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Hoteles en Venecia: mis 4 favoritos


Hoteles en Venecia

Venecia es uno de mis destinos favoritos, un hermoso lugar rodeado de un halo de romanticismo, historia y leyenda que cautiva a todo aquél que la conoce a fondo. Venecia es una de las ciudades más misteriosas y peculiares de Europa. Aprovechando que he estado ocho veces y he podido alojarme en unos cuantos alojamientos de muy diferente estilo y precio, querían compartir algunos consejos para encontrar el mejor hotel en Venecia para vuestras próximas vacaciones.

Hotel Carlton & Grand Canal, el lujo de un cuatro estrellas
El Hotel Carlton & Grand Canal es el hotel más lujoso en el que me he alojado en Venecia. Los candelabros y la cubertería en Navidad eran de plata, la vajilla parecía sacada de un palacio medieval y el desayuno era tan abundante que se convirtió en un placer para los sentidos. El hotel está situado en el maravilloso Grand Canal, muy cerca de la estación de trenes y Piazzale Roma (donde se encuentran las paradas de los autobuses que llegan a la bella y amada Venecia). Fue un lujo hospedarse en este hotel y una rocambolesca casualidad, había reservado un tres estrellas a través de Internet y cuando llegué al hotel estaba completo, así que tuvieron que buscar una habitación en otro hotel de la cadena y casualmente acabé en éste. A pesar de no haberlo reservado directamente el personal fue muy amable y las habitaciones y salones son de ensueño. Las vistas y el glamour están asegurados así que es ideal para celebrar una efeméride especial o para conquistar el corazón del ser amado.

Más información: Dirección: Santa Croce 578. 30135 Venecia. Teléfono: +39 041 275 22 00. Web: Hotel Carlton & Grand Canal.


Hotel San Giorgio, el coqueto encanto de un pequeño hotel
Sus dieciséis habitaciones están decoradas con la elegancia de los palacios del Settecento veneciano; paredes enteladas, cortinas tupidas, muebles lacados con detalles dorados o flores. Este encantador alojamiento está al alcance de todos aunque debe reservarse con tiempo ya que suele estar muy solicitado. Está situado muy cerca de la famosa Plazade San Marcos y por tanto de las visitas más imprescindibles. El personal es muy amable y ayuda al viajero a planificar la jornada en la ciudad de los sueños. Justo al lado se encuentra el Palazzo Pesaro degli Orfei actualmente sede del Museo Fortuny y que habitó durante años el artista granadino Mariano Fortuny Madrazo. Atentos a la agenda de exposiciones temporales que se organizan, normalmente son muy curiosas y complementan la visita al interior de este palacio veneciano.

Más información: Dirección: Rio Terà Della Mandola. San Marco 3781. 30124 Venecia. Teléfono: +39 041 523 58 35. Web: Hotel San Giorgio.


Pensione Wildner, para una puesta de sol de ensueño o un amanecer para hacer historia
Un hotel maravilloso para contemplar la belleza de un atardecer, gracias al magnífico balcón panorámico que ofrecen las ventanas de las habitaciones situadas en Riva degli Schiavoni (atención porque no todas las habitaciones dan a este lado). Es todo un lujo para los sentidos y mucho menos para el bolsillo. Si concedieran una estrella Michelín por las vistas, este hotel encabezaría esta lista. Me sorprendió gratamente el buffet del desayuno, ya que se encuentra más próximo al que sirven en los hoteles de cuatro estrellas que no en los que sirven en los de tres. Además, tienen una muy bien situada galería acristalada a pie de calle, que ofrece el confort de desayunar con unas excepcionales vistas y un servicio impecable. Es muy fácil encontrar el hotel, está situado entre el Puente de los Suspiros y el Museo Navale. También es interesante su posición ya que se encuentra bien comunicado gracias a la parada de San Zaccaria del transporte público ACTV, lo que ayuda a llegar desde el Aeropuerto sin problemas y facilita el recorrido por las islas venecianas de Murano, Burano y Torcello.

Más información: Dirección: Riva degli Schiavoni. Castello 4161. 30122 Venecia. Teléfono: +39 041 522 74 63. Web: Pensione Wildner.

