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Recorrido por los escenarios de Star Wars en Túnez

Tatooine
El desierto de Túnez fue escenario de la Saga de películas de Star Wars

George Lucas debió enamorarse del Sur de Túnez para rendirle homenaje en varios de los episodios de la saga de Star Wars. La ciudad tunecina de Tataouine, por ejemplo, sirvió de escenario y también de nombre cinematográfico al llamarle Tatooine a uno de los planetas del Borde Exterior de la mítica serie.

Mucho se ha escrito sobre los escenarios reales de las películas más emblemáticas de Hollywood, así que vamos sin más preámbulos a localizar los escenarios de Star Wars que podemos visitar en Túnez:

Mos Espa


Túnez
Mos Espa

A unos pocos kilómetros de la ciudad tunecina de Tozeur, se encuentra Mos Espa; el astropuerto del planeta desértico Tatooine. Aquí se encuentra Anakin Skywalker viviendo con su madre como esclavos de Watto; el chatarrero que regenta un negocio de repuestos. El decorado de la película de Star Wars. Episodio I: La Amenaza Fantasma se encuentra en mitad del desierto de dunas, con lo que la excursión a este lugar se realiza en vehículos 4 X 4 y previa bajada por estas colosales dunas. Una actividad 100% recomendable como la de dormir en el desierto del Sáhara.

Chott el Jerid


Túnez
Chott el Jerid

Aquí se pueden ver algunas construcciones en forma de un iglú fabricado con arena, como si realmente fuera una población galáctica en un planeta desértico. De hecho, la climatología del planeta cinematográfico Tatooine se parece mucho a la real que se puede encontrar en el sur de Túnez. Chott el Jerid; el lago salado tunecino sirvió para reflejar perfectamente esa escasez de agua. Una de las escenas de Star Wars. Episodio III: La Venganza de los Sith, donde Luke Skywalker contempla dos soles, está filmada también en Chott el Jerid.

Hotel Sidi Driss


Matmata
Hotel Sidi Driss, Túnez

El Hotel Sidi Driss es otro de los decorados utilizados en la saga de Star Wars. Situado en la ciudad de Matmata, sirvió como casa de Luke Skywalker en Star Wars. Episodio IV: Una Nueva Esperanza. Hoy en día recibe miles de visitantes y es posible hospedarse en él ya que alquila habitaciones. Sidi Driss es una antigua vivienda troglodita, de las muchas que se pueden visitar en Matmata, está compuesta por 5 patios conectados por túneles. Los patios y estancias fueron utilizados también para filmar las escenas del comedor, la cocina y el patio de los granjeros de humedad de la Granja de los Lars.

Cañón de Mides


Tamerza
Cañón de Mides

La carrera de vainas de Anakin Skywalker que aparece en Star Wars. Episodio I: La Amenaza Fantasma fue filmada en varias localizaciones de Túnez. El llamado Star Wars Canyon se encuentra situado al este de Tozeur, a media hora en coche de la ciudad. En el Cañón de Sidi Bouhlel o en el Cañón de Mides, situado a 8 km de Tamerza, se puede contemplar un paisaje desértico de película e imaginarte que corres para ganar tu libertad.


Todo el material generado en redes sociales durante este viaje a Túnez, puede consultarse con el hashtag #TrueTunisia

El desierto del Sáhara tunecino

Tunisia desert
Desierto del Sáhara en Túnez

El desierto del Sáhara cubre el 40 % del territorio de Túnez, básicamente se extiende en el sur del país. Cada año, en el mes de diciembre, se celebra el Festival del Sáhara, donde es posible impregnarse de cultura tunecina. El Festival del Sáhara es uno de los más importantes para la comunidad bereber, ya que reúne tribus nómadas y beduinos del desierto para mostrar sus tradiciones y su cultura ancestral. Durante la celebración de este festival podrán verse bodas tradicionales beduinas, bailes y músicas de las tribus nómadas, carreras de camellos, la belleza de los caballos árabes o la caza con sloughi; un perro de caza árabe de pura raza que ha servido a los nómadas para cazar liebres o gacelas.

