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Ruta por Écija: entre iglesias, conventos y palacios del Siglo de Oro Ecijano

Écija
El Palacio de Peñaflor es un gran ejemplo del Siglo de Oro Ecijano

El gran Siglo de Oro ecijano tuvo lugar en el siglo XVIII y durante esa época las familias nobles embellecieron Écija con numerosos palacios barrocos cubiertos de pinturas murales. La iglesia hizo otro tanto construyendo 22 conventos, 6 templos y numerosas capillas. La altísima demanda de artesanos gracias a esa pujanza económica, social y artística llegó hasta tal punto de esplendor que se llegaron a contabilizar en Écija hasta 40 casas gremiales de las que se conservan algunos bellos edificios.

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Detalle de la portada de la Casa Palacio de Valdehermoso

Aunque el famoso terremoto de Lisboa sufrido en 1755 afectó a los edificios construidos en el siglo XVIII, la ruta por el Siglo de Oro Ecijano es aún visible por el casco histórico de Écija. Al igual que la esencia y el recuerdo de cuando fue griega (fueron los griegos quienes le pusieron el nombre de Astigi), romana, sede episcopal visigoda, la “Ciudad Rica” de Estigga en época musulmana y la capital de provincia durante el emirato y el califato de Córdoba. Abrid bien los ojos porque en Écija las paredes cuentan su historia, ya sea en versículos del Corán o en imágenes de azulejos de fervorosa fe cristiana.

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Torres campanario Iglesia Santa María y Convento de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción

La ciudad de Écija es una de las capitales del barroco andaluz y recibe el sobrenombre de la “Ciudad de las Torres” gracias al gran número de campanarios y miradores conservados; unos 11 en la actualidad. Écija se encuentra situada a 90 km de Sevilla y también es conocida popularmente como “La Sartén de Andalucía” ya que, con el buen tiempo, alcanza altísimas temperaturas. Sin duda es un buen destino para disfrutar con más tranquilidad que en la capital sevillana de su bello Conjunto Histórico-Artístico, considerado uno de los más importantes de Andalucía. Aunque nos encontramos en una de las etapas importantes de la Ruta de Washington Irving que recorre las poblaciones de Sevilla a Granada, los horarios de los monumentos visitables hacen imposible entrar en todas las iglesias y palacios en un solo día.

Ruta por el Siglo de Oro Ecijano entre iglesias, conventos y palacios

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Patio del Palacio de Benamejí

Entre los edificios de Écija destacan un buen número de iglesias y conventos, como la Iglesia de Santa Bárbara, Iglesia de San Gil, Iglesia de Santa Ana, Iglesia de San Juan o el Convento de Las Teresas. Desde fuera esos templos no dan la impresión de acaparar la gran cantidad de maravillas barrocas y capillas sorprendentes de las que Écija atesora un importante número. Lo mismo pasa con las casas señoriales y palacios de Écija de estilo renacentista y barroco. Perderse por las calles de Écija es toparse con el Palacio de Peñaflor, el Palacio Valhermoso o el Palacio de Benamejí, rincones privados o convertidos en hotel que esconden la esencia árabe con patios y fuentes interiores que refrescan las noches de verano y nos transportan a la antigua Al-Andalus.

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Palacio de Benamejí

Iniciamos nuestro recorrido donde se encuentra ubicado el Museo Histórico Municipal que conserva importantes piezas romanas como la Amazona Herida del siglo II. Se trata del Palacio de Benamejí, declarado Monumento Nacional, es uno de los edificios más singulares de Écija y uno de los más importantes del barroco civil de Andalucía. El antiguo palacio señorial fue construido con 2 plantas de altura en el primer tercio del siglo XVIII en estilo barroco. Se encuentra en la Plaza de la Constitución y fue sede del Gremio de los Cinteros. Del Palacio de Benamejí destaca su magnífica portada en mármoles policromados y 2 torres mirador en los extremos de la fachada. Su interior está organizado según el prototipo de vivienda ecijana que imita las antiguas construcciones musulmanas. El patio que servía de apeadero o de ingreso a las caballerizas, es seguido por un gran patio principal porticado con una fuente central de piedra y una casa de labor de acceso independiente.

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La Casa Palacio de Villaverde de San Isidro y el Mirador de Peñaflor

En la Calle Cinteria 14 se encuentra la austera Casa Palacio de Villaverde de San Isidro. De su fachada destaca el remate superior que luce 2 emblemas heráldicos, la portada adintelada de piedra y el balcón corrido. El Mirador de los Marqueses de Peñaflor que se encuentra en el número 5 de la Plaza de España es uno de los edificios utilizados por la nobleza a modo de palco. En un futuro no muy lejano, el Mirador de los Marqueses de Peñaflor acogerá la Oficina de Turismo de Écija.