Muy cerca de aquí, perdiéndonos por las calles donde Casanova iba al encuentro de una nueva aventura, se encuentra mi última recomendación para hospedarse en Venecia.


Albergo Doni; la auténtica casa veneciana
Este pequeño alojamiento está más cerca de la casa de huéspedes que de los lujos de un hotel-palacio. Tiene ese toque auténtico de lo que yo llamo “decadencia veneciana” y que tanto me gusta de Venecia. Las calles se alejan de la zona turística y la vida de los pocos venecianos que aún residen aquí, se hace real y cercana. Paredes sin lustre, ventanas donde se cuelga la ropa, ancianos compartiendo la barra del bar con un buen ombra entre sus dedos. Si me dieran una llave de hierro grande y formas sinuosas me imaginaría que soy una veneciana dispuesta a salir bajo mi máscara para recorrer los callejones ataviada con un vestido que cruje al andar. Es la acomodación más austera de toda la lista pero aprueba con buena nota lo básico para una buena acomodación: limpieza, situación y gentileza del personal.

Más información: Dirección: Calle del Vin 4656. San Zaccaria 30122. Venecia. Teléfono: +39 041 522 42 67. Web: Albergo Doni.


Por último, mi consejo más repetido cuando alguien me pregunta por un alojamiento en Venecia es ¡huir de Mestre (la tierra firme), el Lido, Giudecca o Murano! No os importe pagar un poco más y coger un hotel en cualquiera de estos barrios de Venecia: Cannaregio, Castello, Santa Croce, San Polo, Dorsoduro o San Marco, ésto os dará la oportunidad de recorrer la ciudad cuando todos los turistas se han ido y los personajes de las leyendas de Alberto Toso Fei o Guido Fuga salen a pasear.

Campo dei Mori: las tumbas blanqueadas de los hermanos Mastelli (Venecia)


En el Campo dei Mori, una graciosa plazoleta del barrio de Cannaregio de Venecia, se encuentran las tres estatuas del siglo XIII de los hermanos Mastelli, mientras que una cuarta se esconde detrás de la esquina de Fondamenta dei Mori. La de la esquina es conocida con el nombre de Sior Antonio Rioba, esta figura oriental con turbante, cuyo nombre está grabado en el fardo que lleva a hombros, es el famoso Pasquino di Venezia; un personaje alegórico del siglo XIX, acerca del cual corrían de boca en boca, ásperas sátiras e hirientes comentarios sarcásticos, existió además un periódico satírico que llevaba este curioso nombre. Sin embargo, si tenemos en cuenta las leyendas populares, estas cuatro estatuas de piedra que sujetan la fachada de un edificio son en realidad, los restos petrificados de unos charlatanes y deshonestos mercaderes de la Edad Media.

La historia de “Los hipócritas que se convirtieron en tumbas blanqueadas” del libro Leyendas venecianas e historias de fantasmas de Alberto Toso Fei, cuenta como Sior Rioba pronunció en voz alta: “Qué el Señor convierta mi mano en una piedra en el acto si lo que digo no es verdad”. Ese desliz se convirtió con el tiempo en una de sus frases más repetidas, tanto se jactaba de sus engaños cometidos tanto por sus hermanos como por él mismo que un día sobrevino la desgracia.

Los hermanos Mastelli eran originarios de Morea, una provincia bizantina ubicada en el Peloponeso (Grecia), de donde seguramente habían huido por motivos algo turbulentos. Su fanfarronería y sus triquiñuelas los hacían despreciables a ojos de los venecianos pero era tal su fortuna y poder que nadie se atrevía a contradecirles ni a culparles. Hasta que un día tras engañar a una pobre mujer que había invertido todos sus ahorros en comprarles telas de Flandes, le sobrevino un castigo divino.

Tras pronunciar su célebre frase: ¡Qué el Señor convierta mi mano en una piedra en el acto si lo que digo no es verdad! Incluyó a sus hermanos en el juramento: “Júrenlo también ustedes”. La mujer depositó todos sus ducados sobre el mostrador pronunciando: “Que Dios sea testigo de su honestidad y que usted mismo coseche los frutos de su decisión”.

