localmente desde la época romana, comenzó a adaptarse en las casas urbanas alrededor de 1350 y se convirtió en una forma predominante de distribución vertical a partir del siglo XV. La fachada del Hôtel Manelli conserva vestigios de un conjunto de pequeñas ventanas o aberturas, así como puertas y ventanas de antiguas tiendas en la planta baja. En el patio interior, se pueden observar también restos de ventanas medievales. La composición original del edificio parece haber sido un cuadrilátero que rodeaba el patio central.

Curiosidades

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Una escalera de acceso se esconde en la torre circular

La escalera del Hôtel Manelli está escondida en una torre, a diferencia de otras viviendas que hemos visto, donde las escaleras se muestran como un elemento central y decorativo. En el Hôtel Manelli, no es la parte más importante de la vivienda. Esta escalera es una estructura práctica, diseñada simplemente para subir a los pisos superiores.

Hôtel Rey (1682)


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En la Grand'Rue Jean-Moulin se encuentra la puerta de entrada al Hôtel Rey

Ubicado en la 21 Grand'Rue Jean-Moulin de Montpellier, el Hôtel Rey se erige como un ejemplo de la rica herencia arquitectónica e histórica de la ciudad. Construido en el siglo XVII y ampliado en el XVIII, este “hôtel particulier” ha albergado a prominentes familias como los Rey y los Serres, preservando su esplendor con una impresionante escalera y detalles renacentistas.

Historia


La escalera del Hôtel Rey fue cerrada con puertas acristaladas en el siglo XIX

El Hôtel Rey, cuyo legado se remonta al año 1602 cuando pasó a ser propiedad de la familia Rey, ha sufrido también múltiples transformaciones a lo largo de los siglos. Inicialmente adquirido por Françoise Nicole Veuve Rey, el edificio sufrió notables ampliaciones y renovaciones durante los períodos tardíos de los siglos XVII y XVIII, incluyendo la adición de su impresionante escalera y portal.

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Las esquinas de la escalera interior están decoradas con grotescos

Durante su rica historia, el hôtel cambió de manos entre diversas familias prominentes de Montpellier. Destacándose entre ellas, Salomon Rey, quien fuera contable en el Tribunal de Cuentas, y más tarde, la familia Serres de Florensac, quienes mantuvieron la propiedad hasta que, en 1783, pasó a ser propiedad de un sobrino de Pierre de Serres, Jean-François Paulinier de Fontenille (1739-1803), capitán del Regimiento d'Aunis, que se convirtió en su nuevo propietario.

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Las dos salidas, en dos calles diferentes, del Hôtel Rey, facilitaron la clandestinidad de Jean Moulin

Posteriormente, en 1785, fue adquirido por Jean-Pierre Pomier (ca 1725-1802), un distinguido comerciante cuya descendencia, a través de su nieta Honorine Martin de Choisy (1794- 1831), trajo consigo nuevas ramificaciones familiares y sociales al hôtel, al casarse en 1817 con el conde Louis Pierre Alexis d'Adhémar (1790-1864), ayudante mayor del Regimiento de Cazadores de Mosa.

Arquitectura


Montpellier
Vista de los detalles decorativos del patio interior

La fachada principal del Hôtel Rey se distribuye en tres niveles, cada uno adornado con tres amplios ventanales rectangulares simétricamente dispuestos bajo un frontón triangular. Las ventanas están enmarcadas por columnas toscanas pareadas que sostienen un entablamento con un friso decorado. En el primer piso, las ventanas altas están flanqueadas por pilares con capiteles jónicos, unidos por guirnaldas florales que decoran los dinteles. Los pilares del segundo piso están coronados por capiteles corintios.

Curiosidades


Montpellier
Jean Moulin se escondió en el Hôtel Rey durante la Segunda Guerra Mundial

En el segundo piso del Hôtel Rey residió clandestinamente Jean Moulin (1899-1943), destacado miembro de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, junto a su hermana Laure Moulin (1892-1974) y su madre. Durante el verano de 1937, Laure había sido nombrada profesora en Montpellier, lo que llevó a la familia Moulin a instalarse en la ciudad.