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Plaza de España

Un buen lugar para recorrer Écija es desde la Plaza de España conocida popularmente como “El Salón” ya que, en el siglo XVIII, era común que las familias nobles utilizaran los edificios de esta plaza para observar, los eventos y toda clase de festejos como corridas de toros y obras de teatro desde una posición privilegiada. La Plaza de España es el centro neurálgico de la vida local desde tiempos romanos, cuando se situaba el foro de la Colonia Augusta Firma Astigi. Aquí también se encuentra el Ayuntamiento de Écija, un edificio historicista de 1863 diseñado por Balbino Marrón. En su Sala Capitular conserva varios mosaicos romanos extraordinarios como el Sacrificio de Dirce del siglo III bajo una armadura de madera del siglo XVII.

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La Iglesia de San Francisco preside un lateral de la Plaza de España de Écija

Al lado, se encuentra la Iglesia de San Francisco que luce una portada del siglo XVII. En su interior se conserva uno de los retablos más importantes del barroco ecijano del siglo XVIII. Su parte más antigua conservada son sus bóvedas góticas. Desde la Plaza de España pueden verse sus 2 espadañas; una decorada con azulejos del siglo XVIII y otra más pequeña que corresponde a la Capilla de la Veracruz.

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 La Iglesia de Santa Bárbara y el Mirador de Benamejí se encuentran en la Plaza de España

La primera iglesia neoclásica de Andalucía fue la Iglesia de Santa Bárbara, construida entre 1787 y 1855 por Ignacio Tomás sobre los restos de un templo romano de los que aprovecharon las columnas de granito para la portada. En su fachada puede verse otra de las imágenes religiosas en azulejo de Écija, el del Sagrado Corazón de Jesús. En su interior destaca la sillería del coro de 1762 en estilo rococó.

Justo enfrente, en la Plaza de España nº 20 se encuentra el Mirador de Benamejí construido por el Marqués de Benamejí en el siglo XVIII y que servía como el anterior para contemplar los festejos que tenían lugar en la Plaza Mayor de Écija. La planta baja conserva los soportales y las plantas superiores unas galerías abiertas con arcos sobre columnas. En el centro de la amplia cornisa se encuentra el escudo heráldico de la familia Bernuy. Aún es posible encontrar restos de las pinturas murales que lo decoraban.

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Palacio de Peñaflor

Desde la Plaza de España parten numerosas calles que conducen a un sinfín de iglesias y casas señoriales como las situadas una detrás de otra en la Calle Emilio Castelar. La primera que encontramos en el camino es el Palacio de los Marqueses de Peñaflor situado en la Calle Emilio Castelar 26. Este palacio barroco construido en 1726 con portada de mármol flanqueada por columnas salomónicas sobre cabezas de leones es conocido con el nombre de “Palacio de los balcones largos”. Por supuesto, el elemento que más destaca es esa balconada de forja que mide 57 metros y que recorre toda su fachada. Destacan las pinturas al fresco policromadas obra del artista madrileño Antonio Fernández. En un extremo se alza una torre-mirador de planta cuadrada.

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Palacio Valdehermoso

El Palacio Valdehermoso situado en la Calle Emilio Castelar 37 es otra de las joyas de Écija, construido en el siglo XVI en estilo renacentista. Perteneció a una de las 13 familias “Grandes de España” instaladas en Écija y está considerado el mejor ejemplo de estilo plateresco de la ciudad. Destaca su formidable puerta de entrada con un arco enmarcado por pilastras y figuras, un balcón flanqueado por esculturas alegóricas y una galería abierta con arcos de medio punto sobre columnas de granito, algunas de ellas de época romana del siglo I.

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Torre de la Iglesia de San Gil y portada de la Casa Palacio de los Castrillos

Nos desviamos hasta la Iglesia de San Gil levantada en 1479 y que conserva parte de su estilo gótico-mudéjar y las modificaciones barrocas del siglo XVIII. La Torre de San Gil está considerada la más bella de Écija, se reconstruyó entre 1775 y 1782 y destaca por su decoración en ladrillo. En el interior de la Iglesia de San Gil destacan las pinturas del siglo XVI de Alejo Martínez y Pedro de Villegas Marmolejo. Volvemos a la Calle Emilio Castelar. A pesar de su sencillez, en el número 43 encontramos la Casa Palacio de los Castrillos, uno de los palacios más antiguos de Écija. Iniciado en el siglo XVI luce una sencilla portada gótica de ladrillo.

