De ruta por Rüdesheim: desde el Parque Niederwald hasta el Castillo de Rheinstein


Si tienes pensado recorrer algunas poblaciones de la orilla del Rin y has puesto tus ojos en Rüdesheim am Rhein te gustará saber qué excursiones puedes hacer en un día. Te recomiendo hacer esta ruta senderista desde el Parque Niederwald hasta el Castillo de Rheinstein. 

Landschaftspark Niederwald



Landschaftspark Niederwald es un enorme parque ubicado entre magníficos bosques que resigue el hermoso curso del río Rin. En el Parque Niederwald se encuentran diseminados varios miradores con preciosas vistas y varios edificios pintorescos. Uno de los que llaman más la atención es la Zauberhöhle (Caverna Mágica o Cueva Encantada). Se trata de una cueva que gracias a las incrustaciones de vidrio de sus paredes interiores, sorprendía a los visitantes con sus efectos de luz reflejados en la piedra. Fue construida alrededor del año 1790 por orden de Johann Friedrich Karl Maximilian, Conde de Ostein, mide unos 60 metros de longitud y durante mucho tiempo hizo las delicias de los invitados del conde que hasta allí se acercaban.

Binger Mäuseturm



A 20 minutos caminando desde el Monumento de Niederwalddenkmal se encuentran las Ruinas de Rossel; una construcción “artificial” realizada en piedra en el año 1774 también por orden del Conde de Ostein que le gustaba ofrecer a sus invitados toda clase de divertimento en sus tierras. Desde las ruinas, un pequeño mirador permite ver la Binger Mäuseturm (Torre Ratón). Esta antigua torre de vigía del Castillo de Ehrenfels fue construida en la primera mitad del siglo XIV. Binger Mäuseturm fue destruida en 1689 durante la Guerra de los Cien Años y el rey Frederick William IV la mandó reconstruir en el año 1856. 


Binger Mäuseturm está situada en un idílico paisaje del valle del Rin; sobre una pequeña isla. Los navegantes la utilizaban como señal para sortear el Binger Loch; un paso de gran dificultad para las naves que cruzaban el Rin. Al otro lado, en la orilla opuesta, se pueden ver las ruinas del Burg Ehrenfels; un castillo construido en el año 1220 por el Arzobispo de Maguncia, que fue utilizado como parada aduanera para cobrar impuestos para pasar por el Rin. Sitiado por su importante ubicación en la Guerra de los Treinta Años, fue destruido finalmente por un incendio en el año 1689.

Assmannshausen



Seguimos caminando hasta Jagdschloss Niederwald un antiguo palacio de 1764 del ya mencionado conde Johann Friedrich Karl Maximilian von Ostein donde se redactó la primera constitución de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Dejando atrás el Palacio Niederwald se llega a Sesselbahn; un divertido telesilla con alturas de vértigo y que atraviesa el bosque de Niederwald. Se obtienen inmejorables vistas panorámicas de los viñedos, el Rin y de Assmannshausen: nuestra siguiente parada. La romántica población de Assmannshausen, situada a orillas del Rin, concentra aproximadamente a 2.000 habitantes, es el lugar ideal para parar a comer. La ruta senderista por el Parque Niederwald abre el apetito a cualquiera. 

Burg Rheinstein



Una vez visitada esta pintoresca población alemana te recomiendo subir a un barco para llegar hasta el encantador Burg Rheinstein; un castillo construido en el primer cuarto del siglo XIV y que fue reconstruido en el siglo XIX por la familia Hecher (el padre del actual propietario) que lo compró por 320.000 marcos. El castillo fue uno de los primeros en reconstruirse en el Valle Alto del Rin Medio durante la época Romántica. Algunas piedras originales conservan el encanto del musgo y la vegetación salvaje. 


Las pinturas que decoran el Salón de los Caballeros son originales del 1830, en plena etapa del romanticismo alemán, aunque han sido restauradas. El dueño nos da la bienvenida y nos invita a que le preguntemos cualquier duda o curiosidad que tengamos. Al despedirnos nos regala un interesante libro en español sobre la historia de su castillo. Fue muy, pero que muy amable. El Castillo de Rheinstein posee una tienda de recuerdos con libros sobre el castillo en varios idiomas, un restaurante y apartamentos en alquiler para alojarse. Hay que tener en cuenta que el último barco hacia Rüdesheim am Rhein sale los fines de semana a las 17:50 h.