El Gran Erg Oriental


Sahara Desert
El Gran Erg Oriental es conocido con el nombre de Mar de Dunas

En el desierto del Sáhara situado en Túnez se encuentra el Gran Erg Oriental o Mar de Dunas. Dunas de arena, de arena fina, tan fina que es transportada por el viento para crear nuevas dunas, dunas de arena, de arena fina....

Lago salado de Túnez
Figura en Chott El Jerid; el lago salado tunecino

Para que un desierto tenga dunas de arena es necesario la ausencia de lluvias, pero además, para que se considere un “Erg” la región arenosa debe encontrarse entre los paralelos 20 y 40 de cualquiera de los dos hemisferios terrestres; curioso, ¿verdad?. El Gran Erg Oriental de Túnez mide 35.000 km2 y pueden encontrarse dunas de hasta 250 metros de alto. Al norte del Gran Erg Oriental se encuentra Chott El Jerid; un enorme lago salado de 7.000 km2.

El lago salado de Chott El Jerid


Lago salado tunecino
Agua en el lago salado de Chott El Jerid

Chott El Jerid fue formado hace millones de años cuando el mar Mediterráneo se retiró hasta su posición actual. La ausencia de agua en verano deja un lienzo blanco y cegador inmenso, mientras que en invierno, se salpica de riachuelos de agua de distintos tamaños (según el agua de lluvia que haya caído). El agua permite ver algún que otro espejismo, lo que le confiere un encanto especial a sus reflejos. Plinio y Heródoto ya lo citaban en sus textos y fue protagonista de numerosas leyendas, Chott El Jerid es conocido con el nombre legendario de Lago Tritón.

Superficie del lago salado
Sal en la superficie de Chott El Jerid

El lago salado fue utilizado por George Lucas para algunas escenas de la primera película de Star Wars. En La Guerra de las Galaxias, Episodio IV - Una nueva esperanza, Chott El Jerid es la superficie del planeta Tatooine donde Luke Skywalker contempla dos soles y es que aquí, las temperaturas pueden llegar a ser de 50 ºC.

Puedes seguir leyendo mi artículo sobre los escenarios de Star Wars en Túnez.

Compras en Túnez
Rosas del desierto

Una carretera cruza parte de Chott El Jerid permitiendo que puedas bajarte del vehículo y contemplar las figuras de sal que esperan al visitante. Algunas de esas paradas permitían a los viajeros comprar rosas del desierto, formaciones de sal, calaveras de animales y multitud de recuerdos en unos sencillos puestos donde algunos tunecinos se ganaban la vida. Por desgracia, la mayoría de esas tiendecitas, en mitad de la nada, permanecen abandonadas a la espera de que el Turismo vuelva a Túnez.

Cactus en el desierto del Sáhara

Aunque parezca que entre el desierto y el Chott no puede haber vida, las ciudades han crecido al margen de estas grandes extensiones con ausencia de agua, aunque la ausencia es un espejismo. Kebili, Tozeur, Nefta o Douz se encuentran cercanas a esta hermosa nada que hoy vamos a descubrir. Bajo la árida arena del mar de dunas, el agua permanece subterránea para dar vida a los oasis. Los oasis de Tozeur, Nefta y Douz presumen de tener extensos palmerales de palmeras datileras que también merecen una visita.

Actividades en el desierto

Desierto del Sáhara
Caravana en el desierto

Las actividades que pueden hacerse en el desierto tunecino no difieren demasiado de las actividades que pueden hacerse en otros desiertos. La más espectacular es sin duda, la de atravesar durante un par o tres de días el desierto subido en dromedario. Una travesía bucólica que impregna de aventura cualquier viaje a Túnez y nos recuerda el pasado de las caravanas. Aunque el ritmo, el balanceo y nuestras posaderas se olvidarán pronto de ese ligero disfraz de Lawrence de Arabia y nos devolverán rápidamente a la realidad. 10 minutos bastan para convertirnos en nómadas del desierto, vuestros huesos os lo agradecerán y el dromedario también.

