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Flagey, la Fábrica del Sonido Art Déco de Bruselas

Flagey, la Fábrica del Sonido
El edificio Flagey, antigua sede del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión

Para los entusiastas de la arquitectura y el diseño, Bruselas es un tesoro de sorpresas; algunas muy poco conocidas como el edificio Flagey. Originalmente concebido como el Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR), la Maison de la Radio, en el vibrante barrio de Ixelles, se erige un emblemático edificio que representa un hito en la historia de la radiodifusión y un icono indiscutible del estilo Art Déco.

Una respuesta a la expansión de la radio


Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR) y la Iglesia de la Santa Cruz

A comienzos de los años 30, la radiodifusión belga entró en una nueva fase: la duplicación de las horas de emisión obligó al INR a replantearse su infraestructura. Tras asumir las instalaciones de S.A. Radio Belgique en Bruselas y Velthem, la institución necesitó un centro especialmente diseñado, aislado y equipado para dar respuesta a una actividad que crecía de forma exponencial. 

Joseph Diongre
Diseño de Joseph Diongre para el vestíbulo de entrada (1933)

La construcción de un edificio capaz de acoger un servicio moderno de radiodifusión se volvió urgente: no bastaban locales prestados, ni soluciones provisionales. El gobierno convocó un concurso internacional en 1933 para levantar la “Maison de la Radio” (Casa de la Radio), un proyecto que uniera innovación técnica y un diseño representativo para una era pionera.

Joseph Diongre y la “Fábrica del sonido”


Fábrica del Sonido
El edificio combinaba una impecable funcionalidad acústica con un estilo sobrio y monumental

Tras ganar el concurso público, el arquitecto Joseph Diongre (1878-1963), de Uccle, —con asesoramiento técnico de Raymond Braillard y F. Mortiaux— fue encargado de trazar los planos de un edificio que integrara investigación arquitectónica y exigencias acústicas y técnicas. El resultado combinó delicadeza decorativa, elección de materiales y mobiliario adaptado, caracterizado por la sobriedad, líneas limpias y elegancia funcional del Art Déco.

Flagey
En el vestíbulo de entrada se encuentra la escalera de acceso a las oficinas

Las soluciones técnicas también fueron revolucionarias para ofrecer una calidad acústica sin precedentes: por eso pronto se le apodó la “Fábrica del sonido”. La construcción de Joseph Diongre en la Place Eugène Flagey comenzó el 7 de junio de 1935 y se completó en septiembre de 1938.

Un diseño innovador para una era pionera


Flagey
Desde la Place Flagey, Flagey evoca la proa de un gran barco

El mejor modo de describir Flagey es imaginar un transatlántico en medio de la ciudad. Esta comparación no es casual; los espacios de circulación internos, con sus paneles de madera y finas luminarias tubulares, evocan los lujosos pasillos de los grandes barcos de la época. Y la solución visual de neones en los techos para indicar el sentido del recorrido, un guiño de modernidad.

Flagey
La piedra azul adorna la planta baja y enmarca las entradas principales y ventanales

La fachada alterna ladrillo amarillo tipo Venloo y piedra azul en la planta baja, con un marcado ritmo horizontal producto de franjas completas y bandas acristaladas. La torre esquinera escalonada con cuatro niveles circulares de tamaño decreciente, estaba concebida para integrar la antena de la incipiente televisión y contribuir a la imagen monumental del conjunto.

Maison de la Radio
Imagen antigua del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)

El edificio se eleva con seis niveles en la Place Sainte-Croix y siete hacia la Place Flagey. La planta baja estaba rematada por una marquesina de hormigón y ladrillos de vidrio. Contaba con dos entradas principales: una pública hacia la Place Sainte-Croix, iluminada por tres grandes tramos enmarcados en piedra azul, y otra administrativa hacia la Place Flagey, distinguida por un mirador redondeado que abarcaba toda la altura de la fachada.

Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Grabación de un radioteatro en el Instituto Nacional Belga de Radiodifusión

El proyecto integró avances técnicos inéditos en Bélgica. La funcionalidad fue el alma del diseño. Su planta se organizó en torno a dos torres acústicas independientes, núcleo del complejo, que estaban unidas por pasillos diseñados para minimizar vibraciones y donde se distribuyeron doce estudios de grabación diseñados con proporciones trapezoidales (5:2:3) consideradas óptimas para la acústica.

Maison de la Radio
Estudio para transmisiones habladas (1949)

Estas salas, que variaban en tamaño, podían acoger desde 20 hasta 500 personas, gracias al profundo estudio técnico realizado. Las paredes de ladrillo, de hasta 1,25 metros de grosor, y las “zonas de silencio” actuaban como barreras para impedir que el sonido viajara de un estudio a otro. Los estudios estaban aislados con complejos sistemas de amortiguación, y las salas de control se situaban estratégicamente para optimizar el trabajo técnico.

Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Vestíbulo y entrada a los estudios del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (c. 1950)

Se usaron materiales absorbentes (alfombras, cortinas, paneles de fibra, y —en la época— amianto y corcho) y técnicas de aislamiento vibratorio (bloques de corcho bajo los forjados, juntas elásticas, etc.). Los técnicos hicieron miles de experimentos (las cifras hablan de unas 40.000 pruebas de laboratorio) para calibrar resonancias, ecos y absorciones.

La decoración y el diseño de interiores


Joseph Diongre
Oficina del director, amueblada con muebles originales Art Déco de la década de 1930

El interior del Flagey es un reflejo de la atención al detalle y la funcionalidad que caracterizó el proyecto de Diongre. El arquitecto no solo diseñó la estructura, sino también el mobiliario que la complementaría. La Oficina del director y el salón ejecutivo, por ejemplo, estaban amueblados con elegantes muebles de madera de estilo Art Déco. Para los músicos, se utilizaron sillas tubulares fabricadas en serie y atriles de estilo modernista.

Joseph Diongre
Proyecto de iluminación Sociedad de Electricidad y Mecánica (SEM)

Para las oficinas y áreas de servicio, Diongre encargó a la firma belga "Les Métaux Galler" muebles tubulares y elementos de acabado con líneas modernistas y, sobre todo, funcionales. La iluminación de los pasillos principales, con luces de neón en los techos que indicaban la dirección, era una obra maestra de diseño.

Estudio 4: la obra maestra sinfónica


Flagey
El Estudio 4 fue el auditorio sinfónico más grande del mundo

Un ejemplo de la excelencia técnica alcanzada fue el Estudio 4, el más grande del edificio y, en su momento, el auditorio de radio más grande del mundo con 15.000 m³, era la obra maestra de la Maison de la Radio. Estaba diseñado para albergar grandes orquestas sinfónicas (con o sin coros), y su acústica fue meticulosamente estudiada.

Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
El órgano diseñado para el Estudio 4 fue inaugurado en 1940

Su equipamiento incluía varios micrófonos móviles suspendidos, dos balcones para técnicos y presentadores y —sobre todo— un órgano monumental fabricado por Maurice Delmotte. Este colosal instrumento contaba con cuatro teclados manuales, 95 registros y 8125 tubos, midiendo 20 m de largo por 12 m de alto (y entre 3 y 5 m de profundidad).

Studio 1
El sistema de 47 columnas hexagonales giratorias variaba la resonancia

También destacan soluciones tan ingeniosas como las 47 columnas hexagonales del Estudio 1 (0,80 m de diámetro y 4,5 m de alto), con caras de madera lacada y caras absorbentes de amianto, accionadas por motores para cambiar la resonancia en 35 segundos; y el uso de persianas y cortinas correderas en otros estudios para modular la acústica.

Funcionalidad y confort


Vintage
Postal comercial de las alfombras orientales de Vanderborght Frères

La instalación adoptó una arquitectura descentralizada: cada estudio disponía de su anexo técnico con equipos de transmisión, y la central se limitaba a establecer las conexiones (como una central telefónica). El sistema de aire acondicionado fue diseñado para ser silencioso: conductos separados por estudio, recubrimientos absorbentes y soluciones para evitar la transmisión de ruido a través de tuberías o cables. En oficinas y zonas administrativas se usaron revestimientos prácticos y elegantes: linóleo, paneles y alfombras instaladas por Établissements Vanderborght Frères.

