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Grandes Almacenes Waucquez: el Museo del Cómic de Bruselas

Bruselas
Excepcional ejemplo de arquitectura industrial de principios del siglo XX

Los antiguos Almacenes Waucquez es el único complejo de tiendas de grandes dimensiones Art Nouveau de Victor Horta que ha sobrevivido a nuestros días. Aunque el interior ha sufrido diversas modificaciones debido a su utilización, el exterior se ha conservado intacto, tal y como lo diseñó su arquitecto. Charles Waucquez encargó la construcción para el negocio familiar a Victor Horta en 1902.

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Los Almacenes Waucquez era un negocio mayorista de venta de tejidos

Las obras se acabarían cuatro años después. Los Almacenes Waucquez fueron inaugurados el 31 de marzo de 1906, aunque la buena marcha del negocio haría que Charles Waucquez solicitara al arquitecto Charles Veraart la construcción de dos entrepisos, añadidos entre 1912 y 1913, a ambos lados del hall de entrada (entre la planta baja y el primer piso construidos por Horta).

Fachada de los Almacenes Waucquez

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Horta compensa el desnivel de la calle con un zócalo de piedra azul

El prestigioso arquitecto belga moldearía la sobria fachada de los Almacenes Waucquez en piedra Euville blanca, sobre una base de piedra azul. Y lo haría con sus típicas formas curvas, donde daría cabida a dos líneas de magníficos ventanales. Su diseño de grandes marcos de piedra, recuerda al que utilizaría en otras construcciones como la Casa del Pueblo, hoy tristemente desaparecida.

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Detalle de la puerta de entrada y las salidas de aire

Horta no deja nada al azar y se encargará tanto del diseño de las rejas de hierro forjado de las ventanas de la planta baja, que decoró con motivos en forma de hoja de palmera, hasta las salidas de aire que las dotó de formas sinuosas y que también son visibles en muchos de sus edificos, como en la fachada del Hôtel Solvay

Hall de entrada


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El mosaico se adapta a la estructura del edificio, igual que la barandilla

En el interior, encontramos un fabuloso hall de entrada, a modo de patio, que está presidido en el centro por una farola de hierro y granito. Sí, has leído bien ¡una farola! Tiene varios brazos cuyos extremos sostienen cinco tulipas blancas de cristal translúcido en forma de bola. Este espacio está rodeado por columnas de piedra y una estructura metálica 

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La sala de recepción era uno de los espacios más importantes para Horta

Los Almacenes Waucquez reúnen todos los aspectos de los grandes almacenes de época modernista: una gran sala para recibir a los clientes, amplias escaleras y una espectacular entrada de luz natural, necesaria para ver bien, los productos que se comercializaban. Aquí se encontraba la zona de almacén y venta de tejidos, que hoy ocupa la tienda del Museo del Cómic y un restaurante.

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La luz natural es la única que permite apreciar bien el color de los tejidos

La estructura metálica decorada y soportada por estilizadas columnas de hierro fundido con capiteles, pilares y barandillas proporcionan a los grandes Almacenes Waucquez máxima ligereza y luminosidad. A la vez que eran excelentes para mitigar la propagación del fuego en caso de incendio. Hay que tener en cuenta que los tejidos queman con bastante rapidez.

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Esta farola fue una de las primeras en funcionar con electricidad

Es imposible no mirar hacia el cielo en busca del cegador foco de luz que ilumina el vestíbulo de entrada. Su responsable es una enorme marquesina de vidrio y metal, que ilumina majestuosamente desde el primer piso hasta la planta baja. El techo acristalado permite que la luz diurna llegue hasta las zonas más recónditas del edificio.

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La luz fortalece las formas y acentúa las líneas y los colores

El suelo también merece un buen momento de contemplación. El hipnótico pavimento está hecho con teselas de mosaico de mármol decorado con motivos florales, parecidos a los utilizados para decorar las vidrieras. Horta diseñaba los mosaicos principalmente en dos colores, en los Almacenes Waucquez añadió una línea ligeramente más oscura en los contornos.

Primera planta de los Almacenes Waucquez

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A Horta le gustaban los cambios de dirección y los diferentes niveles

Subimos al primer piso admirando la magnífica y monumental escalera realizada en piedra de Angoulême, que da acceso a las plantas superiores. ¿Os acordáis de cuando estuvimos en la capital francesa del cómic? Los Tesoros de Angoulême: más allá del Street Art. (momento para publicidad). Su barandilla de madera y hierro forjado parece cobrar vida y se adapta al hueco de la escalera, a sus paredes y recovecos.