Sáhara
El desierto es ideal para desconectar

Tranquilos, hay más opciones fantásticas para hacer en el desierto del Sáhara y que además sientan de maravilla. La desconexión, aunque no suene muy romántico es, en la actualidad, un lujo al alcance de unos pocos. Necesario para aquellos que vivimos pegados a la pantalla de cualquier aparato electrónico, para aquellos que andan con una vida desestructurada, con problemas en el trabajo o en casa. Olvidarse de todo, desconectarse del mundo o quizás, mandar al jefe “a tomar viento la farola”... el desierto del Sáhara es ideal para eso.

En coche por el Sáhara
Travesía por el desierto en vehículos todoterreno

Pero volvamos a nuestra sed de aventura, quizás es mejor realizar la travesía por el desierto en un vehículo todoterreno. No están exentos los huesos y las posaderas de vaivenes, saltos y traqueteos, pero al menos, tendrás un poco más de aire fresco. Si te pierdes en el desierto con buena compañía, puede que descubras aspectos interesantes de tus compañeros de travesía que de otra manera no hubieras sabido.

Dormir en el Sáhara
El desierto del Sáhara rodea el Campement Zmela

La finalidad de esa ruta por el desierto debería ser la de alojarse en una tienda de acampada en mitad de la nada. Dormir en el desierto te permite contemplar atardeceres y amaneceres con un horizonte inabarcable, además de poder admirar un cielo increíblemente estrellado; puro, negro y brillante que hipnotizará tu mirada.

Alojamiento en el desierto: Campement Zmela

Alojamiento en el desierto
Jaimas en el Campement Zmela, desierto del Sáhara

El Campement Zmela se encuentra situado a 20 km de Ksar Ghilane, en la puerta de entrada al Gran Erg Oriental. Las dunas empiezan o acaban, según se mire, a la espalda del campamento de jaimas. La proximidad permite contemplar, pisar e impregnarse de ese mar de dunas de color cambiante. La arena de color pálido se transformará en tonalidades ocres hasta un minúsculo instante en el que la arena se mudará a una tonalidad rojiza como si fuera la piel de una animal que se sonroja.

Cama en una jaima
Interior de una jaima del Campement Zmela

Las tiendas del Campement Zmela disponen de camas sencillas dispuestas sobre alfombras. También tiene dos edificios separados donde se encuentran los aseos y las duchas, y en el otro un comedor que permite disfrutar de los ágapes necesarios para cualquier estancia. Los generadores de luz dan ciertas comodidades al visitante, aunque lo mágico se encuentra cuando la luz se apaga y el silencio inunda el espacio.

Pan cocinado en la arena
Cociendo pan tradicional bereber en el desierto

Uno de los momentos más entrañables que recuerdo de mi estancia en el Campement Zmela fue cuando vi hacer pan tradicional. Un hombre amasaba con gran maestría una masa que se convirtió en una gran torta de pan. Después la enterró bajo la arena del desierto y la cubrió con brasas. El sabor de aquel pan recién salido del fuego, bien merece una noche en la inmensidad del desierto.

Más información: Campement Zmela. Dirección N 32º 51 528 / E 09º 34 162. Teléfono: +216 75 470 620. Web: Campement Zmela.

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Si te fascinan los desiertos quizás te interese leer sobre el Desierto de Wadi Rum, en Jordania, o Los mejores desiertos para viajar.

El Desierto de Wadi Rum (Jordania)

Wadi Rum

El silencio del desierto es el mejor amigo del loco
(Proverbio beduino)

Tras una dura jornada por el área desértica de Wadi Rum, el desierto más maravilloso que he pisado jamás, sólo pienso en la posibilidad de una ducha: ¡desvarío, sin duda! Después de todo el día, protegiéndome el rostro del sol abrasador con un pañuelo, y de sudar arena por todos los poros de mi piel, espejismos y alucinaciones asaltan mi mente. 

Wadi Rum
Campamento en el Wadi Rum. Imagen generada con IA

Estoy impregnada de los pies a la cabeza del olor a camello de mi montura, con estas absurdas tribulaciones desciendo al fin, cuando encontramos un emplazamiento seguro para pasar la noche: un campamento de tiendas beduinasFue un gran placer ser recibida por un grupo de badawiyin (beduinos del desierto) que hacían noche en el Wadi Rum. 