Del deterioro al Renacimiento Cultural


Instituto Nacional Belga de Radiodifusión (INR)
Imagen antigua de la Central eléctrica expuesta en Flagey

Desde su inauguración en 1938, Flagey fue un centro audiovisual de excelencia que fue sede de radio, grabación y emisión de conciertos de música clásica, jazz y música contemporánea, y en 1953 fue testigo del nacimiento de la televisión belga. Durante más de tres décadas, fue un epicentro cultural y tecnológico que atrajo a músicos de renombre internacional.

Flagey
En el antiguo espacio de la Central eléctrica se ha instalado un comedor de empresa

Con el crecimiento televisivo se quedó pronto pequeño: la radio y la televisión se trasladaron en 1973 a la Cité de la Radiotélévision en Reyers. El edificio comenzó un período de deterioro y pasó a ocupaciones esporádicas, cerrando definitivamente en 1995. A pesar de haber sido protegido como monumento histórico en 1994, fue incluido en la lista de la UNESCO de los edificios más amenazados del mundo en 1997.

Flagey
La Sociedad Anónima Maison de la Radio Flagey emprendió una profunda restauración

Afortunadamente, en 1998, una iniciativa conjunta de los sectores público y privado, liderada por figuras como Robert Delville, Manfred Loeb y Piet Van Waeyenberge, logró adquirir el edificio a través de la Sociedad Anónima Maison de la Radio Flagey. Por primera vez en Bélgica, treinta empresas privadas se unieron para rescatar este patrimonio arquitectónico.

El nuevo Flagey: espacio cultural de referencia

Ixelles
Imagen antigua del Estudio 1

Bajo la dirección del estudio Samyn & Partners, se emprendió una importante campaña de rehabilitación y reestructuración del edificio del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión, con el desafío principal de eliminar el amianto y adaptar el edificio a sus nuevas funciones, respetando rigurosamente el patrimonio arquitectónico y acústico.

Flagey
Patio de butacas del Estudio 1

El Estudio 4 fue ampliado con balcones para aumentar su capacidad, y se instalaron sistemas de iluminación, sonido e imagen de última generación. El Estudio 1 fue restaurado a su estado original, y otros estudios se transformaron en una sala de cine (Estudio 5) y un estudio de televisión (Estudio 6 para TV Brussels).

Bruselas
El vestíbulo presidido por el logo del Instituto Nacional Belga de Radiodifusión

En 2002, el edificio Flagey reabrió sus puertas. Hoy, es un importante centro cultural que acoge festivales de música, conciertos, películas, debates y una amplia gama de eventos. La zona de recepción se ha modernizado y ampliado. El Flagey ha recuperado su esplendor, ofreciendo un espacio cultural de primer nivel que mantiene el carácter y la majestuosidad de la obra original de Joseph Diongre, adaptándose a las exigencias del siglo XXI.


Más información: Flagey. Dirección: Place Sainte-Croix, 1050 Bruselas. Web: Flagey

Dónde comer: Le Variétés, sabor belga en clave Art Déco


Restaurante
Interior Art Déco del restaurante Le Variétés

En la planta baja del Flagey, junto a la Place Sainte-Croix, se encuentra Le Variétés, una brasserie-rotisserie que combina el encanto de la gastronomía belga con la elegancia del estilo Art Déco. Su terraza al aire libre invita a disfrutar de un café o una cerveza con vistas a la plaza, pero es en el interior donde la atmósfera cautiva por completo: paredes revestidas de madera de zebrano, mobiliario original de los años 30 y una luminosa sala en forma de “L” que se abre al bar y a la cocina.

Bruselas
Deliciosas croquetas de queso caseras de Le Variétés

La carta rinde homenaje a los clásicos de la cocina belga y a las especialidades de la casa, con mención especial para la carne a la brasa, verdadero emblema del lugar. Entre los entrantes destacan las deliciosas croquetas caseras rellenas de queso (15 €), que anticipan una experiencia culinaria reconfortante y sin artificios. El resultado es un espacio que, al igual que el propio edificio Flagey, mantiene intacto su espíritu original, ofreciendo al visitante una fusión perfecta de historia, diseño y sabor.

