Estambul versus Venecia

Estambul junto a Venecia encabezan mi lista de ciudades favoritas europeas. Ambas son las dos caras de una misma moneda, pero que no pueden coexistir a la vez. Es elemental, forman la cara A y la cara B P, de una emoción o sentimiento personal e intransferible y me gustaría explicaros porqué. 


Venecia es el amor, el deseo embriagador, el cuento de princesas, el tiempo detenido en un profundo y largo beso. Es una de las ciudades donde me sentí más enamorada y feliz, quizás por eso, he vuelto hasta 8 veces más y no me canso de ella. Me gusta su decadencia, sus desconchados, su brillo y sus patinas. Venecia no es perfecta y tampoco me gustaría si lo fuera. Me gustan sus imperfecciones, el paso del tiempo y las huellas que le han hecho mella y le han infringido carácter. Como debería ser el amor, al fin y al cabo, cargado de sabiduría, indulgencia, defectos y personalidad.


Venecia es también el último baile que pude hacer con mi padre, en una noche de luna llena en la Piazza San Marco (el mejor salón de baile del mundo), mientras sonaban los violines del Café Florian. Aunque de momento dejaremos guardado en el cofre de la memoria esos momentos y nos centraremos en la otra cara de mi moneda viajera: Estambul, la ciudad que lamentablemente ha salido últimamente en las noticias encabezando titulares atentado tras atentado.

Estambul es para mí la ciudad de la pasión, la del fuego que corta la respiración, que te hace temblar, vibrar y por qué no, perder la cordura aunque sea ¡una vez en la vida! y para siempre.


Tal afirmación por supuesto, va ligada a la experiencia personal, circunstancias y hechos que como protagonista forman parte de mi vida. Corría el año 2001 y mi hermana Roser y yo, habíamos elegido Turquía como destino para vacaciones, por aquél entonces viajábamos con agencias de viajes “todo incluido”. En la reunión pre-viaje nos dimos cuenta inmediatamente que éramos las únicas de menos de 60 años del grupo. Este dato que para muchos parecerá una “putada” fue determinante para desarrollar un “segundo viaje paralelo” y bastante al límite, del paquete de viajes que ofrecía la agencia. El ritmo lento y reposado de nuestros compañeros "octogenarios" nos daba a nosotras, el tiempo suficiente para deambular solas. Cuando acababa la explicación de nuestro guía, nosotras desaparecíamos. Cuando el grupo llegaba a las visitas, nosotras regresábamos, y así poco a poco, fuimos descubriendo la Turquía que se escapa en los viajes programados.


Entablábamos conversación con la gente, los vendedores nos dedicaban sus mejores sonrisas y cuando ya no quedaba nadie dispuesto a seguir con la jornada, nosotras nos apuntábamos a un bombardeo. Fue así como conocimos las discotecas de Capadocia, recordarme algún día que os explique la aventura de “el copo”. Cuando llegamos a Estambul como parte final del viaje, nos dimos cuenta que debíamos volver y descubrir esa ciudad por nosotras solas. El circuito sólo nos incluía un par de noches y era tiempo insuficiente. Así que decidimos pasar ese mismo año las Navidades y el Año Nuevo en Estambul, solas y por nuestra cuenta.


Recuerdo que en septiembre estábamos montando el álbum de fotos del viaje a Turquía, cuando en la televisión anunciaban el ataque de las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York. El atentado y el miedo exacerbado de los medios de comunicación por todo lo que olía a árabe, musulmán, minarete o mezquita, no nos frenó un ápice y el plan original, siguió su curso. En aquella época solía ir a un locutorio a conectarme a Internet y a chatear, sí, ahora suena igual que cuando nuestros padres hablaban de lo bien que se lo pasaban en los guateques, pero es que estamos hablando de 14 años atrás y yo, ¡ya tengo una edad!


Planeta Dunia no existía aún, pero sí la viajera, y estaba tan alucinada por las circunstancias (me iba de viaje de nuevo) que lancé una pregunta al ciberespacio: -¿Alguien de Estambul? O quizás lo pregunté en inglés, ya no lo recuerdo con certeza, pero era nuestro primer viaje en solitario en época Navideña y no sé cómo, pero intuía que sería especial.


En el siglo XXI lanzar una pregunta en un chat, es algo parecido a lanzar un mensaje en una botella al mar, pero en mi caso resultó. Un desconocido “levantó la mano” - Yes, I'm Hayati... y fue entonces, sin saberlo, cuando comenzó a crecer la semilla de “Estambul ciudad rebelde”. Las charlas periódicas dieron paso a los correos electrónicos, los remotos amigos por correspondencia cambiaban de medio, pero no de esencia, y fue entonces como dos completos desconocidos separados por idioma, cultura y religión empezaron a descubrir el mundo del otro.