Fue entonces cuando las monedas se transformaron de inmediato en piedras, junto con las manos y los brazos de Sior Rioba y sus hermanos. Convertidos en tumbas blancas para toda la eternidad, tan frías como habían demostrado ser en vida. Los malvados mercaderes quedaron convertidos en estatuas y adosados en el Campo dei Mori donde aún pueden verse.

Cuentan los más ancianos de la ciudad que se ha visto llorar a la estatua de Sior Rioba durante los días que el viento es aún más frío que la piedra y si alguien con el corazón puro pone su mano en el pecho de su estatua, podría quizá sentir un leve latido de corazón duro como una losa.

En el Campo dei Mori de Venecia hay muchos más rincones para descubrir, pero eso ya lo contaremos otro día con otra buena historia.

Próxima parada: Venecia


He tenido la fortuna de pisar Venecia en ocho ocasiones, fortuna que yo misma he potenciado porque es una ciudad a la que me encanta volver. He recorrido las piedras de Venecia como lo hiciera John Ruskin descubriendo cada belleza arquitectónica del gótico. He descubierto el significado de cada lugar siguiendo la Venecia secreta de Corto Maltés que tan bien supo Hugo Pratt dibujar en cómic y he perseguido con la mirada centelleante y el corazón emocionado, todas las leyendas venecianas e historias de fantasmas de Alberto Toso Fei.

Para iniciar cualquier recorrido de este tipo, hay que alojarse directamente en una casa en Venecia. Ésto te hace sentir mercader de especias, Casanova, comerciante de pescado, marino o soldado del Arsenale. Es por eso que cuando los de Knok -la empresa de intercambio de casas-, me pidieron escribir de nuevo, sobre Un día perfecto en mi ciudad perfecta para su guía de 100 ciudades donde intercambiar antes de morir, no dudé que la protagonista debía ser Venecia.

Venezia, Venice, Venedig, una ciudad que transforma su nombre para calar hondo en la memoria de aquellos que la pisan. Nació de la codicia de los dux o dogos; los hombres, que durante más de diez siglos, gobernaron con mano firme los confines de los mares y la República Serenissima de Venecia. Pero la laguna de Venecia también ha forjado al explorador de más valor y curiosidad del Mediterráneo: Marco Polo. Todos estos personajes de la historia habitan en los bellos callejones laberínticos de la ciudad. En sus coquetos campos (plazas) revestidos de losas de piedra y con hermosos brocales de pozo que llevaban el agua de la vida, a la población y a sus más insignes artistas.

Esa es la Venecia que yo veo cuando me alejo de la turística Piazza San Marco, la de la ropa tendida en la Via Garibaldi, la de los mercados en la Pescheria y la del cappuccino en Antica Torrefazione di Caffé ubicada en Cannaregio. Sí, esa es la Venecia a la que os invito a conocer, la que se extiende por el Ghetto judío, la Isla de San Michele y hasta más allá, hasta alcanzar Murano y Burano unas islas que conservan el placer por el trabajo artesanal; la primera dedicada al cristal y la segunda al encaje. Materiales tan frágiles y delicados como la misma Venecia.

Chiesa della Madonna dell’Orto: una de las iglesias más bellas de Venecia


El Campo della Madonna dell’Orto conserva su pavimentación original; un adoquinado tradicional realizado con ladrillos de color rojo, dispuestos en diagonal y conocidos con el nombre de “espina de pez” que quedan enmarcados por recuadros de color blanco realizados en piedra de Istria.

Aquí se alza la Chiesa della Madonna dell’Orto (Iglesia de la Virgen del Huerto) estaba dedicada originalmente a San Cristóbal; el santo protector de los viajeros, aunque su nombre cambió a Madonna dell’Orto o Santa María Odorífera en 1377 porque según una leyenda se encontró, en un huerto próximo, la escultura policromada de una Virgen (Madonna) a la que le atribuyeron varios milagros.

Es una de las iglesias más bellas de Venecia y eso es bastante difícil de asimilar entre tantas obras maestras y joyas que acoge la Reina del Adriático. El templo fue construido en el año 1355 en estilo gótico veneciano por Fray Tiberio da Parma, general de la Orden de los Humillados (orden desaparecida en 1571).