Callejeando por Rüdesheim am Rhein



Finalmente llegamos a Rüdesheim am Rhein después de un completo día de visitas y excursiones. Te recomiendo perderte por Drosselgasse; la calle más importante de Rüdesheim y que late en el corazón del casco antiguo. Dicen que fue la primera calle construida en la ciudad, mide 144 metros de largo por 3 metros de ancho y es visitada cada año por 3 millones de personas. Drosselgasse está plagada de restaurantes y tabernas tradicionales que lucen una bonita decoración y que ofrecen música en directo y jardines con terrazas

Dónde comer en Rüdesheim am Rhein



Rüdesheim tiene una animada vida nocturna que se descubre cuando entras en los diferentes locales ubicados en esta calle. Aquí los habitantes de Rüdesheim se relajan, disfrutan de la charla con amigos o de las especialidades culinarias que ofrece cada taberna o “Biergarten”. Conocidas con el nombre de “Jardín de la Cerveza”, las Biergarten son las típicas terrazas alemanas donde se sirve cerveza como bebida principal. En algunos locales se baila, se canta, se anima al equipo de fútbol desde las pantallas de televisión o se juega a los dardos, pero lo mejor es que todo ese universo de animación y “vida nocturna” queda dentro del local y no se molesta a nadie ajeno a la fiesta.

Dónde dormir en Rüdesheim am Rhein: Central Hotel



Rüdesheim am Rhein tiene una relación tan estrecha con el vino que en muchos lugares es posible encontrar referencias al mundo vinícola. En la Oficina de Turismo, por ejemplo, como parte de la decoración, tienen una gran vasija transparente llena de tapones de corcho y en las mesas del comedor del Central Hotel, el salero y la pimienta son pequeñas botellas de vino. Además por toda la población encontrarás muchas señales y letreros de restaurantes, hoteles, casas, con dibujos de racimos de uvas, así que además de cerveza en Rüdesheim podrás disfrutar de la Fiesta del Vino.

Esta ruta por los alrededores de Rüdesheim empieza con los consejos que ya os di en la Tercera idea: Ensueño del post Rüdesheim en tres ideas: vino, paisaje y ensueño, donde explico cómo hacerla.

Acercando el corazón a La Habana

Fotografía de Secundino Sánchez Rodríguez retocada por Planeta Dunia


Al Malecón de La Habana hay que llegar desde Europa desprovisto de reloj, prisas y pasado. El trayecto en avión servirá para que pongamos en marcha el botón de reset y olvidemos todo lo que dejamos en tierra. No tenemos que preocuparnos de nada, un servicio de recogida nos llevará del aeropuerto a nuestro alojamiento sin problema. Nosotros sólo tenemos la ardua tarea de olvidarnos de todo y de disfrutar de Cuba.

Te recomiendo que una vez instalado en tu alojamiento, y si tus anfitriones te dejan escapar de una cálida bienvenida, dirijas los pasos hasta el Malecón de La Habana. Aquí te esperan 8 kilómetros de vistas al Mar Caribe, quizás el balcón más grande del mundo con vistas al mar ¡y qué mar!. A tus espaldas se extiende la Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982.

Todo el mundo parece estar aquí disfrutando del aire libre, si puedes, busca un rincón donde puedas dejar tu esencia europea, tu ritmo acelerado y olvídate de tu zona de confort y de todo lo que has visto hasta ahora. Estás en La Habana; la capital de Cuba.