Más información: Le Variétés. Dirección: Place Sainte-Croix 4, 1050 Bruselas. Teléfono: +32 2 320 10 00. Horario: Diariamente de 12 a 14:30 y de 19 a 22:30 h. Web: Le Variétés

Toda la información generada en redes sociales durante mi viaje a Bruselas, puede consultarse a través del hashtag #PDBruselas

Qué más ver cerca

Si te apasiona el estilo arquitectónico y decorativo de los años 30, a solo 6,4 km encontrarás la Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg, el mayor templo Art Déco del mundo.

Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg: el edificio Art Déco más grande del mundo

Vista lateral de la Basílica de Koekelberg, destacando su imponente volumen
En el corazón de Bruselas, dominando el skyline desde el Parc Elisabeth, se alza majestuosa la Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg, considerada el edificio Art Déco más grande del mundo y la quinta iglesia más grande del planeta detrás de la Basílica de San Pedro en Roma, la Basílica de Yamoussoukro en Costa de Marfil, San Pablo en Londres y Santa María del Fiore en Florencia. Su imponente silueta, visible desde varios puntos de la ciudad, encarna la visión de grandeza y espiritualidad impulsada por el rey Leopoldo II a principios del siglo XX.

Un proyecto de ambición real


Proyectos neogóticos para la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg

Inspirado por la Basílica del Sacré-Cœur de Montmartre en París, el rey Leopoldo II concibió la idea de erigir un "Monte de la Misericordia" en Bruselas. Su deseo de dotar a la capital belga de un edificio religioso monumental se materializó en la elección del Plateau de Koekelberg como emplazamiento. En 1905, el día del 75º aniversario de la Independencia de Bélgica, se colocó la primera piedra, bajo los planos neogóticos del arquitecto Pierre Langerock (1859-1923), pero la falta de financiación, la muerte del monarca en 1909 y el estallido de la Primera Guerra Mundial paralizaron el proyecto.

La Revolución del Art Déco


La Exposición de Artes Decorativas de París de 1925 dio origen al nombre del nuevo estilo: Art Déco

En 1921, el arquitecto gantés Albert Van Huffel (1877-1935) recibió el encargo de crear un nuevo diseño que resultara más económico y moderno. Su propuesta de una basílica monumental de hormigón armado, con una estética Art Déco inédita para un edificio religioso, fue premiada con el Gran Premio de Arquitectura en la Exposición de Artes Decorativas de París en 1925. Este evento fue crucial en la popularización del término "Art Déco"

Capilla de la Reina de la Paz. Altar de María

La construcción de la Basílica de Koekelberg fue una obra compleja y prolongada, llena de desafíos, marcada por la interrupción a causa de las dos guerras mundiales. Albert Van Huffel, arquitecto principal, falleció en 1935, dejando unos 2.500 dibujos, que sirvieron de guía a su colaborador, el arquitecto-ingeniero Paul Rome (1896-1989). Este último continuó el proyecto, respetando la visión original, hasta la finalización definitiva en 1970, combinando innovación estructural con un diseño sobrio y elegante.

El exterior monumental de Koekelberg


Escultura de San Lucas, obra de Harry Elstrøm

El exterior presenta una fachada de ladrillo flanqueada por dos torres poligonales coronadas por cúpulas. La entrada monumental de tres puertas, está precedida por un pórtico semicircular de piedra decorado con esculturas de los cuatro evangelistas del escultor Harry Elstrøm (1906-1993) realizadas entre 1954 y 1963, y un Agnus Dei o Cordero Místico (que debía ir acompañado de un Cristo en Majestad, pero nunca se realizó).

El diseño exterior conserva la monumentalidad que Huffel imaginó

Algunas de las decoraciones previstas por Van Huffel, como los relieves entre los evangelistas y los mosaicos previstos para la fachada, nunca llegaron a realizarse, en parte por falta de fondos y por las sucesivas interrupciones de las obras. El gran balcón sobre la entrada principal se concibió para celebraciones litúrgicas al aire libre. Está coronado por un gran ventanal dividido en siete ventanas verticales, decoradas con vidrieras, que se inscriben en un imponente arco de medio punto, creando un efecto de ligereza y verticalidad típico del lenguaje Art Déco.