En 1483 se colocó el portal obra de Bartolomeo Bon y en el 1503 se concluyó el peculiar Campanile (campanario), único en su estilo, realizado en ladrillo con una cúpula en forma de piña y que está coronado por una estatua del Redentor obra de la escuela de Pietro Lombardo. Es el primer campanario que se distingue cuando se llega a Venecia; mide 56 metros de altura.

De la iglesia destaca la fachada tripartita construida con ladrillos rojos y decorada por un friso con festones en mármol de color blanco. Si se presta atención, se pueden ver las estatuas de los doce apóstoles dentro de los doce nichos de la fachada. Se trata de una obra del siglo XIV ejecutada por los hermanos pedreros Jacobello y Pietro Paolo dalle Masegne. Las estatuas de la Justicia y la Fe presiden las esquinas laterales. La estatua de San Cristóbal queda situada encima de la puerta de entrada, a los lados se observa la estatua de la Virgen y el arcángel Gabriel, diseño del año 1460 obra también del arquitecto Bartolomeo Bon.

La mejor hora para visitar la iglesia es a primera hora de la tarde, cuando la luz, a través del gran rosetón y ventanales de la fachada, inunda la nave e ilumina las columnas de mármol griego veteadas que dividen el espacio en tres. En la nave izquierda, encuadrada en un arco triunfal, se abre la sobria Capilla Valier del 1526, interesante ejemplo de arquitectura del Renacimiento proyectada por Andrea Buora con una bellísima “Virgen con el Niño” de Giovanni Bellini (uno de mis pintores favoritos).

Madonna dell’Orto fue la Iglesia Parroquial del artista del Renacimiento Veneciano Jacopo Robusti, más conocido con el nombre de il Tintoretto, que está enterrado en la capilla situada a la derecha del coro, junto a su hijo Domenico y una de sus cuatro hijas: Marietta. Encima de la entrada de la Capilla Mauro, en el lateral derecho, se muestra una de las obras más delicadas de Tintoretto la “Presentación de la Virgen María en el Templo”. En el resto de capillas también pueden verse magníficas obras de Tiziano Vecellio, Jacopo Palma il Vecchio, Daniel Van den Dyck y Giambattista Cima da Conegliano.


Más información: Dirección: Campo della Madonna dell’Orto. Cannaregio 3519, Venecia. Entrada: 3 € o incluida en la tarjeta de descuentos Chorus Pass. Horario: de lunes a sábado de 10 a 17 h. Domingos y festivos de 13 a 17 h. Web: http://www.madonnadellorto.org/

Piazza San Marco: el salón más bello de Europa (Venecia)


Cualquier viaje a la Serenissima debería comenzar en la Piazza San Marco. Aparecer al despuntar el alba, cuando todavía no se han apagado, las diminutas luces que iluminan tenuemente las ventanas de las Procuratie. Cuando apenas se distingue entre la bruma matinal, lo real de lo onírico.

Estamos delante de una de las plazas más bonitas del mundo y la más grande de la ciudad de Venecia. La única a la que llaman piazza, piazza sólo hay una: la Piazza San Marco. Ya en el nombre se pone de manifiesto su condición única (las demás plazas reciben el nombre de Campo y si son más pequeñas Campiello o Piazzetta).

Napoleón dijo de ella que era “el más bello Salón de Europa”, pero quien mejor supo trasladar su esencia en palabras fue John Ruskin. El escritor británico autor del libro Las piedras de Venecia, detalla la Piazza San Marco en una página de su diario de noviembre de 1849: Allí, durante diez siglos, los deseos de los hombres han sufrido las metamorfosis del mar; allí sus mentes se han dado encuentro viniendo del este y del oeste, y las corrientes de cien naciones se han reunido en un apretado torbellino, donde una gloria siempre nueva emerge de la espuma: el severo pisano y el soñador griego y el árabe inquieto, el lánguido otomano y el poderoso teutón; allí, la paciencia de la temprana cristiandad y el entusiasmo de la superstición medieval, y el fuego de los antiguos y el racionalismo de los infieles recientes, todos han encontrado su trabajo, y todos su tiempo. Allí han sido esculpidos los mármoles de mil montañas, cada una por quienes vivían a los pies de sus laderas, y las ofertas de mil islas se han reunido en una nube de incienso y de esta máscara y danza moruna de reinos y de épocas surgió la salvaje armonía del mar, la más dulce que el alma humana haya podido concebir.