Fotografía de Secundino Sánchez Rodríguez retocada por Planeta Dunia

Hicieron falta 50 años para acabar el malecón habanero, dedícale tú al menos 50 minutos de disfrute. Ya tendrás tiempo de salir en busca de los principales monumentos que se alzan en sus límites; desde el castillo de los Tres Reyes Magos del Morro hasta la desembocadura del río Almendares. Ahora siente el calor del sol en tu piel y huele el aire perfumado en agua marina, más tarde irás en busca de un trago de ron o quizás seguirás los acordes de una guitarra tocada con toda la magia del son cubano. Antes, tienes que ver la puesta de sol de la que todo el mundo habla y olvidarte de cualquier formato de tiempo, mientras vives el presente.

Viajar a Cuba es viajar a un país lleno de contrastes, de lugares difíciles de encontrar en otro lugar de la geografía de este enorme continente. Estamos en una isla y esa peculiaridad convierten a La Habana en una de las ciudades más interesantes del Caribe.

Puedes encontrar más motivos para viajar a La Habana en Cuba&Beds.

Las mejores capitales de Europa para visitar

Europa está formada por 53 países de los que he podido visitar 19 capitales europeas. Aquí van mis motivos del porqué se deben visitar estas capitales y la razón de que sean únicas y diferentes (aunque compartan un mismo continente). Además incluyo 19 pistas viajeras que no debes olvidar si te vas de viaje a:

Ámsterdam


La capital de los Países Bajos brilla con luz propia gracias a sus canales y al patrimonio arquitectónico conservado del siglo XVII que perdura intacto. Ámsterdam es la mejor ciudad para recorrer sin mapa, varios anillos de canales te llevan de un lugar a otro sin pérdida y con la mayor de las sorpresas. No olvides comprar bulbos de tulipanes para tu jardín.

Andorra la Vella



La capital de Andorra destaca por encima de las demás ciudades por el paisaje montañoso que la rodea. Es la capital europea de todas las que aquí describo con más gancho para iniciarte en el senderismo y en los deportes de invierno. No olvides recorrer el Valle del Madriu declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2004.

Atenas



La capital de Grecia es una ciudad indispensable si te gusta la historia. Su legado arquitectónico, aunque bastante ruinoso, es imprescindible para conocer el ADN europeo. La Acrópolis de Atenas es uno de esos lugares que deben verse una vez en la vida. Aunque los templos están en estado ruinoso, la “ruina” que más me gusta es el Erecteión con sus 6 hermosas cariátides. No olvides presenciar el Cambio de Guardia en el Parlamento de Atenas.

Belgrado



La capital de Serbia es quizás la ciudad menos turística de las capitales de Europa de esta lista. Si tuviera que recomendarte un sólo lugar, sería el Templo de San Sava; la Catedral ortodoxa de Belgrado. Su interior se está decorando con unos magníficos mosaicos de millones de teselas de colores que pronto resplandecerán y que llenarán las portadas de las mejores revistas de viajes. No olvides cenar en el Restaurante Lorenzo & Kakalamba; estoy segura que no has comido nunca en ningún restaurante tan original. Esta es la ruta por los lugares imprescindibles de Belgrado

Berlín



La capital de Alemania puede destacar por muchos motivos, pero yo me quedo con sus magníficos museos. En ninguna otra capital encontrarás tal variedad y cantidad de arte, tan sólo en la Museuminsel, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO se encuentran restos de todas las civilizaciones antiguas. Berlín es la ciudad de los museos. No olvides disfrutar de la East Side Gallery; el único vestigio auténtico del muro de Berlín.

Bruselas



La capital de Bélgica es la que más adversarios e interrogantes puede suscitar en esta lista de capitales de Europa. Para mí es suficiente su legado Art Nouveau y la Grand Place; la plaza más bonita de todas las que se pueden ver de este repertorio de capitales europeas. Si te gusta la moda vintage, en Bruselas podrás “renovar” tu armario y darle un toque reto y 100% auténtico. No olvides probar el chocolate y la cerveza belga.

Budapest



La capital de Hungría sorprende por su arquitectura Art Nouveau, por sus Baños de aguas termales y en mi humilde opinión, por tener la densidad demográfica más alta de hombres guapos de toda Europa (creo que es debido a su pasado otomano). No olvides entrar en alguna de las excelentes cafeterías de Budapest y en la espectacular Iglesia de Matías que está bellamente decorada.