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Jean Moulin fotografiado por Marcel Bernard en el acueducto de Montpellier en febrero de 1940

La postura antifascista de Jean Moulin y su resistencia a colaborar con el régimen de ocupación nazi lo convirtieron en un hombre buscado y perseguido. Durante su estancia en el Hôtel Rey, Jean Moulin se dedicaba por las noches a traducir mensajes para la Resistencia. La Gestapo anunciaría a su familia su fallecimiento, en este mismo lugar, el 8 de julio de 1943.

Hôtel Lamouroux (1721)


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En la Grand'Rue Jean-Moulin se encuentra la puerta de acceso al Hôtel Lamouroux

Ubicado en la 15 Grand'Rue Jean-Moulin, el Hôtel Lamouroux es otro notable ejemplo de arquitectura urbana en Montpellier. Este edificio histórico, con un rico pasado que se remonta al siglo XVIII, presenta detalles arquitectónicos y una historia que merecen ser admirados y preservados. El Hôtel Lamouroux ha sido una propiedad privada desde su construcción y continúa siéndolo en la actualidad. Fue inscrito como monumento histórico el 15 de diciembre de 1994, destacando así su valor patrimonial.

Historia


Montpellier
La estructura actual del Hôtel Lamouroux corresponde a la construcción del siglo XVIII

El Hôtel Lamouroux fue construido en 1721 tras la adquisición de dos parcelas por François Lamouroux, quien desempeñaba el cargo de Tesorero encargado de gestionar los fondos extraordinarios destinados a las operaciones militares del reino. Durante el siglo XIX, se realizaron reparaciones y modificaciones en la escalera principal, uno de los elementos más distintivos del edificio.

Arquitectura


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La anchura de la escalera facilitaba el acceso a las mujeres que vestían faldas voluminosas

El Hôtel Lamouroux está construido principalmente en caliza y se organiza en forma de cuadrilátero alrededor de un patio interior, un diseño típico de los “hôtels particuliers” de Montpellier. El edificio cuenta con tres plantas cuadradas que presentan elementos escultóricos y de hierro forjado. Los tres niveles eran la estructura habitual de estas residencias nobles del siglo XVIII. 

La estructura de la escalera es abierta y decorada con elementos de hierro forjado

La planta baja se destinaba a las cocinas, almacenes, despensas y caballerizas. En la primera planta se encontraba la planta noble, con salones, comedores y salas de estar. La segunda planta albergaba la zona privada de la familia, es decir, dormitorios y baños, mientras que la última planta se destinaba al personal de servicio. La escalera principal del Hôtel Lamouroux es un ejemplo notable de la arquitectura del siglo XVIII. Se trata de una escalera de caracol con descansillos, integrada dentro del edificio y empotrada, dispone de una abertura central que permite la entrada de luz natural y aire al núcleo de la escalera.

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Museo Fabre de Montpellier: emblema del arte europeo

Museo Fabre
Entrada principal al Museo Fabre por el antiguo Colegio de los Jesuitas de 1681
El Museo Fabre de Montpellier, fundado en 1825 por el pintor neoclásico François-Xavier Fabre, (1766-1837) alberga una de las colecciones públicas más destacadas de Francia. Enriquecido por donaciones de coleccionistas y artistas como el propio Fabre, Valedau, Bruyas, Bonnet-Mel, Cabanel, Bazille y un notable conjunto de obras de Pierre Soulages, que abarca una amplia colección de obras desde 1951 hasta 2012. El Museo Fabre de Montpellier se ha consolidado como una de las principales colecciones de bellas artes en Europa, ofreciendo un recorrido que abarca desde el Renacimiento hasta el arte contemporáneo.

MAESTROS ANTIGUOS (Salas 3-28)


Museo Fabre
Pieter Paul Rubens. Alegoría de la Austria católica atacada por príncipes protestantes (c. 1620)

La sección “Maestros Antiguos” del Museo Fabre exhibe colecciones de pintura y escultura desde el Renacimiento hasta principios del siglo XIX. El redescubrimiento de la antigüedad, la invención de la perspectiva y la evolución en la técnica artística, que permitió representar las formas y volúmenes de manera más realista y convincente, transformaron el arte europeo. Esto permitió exaltar el sentimiento religioso, el gusto por la mitología y el placer por la naturaleza. Con el paso del tiempo, en Francia, Italia, los Países Bajos y España, surgieron diversos estilos artísticos, con sus propias reglas, modelos y maestros destacados.