Mientras, sin darnos cuenta, el sol aparecerá tras la Basílica de San Marco, la luz cegadora de un nuevo día iluminará las otras joyas que nos aguardan en esta plaza: la Torre dell’Orologio, el Palazzo Ducale y el soberbio Campanile, pero será otro día cuando os relate su historia. Hoy dejémonos ensimismar por el centro de la vida veneciana.

Los primeros habitantes de Venecia construyeron en este lugar el Palacio Ducal y la Basílica de San Marco a comienzos del siglo IX. La plaza era más pequeña que la actual y estaba atravesada por un canal que fue cubierto con tierra a finales del siglo XII. Con el pasar de los años fue escenario de ceremonias, fiestas, torneos y cabalgatas, hasta el día de hoy, que preside las fiestas de Carnaval.

Uno puede viajar a Venecia sin ser Carnaval, pero no debe marcharse sin haber pisado la Piazza San Marco.

Carlo Goldoni y Venecia


“El mundo es un libro muy hermoso, que muy poco vale para quien no sabe leerlo” 
(Carlo Goldoni)

Siempre he querido conocer las ciudades que visito desde muchas perspectivas; me gusta probar su gastronomía, escuchar música del país y conocer la vida de grandes personajes que forman parte de la historia de la localidad.

Carlo Goldoni es uno de esos personajes que están ligados a la historia de Venecia. Nació en la Serenissima en el año 1707 y aunque estudió abogacía, heredó de su abuelo la pasión por el teatro. Escribió más de cien comedias e hizo su propia revolución para cambiar las cosas y transformar la manera de hacer teatro. Fue llamado “el Molière italiano”, entre sus obras se encuentran: “La Posadera”, “El Café” y “El Abanico”. Quién sabe si algunas de estas comedias las escribió en el Café Florian, situado en las Procuratie Nuove de la Piazza San Marco, lugar de tertulias artísticas. Murió en la miseria en París en 1793, donde había ido por orden del Luis XV para que hiciera de profesor de italiano a las princesas de la corte.

En el Campo San Bartolomeo se alza la estatua de bronce de Carlo Goldoni, desde que la plaza fuera inaugurada el 20 de diciembre de 1883. Es obra del veneciano Antonio dal Zotto; para muchos su mejor trabajo. La estatua sigue siendo testigo de este centro animado de la vida popular veneciana. Durante mucho tiempo se instaló aquí un mercado y en la actualidad se utiliza para celebrar parte de la fiesta de la Epifanía.

La casa natal de Carlo Goldoni es el Palazzo Centani o Casa di Carlo Goldoni; un edificio del siglo XV con elegante fachada gótica. Los ladrillos vistos quedan reflejados en el canal del Rio San Tomà. En el centro del muro destacan cuatro ventanas ojivales enmarcadas por columnas y arcos redondos. La vivienda fue donada a la ciudad en el año 1931 y el junio de 1953 fue inaugurado el Museo de Estudios Teatrales; un museo dedicado a la vida del artista veneciano. Con el tiempo se instaló el Instituto Internacional de Investigación Teatral y en una de sus salas alberga un teatro de marionetas.

La otra fachada del Palazzo Centani da al Gran Canal, queda situado a la izquierda del Palazzo da Mula y del colorido Palazzo Barbarigo. No llama la atención, es una fachada estrecha con grupos de ventanas a pares. La ausencia de detalles decorativos se ve interrumpida por un balcón continuo del segundo piso y un medallón o escudo de color blanco.

Está claro que no es el típico museo que uno visita en Venecia, pero para aquellos que prefieren salirse de la normalidad, encontrarán un hermoso patio interior con un hermoso brocal de pozo presidiendo el centro. En el margen izquierdo, se oculta en la penumbra una escalera del siglo XV sostenida sobre arcos puntiagudos. La balaustrada es de piedra de Istria con pilares cilíndricos y decorada con las figuras de pequeños leones y coronas. El dramaturgo escribió en sus memorias: “Nací en Venecia en 1707, en una hermosa casa grande situada entre el Ponte Nombili y el Ponte della Donna Onesta, en la esquina de la Calle di Ca'Centani, de la Parroquia San Tomà”.