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Casa Palacio de Los Granados

En la Calle Emilio Castelar 42 se alza la Casa Palacio de Los Granados fue construida en el siglo XVIII en estilo barroco. Su fachada combina decoración en ladrillo y tapial enlucido, aunque destaca por la galería con arcos de medio punto del piso superior y las pinturas al fresco de la cornisa. En este misma calle encontramos en el número 45 la Casa Palacio de Fernández de Golfín construida entre el siglo XVIII y XIX, en el 38 la Casa señorial de Fernández de Córdoba del siglo XVIII y en el número 47 el Palacio de Alcántara.

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Iglesia de Santa Ana e Iglesia de San Juan Bautista

La Iglesia de Santa Ana se encuentra en la Calle Emilio Castelar 62, fue construida en estilo barroco en el siglo XVIII. La torre de la Iglesia de Santa Ana conserva el fuste de ladrillo de la primera torre construida en 1641 y dañada en el terremoto de 1755. Aquí se encontraba uno de los torreones de la antigua muralla musulmana que formaban parte de la Puerta Real.

La Iglesia de San Juan Bautista muestra una imagen religiosa en azulejo en su exterior de Jesús Nazareno. La Hermandad de San Juan que hace estación de penitencia el Viernes Santo tiene su sede aquí. En el interior de la Iglesia de San Juan Bautista se conservan esculturas y pinturas de Pedro Roldán, Duque Cornejo, Antonio de Pereda y Juan de Espinal. La Torre de San Juan de estilo barroco es otro de los campanarios que te obligan a levantar la vista en Écija. Fue levantada en 1768 gracias al proyecto de Pedro de Silva y dicen que es la torre más barroca de Écija. Está profusamente decorada con azulejos y pináculos y rematada por una veleta en forma de ángel que porta el estandarte de la Orden de Malta.

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Palacio de los Garcilaso y Casa Palacio de Lasso de la Vega

En Calle Garcilaso 9 se encuentra el Palacio de los Garcilaso del siglo XVI y a continuación la Casa Palacio de Lasso de la Vega construida entre el siglo XVI y XX que perteneció, al igual que la anterior, al linaje de Lasso de la Vega y Fajardo. El escudo familiar puede verse en la cornisa superior enmarcado por querubines. Destaca la portada decorada con bajorrelieves de motivos vegetales que suben hasta el balcón de la fachada.

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Iglesia de San Pablo y Santo Domingo

Nuestra próxima parada es la Iglesia de San Pablo y Santo Domingo. En el siglo XIV ya se tiene constancia del Monasterio ecijano de San Pablo y Santo Domingo. Conserva en su interior restos originales de estilo gótico-mudéjar en los pilares y un impresionante artesonado de lacería mudéjar de finales del siglo XVI. La torre-campanario de la Iglesia de San Pablo y Santo Domingo fechado en el siglo XVIII, luce un sorprendente rosario gigante colgado en su fuste. Dicen que en 1436 se apareció en Écija el Apóstol San Pablo y que se conserva una cruz que obra milagros.

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Distintas vistas de la Iglesia Mayor de Santa Cruz

Nos acercamos hasta la Plaza Nuestra Señora del Valle donde se encuentra la Iglesia Mayor de Santa Cruz, levantada en el siglo XV sobre la Mezquita de Écija. Del edificio primitivo, destruido por el terremoto de Lisboa en 1755, se conserva en el patio un arco mudéjar con yeserías. En el interior del templo se venera la imagen gótica del siglo XIV de la Patrona de Écija: Nuestra Señora del Valle. El Altar Mayor está formado por un sarcófago paleocristiano con inscripciones griegas del siglo V. Aquí se encuentra el Museo de Arte Sacro que conserva una interesante colección de orfebrería barroca. La torre de la Iglesia Mayor de Santa Cruz que está coronada por una veleta en forma de ángel que sostiene la cruz de Cristo, conserva 2 inscripciones romanas y 2 árabes del siglo X.

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Casa del Gremio de la Lana y Casa Palacio Fernández de Valderrama

En la Calle Merinos 4 encontramos otra de las casas gremiales de Écija, la Casa del Gremio de la Lana. El edificio del siglo XVIII aunque de portada simple, conserva restos de pinturas murales bajo la cornisa del balcón y motivos geométricos en su fachada. A unos 70 m en la Calle Mayor 12, se encuentra la Casa Palacio Fernández de Valderrama construida entre los siglos XVI y XX. En la puerta principal puede verse el emblema heráldico familiar sostenido por querubines. Aunque la mayor parte del edificio original ha desaparecido, conserva una galería de arcos superior que alcanza la Plaza de Luis Vélez de Guevara donde se encuentra la Iglesia de la Purísima Concepción del antiguo monasterio de los Mercedarios Descalzos. 