Pintura nórdica (Salas 3-8)


Museo Fabre
Hans de Jode. “Paisaje con bañistas” (1656)

En la planta baja, se exhibe el arte flamenco y neerlandés desde el Renacimiento hasta el siglo XVIII. La colección se formó principalmente gracias a las donaciones de François-Xavier Fabre, fundador del museo Fabre, y al legado de Antoine Valedau (1777-1836), agente de bolsa y apasionado coleccionista nacido en Montpellier. La predilección de estos dos mecenas por las pequeñas pinturas sobre lienzo o madera, que representan paisajes, bodegones detallados y escenas humorísticas de tabernas, se aprecia claramente en esta colección. El recorrido concluye resaltando el interés de los pintores del norte por los viajes a Italia.

Sala Hondius (Sala 7)


Museo Fabre
Cornelis Huysmans. "Paisaje en el puente" (s. XVII)

En la sala 7 del Museo Fabre se expone la evolución del gusto por la pintura barroca en los Países Bajos del Norte a finales del siglo XVII. Desde 1650, la nobleza y burguesía holandesas mostraron un creciente interés por la cultura y el arte franceses, reflejado en la pintura barroca de la época. Artistas como Gerrit Berckheyde (1638-1698) y Jan van der Heyden (1637-1712) retrataron escenas urbanas serenas. Otros, como Willem Kalf (1619- 1693) y Jan Davidsz de Heem (1606-1683/84), crearon detallados bodegones. El retratista Abraham van der Tempel (1622/23-1672) adoptó un estilo ostentoso. La sala destaca la influencia de la pintura flamenca en la holandesa y la popularidad de los paisajes urbanos y naturales.

Renacimiento y siglo XVII (Salas 9-14)


Museo Fabre
En la sala 11 podemos ver la pintura de Sébastien Bourdon, “L’homme aux rubans noirs” (c.1657)

Hay que subir a la primera planta del Museo Fabre para encontrarnos con la pintura europea desde el Renacimiento hasta el siglo XVII. Ocupa el espacio original del museo creado en 1825 en el Hôtel de Massilian. Aquí se exhiben obras de temas religiosos y mitológicos de Francia, Italia y España, desde el Renacimiento hasta el Barroco. La colección, en su mayoría, fue reunida por François-Xavier Fabre, destacando su interés por el arte italiano, país donde vivió entre 1787 y 1824. Entre los artistas destacados, se encuentra Sébastien Bourdon (1616-1671), pintor nacido en Montpellier, con una trayectoria que abarca desde Roma hasta Estocolmo y París.

Pintura francesa desde el siglo XVII al XVIII (Salas 15-18)


Museo Fabre
Jean Ranc. Retratos de Monsieur Dupuy y Madame Dupuy (1697-1700)

En las salas 15-18 del Museo Fabre se presenta la pintura francesa de los siglos XVII y XVIII. A partir de la segunda mitad del siglo XVII, la vida de los artistas en Francia cambió con la creación de la Academia Real de Pintura y Escultura. Muchas obras de esta sección son “Morceaux de réception” (Obras de recepción), piezas que permitían a los artistas ser admitidos en la Academia. Otras fueron exhibidas en el Salón del Louvre. Destacan Jean Ranc (1674-1735) y Jean Raoux (1677-1734), académicos nacidos en Montpellier, con gran éxito en París y Europa. La pintura religiosa sigue siendo relevante, pero los mitos antiguos capturan cada vez más el interés de artistas y aficionados.

El neoclasicismo (Salas 19-23)

Museo Fabre
Hubert Robert. "Le Pont" (1776)

En la segunda y cuarta planta encontramos las obras neoclásicas, influenciadas por el arte antiguo y el heroísmo, esta sección se impregna con temas virtuosos de la historia griega y romana. Desde finales del siglo XVIII hasta principios del XIX, este movimiento marcó el arte europeo. Abundan las obras de Joseph-Marie Vien (1716-1809), pionero del neoclasicismo nacido en Montpellier, y su discípulo Fabre, quien luego se unió al taller de Jacques-Louis David. Fabre, además, coleccionó obras destacadas de sus contemporáneos. La sección refleja también el renovado interés por la naturaleza y las condiciones de vida, las estructuras sociales y los problemas de la sociedad de la época. Destacan las esculturas de Jean-Antoine Houdon (1741-1828) y Augustin Pajou (1730-1809).

