El Poble Espanyol
es una de las visitas en Barcelona que todo visitante debería hacer,
en particular si se es extranjero y no se dispone de mucho tiempo
para conocer la península ibérica. Fue construido en el año 1929
en la Muntanya de Montjuïc, gracias a una idea del arquitecto
Josep Puig i Cadafalch, con motivo de la Exposición
Internacional. Los arquitectos que realizaron el proyecto, Francesc
Folguera, Ramon Reventós y el pintor Xavier Nogués,
visitaron 1.600 poblaciones para reunir en un único lugar, toda la
riqueza arquitectónica y cultural de un vasto territorio. El Poble
Espanyol concentra una variada selección de edificios de toda España
y Catalunya, como si de un pueblo de verdad se tratara. Los 117
edificios son réplicas a tamaño real de algunos de los más
bonitos y representativos de cada comunidad y aunque muchos piensen
que son de “cartón”, la verdad es que fueron construidos con
sumo detalle y con materiales “de verdad”.
El recorrido se inicia
desde la monumental puerta de entrada que representa la Puerta de
San Vicente de la muralla de Ávila. Nuestros primeros pasos se
dirigen a Extremadura; tomando la Calle Conquista
ubicada a la derecha, nos adentramos en la provincia de Cáceres;
con 6 ejemplos de su bello patrimonio. Girando a la izquierda por la
Calle Tercio nos encontramos con el antiguo Ayuntamiento de
Sigüenza (Guadalajara) y la Plaça Major que reúne un
variado grupo de casitas de varias poblaciones españolas:
Navalcarnero (Madrid), Santillana del Mar (Cantabria), El Burgo de
Osma (Soria) o La Fresneda (Teruel). Dominando uno de los lados de la
plaza, se encuentra el Ayuntamiento de Valderrobres (Teruel) y
al otro un coqueto quiosco.
Si se sigue por la Calle
Alcalde Zalamea nos encontramos con la bella Galicia,
representada por varios edificios de Betanzos y Cambados que incluye
dos bonitos pazos (casa tradicional gallega). Aquí se
encuentra desde el 2015 una escultura de tamaño natural de un
peregrino junto a un mural del Camino de Santiago. Las
Gradas de Santiago es una hermosa escalinata que asoma a la
Placeta de la Iglesia donde destaca la arquitectura mudéjar
de Aragón. Quizás la imagen desde los pies de la escalera,
ofrezca el rincón más bello del Poble Espanyol. Los edificios que
representan la provincia de Zaragoza dominan la Plaça
Aragonesa, mientras que en la Bajada de Cervantes se
encuentran ejemplos de Fraga (Huesca) y Albarracín (Teruel), pero
por encima de todos destaca la torre mudéjar de la Iglesia de
Utebo, conocida con el nombre de “El Campanario de los
Espejos”. En la Travesera Maestrazgo se encuentran dos
edificios representantes de Castellón; los Arcos de Sos y la
Casa Miralles que nos devuelven a la Plaça Major.
En el Poble Espanyol
además de disfrutar de un entorno al aire libre (donde no
circulan vehículos y con la seguridad que eso conlleva para los más
pequeños de la casa), se puede asistir a demostraciones en
directo. Una treintena de artesanos elaboran diariamente
desde piezas de vidrio, cuero, cestería o cerámica hasta guitarras
españolas y joyería en sus talleres. La artesanía y la
gastronomía también forman parte del Poble Espanyol y es
posible disfrutarla en varios de los comercios instalados en
los bajos de las casas, palacios e incluso en su Plaza Mayor.
Un lugar encantador para comprar los últimos recuerdos artesanales o
gastronómicos de regreso a casa.
Puede que sea el momento
ideal para buscar un restaurante donde comer o reponer fuerzas para
continuar visitando el Poble Espanyol. Aún queda mucho patrimonio
arquitectónico que ver y alguna que otra sorpresa. Montse Delgado
de Petits Viatgers y yo estuvimos comiendo al aire libre en uno de
los locales de la plaza. Por 11 € nos ofrecieron un pequeño bol de
ensalada, un plato de pasta y una bebida, más que suficiente para la
cena que nos esperaba aquel día en Cookiteca. Pero si el bolsillo y
el apetito acompañan, hay un sinfín de locales con gastronomía
“Typical Spanish”; desde paella hasta unas buenas tapas. La
mayoría de los establecimientos disponen de precios en el exterior
para elegir el que más se ajuste a nuestro presupuesto.