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Torre de la Iglesia de la Purísima Concepción y Convento de las Marroquíes

Las 2 torres de la Iglesia de la Purísima Concepción situadas en los extremos de la fachada son lo único que queda del edificio original levantado en el siglo XVIII y que se conocen popularmente como “Las Gemelas”. Dicen que el Convento de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción, conocido popularmente como el Convento de las Marroquíes, conserva la espadaña más bella de Écija. La Comunidad de Concepcionistas Franciscanas del convento elaboran unos deliciosos bizcochos marroquíes con una receta del siglo XVIII que pueden adquirirse en su torno situado en la Calle Secretario Armesto 4 A.

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Real Convento de Santa Inés y Convento de las Florentinas

El Real Convento de Santa Inés de la Calle Mayor fue fundado en 1487 por una Comunidad de Clarisas Franciscanas. La Reina Isabel la Católica estuvo hospedada entre sus muros y se hizo benefactora del convento, junto a otras nobles como la Emperatriz María de Austria y la infanta Isabel Clara Eugenia. La nobleza legó a las monjas valiosas reliquias entre las que se encuentra una espina de la corona de Jesús.

El Convento de las Florentinas es el convento más antiguo de Écija. Fue construido en estilo mudéjar y fue ampliándose en estilo barroco. Del siglo XVIII pertenece su puerta principal cincelada en piedra y rematada por una hornacina con la imagen de la Virgen del Rosario. Destaca la espadaña que muestra 3 lados decorados con azulejos. Aunque no pueda visitarse su interior, a través del torno se pueden comprar productos de repostería elaborados por las monjas dominicas como pestiños, alfajores o torrijas.

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Casa Palacio de Cárdenas y Prado Castellano

En la Calle Santa Florentina 20 se encuentra un bello rincón de Écija presidido por la Casa Palacio de Cárdenas y Prado Castellano construido en estilo barroco entre los siglos XVI y XX y que perteneció a los Marqueses de la Garantía, título concedido por el Rey Fernando VII de España, “el Deseado” al ecijano Fernando Tamariz-Martel y Porcel. Destaca la portada del siglo XVIII enmarcada con columnas que soportan un balcón central. El conjunto está rematado por el escudo del marquesado. La imagen se complementa con un pequeño jardín de palmeras y una torre almenada pintada de blanco.

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Portada y espadaña de los Carmelitas Descalzos

A continuación, situado en la Calle Conde 16, nos topamos con el antiguo Palacio de los Condes de Palma de estilo mudéjar, construido entre los siglos XIV y XV. Fue decorado con azulejos y yeserías inspiradas en el Alcázar de Sevilla. Aquí se encuentra en la actualidad el Convento de San José de las Carmelitas Descalzas, antiguo Convento de Las Teresas fundado en 1591. Destaca la portada de los Carmelitas Descalzos de la Calle la Marquesa 10 con decoración manuelina y detalles marineros, cuyo estilo se importaron de Portugal. La Iglesia de los Carmelitas Descalzos añadió la espadaña actual después de que el campanario original sufriera daños por el terremoto de Lisboa de 1755. Hoy es uno de los elementos característicos del paisaje de Écija y luce unas recuperadas molduras con bordes curvos. 

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Palacio de Justicia

En Calle La Marquesa 15 se levanta el Palacio de Justicia de Écija que se encuentra ubicado en un palacio historicista de 1931 conocido con el nombre de Palacio de las Tomasas e inspirado en la Alhambra de Granada. Si lo encontráis abierto, pasad, la entrada es gratuita.

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Plaza de Abastos y Carnicerías Reales

En la Calle Compañía nº 6 se encuentra el antiguo edificio de la Plaza de Abastos de Écija donde podrás adquirir productos típicos como molletes, tortas de manteca o yemas ecijanas. En esta misma calle en el número 3 encontraréis una portada barroca, hay más portadas de este estilo en la Calle Aguabajo. Del antiguo edificio de las Carnicerías Reales del siglo XVI apenas queda la portada de estilo renacentista en la Calle Francisco Mateo Díaz González nº 3. Está rematada en su parte superior por un escudo de armas real y la figura en relieve de la Justicia. En la pared ha sido restaurada un fragmento de pintura mural donde puede verse la cabeza de un carnero.

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Casa del Gremio de la Seda

La industria de la seda y la lana tuvo una gran importancia en Écija en el siglo XVIII. Uno de los edificios más hermosos de la ciudad es la Casa del Gremio de la Seda donde los comerciantes de tejidos trataban la compra y venta de materias. Destacan sus pinturas al fresco, sus arquerías y cornisas decoradas del siglo XVIII.