Wadi Rum
Cielo nocturno en el Wadi Rum. Imagen generada con IA

Unos descansaban en el interior de una gran jaima (tienda utilizada por los pueblos nómadas) y otros alrededor de una hoguera. Las ardientes ráfagas de viento de la tarde se habían extinguido y en esos momentos el aire olía a mansaf (plato de arroz guisado con cordero). Nos sentamos a contemplar las estrellas que cubrían el cielo oscuro, mientras compartíamos la comida de nuestras mochilas. 

Wadi Rum
Grupo de beduinos alrededor de una hoguera. Imagen generada con IA

La carne asada que nos ofrecían nuestros anfitriones, aún crepitaba en parte sobre las brasas. Aquella cena nos pareció un manjar de los dioses. Sentí una amarga frustración por no saber árabe y perderme lo que parecía la diversión de la tribu: escuchar las entretenidas historias de un contador de cuentos. Los más pequeños se acercaban a sus madres para escuchar las viejas leyendas, mil veces explicadas a través de los tiempos.

Wadi Rum
Té en el Wadi Rum. Imagen generada con IA

La noche se cernía sobre nosotros, y el cansancio hacía mella en nuestros maltrechos cuerpos. Nos acostamos sobre las esteras, mecidos por el silencio del desierto, y conciliamos un sueño profundo y reparador. Desperté con el aroma embriagador del cardamomo que perfumaba el té de la mañana y con el sonido melodioso de las cabras pastando

Wadi Rum
Tormenta de arena en el desierto. Imagen generada con IA

Cuando preparamos nuestras pocas pertenencias para echarlas al hombro, se desató una tormenta de arena, fugaz y violenta, que sacudió nuestra tienda. Cuando cesó, nos pusimos en marcha para buscar "Los Siete Pilares de la Sabiduría", un imponente promontorio rocoso erosionado por el viento, que se erguía solitario en medio de la nada. 

Wadi Rum
Pareja de beduinos en el Wadi Rum. Imagen generada con IA

El lugar, aunque inhóspito, me invita al paseo con mis pensamientos. Camino en silencio, acompañada del débil crujir de los granos de arena bajo la suela de mis botas. Por fortuna mi guía beduino no me pierde de vista, y como buena muestra de hospitalidad árabe, me ha preparado una deliciosa comida que disfrutamos sobre una alfombra, recostados a la sombra de la montaña.

Wadi Rum
Madre con su hijo. Imagen generada con IA

Me resisto a marcharme, quisiera quedarme una jornada más para contemplar el atardecer, cuando las paredes montañosas se enciendan de color y las dunas desaparezcan en la inmensidad del desierto por la falta de luz. Pero el viaje debe continuar; aún queda encontrar los dibujos rupestres de dos mil años de antigüedad de Jebel Khazali, y quién sabe si alguna piscina natural escondida entre las rocas donde deleitarnos con un baño nocturnoEl Desierto de Wadi Rum es un sueño real al alcance de cualquier aventurero que decida viajar a Jordania.

Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

Yemen
Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

La ciudad yemenita de Shibam Hadramaut está situada en un valle plagado de palmeras llamado Wadi Hadramaut; una zona remota y aislada del Yemen. La ciudad (no la debemos confundir con otra ciudad llamada Shibam, situada al norte del país cerca de Sana’a) se encuentra ubicada a 25 km al oeste de Sey’un, al sur del país.

Yemen
Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

Shibam Hadramaut fue el primer lugar de Yemen declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1982. La ciudad vieja de Shibam Hadramaut está rodeada por una muralla fortificada y defensiva de 9 metros de altura construida con ladrillos de adobe y que protege unos 433 edificios de barro que están considerados los primeros rascacielos construidos del mundo. Su planificación urbanística, dispuesta en vertical, es una de las mejores y más antiguas de su estilo que aún se conserva, aunque ahora está en peligro.

