El río Níger cruza en
forma de media luna, de oeste a este, cinco países africanos:
Guinea, Malí, Níger, Benín y Nigeria. Durante más de cuatro mil
kilómetros, el Níger se convierte en el eje principal de la vida de
millones de almas. Sirve de alimento y de vía de comunicación, todo
se mueve alrededor de este río de color chocolate. Se vive, se
pesca, se viaja y se comercia a través de él; inundando sus orillas
de color y vida ajetreada. Es así como África y el Níger forman un todo.
En Malí fui testigo de
esa vida azarosa de los malienses y sobre todo de sus mujeres, que
como en muchos lugares del planeta, son las mujeres lo que lo hacen todo. El
espectáculo es infinito, a cualquier hora del día ves mujeres
lavando la ropa, rodeadas de un montón de niños que juegan y se
bañan en las orillas del Níger. Hay quien se acerca a dar de beber al ganado en sus aguas o
el que lo cruza con sus bestias a nado o también en barca. Se lavan
motos, cabras, ollas e hijos, con la misma agua, día tras día.
Aquí en el Níger las barcas que
surcan el río tienen nombre propio, se llaman pinazas; una
especie de enorme canoa rudimentaria construida en madera. Algunas llegan a medir unos 25 metros de largo, los tablones de madera se clavetean a mano y se recubre la cubierta con brea negra para que no se filtre el
agua. En Mopti visitamos un taller de construcción de pinazas y había de todos los tamaños. Recuerdo que cada trabajador estaba especializado en un componente, había quien se dedicaba a fundir el metal y a golpearlo para hacer clavos, los que se limitaban a preparar los listones de madera o el que pintaba el exterior de brillantes colores.
El puerto de Mopti es un espectáculo de pinazas |
Gracias a su poco fondo, las pinazas vadean y se acercan sin problema hasta la orilla misma
de cualquier tramo del Níger. Las pinazas recorren el Níger de aldea en aldea,
desde el amanecer hasta la puesta de sol, transportando cientos de
sacos de arroz, mijo, pescado, gallinas, leche, rocas de sal, fardos
de algodón o tejidos. Estas barcas son el transporte principal de miles de
malienses hacia Tombuctú y es en ellas, que los viajeros alcanzan las
aldeas Bozo y Peul de las orillas del Níger.
Es en Mopti donde se
fabrican y se reparan la mayoría de las pinazas que transportan las
mercancías y los pasajeros de este río africano. El puerto de Mopti
es un auténtico cruce de caminos y también punto de encuentro de etnias, de culturas y de comercio entre el Norte y el Sur de Malí. Aquí se dan cita
nómadas songay, pescadores bozo, pastores peul, vendedores Tuareg, hombres Dogón, niños bambaras, parejas toucouleur o mujeres bel-la.
Una enorme variedad de etnias se dan cita a orillas del Níger |
A orillas del Níger, aparecen cientos de artesanos y vendedores que desde el amanecer acarrean grandes fardos llenos de mercancía. Todo está dispuesto para la venta, como un escenario donde el principal protagonista es el bullicio del puerto fluvial de Mopti. Mientras, en el telón de fondo se encuentran unas coloridas pinazas que compiten en variedad
cromática y diseño con las vestimentas de todas las etnias que van y que vienen.
Oraciones, gritos,
vendedores, regateos, compradores, todo el mundo encuentra en Mopti,
algo que hacer y si no siempre quedará surcar las aguas del Níger.
Otro de los lugares que te recomiendo visitar en Mopti es el Mercado de las Mujeres.
Otro de los lugares que te recomiendo visitar en Mopti es el Mercado de las Mujeres.