Cuando llegó el 22 de diciembre del 2001 Hayati vino a buscarnos al aeropuerto con un flamante BMW plateado con asientos de cuero negro, sí había conocido a un turco por “correspondencia” y parecía que estaba bien posicionado. Recuerdo que durante el trayecto hasta nuestro hotel, ubicado en Çemberlitaş, nos mirábamos de reojo como intentando descubrir a la persona que durante aquellos tres meses había llenado de “cartas” el correo. Descubrir una ciudad con un buen anfitrión hace que te sientas como en casa, y depende como ¡hasta como un lugareño!. Así que por unos días viví la sensación de que Estambul era mía y que, iba a amarla para siempre.

Mi hermana y yo vivimos las mejores Navidades aquel año, de ello se encargaron todos los acontecimientos, experiencias y gente que con humildad, mente abierta e ilusión encontramos en el viaje. Algunos de esos recuerdos tuvieron lugar en:


Hotel Santa Sophia
Uno de los puntos clave en el viaje fue alojarse en el Hotel Santa Sophia, estábamos cerca del transporte público y del centro histórico de Estambul: ¡la Mezquita Azul, el Hipódromo, Ayasophia... serían nuestras!
Ismail Cile atendía en recepción y fue el responsable de que acabáramos chapurreando un poco de turco. Cada día nos enseñaba una palabra nueva, so pena de no dejarnos subir a la habitación, y repasaba y se aseguraba de que las palabras aprendidas en días anteriores seguíamos recordándolas. Fue de esta manera como mi hermana y yo acabamos decorando el árbol de Navidad del hotel y comiendo turrón -que llevábamos de casa- con Ismail y su ayudante.


A Orillas del Bósforo
En aquella época, era el lugar más auténtico para comer, junto a las barcas de pescadores, con la Torre Gálata delante, la Süleymaniye Cami detrás y el sonido del muecín llamando a la oración. En el año 2001 no existía aún los barcos decorados con dorados, ni los camareros vestidos con chalecos y tocados con un fez encarnado, como existe ahora. Era comer directamente un bocadillo con un enorme trozo de pescado y una cebolla cruda sentadas sobre una caja de madera y a la intemperie por menos de 1 euro. Mientras nubes aromáticas de especias del Gran Bazar llegaban a pinceladas y el chapoteo del agua rompía contra el Puente de Gálata y los embarcaderos.


Beber Raki
El Raki es casi la bebida nacional de Turquía, es un licor de sabor anisado que se bebe mezclado con agua. Para mí es como una patada de burra en el estómago, pero para la mayoría de turcos es elixir de dioses. Si vas a Estambul puedes finalizar la cena con un vaso, la mejor zona que conozco para disfrutar de la gastronomía turca es Kumkapı; el Barrio de pescadores, pero en la zona de Taksim también se encuentran restaurantes donde los precios no son desorbitados. Con Dôgan; el vendedor del Gran Bazar estuvimos en uno cerca del Çiçek Pasajı llamado Hisar Restaurant donde probamos el famoso raki. 


Podría pasarme la vida escribiendo historias, pero para un post ésto ya es más que excesivo. Los atentados, los accidentes aéreos, las guerras y el miedo no deberían condicionar el mundo que vivimos. Por desgracia la fragilidad humana corre el mismo peligro esté en un lugar que en otro. Sirva una vez más un post de viajes escrito en Planeta Dunia para infundir valor, deseo de viajar, curiosidad, anhelo por conocer culturas, ritos, lugares y gentes que nada tienen que ver con nuestra zona de confort.

Si vais a viajar a Estambul próximamente encontraréis “textos más adecuados” sobre lugares qué visitar en Estambul y recomendaciones de viaje aquí mismo

¡Seguid viajando!

Lille: la ciudad francesa más Flamenca

La ciudad de Lille se encuentra situada al norte de Francia, a 35 minutos de Bruselas, 82 minutos de Londres y a 1 hora de París. Es la capital y puerta de entrada a la región del Nord-Pas de Calais, un territorio donde se puede encontrar desde el paisaje más agreste y salvaje del Mar del Norte, hasta la más delicada y transparente puntilla de seda confeccionada por la mano del hombre. Lille está conectada semanalmente con Barcelona por 3 vuelos directos, de 2 horas de duración, gracias a la compañía aérea Vueling que aterriza en el Aeropuerto Internacional de Lille-Lesquin situado a tan sólo 10 Km. del centro de la ciudad. 