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Parece que los almacenes tengan dos plantas, pero en realidad son cuatro

Tras adquirir las entradas del Museo del Cómic continuamos subiendo por las escaleras hasta la siguiente planta. La temperatura ha subido unos cuantos grados y hay quien pensaría que Victor Horta se inspiró en algún invernadero para el diseño de los Almacenes Waucquez. El techo del edificio permanece acristalado casi en su totalidad. Fijaros en las vigas de hierro porque también están decoradas con motivos vegetales.

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Aquí se encuentra la exposición permanente del Museo del Cómic

Tabiques de metal acristalado y mamparas de madera separaban el espacio comercial de las áreas de servicio. Al fondo, detrás de la escalera por donde hemos subido, se encontraban las antiguas oficinas de dirección que han conservado el suelo de parquet y una chimenea de mármol. No os vayáis sin ver otra de las joyas de la arquitectura industrial: el ascensor destinado al transporte de mercancías.

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Horta creía que los diseños inspirados en la naturaleza eran beneficiosos

Los Almacenes Waucquez cerrarían sus puertas en 1974 y tras unos años de abandono, pillaje y olvido, recuperaron su esplendor y se abrieron como el Museo del Cómic el 6 de octubre de 1989. Lo que probablemente lo haya salvado de la demolición. Bélgica tiene la densidad más alta del mundo de autores de cómics por kilómetro cuadrado, así que es lógico que exista un Centre Belge de la Bande Dessinée.

Centre Belge de la Bande Dessinée

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Cómic donde puede verse el plano de la fachada de estos almacenes

Aunque soy una gran amante de los museos, he de reconocer que por primera vez el “continente superó al contenido”. Aun así, me pareció fantástico descubrir algunos cómics donde Horta y los Almacenes Waucquez son los protagonistas. Para los amantes de las viñetas es un lugar de visita imprescindible, además de las exposiciones temporales y permanentes, el Museo del Cómic es un centro de documentación que preserva y promueve el noveno arte.

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Las exposiciones temporales se encuentran en la tercera planta

Más información. Almacenes Waucquez. Museo del Cómic de Bruselas (Centre Belge de la Bande Dessinée o CBBD). Dirección: Rue des Sables 20, 1000 Bruselas. Horario: de martes a domingo de 10 a 18 h. Precio entrada: Adultos 12 €, mayores de 65 años 9 €, niñ@s entre 6 y 11 años 5 €. Entrada gratuita con la Brussels Card. Transporte público: Metro, líneas 2 y 6 parada Botanique o Rogier. Líneas 1 y 5 parada De Brouckère. Tranvía líneas 3, 4, 31, 32 y 33 parada De Boukere. Autobús líneas 29, 38, 63, 66, 71 y 86 parada Anspach-de Brouckere. Web: Centre Belge de la Bande Dessinée

Si te ha gustado descubrir estos almacenes de principios del siglo XX, te encantará entrar en la antigua tienda de Wolfers Frères diseñada también por Victor Horta.

Toda la información generada durante mi viaje a Bruselas puede consultarse a través de los hashtags #visitbrussels y #PDBruselas

Bruselas es la capital del cómic belga, así que, si quieres descubrir algunos de sus numerosos murales Street Art, te recomiendo esta ruta por los cómics de Bruselas: callejeando entre viñetas.

Hôtel Solvay: la mansión más prestigiosa de Victor Horta

El Hôtel Solvay es la obra más ambiciosa y espectacular de Victor Horta

El Hôtel Solvay es la mansión más grande y la más prestigiosa de época Art Nouveau de Victor Horta. El cliente era Ernest Solvay, el hijo del magnate industrial Armand Solvay, y su esposa Fanny Hunter, que le encargaron la vivienda familiar.

Lámparas en forma de flores inundan los espacios

La familia Solvay le dio “carta blanca” y presupuesto ilimitado, al arquitecto más caro de Bruselas, lo que le permitirá aplicar algunas técnicas innovadoras a esta casa y desarrollar al máximo su talento como interiorista.

Detalle de un radiador diseñado por Victor Horta

Horta trabajaría en el proyecto entre 1894 y 1903, diseñando todo el interior y el mobiliario, cuidando hasta el más mínimo detalle. Hoy en día la estructura interior y los muebles originales diseñados especialmente para el Hôtel Solvay, se conservan en su sitio y la casa puede visitarse.