Más información: Dirección: Calle dei Nomboli 2793, San Polo 2794. Horario: de abril a octubre de 10 a 17 h. De noviembre a marzo de 10 a 16 h. Cerrado miércoles, 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre. La entrada está incluida en el museum pass, si no la entrada cuesta 5 €. Web: http://carlogoldoni.visitmuve.it/

Ruta por Venecia: del Ponte degli Scalzi al Ghetto Nuovo

Venecia

Hablar de Venecia siempre es un placer para mis sentidos. Quien vaya a pisar esta maravillosa ciudad italiana debería saber que Venecia se divide en diferentes sestiere o barrios. El más extenso de la ciudad (con 150 hectáreas) es el populoso Sestiere Cannaregio, donde viven 20.000 personas. Se encuentra situado al noroeste de la Serenísima y es una de las zonas menos visitadas por los turistas (si eso es posible en Venecia). Su nombre deriva del antiguo “Canal Regio” que existía antes del acondicionamiento ferroviario, que lo convertían en el canal principal de entrada de viajeros.

Venecia
Vista del Gran Canal con el Ponte degli Scalzi al fondo

Una ruta por el barrio de Cannaregio debe comenzar en el Ponte degli Scalzi o della Stazione (Puente de los Descalzos o de la Estación). Orientado al norte, es el puente más grande de todos los que atraviesan el Gran Canal. Fue construido en 1934 y desde lo alto de su estructura se obtienen magníficas vistas de las góndolas y vaporettos que cruzan la arteria principal de Venecia. ¡Uno no puede olvidarse de lo que se ve desde aquí!

Venecia
Chiesa di Santa Maria di Nazareth

Al lado del puente, se alza la hermosa Chiesa di Santa Maria di Nazareth o dei Carmelitani Scalzi; una iglesia barroca construida entre 1656 y 1672 por Longhena, a quien sucedió Giuseppe Pozzo para la decoración interna. Giuseppe Sardi se encargó de la grandiosa fachada de mármol de Carrara en el año 1680 y está considerada uno de los mejores ejemplos del estilo barroco veneciano. Está dispuesta en dos alturas, con columnas dobles que encuadran el portal y decorada con nichos donde se muestran grandes estatuas realizadas por Bernardo Falcone. Remata la fachada un frontón triangular con un segundo frontón curvilíneo, presidida por la figura de la “Madonna col Bambino”. Recomiendo disfrutar del maravilloso interior de esta iglesia de una sola nave, donde se encuentran 6 bellas capillas. En la segunda capilla del lateral izquierdo se encuentra la tumba del último Dux: Ludovico Manin.

Venecia
Palazzo Calbo Crotta

El primer palacio que encontramos después del Puente degli Scalzi es el Palazzo Calbo Crotta; actualmente es el famoso Hotel Príncipe. Su fachada de estilo bizantino da al Gran Canal. Fue la residencia de la familia Calbo-Crotta, sus propietarios fueron remodelando el palacio en diversas ocasiones. Todos los muebles antiguos y tapices que pertenecieron a la familia están expuestos en Ca’Rezzonico.

Venecia
Chiesa di San Geremia e Lucia


Siguiendo la concurrida vía Rio Tera Lista de Spagna, llegamos al Campo (plaza) San Geremia, donde se encuentra la entrañable Chiesa di San Geremia e Lucia. Fue fundada en el siglo XI y reconstruida en 1292 como atestigua una lápida en el portal. El edificio actual, con planta de cruz griega, fue erigido en 1753 por Carlo Corbellini, quien se inspiró para su interior en la Iglesia de la Salute. La fachada marmórea no pudo ser completada hasta el año 1871, cuando a su vez se reconstruyó el ala izquierda del santuario para dar cabida a las reliquias de Santa Lucía: Santa protectora de la vista y patrona de las modistas. Destaca su campanile (campanario), uno de los más antiguos que se conservan en Venecia, fechado en el siglo XIII.