Yemen
Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

De la primera época constructiva (siglo III a. C.) no se ha conservado ningún resto constructivo, su mezquita es uno de los edificios más antiguos de la ciudad fechada en el siglo X. A pesar de no haber conservado aquellos primeros edificios (las torres más antiguas datan del siglo XVI), Shibam Hadramaut es una de las pocas ciudades históricas del mundo árabe, que se ha mantenido tal como fue ideada originariamente. La ciudad es una auténtica manzana de rascacielos construidos con ladrillos de barro que alcanzan hasta 30 metros de altura. Estas impresionantes estructuras son conocidas con el nombre de bayt o torres-vivienda. 

Yemen
Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

La altura de las viviendas de Shibam Hadramaut hace referencia al prestigio social de sus habitantes y se alzan también a modo de torres de vigía, ya que la ciudad se encuentra en plena ruta de las antiguas caravanas de incienso y especias. Mientras la parte baja de las viviendas carece de aberturas para impedir ataques y asedios, desde los tejados y terrazas encaladas de los que fueron los rascacielos de barro mejor conservados de Yemen, se puede contemplar el amplio horizonte de su inmenso palmeral; un vergel de varios kilómetros de anchura, con más de un millón de palmeras. 

Yemen
Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

Conocida con el nombre de la Manhattan del desierto, Shibam Hadramaut parece una isla naufragada en medio de un mar de arena. Fue construida con ladrillos a base de una mezcla de adobe y paja cortada que eran secados al sol, en la actualidad, esta técnica constructiva aún se sigue utilizando en Yemen y es posible ver a los hombres doblando la espalda durante horas bajo un sol abrasador, rellenando los moldes de madera con la mezcla. Los edificios de Shibam Hadramaut se alzan sobre un rectángulo de medidas casi perfectas de 1/2 km2 de extensión y donde habitan unas 7.000 personas. Sus rascacielos, de entre 6 y 8 pisos de altura, han sido rozados por el viento y la arena durante más de 6 siglos, desgastando sus líneas rectas y suavizando sus formas. 

Yemen
Shibam Hadramaut: la Manhattan del desierto (Yemen)

Los habitantes han mantenido los edificios de Shibam Hadramaut recubriéndolos anualmente con nuevas capas de adobe fresco. Reconstruyendo estas centenarias estructuras de la misma manera que hicieron sus ancestros durante siglos, pero el conflicto bélico que sufre Yemen desde el 2015, las lluvias torrenciales que azotan la región en los últimos años y el no poder realizar medidas de conservación por parte de la UNESCO y organismos internacionales, están llevando al límite a esta joya urbanística yemenita, única en el mundo. Si no ponemos remedio, pronto Shibam Hadramaut se convertirá en un espejismo de barro.

Artículo de viajes actualizado en agosto del 2020.

Los mejores desiertos para viajar

Los mejores desiertos para viajar

El desierto no es más que polvo, de cielo destruido

He recorrido varios desiertos en mi vida, desde África hasta Sudamérica, desde Oriente Medio hasta Asia. Me he alojado en varias ciudades que cierran sus puertas a las inclemencias del tiempo y al aire lleno de polvo, como en Shibam Hadramaut en Yemen que era conocida con el nombre de la Manhattan del desierto o en Jaisalmer en la India llamada la “Perla del Desierto” y donde sobraban básicamente los hindúes para ser perfecta.

Beduina
En el desierto del Sáhara. Fotografía vía: Guillermo Cachero

En el desierto del Sáhara tunecino dormí en una jaima y recorrí los escenarios de Star Wars en Túnez, en Israel pude pisar un desierto bíblico; el Desierto de Judea donde las palabras Sodoma y Gomorra tienen más de una connotación. Un proverbio beduino dice que “El silencio del desierto es el mejor amigo del loco” quizás por eso me enamoré de los desiertos cuando vi los colores que se esconden en el desierto de Wadi Rum en Jordania, No dejes que nadie te diga que en el desierto no hay nada ¡están llenos de vida!