Lille

¿Qué ver en Lille? 


En Lille hay que visitar y contemplar la arquitectura flamenca y riqueza patrimonial de Le Vieux Lille; la Ciudad Vieja. Hermosos edificios de ladrillo y piedra, gabletes puntiagudos y escalonados o detalles decorativos del siglo XVII en las fachadas, juegan a favor de dejar maravillado al visitante.

Los lugares imprescindibles que te recomiendo ver en Lille son:
 Lille

La Grand Place de Lille; es la plaza principal de la ciudad, conocida también con el nombre de Place du Général de Gaulle; su panorámica bien vale un viaje hasta aquí. Concentra una muestra representativa y valiosa de edificios construidos entre el siglo XVII y el siglo XX. La plaza está presidida por una columna rematada por una diosa de bronce que conmemora la resistencia de Lille ante el sitio austriaco de 1792. Es una plaza para perderse entre sus escondrijos, patios, arcadas y callejones.

Lille

En la Place du Général de Gaulle destaca la Vieille Bourse; el viejo edificio de La Bolsa de Lille, que fue construido entre 1652 y 1653, es uno de los más bonitos de la ciudad. Se compone de 24 casas idénticas que envuelven un patio de arcadas donde se instala un pequeño mercado de antigüedades y que se utiliza en verano para demostraciones de tango.

El Beffroi de l'Hôtel de Ville es el campanario del Ayuntamiento de Lille, con sus 104 metros de altura es uno de los iconos de la ciudad. Forma desde 1999 -junto a otros campanarios de Bélgica y 22 campanarios más en Francia- parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. Se puede visitar de martes a domingo. Entrada: 6 €, gratuita con Lille City Pass.

Lille

La Porte de Paris se alza como Arco de Triunfo, en la Place Simon Vollant, en honor a Luis XIV que conquistó la ciudad en el año 1667. Aún se conservan dos puertas más construidas en 1620 como son la Porte de Gand y la Porte de Roubaix.

La Maison Coilliot se encuentra en el 14 Rue de Fleurus, es una casa del estilo Art Nouveau. Fue construida entre 1898 y 1900 por el arquitecto Hector Guimard, famoso por algunas de las más bellas estaciones de metro de París.

Lille

Imprescindible pasear por las calles y plazas que conservan edificios del siglo XVII y XVIII de la Ciudad Vieja de Lille como son: Rue aux Péterink, Rue de la Monnaie, Rue de Weppes, Rue des Chats Bossus, Rue Esquermoise, Rue Grande Chaussée y Place du Lion d'Or.

¿Dónde comer en Lille?


Lille

Le Petit Barbue d'Anvers. Restaurante situado en el centro de la Ciudad Vieja de Lille, en un edificio de ladrillos rojos que recuerda el pasado industrial y el modo de vida medieval de la ciudad. Tiene varias salas interiores, así como un patio trasero al aire libre. Aquí se puede disfrutar de la gastronomía local de calidad con toques creativos de cocina de autor. 

Los platos ¡incluso el postre! se  acompañan por distintas cervezas de la región del Nord-Pas de Calais, de rica tradición cervecera, y que en conjunto forman parte del patrimonio cultural del norte de Francia. Imprescindible probar la Carbonnade Flamande un plato típico del Flandes francés, a base de ternera cocinada con especias y pan de jengibre acompañado de una cerveza Chimay Bleue

Más informaciónLe Petit Barbue d'Anvers. Dirección: 3 Avenue du Peuple Belge, 59000 Lille. Teléfono: +33 (0) 3 20 06 81 65. Web: Le Petit Barbue d'Anvers.

Lille

La Dinette. Para desayunar, comer o cenar, este local ofrece una decoración alegre con precios asequibles, raciones generosas y un personal muy amable. Son especialistas en hamburguesas, pero también tienen sopas y ensaladas. El pollo crujiente con cacahuetes está de infarto. 

Más informaciónLa Dinette. Dirección: 106 bis Rue Saint André, 59000 Lille. Teléfono: +33 (0) 3 20 78 48 33. Precios: el plato de la fotografía cuesta 14'5 €. 
Puedes ampliar la información de los restaurantes de Lille y su gastronomía flamenca en mi artículo: Comer en Lille.

¿Dónde dormir en Lille?


Lille

Gastama es un hostel o albergue de juventud de 37 habitaciones y 156 camas (disponen de dormitorios de 4 a 8 camas con baño compartido y habitaciones con 2 a 4 camas con baño privado). Este alojamiento se encuentra en una de esas calles que te recuerdan la proximidad de Lille con la vecina Bélgica. 