Venecia
Ponte delle Guglie


Desde el Campo San Geremia, el Ghetto se encuentra a 5 minutos, aunque queda algo escondido, no es complicado de encontrar. Seguimos hasta el exquisito Ponte delle Guglie o Puente de las Agujas, llamado así a causa de los 4 obeliscos situados en cada uno de sus extremos. Siguiendo la Fondamenta Pescheria, que nace en el Ponte delle Guglie, y girando por el estrecho callejón del Forno, estaremos entrando en la “Antigua Fondazione”. Aquí fue donde se inventó la palabra ghetto

Venecia
Campo del Ghetto Nuovo


Se cuenta que el origen de esta palabra data de la fundación del barrio en 1516, a consecuencia de la llegada a Venecia de un gran número de judíos que habían sido expulsados de España en 1492. En 1527 un decreto de la Signoria, escrito por algún “tipejo”, ordenó que todos los judíos residentes o de paso en la ciudad -y que anteriormente eran confinados en la isla de la Giudecca- fueran separados del resto de la población y ubicados en una vieja fundición, que en veneciano recibía el nombre de ghetto. Como miles de judíos se vieron entonces obligados a vivir en espacios exiguos, fue necesario construir casas altas, algunas de hasta 8 pisos, dotadas por lo general de escaleras que comunicaban 2 edificios contiguos. Las verjas del ghetto se cerraban desde el ocaso hasta la salida del sol; se decretaba el toque de queda y se montaba guardia con soldados y embarcaciones armadas, que eran pagados por la misma población segregada. El centro del Ghetto de Venecia se encuentra en el Campo del Ghetto Nuovo.

Venecia
La Scuola Levantina es 1 de las 5 sinagogas que se conservan en Venecia


Las estrechas calles, patios y escaleras del ghetto judío de Venecia fueron escenario de los juegos de infancia de Hugo Pratt (1927-1995). Este famoso veneciano, padre del legendario personaje de cómic Corto Maltés, se definía a sí mismo como “un fabulador que escribe con dibujos”. En el prólogo de su libro "Fábula en Venecia", cuenta cómo su abuela le solía llevar a casa de una anciana judía llamada Bora Levi. Allí, mientras las dos ancianas jugaban a las cartas, Pratt pasaba las horas muertas mirando por la ventana de la cocina hacia un patio secreto llamado Arcano, con un viejo pozo cubierto de hiedra. Para acceder a aquel patio había que atravesar las 7 puertas sobre las que se encontraban grabados los nombres de 7 demonios shed. Cada una de aquellas puertas mostraba al abrirse una palabra mágica: el nombre del demonio.

Puentes entre dos mundos

Un puente es una estructura que facilita el paso sobre un obstáculo difícil de superar.


La Humanidad los ha utilizado para cruzar valles, caminos, para cruzar masas de agua, ya sean; pequeños estanques de jardín, alegres riachuelos, ríos caudalosos de montaña o un inmenso estrecho en el mar. Unir en definitiva orillas, acercar gentes, comercio, ayuda.


Literalmente un puente es una construcción fabricada con diferentes materiales; piedra, ladrillo, madera, acero, hierro, hormigón, etc., pero figurativamente un puente puede unir en un sutil abrazo la estructura material con el entorno, ofreciendo al espectador, imágenes de increíble belleza.


Este es mi puente entre dos mundos; el sutil abrazo de la creación del hombre con la creación de la naturaleza.

Las Puertas de Venecia (Italia)


El sencillo gesto de abrir una puerta, se puede transformar en un mágico y delicioso roce.


Las entradas venecianas forman una colección de bellos tesoros particulares, que a menudo pasan desapercibidos al observador, como si se mantuvieran en un mundo oculto detrás de la mismísima puerta.


Aldabas, cerraduras, tiradores y timbres dan paso a la esencia del hogar, su interior quedará resguardado de miradas extrañas. Esta protección, inevitable, demuestra que nunca el arte estuvo tan cerca de la mano.


Permitidme el paso hacia ese mundo, admirad antes de llamar.















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