Hablar de Venecia siempre es un placer para mis sentidos. Quien vaya a pisar esta maravillosa ciudad italiana debería saber que Venecia se divide en diferentes sestiere o barrios. El más extenso de la ciudad (con 150 hectáreas) es el populoso Sestiere Cannaregio, donde viven 20.000 personas. Se encuentra situado al noroeste de la Serenísima y es una de las zonas menos visitadas por los turistas (si eso es posible en Venecia). Su nombre deriva del antiguo “Canal Regio” que existía antes del acondicionamiento ferroviario, que lo convertían en el canal principal de entrada de viajeros.
Una ruta por el barrio de Cannaregio debe comenzar en el Ponte degli Scalzi o della Stazione (Puente de los Descalzos o de la Estación). Orientado al norte, es el puente más grande de todos los que atraviesan el Gran Canal. Fue construido en 1934 y desde lo alto de su estructura se obtienen magníficas vistas de las góndolas y vaporettos que cruzan la arteria principal de Venecia. ¡Uno no puede olvidarse de lo que se ve desde aquí!
Al lado del puente, se alza la hermosa Chiesa di Santa Maria di Nazareth o dei Carmelitani Scalzi; una iglesia barroca construida entre 1656 y 1672 por Longhena, a quien sucedió Giuseppe Pozzo para la decoración interna. Giuseppe Sardi se encargó de la grandiosa fachada de mármol de Carrara en el año 1680 y está considerada uno de los mejores ejemplos del estilo barroco veneciano. Está dispuesta en dos alturas, con columnas dobles que encuadran el portal y decorada con nichos donde se muestran grandes estatuas realizadas por Bernardo Falcone. Remata la fachada un frontón triangular con un segundo frontón curvilíneo, presidida por la figura de la “Madonna col Bambino”. Recomiendo disfrutar del maravilloso interior de esta iglesia de una sola nave, donde se encuentran 6 bellas capillas. En la segunda capilla del lateral izquierdo se encuentra la tumba del último Dux: Ludovico Manin.
El primer palacio que encontramos después del Puente degli Scalzi es el Palazzo Calbo Crotta; actualmente es el famoso Hotel Príncipe. Su fachada de estilo bizantino da al Gran Canal. Fue la residencia de la familia Calbo-Crotta, sus propietarios fueron remodelando el palacio en diversas ocasiones. Todos los muebles antiguos y tapices que pertenecieron a la familia están expuestos en Ca’Rezzonico.
Siguiendo la concurrida vía Rio Tera Lista de Spagna, llegamos al Campo (plaza) San Geremia, donde se encuentra la entrañable Chiesa di San Geremia e Lucia. Fue fundada en el siglo XI y reconstruida en 1292 como atestigua una lápida en el portal. El edificio actual, con planta de cruz griega, fue erigido en 1753 por Carlo Corbellini, quien se inspiró para su interior en la Iglesia de la Salute. La fachada marmórea no pudo ser completada hasta el año 1871, cuando a su vez se reconstruyó el ala izquierda del santuario para dar cabida a las reliquias de Santa Lucía: Santa protectora de la vista y patrona de las modistas. Destaca su campanile (campanario), uno de los más antiguos que se conservan en Venecia, fechado en el siglo XIII.
Desde el Campo San Geremia, el Ghetto se encuentra a 5 minutos, aunque queda algo escondido, no es complicado de encontrar. Seguimos hasta el exquisito Ponte delle Guglie o Puente de las Agujas, llamado así a causa de los 4 obeliscos situados en cada uno de sus extremos. Siguiendo la Fondamenta Pescheria, que nace en el Ponte delle Guglie, y girando por el estrecho callejón del Forno, estaremos entrando en la “Antigua Fondazione”. Aquí fue donde se inventó la palabra ghetto.
Las estrechas calles, patios y escaleras del ghetto judío de Venecia fueron escenario de los juegos de infancia de Hugo Pratt (1927-1995). Este famoso veneciano, padre del legendario personaje de cómic Corto Maltés, se definía a sí mismo como “un fabulador que escribe con dibujos”. En el prólogo de su libro "Fábula en Venecia", cuenta cómo su abuela le solía llevar a casa de una anciana judía llamada Bora Levi. Allí, mientras las dos ancianas jugaban a las cartas, Pratt pasaba las horas muertas mirando por la ventana de la cocina hacia un patio secreto llamado Arcano, con un viejo pozo cubierto de hiedra. Para acceder a aquel patio había que atravesar las 7 puertas sobre las que se encontraban grabados los nombres de 7 demonios shed. Cada una de aquellas puertas mostraba al abrirse una palabra mágica: el nombre del demonio.
2 comentarios:
Ains, Venecia, espero volver algún día :-)
Yo también espero volver de nuevo (sería mi octava vez) pero la redescubriría mil veces si pudiera. Gracias por tu visita y comentario.
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