Tienen servicio de desayuno de 7:30 a 10:30 h., conexión Wifi gratuita, sala de televisión, cocina y dispone también de lavadora. Lo más destacado es el gran bar que ocupa parte de la planta baja y donde es posible degustar 12 cervezas distintas o asistir a conciertos de música en directo

Más informaciónGastama. Dirección: 109 Rue Saint André, 59000 Lille. Teléfono: +33 (0) 3 20 06 06 80. Transporte: Autobús número 10, parada Magasin. Precios: Habitaciones desde 21 € hasta 92 € (incluyen sábanas). Web: Gastama.

Lille

Novotel Lille Centre Gares **** es un elegante hotel donde destaca la luminosidad de sus salas, el confort de sus habitaciones, así como la amplitud de todos sus espacios. Hotel con 96 habitaciones, acceso para personas con movilidad reducida, conexión Wifi gratuita que permite conectarse a más de 2700 revistas o periódicos desde la app PressReader, también tienen salas de reuniones y un pequeño gimnasio. Dispone de cafetería donde degustar platos de cocina tradicional de la zona. 

Más información: Novotel Lille Centre Gares. Dirección: 49 Rue de Tournai, 59000 Lille. Teléfono: +33 (0) 3 28 38 67 00. Transporte: Metro línea 1 y 2, estación Gare Lille Flandres. Precios: Habitaciones entre 105 € y 299 €. Web: Novotel Lille Centre Gares.
Lille

Mapa de Le Vieux Lille; la Ciudad Vieja

Visitas alrededores de Lille


Otros lugares que podéis visitar alrededor de Lille y sobre los que he escrito son:



Más información: Oficina de Turismo Nord-Pas de Calais. Dirección: 3 Rue du Palais Rihour, 59026 Lille. Teléfono: +33 (0) 3 20 14 57 57. Web: Comité Régional de Tourisme Nord-Pas de Calais. Existe un pase con descuentos para visitar la ciudad llamado Lille City Pass y que ofrece entrada gratuita a más de 26 museos y edificios históricos del área metropolitana de Lille, además de acceso gratuito de transporte durante 24 horas, un City Tour de 50 minutos valorado en 12 €, así como descuentos en tiendas y restaurantes. Precio: 25 € el pase de 1 día, 35 € el de 2 días y 45 € el de 3 días.

Agradecer especialmente el cariño, las horas de trabajo y profesionalidad de Agathe Bourdrez, la confianza y organización de este viaje por parte del Nord-Pas de Calais tourist Board, y el esfuerzo de las personas y empresas que nos recibieron y atendieron durante el blogtrip #nortedefrancia. Sin ellas hubiera sido imposible dar a conocer esta ciudad a mis lectores.

¿Qué significa Planeta Dunia?


Planeta es una palabra griega πλανήτης que significa “errante” (adjetivo que designa a alguien que anda de una parte a otra). ¿Qué bonito es ser una estrella errante, verdad?. Antes de llegar a la segunda parte del nombre del blog Dunia, y como ¡estamos de aniversario!, nada como repasar con algunas fotografías (más divertidas de las que os tengo acostumbrados) como ha sido mi Planeta en estos últimos años. ¡Seguimos!

Dunia significa mundo, tierra y vida en muchas lenguas y dialectos que no pertenecen a la misma familia. Dunia es un nombre femenino de origen árabe que significa “Señora del Mundo”, pero también significa “Mundo” en bengalí, dioula, indonesio, malayo, ruso, sánscrito, swahili o turco. Dunia en hindi y hebreo significa “Vida”. 


El dato me pareció curioso y lo dupliqué en un juego de palabras que significan lo mismo. Un Planeta2 o el mundo 2.0 por donde se mueve Planeta Dunia. Elegí esta “acertada” combinación de palabras Planeta Dunia para mi blog de viajes y como viajera, no hay rincón del Planeta Tierra al que no quiera viajar.

Soy una apasionada de las culturas, razas y religiones que existen en la Tierra. La expresión Planeta Dunia, de alguna manera, también significa que en el Planeta hay muchos mundos y trato de divulgarlos en el blog.


Como curiosidad, si se busca la palabra Dunia en blogs de nombres, salen unas curiosas descripciones que no dejan de estar relacionadas con Planeta Dunia.

Dunia una misma palabra que en diferentes lenguas y culturas significa lo mismo. Un mismo Planeta que las acoge a todas.

¡Vamos entonces a descubrirlo!

Bienvenidos a mi post número 300 de Planeta Dunia. Gracias por estar aquí.