Ramlat as Sabatain (Yemen)

Ramlat as Sabatain
Desierto Ramlat as Sabatain (Yemen)

El desierto de Ramlat as Sabatain, en Yemen, se encuentra cerca de la frontera nororiental, en territorio beduino. Por delante tienes 600 kilómetros de desierto, donde todavía es posible encontrar una ciudad enterrada o campamentos de beduinos. La tierra está dominada por el gran desierto de arena de Rub al-Jali, que en árabe quiere decir región vacía, aunque aquí se presenta majestuosa, de derecha a izquierda y hasta el infinito.

Ramlat as Sabatain
Los beduinos yemenitas son los únicos que saben cruzar el desierto de Ramlat as Sabatain

Dos colores lo invaden todo: el marrón tostado, acogedor y nebuloso de las arenas de este desierto yemení y el azul cobalto, firme y poderoso del cielo, como si fuera realmente cierto aquello que dicen: de que el desierto es polvo de cielo destruido. Contemplar los tonos de la inmensidad de las dunas de arena, todas esas sombras que dibuja el sol cuando caricia la tierra, es una paleta de colores única y cambiante que lo impregna todo. El desierto es un entorno espectacular y silencioso, una oportunidad única para soñar aventuras y disfrutar de la nada, aunque el calor sea intenso y toneladas de polvo se introduzcan por la más pequeña de las rendijas de nuestra vestimenta, de las casas y de los coches, tiñendo con una suave capa de arena todo aquello que toca.

Nazca (Perú)

Líneas de Nazca
Líneas de Nazca. El mono (Perú)

Las Líneas de Nazca, en Perú, están consideradas por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. En los llanos desiertos de Paracas, los antiguos pobladores de la cultura Nazca tejieron espléndidos mantos de variados colores, momificaron a sus muertos con singular maestría y trazaron un valioso monumento arqueológico constituido por 32 geoglifos. Este enorme conjunto de figuras es una red de líneas que configuran variados dibujos de animales marinos y terrestres, plantas, figuras humanas y figuras geométricas gigantescas.

Líneas de Nazca
Líneas de Nazca. El colibrí (Perú)

Resulta sorprendente la espectacular dimensión de los dibujos y lo fácil que es verlas aunque parezcan irreales. Las Líneas de Nazca se encuentran situadas entre el km 419 y 465 de la Panamericana Sur, en las pampas desoladas, cubriendo un área de aproximadamente 350 km2. La cultura Nazca los realizaron con la misteriosa intención de rendirle culto al agua y de interpretar los mensajes del Sol, la Luna y las estrellas. No te creas que es obra de los extraterrestres como se empeñan los programas televisivos norteamericanos de mentir. El sobrevuelo de las Líneas de Nazca es una experiencia inolvidable que te recomiendo hacer.

Djenné (Malí)

Djenné
Día de mercado en Djenné junto a la Gran Mezquita, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO

La ciudad de Djenné, en Malí, también conocida con el nombre de Yenné, Djenne o Djeneé, es una pequeña ciudad situada en el delta del río Níger, ubicada en medio del desierto y formando parte del paisaje con gran majestuosidad. Los arqueólogos la consideran la primera ciudad de África y seguramente es la población más hermosa de Malí. Por ella han pasado multitud de etnias; bozos, bambaras, sonraís y peuls, actualmente la habitan un cuarto de millón de mezclas étnicas diseminadas en sus más de 200 km de largo. Las antiguas caravanas que transportaban marfil, oro, esclavos, lana y nuez de cola procedente del sur, se han convertido en autobuses cargados de cachivaches de plástico, frutas, verduras y cereales.

Djenné
Casa de adobe en Djenné, detrás el desierto se extiende en el horizonte

La ciudad de Djenné sigue siendo un punto comercial importante entre la sabana y el desierto. Sus calles y casas medievales quedan rodeadas por el agua en época de lluvias. Llamada la "Venecia del Níger", el comercio sigue siendo tan importante como en época de las caravanas. En los días de mercado, recibe a mujeres espléndidamente ataviadas, alegres, sinceras, y amistosas, quizá por contraste con la monotonía de las tonalidades del desierto que las rodea, en Djenné  tienen desarrollado más el sentido del color y la hospitalidad. La Gran Mezquita de Djenné es el templo religioso realizado en barro más grande del mundo.

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