Fachada Hôtel Solvay


Las rejillas de ventilación de la fachada regulan el aire interior

Aunque es lo único que ha sido ligeramente modificado, la fachada en piedra, de 15 m de ancho, muestra dos miradores simétricos coronados por balcones de hierro forjado que sobresalen a lo largo de dos plantas. El efecto curvo de la fachada continúa en la puerta de entrada.

Entrada al Hôtel Solvay


La entrada dispone de un sistema de calefacción ideado por Victor Horta

La entrada es una puerta por donde accedían antiguamente los carruajes. Nos recibe una estatua de "La Science", realizada en mármol blanco por Pierre Braecke. Destacan las columnas y vigas de hierro que como el resto del armazón del Hôtel Solvay fue una revolución decorativa.

Recibidor de honor


El recibidor se encuentra a los pies de una gran escalera de mármol

Cuando los visitantes bajaban de sus carruajes eran recibidos en esta sala. Lo primero que veían era el lienzo puntillista de gran tamaño, titulado “Lectura en el parque, una tarde de otoño”, realizado en 1902 por el pintor belga Théo Van Rysselberghe.

Guardarropa


La mesa de caoba fue diseñada por Victor Horta para otro edificio

A la derecha encontramos tres salas: un guardarropa junto a un baño para las visitas y el despacho del propietario de la casa para recibir clientes. El perchero del guardarropa conserva 65 ganchos de bronce para colgar abrigos, lo que permite imaginar que el Hôtel Solvay sirvió de espacio para grandes recepciones. El suelo conserva un hermoso pavimento de decoración geométrica.

Baño de visitas


Madera oscura con diseños ondulados de Victor Horta

Una vidriera decorada con una flor de iris, da luz al mueble del lavabo, que es asimétrico y ayuda a separar un inodoro de 1889 de la firma inglesa Twyfords, del urinario situado frente al espejo. El Hôtel Solvay es un magnífico ejemplo de cómo vivía la alta burguesía bruselense de principios del siglo XX.

Despacho de Armand Solvay


Cerca de la ventana hay un teléfono de pared

Armand Solvay realizaba encuentros profesionales en este despacho del Hôtel Solvay. Esta oficina, que también hacía funciones de sala de visitas, también servía como sala de recepción. El despacho está presidido por un escritorio y una librería de madera de caoba, ambos diseñados por Victor Horta para otro edificio.

Cocina


El fregadero también fue diseñado por Victor Horta 

En el otro extremo del recibidor se encuentra la cocina que era utilizada además como comedor para el servicio. Destaca la luminosidad del espacio cuando en aquella época lo normal era que las cocinas estuvieran en los sótanos.

La mesa de la cocina es obra de Ado Chale para el Hôtel Solvay

La cocina del Hôtel Solvay tiene acceso directo al jardín, lo que mejoraba el bienestar del personal. A la izquierda de la cocina puede verse un pequeño armario en el radiador que servía para calentar los guantes. Cerca de la puerta hay un panel que servía para llamar desde cualquier habitación de la casa.

Escalera de mármol al segundo piso

En el Hôtel Solvay cada puerta, ventana o techo es una obra de arte. En la casa hay contabilizados 17 tipos de madera y 23 tipos de mármol. La extravagancia visual se acentúa con la amplia gama de rojos anaranjados de la decoración que aumentan la idea de lujo y comodidad.

Escalera al primer piso


Los bancos junto a la escalera camuflan un sistema de ventilación

El interior del Hôtel Solvay es una muestra de los elementos más recurrentes de Victor Horta como, por ejemplo: los muros curvos, la combinación de hierro y piedra, los motivos vegetales y la luz natural que, en el caso del Hôtel Solvay, entra a raudales por una magnífica vidriera en forma de alas de mariposa.

Una impresionante claraboya preside la escalera del primer piso

Una gran escalera doble de mármol con barandilla de hierro dorado y madera de caoba, invita a subir al primer piso. Nos paramos en un gran espacio diáfano donde se distribuye el comedor, la sala de billar, un salón y la sala de música.

El interior del Hôtel Solvay está excepcionalmente bien conservado

Todas estas salas se convierten en un único espacio o en espacios separados, simplemente abriendo o cerrando las puertas acristaladas, creando así el lugar ideal para la celebración de recepciones y banquetes. El techo del rellano está decorado con un excepcional mosaico.