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Torre y portada de la Iglesia de Santa María

La Torre de la Iglesia de Santa María de 1717 es visible desde la Plaza de España. Luce fuste en ladrillo y 2 balcones decorados con labores de cantería. El cuerpo donde se encuentran las campanas recuerda a la Giralda de Sevilla y muestra decoración de azulejos y molduras de ladrillo. La primera Iglesia de Santa María fue construida en el siglo XIII, aunque el templo que se conserva en la actualidad es el construido por Pedro de Silva en la segunda mitad del siglo XVIII en estilo barroco. La portada en piedra diseñada por Antonio Matías de Figueroa en el siglo XVIII es una de las más monumentales del barroco andaluz. En el interior destacan las pinturas murales neobarrocas de su cúpula obra de Antonio Gardoso, la Capilla del Sagrario y la sillería del coro tallada por Juan de Mesa en 1628. En el claustro de la Iglesia de Santa María encontraréis restos de lápidas, ánforas y estatuas romanas. En la Plaza de Santa María destaca una hermosa columna barroca de 1766 donde se levanta el Triunfo a la Virgen del Valle, patrona de Écija.

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Convento de Capuchinos y Casa Palacio de los Aguilar

Si continuamos hasta la Calle Santa Ángela de la Cruz 20 nos toparemos con el Convento de Capuchinos - Hermanas de la Cruz levantado entre el siglo XVII y XVIII. Su puerta realizada en ladrillo muestra en un friso de azulejos, el año de su construcción: 1758. En la pared puede verse una imagen de azulejo de la Virgen y San Juan Evangelista. Muy cerca se encuentra la Casa Palacio de los Aguilar  construida en la segunda mitad del siglo XVIII. Luce el blasón familiar en el remate de la portada flanqueada por dobles columnas.

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Iglesia de Santiago

La Iglesia de Santiago es un templo gótico-mudéjar construido en el siglo XV y con añadidos posteriores como su torre-campanario de estilo barroco obra de Juan Núñez o el patio cuadrangular diseñado por Pedro de Silva con parterres ajardinados y una fuente. Está considerada la iglesia más interesante de Écija y una de las más elegantes de Andalucía. Tiene 3 portadas con ventanales y celosías de piedra tallada. En su interior destaca el extraordinario Retablo Mayor en madera tallada del siglo XV e importantes obras de imaginería de Alejo Fernández, Pedro de Campaña y Pedro Roldán.

Hasta aquí nuestra ruta por las iglesias, conventos y palacios del centro histórico de Écija. Algunos de sus edificios han sido recreados en el Poble Espanyol de Barcelona para representar a Andalucía.

Red de Juderías de España

La Red de Juderías de España ha cumplido este año dos décadas. 


 Aunque parezca mentira, la asociación para proteger el patrimonio arquitectónico, la historia, cultura y artes del legado sefardí español, la crearon varios alcaldes en 1995.


Inicialmente la Red de Juderías española contaba con las ciudades de Cáceres, Córdoba, Girona, Hervás, Ribadavia, Segovia, Toledo y Tudela. Con el tiempo se han añadido 16 ciudades más: Ávila, Barcelona, Besalú, Calahorra, Castelló dEmpúries, Estella-Lizarra, Jaén, León, Lucena, Monforte de Lemos, Oviedo, Palma, Plasencia, Sevilla, Tarazona y Tortosa que completan un total de 24 municipios que son miembros de la red Caminos de Sefarad.


Este conjunto de ciudades tienen la misión de recuperar y conservar el legado sefardí (también conocido como el legado de Sefarad; nombre con el que la comunidad judía denominaba a la Península Ibérica) y que nos dejaron nuestros antepasados sefardíes (se calcula que un 20% de la población española tiene hoy en día, sangre judía). Los siglos de mayor esplendor para la cultura judía en España fueron los comprendidos entre el siglo XI y XII. De esta época conservamos rincones que nos trasladan en el tiempo y que huelen a nueces, naranjas y especias.


En la actualidad, parece mentira que tres culturas tan distintas como los hebreos, musulmanes y cristianos convivieran en España. En aquella época y gracias a esa convivencia pacífica, la sociedad española se alimentó y prosperó en varios frentes. De ello se benefició la economía, las artes, la cultura y las ciencias. Aún queda un buen número de sefardíes desplegados por el mundo (se calcula que tres millones y medio), como curiosidad, estos judíos provenientes de España podrán solicitar la Nacionalidad Española si demuestran que son descendientes de los judíos que expulsaron los Reyes Católicos en 1492.


Y es que a veces, lo que nos une es más que lo que nos separa.

Más información: Si quieres conocer más sobre la antigua Sefarad y la ruta de las juderías de España, hay disponible una app gratuita para iOS y otra aplicación para Android.