El neoclasicismo (Continuación salas 24-28)


Museo Fabre
Cuadros de Jean Coustou y bustos de terracota de Augustin Pajou (1793)

La ruta neoclásica continúa en la cuarta planta, donde se encontraban los antiguos apartamentos de François-Xavier Fabre. Los bocetos de pinturas históricas reflejan las grandes ambiciones de Fabre y sus compañeros, estudiantes de la Academia de Francia en Roma en los años 1780-1790. Desde escenas de género hasta retratos, la muestra exhibe la riqueza artística entre Francia e Italia durante la Revolución, el Imperio y la Restauración. La abundante disposición recuerda el ambiente de los gabinetes de aficionados y coleccionistas, mostrando la diversidad y el intercambio cultural de la época.

Sala Girodet (Sala 26)

Museo Fabre
La sala 26 recuerda la creatividad en la Academia Francesa de Roma en el siglo XVIII

Jacques-Louis David (1748-1825) lideró el neoclasicismo a finales del siglo XVIII, influyendo profundamente en jóvenes artistas. Su taller, centro de formación y experimentación, impulsó a talentos como Jean-Germain Drouais (1763-1788), Fabre, Anne-Louis Girodet (1767-1824), Antoine-Jean Gros (1771-1835) y François Gérard (1770-1837). Estos artistas, animados por la renovación de la tradición clásica, destacaron en la pintura neoclásica. El “Grand Prix de Peinture” marcó el inicio de sus carreras, permitiéndoles estudiar en Roma, donde desarrollaron su arte copiando modelos clásicos y paisajes. Fabre, aunque eclipsado por sus contemporáneos, destacó por sus retratos y grandes composiciones históricas, manteniendo siempre un estilo clásico y conservador.

Sala Fabre (Sala 27)

Museo Fabre
François Xavier Fabre. "La Virgen de la silla", después de Rafael (1798)

François-Xavier Fabre, conocido por su notable donación de pinturas a Montpellier, ha visto su obra como pintor eclipsada por su faceta de coleccionista. Aunque deseaba que sus obras se exhibieran junto a su rica colección, su arte fue relegado por sus compañeros más revolucionarios como Anne-Louis Girodet o Antoine-Jean Gros. Aferrado al neoclasicismo, Fabre se mantuvo fiel a sus ideas monárquicas, lo que lo llevó a permanecer en Italia, alejado de la causa revolucionaria del ascenso de Bonaparte. Allí, bajo el mecenazgo de la aristocracia europea, desarrolló su carrera como pintor, especialmente durante su estancia florentina (1793-1800), donde destacó por sus retratos y obras históricas. Su conservadurismo se refleja en su predilección por temas religiosos y referencias clásicas en su arte.

MODERNIDAD Y ARTE CONTEMPORÁNEO (Salas 29-52)

Museo Fabre
La sala 29 alberga obras de la primera mitad del siglo XIX

Las salas de la 29 a la 52 ofrecen una visión del arte francés del siglo XIX, seguida por la presentación de figuras destacadas del arte del siglo XX. Gracias al generoso legado de Alfred Bruyas (1821-1877), el museo conserva una colección completa del Romanticismo, Naturalismo, Escuela de Barbizon y Realismo. Además, incluye obras de dos prominentes artistas nacidos en Montpellier: Alexandre Cabanel (1823-1889) y Frédéric Bazille (1841-1870). Este recorrido es una narrativa de la luz en la pintura, desde las búsquedas impresionistas hasta la libertad cromática de los fauvistas y expresionistas, culminando con el “negro-luz” de Pierre Soulages en 1979.