Reemprendemos la ruta por
donde la habíamos dejado, hasta llegar a la Plaza Carmen
donde se encuentra el Museo Fran Daurel;
un museo que reúne 300 obras importantes de arte moderno y
contemporáneo, de artistas como: Miquel Barceló, Eduardo
Chillida, Salvador Dalí, Joan Miró, Pablo
Picasso y Antoni Tàpies. A continuación podemos
disfrutar de todo el arte y salero de la arquitectura andaluza. A
través de la Calle Bulas o la Calle Arcos nos
adentramos en Andalucía. Una muy buena reconstrucción de
calles encaladas y plazas nos traslada inmediatamente a las
joyas de Arcos de la Frontera (Cádiz), Ronda (Málaga), Écija
(Sevilla), Córdoba y Úbeda (Jaén). Para salir de nuestro típico
barrio andaluz tenemos que localizar la pequeña Calle
Buenaire y girar a mano derecha por la Calle Levante
dejando atrás la Casa Son Berga de Palma de Mallorca.
Enseguida se ve el
Monasterio románico de Sant Miquel; un edificio que aglutina
varios elementos de época románica de distintos templos monásticos.
El campanario corresponde a la Iglesia de Sant Genís de
Taradell (Osona), la puerta de entrada pertenece a la Iglesia de
Santa María de Porqueres (Girona) y la nave a la Iglesia
románica de Sant Sebastià de Montmajor (Vallès Oriental).
En el interior se pueden escuchar cantos litúrgicos y ver pinturas
románicas, como si de un auténtico templo románico se tratara.
Desde aquí se obtienen unas hermosas vistas de Barcelona,
donde es posible ver desde El Tibidabo hasta la Sagrada Familia. En
la parte posterior del monasterio se extienden 3.000 m2
que forman el Jardín de Esculturas y donde es posible
contemplar un total de 36 obras de gran tamaño.
Estamos llegando al final
de nuestra ruta por el Poble Espanyol, este gran Museo al Aire
Libre que nos invita a disfrutar de un día especial. Nos queda
descubrir Catalunya, Navarra, País Vasco, Valencia
y Castilla. Aunque parezca mucho, hoy somos como gigantes y no
nos costará mucho pasar de Barcelona al Valle del Roncal y de
Vergara a Vinuesa. Catalunya comienza en la Plaça del
Baluard, donde se encuentra un mural cerámico donde se
representa una de nuestras tradiciones más conocidas: Els
Castellers. Tras pasar un arco de entrada se llega a la Plaça
de la Font donde se encuentran varios restaurantes y un
bonito rincón con reproducciones de Sant Pau en la Garrotxa
(Girona). En el Carrer Mercaders encontramos, entre otros, la
belleza de los edificios de Rupit, Besalú y Camprodón para
continuar descubriendo la arquitectura de Montblanc y Belianes en el
Carrer Davallada. Dejando a la izquierda la Plaça
Aragonesa bajamos por la Calle Príncipe Viana donde se
encuentra el Palacio de los Álava, los relieves
prerrománicos de San Miguel de Villatuerta y la Casa del
Francés de Molinos de Duero en Soria.
El último trayecto
transcurre por la Calle Caballeros donde lucen varias casas de
Toro en Zamora, la Casa del Marqués de Santillana del
Mar o la Casa del Doncel de Sigüenza (Guadalajara) entre
otros muchos ejemplos. La calle finaliza en la Plaça Castellana
donde se encuentra el punto de salida y las Arcadas de Sangüesa
(Navarra) donde está ubicado el punto de información y un
audiovisual de bienvenida.
Más información:
Dirección: Avinguda Francesc Ferrer i Guàrdia 13, 08038
Barcelona. Teléfono: 93 508 63 00. Horario: de 10 a 18 h. Los
Domingos hay actividades familiares. Entradas: adultos 12 €.
Niños de 4 a 12 años 7 €. Transporte: Metro línea 1 y línea 3
parada Espanya. Autobús nº 13, 23 y 150 parada Poble Espanyol.
Disponen de una videoguía
que se puede adquirir con la entrada de adulto por 3 € más.
En el interior del Poble Espanyol hay una zona de picnic. Web:
Poble Espanyol.
Agradecer a María
Muñiz la gestión de nuestra visita.
El Poble Espanyol realiza eventos
durante todo el año que abren sus puertas a diferentes
acontecimientos, en mi caso he podido asistir al Showcooking de #LaPalmaconSabor y a una cata de vinos de La Rioja,
ambas actividades recomendables para realizar en grupo o en pareja.
Otros Museos de
Barcelona que recomiendo visitar son:
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