Descubriendo el Centro Histórico de Sevilla a través de sus iglesias

Cuando alguien pone en su punto de mira una ciudad como Sevilla, debe estar preparado para impregnarse de religiosidad y mucha devoción cristiana. Este recorrido por la ciudad en busca de las iglesias con más sabor sevillano duró aproximadamente tres horas, eso sí cuando llegó la pausa para comer, eso fue lo más sagrado de esta ruta. No se puede conocer Sevilla sin una ruta de tapeo como Dios manda.

Comenzamos en la Calle Carlos Cañal donde se encuentra la Iglesia Conventual San Buenaventura; un edificio del siglo XVII de estilo barroco, obra de Diego López Bueno. Destacan las yeserías y los frescos, obra de Francisco Herrera, el Viejo y el retablo mayor del siglo XVIII, procedente de Osuna, con la Virgen de la Inmaculada llamada la “Sevillana”. 
 

En la Calle San Pablo encontramos el espléndido templo barroco de la Iglesia de la Magdalena. Fue diseñado por Leonardo de Figueroa en el siglo XVIII. Su historia está relacionada con Fray Bartolomé de las Casas; uno de los pocos españoles que salió en defensa de los indios del Nuevo Mundo. En este templo fue consagrado Obispo de Chiapas el 30 de marzo de 1544. En la fachada exterior destaca la combinación de la piedra, el ladrillo visto y las decoraciones cerámicas. En su interior se han conservado algunos frescos, restos medievales, así como interesantes obras pictóricas de Juan de Valdés Leal, Zurbarán, Ocampos y Duque Cornejo. Su entrada es gratuita.


En la Calle Rioja nº 25 se encuentra la Iglesia del Santo Ángel; una original iglesia fundada por los Carmelitas Descalzos. El templo se edificó alrededor de 1640 en estilo barroco, por el arquitecto Pedro Sánchez Falconete y el maestro de obras Juan de Segarra. En el dintel de la puerta puede leerse una inscripción en latín que reza: “Dios mandó a sus ángeles para que te custodiasen en todo momento” sobre ella está ubicada una escultura del Ángel de la Guarda. En el interior de la iglesia destacan las decoraciones en yeserías, la talla de la Virgen del Carmen con el niño, obra de 1780 de Cristóbal Ramos, situada en un amplio camarín y la impresionante y dramática escultura del Cristo de los Desamparados de Martínez Montañés. La escultura, esculpida en 1.617, representa con gran virtuosismo el preciso instante que acontece la muerte de Cristo tras la Crucifixión. La calidad de la policromía permite admirar los distintos tonos de la piel y hacen evidente el dramatismo del rostro y la tensión de la boca, con los rasgos faciales desencajados por la defunción.

Antes de continuar con nuestra ruta por las iglesias sevillanas, os recomiendo visitar el Museo Palacio de la Condesa de Lebrija situado cerca la famosa Calle Sierpes de Sevilla.


Nos acercamos hasta la Calle Laraña nº 1 donde se encuentra uno de los edificios más interesantes de la época del Renacimiento en Sevilla, se trata de la espectacular Iglesia de la Anunciación que ocupa una manzana de casas entera. Fue fundada en 1565 por orden del obispo de Canarias, Don Bartolomé de Torres, como la Casa Profesa de la Compañía de Jesús. Tras la expulsión de sus miembros en 1767, quedó abandonada y se trasladaría en 1771, la Universidad de Sevilla, actual Sede de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad hispalense. Destaca su magnífica portada enmarcada en la fachada de ladrillo por dos esculturas del siglo XVIII que representan al arcángel San Rafael y a San José.

Nos dirigimos hasta la Plaza de la Encarnación para continuar por la Calle Misericordia donde se encuentra el curioso Hospital de la Misericordia; fundado en 1487 para recoger limosnas para casar doncellas desamparadas. En su interior destacan las columnas toscanas de mármol blanco, un altar de azulejos decorados con ángeles y flores y el Retablo Mayor de 1668 realizado por el artista barroco Bernardo Simón de Pineda.


En la Plaza San Andrés nº 3 se encuentra la Capilla de San Andrés; el edificio construido en el siglo XVIII, presenta adornos en color amarillo con una hornacina superior que conserva una estatua del santo y enmarcando la puerta de entrada, dos imágenes realizadas en mosaico. Una corresponde a la Virgen Nuestra Señora de Regla y la otra a Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder. A continuación se encuentra la Parroquia de San Andrés, un precioso templo de estilo gótico-mudéjar del siglo XIV, donde destacan las tres portadas, las tres capillas y las tres naves separadas por arcos apuntados. En su interior destaca el Retablo Mayor obra de finales del siglo XVIII, de estilo barroco, realizado en madera tallada. Aquí se encuentra la sepultura del artista barroco Juan de Valdés Leal famoso por sus obras conocidas como Jeroglíficos de las postrimerías. En el blog Leyendas de Sevilla puedes encontrar más información de ésta y otras iglesias de mi lista.