La cúpula es de hormigón armado recubierto de cobre

La gran cúpula de cobre es uno de los elementos más distintivos de la Basílica de Koekelberg, se apoya en una estructura de hormigón independiente gracias a los innovadores pilotes Franki, un sistema de cimentación profunda desarrollado en Bélgica a principios del siglo XX, que permitió estabilizar el terreno arcilloso y sostener el peso colosal de la basílica sin recurrir a los tradicionales contrafuertes.

Las dos torres enmarcan el acceso principal a la Basílica de Koekelberg

La cúpula, de 33 metros de diámetro y recubierta de cobre, se eleva hasta los 89 metros de altura y está flanqueada por torres poligonales que contienen cinco campanas. Todo el conjunto exterior exhibe los rasgos esenciales del Art Déco: geometría depurada, nervaduras acentuadas, líneas dentadas y volúmenes sobrios pero grandiosos, en una perfecta síntesis de funcionalidad y belleza monumental.

Un calvario de bronce en la explanada


El calvario de Koekelberg está dedicado a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial

En la parte trasera de la basílica, frente al ábside, se alza un calvario monumental realizado en bronce en 1947 por el escultor George Minne (1866-1941), con una cruz en hormigón armado. Esta obra al aire libre, sobria y expresiva, refuerza la espiritualidad del conjunto arquitectónico y ofrece un lugar de contemplación que prolonga simbólicamente el espacio sacro más allá de los muros del edificio.

Un icono de la arquitectura y la fe

Vista de la nave central desde la primera galería situada a 10 metros de altura

La Basílica de Koekelberg es un gigantesco edificio de planta en cruz latina, concebido para albergar hasta 4.000 fieles. El altar principal se sitúa estratégicamente bajo la imponente cúpula de 52,8 metros de altura, lo que permite una visibilidad total desde cualquier punto del interior. La basílica está diseñada como un "acordeón" litúrgico: sus diferentes espacios (nave, transepto y ábside) pueden utilizarse de forma independiente o conjunta.

Pasillo lateral de la basílica, donde la luz y el ritmo arquitectónico crean una atmósfera solemne

El uso innovador de terracota esmaltada de tono amarillo ocre en su interior crea una atmósfera cálida y luminosa. Estos bloques no solo decoran, sino que refuerzan la estructura de hormigón armado, ya que el ladrillo y la terracota sirven como encofrado permanente para la argamasa. Las esculturas, minimalistas y expresionistas, fueron creadas por artistas como George Minne y Harry Elstrøm, quienes integraron las obras en la arquitectura, siguiendo la visión de Van Huffel.

El ábside: primer espacio consagrado de la basílica


El altar mayor original está situado en el ábside, bajo el ventanal de la Eucaristía

Las obras del ábside comenzaron en 1930 y esta fue la primera parte del edificio en ser completada y abierta al culto en 1935. Concebido para funcionar como iglesia parroquial independiente dentro del gigantesco conjunto, el ábside alberga el altar del Santísimo Sacramento, elaborado en un solo bloque de ónice de Argelia de cinco toneladas sobre un pedestal de mármol negro. El retablo en mármol de los Pirineos sostiene la imponente escultura del Sagrado Corazón en bronce, obra de George Minne.

El altar del ábside está presidido por una escultura del Sagrado Corazón

La delicadeza de estos materiales nobles, combinados con el diseño sobrio de Van Huffel, confiere al ábside una belleza serena y elegante, reflejo de la espiritualidad moderna que guiaba el proyecto. Además de su uso litúrgico, este espacio destaca por ser el primer gran logro tangible tras décadas de proyectos inacabados y simboliza la perseverancia de la comunidad en sacar adelante la construcción.