Visión romántica e ideal clásico (Salas 29-36)


Museo Fabre
La sala 30 exhibe obras románticas, incluyendo paisajes franceses y temas históricos

En la primera planta encontramos las salas dedicadas a la visión romántica e ideal clásico. El romanticismo, más que un movimiento, refleja un cambio profundo y una nueva sensibilidad en contraposición al clasicismo. Este espíritu, que impregna el siglo XIX, no se limita a un estilo estricto, ya que sus raíces están presentes en el arte neoclásico, como en la obra de Jacques-Louis David. El romanticismo busca expresar la belleza, según Baudelaire, y explorar nuevas fuentes de inspiración. La literatura impulsa este movimiento, con temas medievales y orientalistas, promovidos por autores como Walter Scott y Victor Hugo. En pintura, destacan representaciones dramáticas y psicológicas, fusionando el arte y la literatura en una búsqueda constante de modernidad.

Sala Ingres y la Escuela de Bellas Artes (Sala 33)


Museo Fabre
En la sala 33 podemos ver la escultura de James Pradier. "Nyssia" (1848)

El neoclasicismo, impulsado por la Revolución y el Imperio, dominó el arte oficial bajo Napoleón. Este estilo, promovido por artistas formados en el taller de Jacques-Louis David, cayó en desuso con la llegada del romanticismo, aunque persistió gracias a Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867) y su enseñanza en instituciones oficiales. La “École Nationale des Beaux-Arts”, sucesora de la Academia Real, mantuvo viva la tradición académica. Ingres, defensor del clasicismo, influyó en artistas posteriores como Henri Matisse (1869-1954) y Pablo Picasso (1881-1973). Su obra y la de sus seguidores, como Henri Lehmann (1814-1882) y François-Edouard Picot (1786-1868), perpetuaron las fórmulas neoclásicas, incluso en paisajes y esculturas inspiradas en la antigüedad.

Sala Cabanel (Sala 35)

Museo Fabre
Alexandre Cabanel. "Fedra" (1880)

Alexandre Cabanel, nacido en Montpellier en una familia de artesanos, se convirtió en uno de los pintores más célebres del siglo XIX y un ejemplo del academicismo. Formado en la “École des Beaux-Arts” de Montpellier y París, enfrentó dificultades iniciales, pero destacó con obras como “Le Christ au Prétoire”. Su carrera floreció gracias a su estilo refinado y sus conexiones con mecenas como Alfred Bruyas. Cabanel, conocido por “La naissance de Vénus”, alcanzó la cima de su fama en 1863. Aunque criticado por su conformismo académico al final de su vida, dejó un importante legado en la pintura académica.

Modernidad 1850-1914 (Salas 37-42)


Museo Fabre
La sala 42 muestra la importancia del color a finales del siglo XIX y principios del XX

En la segunda planta, entre las salas 37 a la 42, se explora la modernidad artística, caracterizada por el impulso hacia la independencia de los artistas en sus encargos y exposiciones. En 1855, Gustave Courbet (1819-1877) inaugura su “Pabellón del Realismo”, marcando un hito en este movimiento. En 1874, los artistas que más tarde serán llamados “impresionistas” desafían las normas del Salón Oficial. La jerarquía de géneros se trastorna; Courbet da relevancia a temas antes considerados menores. La pintura al aire libre, previamente un mero ejercicio, se convierte en el enfoque central de los impresionistas, con Frédéric Bazille como figura influyente. En el siglo XX, los pintores vanguardistas exploran el uso del color sin ataduras a la representación mimética, convirtiendo al cuadro en un objeto autónomo.

Sala Courbet (Sala 37)

Museo Fabre
Gustave Courbet. "Le Pont d'Ambrussum" (1857)

Alfred Bruyas, mecenas visionario del siglo XIX, forjó un lazo crucial con el pintor Gustave Courbet, marcando así un hito en la historia del arte. Desde su encuentro en 1853, Courbet se convierte en el rostro del realismo, desafiando convenciones con su estilo audaz y visionario. Su estadía en Montpellier en 1854, auspiciada por Bruyas, inspira obras maestras como “La Rencontre”, capturando la esencia del paisaje mediterráneo. La relación entre Courbet y Bruyas se inmortaliza en retratos significativos y en la colaboración artística. Courbet, un precursor del impresionismo, desafió las normas de su época, dejando un legado artístico revolucionario.