Dublín



La capital de Irlanda, la misteriosa Eire, destaca por la cultura celta y por sus tabernas irlandesas. Ninguna otra capital de esta lista tiene esos motivos para hacer una escapada a una ciudad única donde duendes y druidas se mezclan con una apasionante historia de batallas y luchas de clanes. No olvides visitar St. Patrick’s Cathedral; la Catedral de San Patricio de Dublín y comprar semillas para plantar un trébol de la buena suerte.

Ereván

 


La capital de Armenia es la menos europea de las capitales del Viejo Continente. Ni el ambiente, ni las iglesias, ni la comida, ni los mercados, ni siquiera la vista panorámica de Ereván se parece a otras que vayas a ver. El Cascade Complex sirve de pretexto para contemplar la inmensa ciudad que se extiende en el horizonte y con un poco de suerte, si la bruma lo permite, podrás ver ante ti el Monte Ararat. No olvides ir al Malatia Food Market; el mercado menos europeo que habrás visto nunca. Esta es mi ruta de un día por Ereván.

Estocolmo



La capital de Suecia es una de las ciudades que tiene el mar más cerca para deleite de sus habitantes; 17 islas sobre el lago Mälaren y el mar Báltico. En Estocolmo los espacios al aire libre son de gran tamaño y es quizás la capital europea donde mejor se respira. El Museo Vasa bien merece una escapada hasta Estocolmo y no me importa decir que también un fin de semana de compras para renovar el vestuario. No olvides de disfrutar del famoso momento fika sueco, una pausa para deleitarse con un café y un trozo de deliciosa tarta casera.

La Valeta



La capital de Malta es la ciudad más tranquila de esta lista; la mayoría de sus calles son peatonales y dan directas al mar. A la tranquilidad, hay que añadirle un legado imposible de encontrar en las otras capitales de Europa: el de los Caballeros de la Orden de Malta. Además La Valeta tiene los mejores atardeceres de este lado del Mediterráneo. No olvides visitar la Concatedral de San Juan Bautista, te deslumbrará con sus encantos.

Lisboa



La capital de Portugal destaca por su estilo arquitectónico Manuelino; único y exquisito arte portugués de finales del periodo gótico y principios del Renacimiento. El Monasterio de los Jerónimos y los Barrios de Alfama y Chiado bien vale un vuelo hasta aquí. No olvides recorrer Lisboa subido en un tranvía; el número 15 es ideal para recorrer el Barrio de Belém y el número 28 para perderse por Chiado.

Londres



La capital del Reino Unido es una máquina del tiempo capaz de llevarte hasta la sangrienta Edad Media gracias a la visita a la Torre de Londres o la Abadía de Westminster o hasta la ciudad más contaminada de la Revolución Industrial contemplando el recuperado Támesis. Es la ciudad más cinematográfica de esta lista de capitales europeas y la habrás visto en un millón de películas desde James Bond hasta Harry Potter. No olvides que la mayoría de los museos en Londres tienen entrada gratuita.

Madrid



La capital de España puede presumir de avenidas y grandes espacios, pero yo me decanto por hacer una ruta de tapeo por la Plaza de Santa Ana. Nadie me negará que como en casa no se come en ningún otro lugar, así que para mí es la capital de Europa donde se come mejor: tapas, bocadillos de calamares, tortilla de patatas, croquetas o un buen cocido, son los platos que todo el mundo que viaja a Madrid debe probar. No olvides desayunar chocolate con churros.

Moscú



La capital de Rusia te dejará helado por varios motivos. Es la ciudad con las estaciones de metro más bonitas que habrás visto nunca; un auténtico Museo Subterráneo que esconde mosaicos, esculturas, vidrieras o lámparas. La Plaza Roja de Moscú, el Kremlin y la Catedral de San Basilio sirven para olvidarse de la arrogancia rusa, aunque sea sólo por un rato. No olvides huir de la muchedumbre visitando el Monasterio de Novodevichy vinculado desde el siglo XVI a las mujeres de la familia del Zar.