Un tesoro de vitrales y arte religioso


Vidriera de 1956 con El Juicio Final y la Adoración del Cordero Místico

La Basílica de Koekelberg alberga un conjunto excepcional de vidrieras realizadas a lo largo de varias décadas por destacados artistas belgas. Sobre la entrada principal, los grandes vitrales de 1956 ilustran El Juicio Final y la Adoración del Cordero Místico, obra de Anto Carte (1886-1954), Jacques Maes (1905-1968) y Frans Crickx (1927-1967). En el ábside, las vidrieras evocan la Eucaristía, creadas por Jean Slagmuylder (1901-1968) y Margot Weemaes (1909-1993) entre 1949 y 1956. 

Vidriera de 1956 de Jean Slagmuylder que representa la Última Cena

En la gran nave central de 164 metros de largo se despliega la vida de Jesús en escenas vívidas y coloridas, también realizadas por Anto Carte, Maes y Crickx entre 1952 y 1954. Las vidrieras del triforio están dedicadas a los santos y a los grandes fundadores de las órdenes religiosas. Fueron realizadas por Louis-Charles Crespin, Michele Hizette y Florent-Prosper Colpaert entre 1954 y 1959. Por su parte, en las galerías superiores situadas a 10 metros de altura, Jan Huet ilustró las ocho Bienaventuranzas entre 1957 y 1962.

Los vitrales instalados a lo largo de varias décadas son obra de diversos artistas belgas

Mientras que en el transepto se encuentra el vitral con la imagen del rey Balduino y la reina Fabiola, obra de Pierre Majerus de 1995. Las vidrieras más recientes fueron creadas en 2016 por el artista coreano Kim en Joong, que introdujo una visión mística contemporánea mediante la abstracción y el uso simbólico de la luz. Este mosaico de estilos y temáticas hace de los vitrales de Koekelberg un conjunto único en Bélgica, reflejando la evolución artística y espiritual de la iconografía cristiana contemporánea.

Confesionarios integrados en los muros, ejemplo de funcionalidad y estilo en la arquitectura Art Déco

El mobiliario litúrgico, diseñado en su mayoría por Van Huffel y su sucesor Paul Rome, mantiene una coherencia estilística destacable que respeta las líneas sobrias y geométricas del Art Déco. Van Huffel concibió personalmente los altares, los candelabros, los bancos, los confesionarios—que se integran en los propios muros—, la sacristía y las grandes pilas de agua bendita.

El corazón litúrgico de la basílica


El altar actual, ubicado en el centro del crucero

Bajo la imponente cúpula de la Basílica de Koekelberg se encuentra el altar principal, coronado por un magnífico ciborio de terracota diseñado siguiendo el estilo Art Déco de la basílica. Esta estructura monumental está rematada por cuatro ángeles arrodillados y un Calvario en bronce, obra del escultor Harry Elstrøm, creada entre 1950 y 1951, que aporta un notable valor artístico y espiritual al conjunto.

Coronando el ciborio de terracota, puede verse el calvario de bronce de Harry Elstrøm

El altar situado bajo este ciborio fue diseñado por Paul Rome en mármol blanco italiano y destaca por su extrema sobriedad, reflejando la depuración formal que caracteriza el mobiliario de la basílica. Rome fue también el autor del asiento episcopal o cátedra reservada al obispo, realizado en el mismo mármol y revestido de cuero blanco, así como de los altares de las diez capillas radiales (dedicadas a las nueve provincias y el antiguo Congo Belga) y las pilas bautismales situadas a ambos lados del nártex, bajo la torre sur.

Crucifijo Art Déco sobre altar, ejemplo del arte sacro moderno que unifica todo el mobiliario

La basílica también conserva un tesoro único en Bélgica: todas sus piezas de orfebrería y arte sacro datan del siglo XX y fueron realizadas en su mayoría por talleres belgas, siguiendo el espíritu modernista de la época. Gracias a esta coherencia, todo el mobiliario de la Basílica de Koekelberg presenta una apariencia homogénea y armoniosa que refuerza la coherencia arquitectónica y decorativa de la basílica.