Comedor


La chimenea es de mármol amarillo de Numidia y mármol rojo Griotte

El comedor del Hôtel Solvay tiene acceso a una terraza que da al jardín. Los motivos vegetales están también muy presentes en la decoración de este espacio; en la carpintería que recorre las paredes y en las grandes vitrinas y consolas.

Las sillas están tapizadas con piel de vaca y estampado de cocodrilo

Sobre la alfombra hecha a mano se encuentra la mesa del comedor realizada en caoba. Luce unas patas con ruedas y hermosa decoración de motivos vegetales. El comedor está decorado en tonos rojos, naranjas y amarillos que hacen brillar, aún más, los adornos dorados del techo.

Sala de billar


Victor Horta quiso que los espejos reflejaran la luz de las lámparas

Desde el mobiliario y las butacas hasta la mesa de billar, la carpintería y la iluminación fueron diseñados por Victor Horta. El Hôtel Solvay fue la primera casa en Bélgica con iluminación eléctrica y los transeúntes se paraban frente a la casa para verla iluminada con cientos de bombillas.

Salón central del Hôtel Solvay


Mesa de madera y mármol y asientos tapizados con terciopelo

El salón central era utilizado como sala de fumadores y da al balcón principal. Cuando se ofrecían recepciones, las vitrinas podían recogerse como un acordeón y ampliar el espacio. En la mesita puede verse una fotografía del propietario; el nieto de los diseñadores Louis y Berthe Wittamer-De Camps que adquirieron el Hôtel Solvay en 1958. 

Sala de música


Una espectacular chimenea de bronce preside la sala de música

La sala de música está presidida por una magnífica chimenea de bronce diseñada por Victor Horta como los sillones en madera y terciopelo que fueron diseñados especialmente para este espacio. Debajo de los espejos puede verse unos cubrerradiadores en forma de repisa.

Escalera al segundo piso


El Hôtel Solvay está decorado con motivos que recuerdan a la naturaleza

Subimos al segundo piso por una escalera decorada con luces cuyos apliques vegetales son de caoba y donde vemos un lienzo pintado en 1913 por Théo Van Rysselberghe de los Jardines del Generalife de la Alhambra de Granada. A la derecha se encuentra un aseo para invitados.

Jardín de invierno


Una segunda claraboya ilumina el segundo piso

El rellano del segundo piso tiene unos sofás para descansar y una vidriera curva que proporcionaba luz a las plantas colocadas en el estante de mármol y que servía como jardín de invierno. Al otro lado, otra vidriera floral cierra un pasillo con acceso al vestidor.

Despacho privado de Armand Solvay


La biblioteca, chimenea y lámparas son diseños de Victor Horta

En uno de los extremos se encuentra el despacho decorado con revestimientos y muebles de roble. En la chimenea puede verse el busto en mármol de Armand Solvay. La ventana de guillotina está adornada con una vidriera con la decoración de un árbol.

Despacho de la Señora Solvay


El despacho y la mesa son diseños Art Nouveau de Victor Horta

Esta sala utilizada también como tocador, muestra un diván y un espectacular escritorio de madera de arce y metal diseñado por Victor Horta. En una de las esquinas puede verse una pequeña estantería de madera para libros.

Dormitorio del matrimonio Solvay


El dormitorio tiene varios armarios empotrados

Sobre la chimenea puede verse la fotografía de la cama del dormitorio, hoy desaparecida. El dormitorio también contaba con un rincón de desayuno donde la pareja podía desayunar de manera informal. Destacan las grandes esculturas de mármol de “La Fuerza” y “La Juventud” ambas de Victor Rousseau.

Sin visitar


Pasillo acristalado con acceso al vestidor bajo el tercer piso

Al otro lado del Jardín de invierno se encuentran varias habitaciones que no se visitan como son: un baño decorado con ladrillos esmaltados y mármol de Carrara, la sala de estudio y la sala de juegos de los tres hijos de la pareja. Tampoco son visitables las habitaciones del tercer piso donde se encuentran los dormitorios de los niños y el dormitorio de la institutriz

Diseño floral en la barandilla de acero y caoba del tercer piso

El cuarto piso estaba reservado al personal de servicio que contaba con cinco habitaciones. El Hôtel Solvay fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000 y es de visita obligada si viajas a Bruselas y te apasiona el Art Nouveau.

Más información: Hôtel Solvay. Dirección: Avenue Louise 224, 1050 Bruselas. Entrada: 16 €. Visita: 40 minutos. No dejan hacer fotografías. Nosotros teníamos un permiso especial gestionado por Visit Brussels. Web: Hôtel Solvay

Hemos visitado otros edificios diseñados por Victor Horta en Bruselas como la tienda Wolfers y su casa-taller.