París



La capital de Francia es la más bohemia y glamurosa de todas las capitales europeas. Es la única que puede mezclar las dos caras de una moneda tan antagonista y salir airosa. Arte y sofisticación se dan cita en los palacios y en las calles de París. La Tour Eiffel y el Barrio de Montmarte son suficientes para caer rendido a sus pies. No olvides recorrer El Sena en un Bateaux Mouches.

Praga



La capital de la República Checa es la que conserva mayor legado judío de toda esta lista. La Sinagoga Española es la sinagoga más bonita que he visto en mi vida y el Cementerio Judío de Praga es uno de los cementerios más bellos de estas 19 capitales que te recomiendo visitar. No olvides descubrir la Praga nocturna, los principales monumentos lucen iluminados para trasladarte a una ciudad de cuento de la que no querrás escapar.

Roma



La capital de Italia puede presumir de legado histórico. Es la mejor ciudad para recorrer sin prisa, ya que en cada esquina puede aparecer un resto arqueológico, una plaza con encanto o una calle envejecida por la patina del tiempo. Roma es una de las ciudades más interesantes de Europa. No olvides contemplar el Mausoleo de Julio II de la Chiesa di San Pietro in Vincoli, donde se encuentra el Moisés de Miguel Ángel.

Ciudad del Vaticano



La capital de la Santa Sede es la que posee el templo más impresionante de toda esta lista, los tesoros que alberga la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos son incalculables. Tan sólo el descubrimiento de la Capilla Sixtina, con los magníficos frescos de Miguel Ángel, merece por si solo un viaje hasta aquí. No olvides disfrutar de la imagen de La Pietà de Miguel Ángel; la única pieza firmada por el artista, esculpida a la edad de 25 años.

Qué espero de un viaje a Madagascar

La verdad es que con la edad y mi larga experiencia en viajes, me he vuelto una viajera muy exigente, así que de un viaje a Madagascar voy a esperar varios requisitos. No busco lo que la mayoría de turistas desean en sus vacaciones. No pretendo encontrar los principales monumentos sin atisbo de gente, ni que los viajes por carretera transcurran a la velocidad de la luz, pero sí que espero de una agencia de viajes ciertas facilidades que me ayuden a desconectar y sintonizar con el nuevo destino y a la vez que respondan a un compromiso social, ético y de impacto sostenible sobre la población y su entorno.

Mis preferencias a la hora de viajar a Madagascar
  • Quiero una ruta completa por los principales lugares de Madagascar que no acabe con tres días de sol y playa. Sí, estoy de vacaciones, pero en un paraíso como Madagascar estar tumbada en la arena sólo está permitido si se combina con un buen Betsabetsa, Trembo o Toaka Gasy mientras suena música malgache y se pone el sol en el horizonte. En las diferentes propuestas de la agencia de viajes Tuareg observo que se ha tenido en cuenta a los clientes que sí prefieren la opción tumbona y los que desean algo más e incluyen visitas optativas a los días de “panching playero”.¡Bien!
  • Un recorrido excepcional por Madagascar debería incluir por ejemplo: Antananarivo, Tsingy de Bemaraha, la famosa Avenida de los Baobabs de Morondava, algún trekking por los bosques endémicos y las selvas, así como visita a los mercados y a las poblaciones de Ambositra y Antsirabe). Aunque después de una buena ruta, lo más importante de un viaje organizado es el guía. Debe ser capaz de mostrar la cultura, los paisajes, la naturaleza y la vida de Madagascar con la misma pasión de la que yo voy a demostrar por impregnarme de ella. Un guía durante los circuitos de habla española y además trabajar con guías locales en las visitas a los parques y reservas naturales puede ser la gran diferencia.
  • Para mí es importante compartir el viaje, la cultura, sabiduría popular y por qué no, parte del presupuesto con los grupos étnicos de Madagascar. Dormir con la etnia Sakalava o Bara, comer en un poblado Vezo o Betsileo, comprar artesanía o conocer la cultura animista de los poblados Zafimaniry, forma parte de mis expectativas viajeras. Prefiero un viaje donde se tenga en cuenta la población local por encima de las grandes empresas extranjeras. Ese contacto humano es el que al final da sentido a cualquiera de nuestros viajes y la agencia de viajes lo debería de tener en cuenta en sus diferentes rutas y viajes a Madagascar. Incluyen trekkings en zonas donde no se puede llegar en coche, visitas a mercados donde comercian diferentes tribus o viajan hasta poblaciones donde la artesanía forma parte de la economía de la población. La lista de alojamientos de los circuitos por Madagascar incluyen pequeños complejos mimetizados en el entorno, algunos con etiqueta de ecoturismo y ecolodge. Hay alojamientos que tienen programas de formación para los habitantes de la zona y que han utilizado materiales constructivos de la región preservando el impacto ambiental del paisaje.