En la Plaza de San Martín se alza la Iglesia de San Martín, un edificio del siglo XV de estilo gótico, con portada de ladrillo visto. Aquí se encuentra la sepultura del artista cordobés Juan de Mesa y Velasco, famoso por sus esculturas religiosas que se encuentran, entre otros, en la Catedral, en la Iglesia del Divino Salvador, en la Iglesia de San Marcos, en el Convento de Santa Isabel y en la Basílica Jesús del Gran Poder. 
 

En la Calle Feria se encuentra la Iglesia San Juan de la Palma, templo edificado en el siglo XIV, donde destacan los mosaicos de Nuestro Padre Jesús del Silencio en la fachada principal y la Virgen Nuestra Señora Blanca Amargura. A estas alturas de la ruta sevillana te habrás dado cuenta de que los nombres de santos y santas exceden en su mayoría en sufrimiento y llanto, ¡al mejor estilo sevillano!


En la Calle Dueñas nº 1 y 3, esquina con Calle Espíritu Santo, se fundó en 1173 el Convento del Espíritu Santo; una congregación de Comendadoras que tiene como fin la oración. Destaca por su elevado interés artístico el templo barroco, incluido dentro del Conjunto Histórico de Sevilla desde el año 1964. Destaca el coro bajo, con un hermoso y artístico comulgatorio y los deliciosos dulces que tan laboriosamente realizan las monjas.


En la Calle Doña María Coronel nº 1 se alza la Iglesia de San Pedro, un edificio del siglo XIV de estilo mudéjar con decoración en ladrillo visto y que conserva preciosas ventanas de estilo árabe. Posee uno de los campanarios más bonitos de Sevilla, decorado con detalles cerámicos y mármol de colores. Existe una creencia popular que indica que aquel que encuentre un pajarito en el mosaico situado en la fachada principal tendrá suerte en su casamiento. En su interior os esperan toda clase de decoración de estilo árabe desde azulejos y artesonados hasta formas lobuladas.


En la misma calle pero en el número 5 se encuentra el Real Monasterio de Santa Inés donde cuenta la leyenda que el rey Don Pedro I se enamoró de la bella Doña María Coronel e hizo encarcelar y matar a su marido Don Juan de la Cerda, desconsolada la señora se tiró aceite hirviendo en la cara con la única intención de dejar de gustarle al rey. Lleno de remordimiento el rey le concedió a Doña María Coronel todos sus deseos y es así como se fundó en 1.374 este convento. En el edificio de estilo gótico y mudéjar se encuentra, tras la reja del coro, la urna con el cadáver momificado de Doña María Coronel. La entrada es gratuita, aunque las monjas agradecen una propina para el mantenimiento del museo que exhibe una interesante colección de piezas de orfebrería.


En la Calle Almirante Apodaca nº 19 se levanta sobre una antigua mezquita (de la que se conserva el mihrab y restos del alminar en su torre) la Iglesia de Santa Catalina, un edificio del siglo XIV, de estilo gótico-mudéjar. En su interior destacan las tres naves con artesonado mudéjar, el Retablo Mayor obra del siglo XVII de Diego López, la Capilla Sacramental y el presbiterio con una bóveda de crucería.


En la Calle Sol nº 10 se encuentra la Iglesia de los Terceros, Sede de la Hermandad La Cena. El templo fue construido en el siglo XVIII en estilo barroco, donde destaca la abarrotada decoración de la portada y el precioso mosaico de la Virgen de Nuestra Señora del Subterráneo.


Por último dirigiremos nuestros pasos hasta la Plaza de San Román nº 3 donde se alza uno de los templos de mayor devoción para los gitanos; la Iglesia de San Román. El edificio de estilo gótico-mudéjar fue construido en el siglo XIV y aunque sólo se ha conservado de esa época la portada, destacan en su interior las cubiertas con artesonado de madera. En Semana Santa sale de esta iglesia el paso procesional del Cristo de los Gitanos. La entrada es gratuita.