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Musée Fin de Siècle Museum (Museo de Fin de Siglo): Bruselas del 1868 al 1914

Bol de Émile Gallé (1894) y aplique de Alphonse Mucha (1900)

El Musée Fin de Siècle Museum abrió sus puertas el 6 de diciembre de 2013. Es una sección de los Musées Royaux des Beaux-Arts (Museos Reales de Bellas Artes) de Bélgica, dedicada al arte creado entre 1868 y 1914. Unos años donde el Art Nouveau hacía furor en Bruselas y se organizaban grandes exposiciones, ferias donde se consagraban artistas que hoy forman parte del patrimonio cultural de la humanidad.

Figuras alegóricas en bronce patinado de Philippe Wolfers

En sus cuatro plantas y treinta salas, se exhiben obras maestras del modernismo belga firmadas por Victor Horta, Henry Van de Velde, Philippe Wolfers (vimos algunas de sus joyas en la Joyería Wolfers reconstruida en la sección de los Museos Reales de Arte e Historia de Bruselas), James Ensor, Fernand Khnopff o Théo Van Rysselberghe (vimos algunas de sus obras en el Hôtel Solvay).

“La Nature” de René Lalique (1900) y Alphonse Mucha (1899)

También se exhiben obras de artistas extranjeros de fama mundial como Auguste Rodin, Paul Gauguin, Alphonse Mucha, René Lalique o Émile Gallé, que crearon obras y objetos de una riqueza excepcional y que sumergen al visitante en la atmósfera de 1900 del impresionismo, realismo, neoimpresionismo, postimpresionismo y simbolismo.

Realismo


“À l’Aube” de Charles Hermans es una obra clave del realismo belga (1875)

El realismo fue el movimiento artístico y literario más importante de la segunda mitad del siglo XIX. Un momento de profundos cambios sociales y políticos que alcanzó también al arte. Sus principales características eran una poderosa pasión por la libertad y el realismo que ponía especial énfasis en observar el propio entorno y la naturaleza, a la vez que huía de academicismos y visiones idealizadas del pasado.

Fotografía y cine


Fotografía de 1881 del edificio actual del Musée Fin de Siècle

La fotografía se popularizó en la década de 1880, diez años después ya se discutía sobre si la fotografía debía formar parte de las especialidades artísticas. En Bélgica uno de los fotógrafos más destacados de aquella época fue Alexandre que trabajaría con Fernand Khnopff. Las primeras proyecciones cinematográficas se realizaron en Bélgica en 1895 y los primeros largometrajes aparecerían en 1914.

Realismo social


“Le Puddleur” es una de las grandes esculturas de Constantin Meunier

La industrialización de mediados del siglo XIX fue motivo de crítica social y protagonista de la obra de muchos artistas como Constantin Meunier que plasmó en sus pinturas y esculturas, las difíciles condiciones de vida y el duro trabajo de los obreros en los altos hornos, en las fábricas de acero y vidrio, en los muelles o en las minas de carbón.

Retratos realizados por Léon Frederic (Izqda.) y Emile Motte (Dcha.)

Esta mayor sensibilidad hacia la realidad histórico-social, trataba de representar la vida de la clase trabajadora. Tanto en su forma heroica, como en términos de miseria y resignación que fue representada por Josué Dupon, Léon Frederic, Eugène Laermans, Charles Van der Stappen o Vincent van Gogh, entre otros.

James Ensor


“Une coloriste” de James Ensor (1880)

Uno de los precursores del arte moderno fue James Ensor, un artista tan innovador que aún hoy su obra sigue siendo bastante incomprendida. Realista en 1880, se convirtió en el pintor del misterio, lo fantástico, el ridículo, la caricatura y lo irónico en 1883. Su obra en ese momento se llenó de máscaras carnavalescas y macabros esqueletos.

Les XX y La Libre Esthétique


Retratos realizados por Fernand Khnopff (Izqda.) y Paul Gauguin (Dcha.)

Entre 1883 y 1893 nació el grupo artístico de Les XX, dedicado al arte vanguardista, del que formaran parte Fernand Khnopff, Théo Van Rysselberghe y James Ensor. Después de su disolución, entre 1894 y 1914, apareció La Libre Esthétique enfocado al Art Nouveau con nombres como Paul Gauguin, Toulouse-Lautrec, Auguste Renoir, entre otros.