Como no suelo exigir menos de lo que estoy dispuesta a ofrecer, en un viaje a Madagascar yo también me comprometo a seguir las buenas prácticas de viajero que todo el mundo debería conocer.



Las buenas praxis viajeras
  • La exigencia viajera no es sinónimo de reclamaciones absurdas y demandas europeas. Una buena viajera sabe esperar en los controles de aduanas y en los interminables trámites burocráticos. Aprovecha para observar a la población, a jugar con los niños mientras se aprende alguna palabra en el idioma local o comparte una sonrisa. La paciencia viajera tiene grandes recompensas, positivismo ante todo.
  • Los viajeros deben olvidarse de su vida y vestirse con la autóctona; acompasar el ritmo, embutirse en el clima, mimetizarse en la rutina diaria y disfrutar de la gastronomía local. Olvidarse de dormir muchas horas, dejar de comer lo mismo que si estuvieras en casa y a las mismas horas. Abandonar la comodidad de una autopista y sumergirse en las carreteras de baches y polvo de un territorio desconocido con la misma curiosidad de un niño. Dejar las quejas por el calor, el frío o la lluvia como si fuera algo que se arregla apretando un botón. Despegarse de la zona de confort nos hace libres y carga nuestras mochilas de experiencias.
  • Un auténtico viajero se desprende del miedo por el miedo; el que otros tienen y el que nos contagian sin querer o a veces por celos. El viajero se olvida de permanecer en el hotel y explora por su cuenta, aunque el guía no esté, se calza las botas de explorador y el corazón de aventurero. Mira a través de la ventanilla como si hubiera permanecido encerrado y disfruta de los cientos de kilómetros que por desgracia a menudo tenemos que recorrer hasta llegar al próximo destino. Sonríe y agradece al Universo, hora tras hora, porque viajar es una tremenda fortuna y él sabe que es protagonista de su vida.
  • Un viajero no pierde la educación, la sonrisa, ni la humildad frente a un camarero, una señora de la limpieza, un chófer o una vendedora. Intenta regatear en los mercados si es la norma, pero no le va la vida en ello. Deja propina si es lo aconsejable sabiendo que quizás esas monedas sean las que marquen la diferencia en un sueldo mínimo, pero nunca se cree un ser superior. Aprende de los viajes que no es el que más razón tiene, que su verdad no es la única válida o se escuda bajo la frase: “yo soy así”. No impone su criterio europeo y aprende de los demás, sean de la religión que sean, tengan el color de piel que tengan. Viste, no como lo haría en su casa, sino con la clase, norma o recomendación que cada lugar exige. No va con mocasines a la montaña y sin protección solar o contra los mosquitos a un paraje natural. Y cumple con los horarios que dicta el guía para no entorpecer la marcha del grupo.
  • Y la parte más difícil, un viajero no grita. No grita cuando ve un lemur, un fossa o un Indri-Indri (ya dije que era la parte más difícil). No grita cuando se sube en un transbordador o en una canoa de dudosa estabilidad. No grita cuando ve una lagartija en el lodge o camina por un bosque, un desfiladero o un puente colgante, ni grita ni habla de su crisis personal, sólo disfruta de la Madre Naturaleza. En algunos casos, un auténtico viajero ni abre la boca y si lo hace, enmudece de la emoción. Prueba la próxima vez a escuchar el silencio, el trino de los pájaros, el ritmo de las olas e intenta contemplar una espectacular puesta de sol desde la Ventana del Isalo en silencio.

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