La monumental escalera de terracota


A ambos lados del crucero veremos una monumental escalera de terracota

Otro de los elementos sorprendentes del interior de la Basílica de Koekelberg es la monumental escalera de terracota situada a ambos lados del crucero de 107 metros de ancho. Su construcción en este material, tan característico de la basílica, no solo garantiza solidez y coherencia estética, sino que aporta una calidez cromática única a los espacios de transición dentro del edificio. Las líneas geométricas y depuradas de estas escaleras reflejan fielmente la elegancia sobria del Art Déco.

Un mirador privilegiado sobre Bruselas


Terraza panorámica de Koekelberg, con vistas espectaculares de Bruselas y el Brabante

Hoy, la Basílica de Koekelberg no solo es un lugar de culto, sino también un espacio cultural vivo, con museos, exposiciones y eventos. Desde su terraza panorámica, accesible en ascensor, los visitantes pueden disfrutar de una vista inigualable de Bruselas. A 52,80 metros de altitud, justo bajo la gran cúpula, una galería exterior permite contemplar el skyline de Bruselas. Este mirador, accesible mediante un ascensor de cristal instalado en la torre norte, incluye además la posibilidad de recorrer los dos museos que alberga la basílica.

Museos de la Basílica de Koekelberg


El Atomium visto desde la terraza panorámica de la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg

Los visitantes que acceden al mirador también tienen la posibilidad de recorrer los dos museos que alberga la basílica. En la primera planta, el Musée des Soeurs Noires (abierto solo los miércoles del 1 de abril al 31 de octubre, de 14 a 16 h), expone la historia de las religiosas que acompañaron la vida parroquial en Koekelberg. En la tercera planta, el Musée d’Art Religieux Moderne (MARM) propone un diálogo entre espiritualidad y arte contemporáneo, aunque también con un horario bastante restringido.

Una nueva mirada a lo sagrado


Pila de agua bendita de terracota, ejemplo de diseño Art Déco integrado en la arquitectura sacra

Visitar la Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg es una invitación a adentrarse en un templo religioso con ojos nuevos. Acostumbrados a las catedrales góticas, renacentistas o a las iglesias barrocas y románicas que pueblan Europa, encontrarse con una basílica construida en pleno siglo XX ofrece una experiencia singular. Es una oportunidad única para redescubrir, desde una estética moderna, los elementos más habituales de un templo cristiano: los confesionarios, las pilas de agua bendita, las imágenes de vírgenes o las propias vidrieras, que aquí muestran rostros y escenas diferentes, inspirados en un lenguaje artístico propio del siglo XX.

Impresionante vista interior de la cúpula, ejemplo de monumentalidad y geometría del estilo Art Déco

Además, la Basílica de Koekelberg conserva intacta su concepción artística original, a diferencia de tantos templos religiosos europeos que han sido objeto de guerras de religión, saqueos, reformas iconoclastas o destrucciones masivas. La arquitectura y el arte sacro de Koekelberg permiten mirar con otros ojos lo que tantas veces hemos visto, despertando la capacidad de asombro incluso en los detalles más cotidianos. Entrar en este espacio es aceptar mirar lo sagrado desde otro ángulo, más contemporáneo, más abstracto, pero igualmente conmovedor.

Más información: Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg. Dirección: 1 Parvis de la Basilique, 1083 Bruselas. Teléfono: + 32 (0)2 421 16 60. Horario de la iglesia: Diariamente de 8 a 18 h en verano y de 8 a 17 h en invierno. Entrada a la iglesia: gratuita. Acceso a la terraza panorámica: 8 €. Cuenta con aparcamiento gratuito. Transporte público: Metro 2 o 6: parada Simonis/Elisabeth. Tranvía 9: parada Heilig Hartcollege/Collège du Sacré Coeur. Autobús 53: parada Bossaert-Basilique. Web: Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg

Toda la información generada en redes sociales durante mi viaje a Bruselas, puede consultarse a través de los hashtags #visitbrussels y #PDBruselas

Si te interesa el estilo Art Déco, no te pierdas la Villa Empain: una mansión Art Déco en Bruselas. Esta elegante residencia construida en los años 30 alberga hoy exposiciones de arte contemporáneo y es un magnífico ejemplo de arquitectura decorativa del mismo periodo que la Basílica de Koekelberg.

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