Neoimpresionismo

“La Seine à la Grande Jatte” obra cumbre de Georges Seurat (1888)

Georges Seurat introdujo el puntillismo para dar respuesta a los problemas de luz, forma y color del impresionismo. Esta técnica permitía que al observar un cuadro pintado con puntos colocados uno al lado del otro se percibieran toda clase de matices. Paul Signac, Théo Van Rysselberghe, Henry Van de Velde, se convertirían en representantes de este movimiento.

Postimpresionismo y los nabis


“Les deux écoliers” de Édouard Vuillard (1894) y “Nu à contre-jour” de Pierre Bonnard (ca. 1908)

Los artistas postimpresionistas y nabis se alejan de la realidad, para adentrarse en evocar misticismo y religiosidad, a base del uso de la línea y del color. Son características las superficies planas y los contornos contundentes de este movimiento, visibles en la obra de Paul Gauguin, Édouard Vuillard y Pierre Bonnard.

Impresionismo belga


“La partie de cartes” de Henri De Braekeleer (1887)

En 1880 entra con fuerza el impresionismo belga con paisajes realistas de colores brillantes donde bosques, ciudades y mares se representan de forma libre. Son representativos de este movimiento James Ensor, Henri De Braekeleer, Emile Claus, Hippolyte Boulenger o Guillaume Vogels.

Arte total


“Faits du village. VII. La fille qui remaille” Henry Van de Velde (1890)

Tres nombres dominaron la arquitectura Art Nouveau belga: Victor Horta, Paul Hankar y Henry Van de Velde. Una de las características de Horta fue el empleo de la línea curva en forma de latigazo. Hankar destacaría por el uso de la policromía y el tratamiento de los materiales. Van de Velde haría uso del arte total creando tejidos, cerámica, lámparas, muebles, cuadros y casas.

Fernand Khnopff


“Des Caresses” es la obra más conocida de Fernand Khnopff (1896)

El mayor representante del simbolismo en Bélgica fue Fernand Khnopff. Fundaría el grupo de “Les XX” y posteriormente “La Libre Esthétique”. Su hermana Marguerite protagonizó la mayoría de sus obras que perseguían el ideal de la belleza y que estaban llenas de alegorías y analogías difíciles de descifrar.

Théâtre Royal de la Monnaie: La Ópera de Bruselas


Representación de Salomé en el Théâtre Royal de la Monnaie

Durante el fin de siglo, la Ópera de Bruselas se suma al fenómeno wagneriano. Fernand Khnopff encuentra hueco para sus femmes fatales, heroínas y mitos. Y también lo hacen artistas como Henry de Groux, Juliaan Dillens, Constantin Meunier y Charles Samuel. El Théâtre Royal de la Monnaie se llenaría de compositores, músicos, actores, actrices y artistas visuales de mentalidad progresista.

Simbolismo


“Le cortège nuptial de Psyché” de Sir Edward Coley Burne-Jones (1895)

El simbolismo fomentaba la existencia y el subconsciente con obras que profundizaban en el idealismo, los símbolos, los sueños, el erotismo y las creencias esotéricas. Dando paso a escenas nocturnas envueltas en oscuridad, cuya penumbra escondía deseos e impulsos. Son claros exponentes del simbolismo Jean Delville, William Degouve de Nuncques, Émile Fabry o Albert Ciamberlani.

Colección Gillion Crowet


Escritorio “Nénuphar” en caoba y bronce de Louis Majorelle (ca. 1903)

Anne-Marie Crowet y su esposo Roland Gillion reunieron, durante 30 años, 200 piezas de Émile Galle, René Lalique, Louis Majorelle, Henry Cros, Victor Horta o Alphonse Mucha. Es la mayor colección de obras Art Nouveau que reúne ejemplos en vidrio, joyería, escultura, mobiliario y pinturas, de una época donde se introdujo la belleza en la vida cotidiana.

Comedor en nogal con diseño de espigas en bronce de Émile Gallé (1900)

Más información: Musée Fin de Siècle. Dirección: Rue de la Régence 3, 1000 Bruselas. Teléfono: +32 (0) 2 508 32 11. Horario: de martes a viernes de 10 a 17 h. Sábados y domingos de 11 a 18 h. Entrada: 15 €. Cómo llegar: Transporte público: Metro línea 1, parada Centraal Station o Park. Autobuses: 27, 29, 38, 71 y 95. Tranvía: 92 y 94. Web: Musée Fin de Siècle

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