Utrera: para viajar sin prisa


Utrera es de aquellas ciudades que a pesar de su importancia histórica, su riqueza y patrimonio, pasan desapercibidas a la sombra de ciudades mayores, en este caso de Sevilla. Apenas 24 kilómetros de distancia son los que separan Sevilla de Utrera, así que si el embrujo de Hispalis os libera, acercaros al lugar donde en época de Alfonso XI de Castilla se reunían los ejércitos cristianos para poder entrar en tierras del Islam.
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Parroquia de Santa María de la Mesa
Cuatro siglos más tarde de aquellas escaramuzas, batallas y guerras, se construiría la casa palacio que desde 1990 alberga la Casa de la Cultura. Aquí os facilitarán un mapa si encontráis la Oficina de Turismo de la Plaza del Altozano cerrada. Desde la Calle Rodrigo Caro se divisa la Parroquia de Santa María de la Mesa; una iglesia de estilo gótico edificada en el año 1401 y reformada posteriormente en el año 1.600. Os asombrarán sus extraordinarias proporciones y su esbelta torre que data del siglo XVI, obra del arquitecto Hernán Ruiz. Atentos al coro compuesto de 26 asientos bajos y 35 altos, obra de 1744 de Felipe del Castillo. La entrada es gratuita y tanto el exterior del edificio como el interior, valen la pena.
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Plaza del Porche de Santa María
Frente a la Parroquia de Santa María de la Mesa nos encontramos con un magnífico entorno formado por varias casas solariegas y la Plaza del Porche de Santa María, separada en dos mitades por una calle. En un lado se encuentra la Estatua de Rodrigo Caro y en la otra la Peña Flamenca Curro de Utrera. Pero lo que más destaca son las impresionantes vistas que se obtienen de la Parroquia de Santa María de la Mesa; un auténtico mirador.
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Castillo de Utrera
Lo más cercano que se distingue en el mapa desde esta posición es el Castillo de Utrera; una vieja fortaleza medieval de origen islámico que estuvo a punto de desaparecer por su estado ruinoso y que afortunadamente ha sido recuperada. Destaca la Torre del Homenaje, la parte mejor conservada, con planta cuadrada y una terraza con hermosas vistas de Utrera que no os debéis perder. Cuando estuvimos estaban acondicionando varios espacios con grandes sofás y camas con dosel y mosquiteras, al más puro estilo “chill-out ibicenco”. Así que si queréis relajaros entre cojines, luz de velas y música en verano, éste es el mejor lugar de Utrera.

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Parroquia de Santiago El Mayor

Más por pura intuición que otra cosa nos acercamos a la Parroquia de Santiago El Mayor; un templo de estilo gótico del siglo XIV. Su planta también es de grandes proporciones con una altura más que considerable. Está dividida por pilares y cubierta con una hermosa bóveda con nervaduras, conserva varias capillas barrocas y neoclásicas y una bonita cúpula sobre el crucero que data de 1596, obra de Lorenzo de Oviedo.

Justo al lado se encuentra el Hospital de la Santa Resurrección, fundado en 1514 por Doña Catalina de Perea, viuda de Don Lope Ponce de León. Se conservan del edificio original, los arcos de medio punto que sujetan columnas de mármol blanco y algunos pilares, ubicados en el Patio Central, decorado con azulejería con motivos mudéjares y renacentistas. Aquí se encuentran los sepulcros de los Ponce de León que se recomienda ver.

Sevilla
Plaza de la Constitución
Las callejuelas en cuesta nos llevan hasta la Plaza de la Constitución, una de las plazas con más encanto de Utrera. En una esquina, se puede observar una de las torres del recinto amurallado de época medieval. Está presidida por un monumento a Enrique Montoya; trovador de coplas nacido en Utrera.
Oficina de Información Turística
Plaza del Altozano
A continuación de la Plaza de la Constitución se encuentra la Plaza del Altozano; una plaza llena de terrazas y mucho ambiente donde se reúnen los utreranos a disfrutar de sus dulces, os recomiendo que probéis los mostachones ¡deliciosos!. En esta plaza se encuentra la Oficina de Turismo de Utrera; en un pequeño quiosco de estilo mudéjar. Aunque sólo abren por la mañana.

Aquí mismo se encuentra la Iglesia de San Francisco, construida en 1645 para la Orden de los jesuitas y ocupada en 1797 por franciscanos. Su única nave está cubierta con bóvedas de cañón y arcos, donde cabe destacar las pinturas de la bóveda que se conservan, de mediados del siglo XVIII, obra del pintor sevillano Juan de Espinal. El Retablo Mayor destaca por su amplio dosel en forma de baldaquino. La entrada es gratuita pero aceptan donativos para la restauración.
Sevilla
Calle El Niño Perdido
Para acabar la ruta por Utrera hay que dejar la Iglesia de San Francisco a las espaldas, y encontrar una coqueta callejuela llamada la Calle El Niño Perdido. Aquí se encuentra la antigua judería utrerana y donde se levantaba la sinagoga que a lo largo de la historia fue transformada en hospital, iglesia, cementerio y en hospicio. En esta peculiar judería os recomiendo ralentizar el paso y descubrirla poco a poco, con el tamaño de los pasos de un niño, será un bonito recuerdo para llevaros a casa.

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