Sala Bazille (Sala 39)

Museo Fabre
 Frédéric Bazille. "La toilette" (1870)

Frédéric Bazille, nacido en Montpellier, fusionó su pasión por la medicina con su amor por el arte. En París, se unió al círculo de artistas vanguardistas como Claude Monet (1840-1926) y Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), influyendo significativamente en el surgimiento del impresionismo. Su estudio en la Rue Fürstenberg, compartido con Monet, reflejaba su compromiso con la pintura al aire libre. Bazille también exploró el retrato, capturando la complicidad entre él y sus colegas. Sus paisajes languedocianos y estudios de cuerpos revelan una maestría técnica y una sensibilidad excepcional. Su vida fue truncada en la guerra a los 28 años, pero su legado artístico perdura y se reconoce cada vez más.

Figuración y Abstracción del siglo XX (Salas 43-45)


Museo Fabre
A la derecha, la escultura en bronce "La Chauve-Souris" de Germaine Richier (1946)

De nuevo, en la segunda planta encontramos las salas dedicadas al tumultuoso panorama artístico del siglo XX. Tras los estragos de la Segunda Guerra Mundial, la abstracción emerge como la fuerza dominante en la pintura. En este contexto, el Museo Fabre destaca las visiones enigmáticas de dos artistas profundamente arraigados en la región. Jean Hugo (1894-1984), tras su paso por los círculos vanguardistas de París, encuentra refugio en el Mas de Fourques en Lunel, donde sus obras adquieren un aire místico. Mientras tanto, la escultora francesa Germaine Richier (1902-1959), formada en la “École des Beaux-Arts” de Montpellier y en el taller de Antoine Bourdelle (1861-1929), da vida a figuras híbridas que oscilan entre lo humano y lo animal.

Colección Soulages (Salas 46-47)

Museo Fabre
Pierre Soulages. "Pintura 162" (1972)

Las salas 46 y 47 albergan la colección de Pierre Soulages, nacido en Rodez en 1919 y establecido en Montpellier en 1941. Su obra refleja su búsqueda de la luz en la pintura, destacándose como uno de los principales artistas franceses a nivel internacional después de la Segunda Guerra Mundial. Soulages ve la pintura como una organización de relaciones entre formas, donde los sentidos se construyen y deshacen. La extraordinaria colección, donada por Colette y Pierre Soulages en 2005, ilustra esta búsqueda continua de la luz en su arte, reflejando su conexión única con Montpellier.

Colección Fournier (Sala 48)

Museo Fabre
Izquierda: Simon Hantaï. “Blanc” (1974). Derecha: Simon Hantaï. “Sin título” (1958)

En la Sala 48, la Colección Fournier rinde homenaje a Jean Fournier (1922-2006), destacado donante cuya influencia se extiende desde su galería hasta su círculo íntimo. Desde 1954, su librería en París se convertirá también en galería, exhibiendo inicialmente artistas surrealistas. Pronto, destaca al presentar tanto a artistas franceses como estadounidenses, este último grupo escasamente visto en Francia en aquel momento. Su gusto se moldea en torno a Simon Hantaï (1922-2008) y al legado de Henri Matisse. Fournier encontró una tercera alternativa en el arte abstracto, situada entre el lirismo expresivo, que enfatiza la emoción y la espontaneidad, y la estricta geometría que se centra en formas precisas y ordenadas.

Arte Contemporáneo (Salas 49-52)

Museo Fabre
Vincent Bioulès. “La Ponche V. Saint-Tropez” (1981)

Volvemos a la primera planta, el Arte Contemporáneo en el Museo Fabre se enriquece continuamente expuesto entre las salas 49 y 52. Las adquisiciones amplían el panorama histórico y siguen de cerca la creación actual. Esta última fase del recorrido revela la diversidad de prácticas en la pintura contemporánea: desde la abstracción geométrica hasta la reinvención de la pintura más allá del lienzo. Junto a estas aproximaciones abstractas, temas clásicos como la figura y el paisaje son reinterpretados. El movimiento Supports/Surfaces surgido en Francia en 1966, ocupa un lugar destacado en la colección, reflejando la obra de artistas como Vincent Bioulès (1938) o Claude Viallat (1936).

Más información: Musée Fabre. Dirección: 39 boulevard Bonne-Nouvelle, 34000 Montpellier. Teléfono: +33 (0)4 67 14 83 00. Horario: de martes a domingo de 10 a 18 h. Entrada: 9 €. Transporte público: Tranvía línea 4, parada Corum. Web: Musée Fabre

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