Descubriendo el Centro Histórico de Sevilla a través de sus iglesias

Cuando alguien pone en su punto de mira una ciudad como Sevilla, debe estar preparado para impregnarse de religiosidad y mucha devoción cristiana. Este recorrido por la ciudad en busca de las iglesias con más sabor sevillano duró aproximadamente tres horas, eso sí cuando llegó la pausa para comer, eso fue lo más sagrado de esta ruta. No se puede conocer Sevilla sin una ruta de tapeo como Dios manda.

Comenzamos en la Calle Carlos Cañal donde se encuentra la Iglesia Conventual San Buenaventura; un edificio del siglo XVII de estilo barroco, obra de Diego López Bueno. Destacan las yeserías y los frescos, obra de Francisco Herrera, el Viejo y el retablo mayor del siglo XVIII, procedente de Osuna, con la Virgen de la Inmaculada llamada la “Sevillana”. 
 

En la Calle San Pablo encontramos el espléndido templo barroco de la Iglesia de la Magdalena. Fue diseñado por Leonardo de Figueroa en el siglo XVIII. Su historia está relacionada con Fray Bartolomé de las Casas; uno de los pocos españoles que salió en defensa de los indios del Nuevo Mundo. En este templo fue consagrado Obispo de Chiapas el 30 de marzo de 1544. En la fachada exterior destaca la combinación de la piedra, el ladrillo visto y las decoraciones cerámicas. En su interior se han conservado algunos frescos, restos medievales, así como interesantes obras pictóricas de Juan de Valdés Leal, Zurbarán, Ocampos y Duque Cornejo. Su entrada es gratuita.


En la Calle Rioja nº 25 se encuentra la Iglesia del Santo Ángel; una original iglesia fundada por los Carmelitas Descalzos. El templo se edificó alrededor de 1640 en estilo barroco, por el arquitecto Pedro Sánchez Falconete y el maestro de obras Juan de Segarra. En el dintel de la puerta puede leerse una inscripción en latín que reza: “Dios mandó a sus ángeles para que te custodiasen en todo momento” sobre ella está ubicada una escultura del Ángel de la Guarda. En el interior de la iglesia destacan las decoraciones en yeserías, la talla de la Virgen del Carmen con el niño, obra de 1780 de Cristóbal Ramos, situada en un amplio camarín y la impresionante y dramática escultura del Cristo de los Desamparados de Martínez Montañés. La escultura, esculpida en 1.617, representa con gran virtuosismo el preciso instante que acontece la muerte de Cristo tras la Crucifixión. La calidad de la policromía permite admirar los distintos tonos de la piel y hacen evidente el dramatismo del rostro y la tensión de la boca, con los rasgos faciales desencajados por la defunción.

Antes de continuar con nuestra ruta por las iglesias sevillanas, os recomiendo visitar el Museo Palacio de la Condesa de Lebrija situado cerca la famosa Calle Sierpes de Sevilla.


Nos acercamos hasta la Calle Laraña nº 1 donde se encuentra uno de los edificios más interesantes de la época del Renacimiento en Sevilla, se trata de la espectacular Iglesia de la Anunciación que ocupa una manzana de casas entera. Fue fundada en 1565 por orden del obispo de Canarias, Don Bartolomé de Torres, como la Casa Profesa de la Compañía de Jesús. Tras la expulsión de sus miembros en 1767, quedó abandonada y se trasladaría en 1771, la Universidad de Sevilla, actual Sede de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad hispalense. Destaca su magnífica portada enmarcada en la fachada de ladrillo por dos esculturas del siglo XVIII que representan al arcángel San Rafael y a San José.

Nos dirigimos hasta la Plaza de la Encarnación para continuar por la Calle Misericordia donde se encuentra el curioso Hospital de la Misericordia; fundado en 1487 para recoger limosnas para casar doncellas desamparadas. En su interior destacan las columnas toscanas de mármol blanco, un altar de azulejos decorados con ángeles y flores y el Retablo Mayor de 1668 realizado por el artista barroco Bernardo Simón de Pineda.


En la Plaza San Andrés nº 3 se encuentra la Capilla de San Andrés; el edificio construido en el siglo XVIII, presenta adornos en color amarillo con una hornacina superior que conserva una estatua del santo y enmarcando la puerta de entrada, dos imágenes realizadas en mosaico. Una corresponde a la Virgen Nuestra Señora de Regla y la otra a Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder. A continuación se encuentra la Parroquia de San Andrés, un precioso templo de estilo gótico-mudéjar del siglo XIV, donde destacan las tres portadas, las tres capillas y las tres naves separadas por arcos apuntados. En su interior destaca el Retablo Mayor obra de finales del siglo XVIII, de estilo barroco, realizado en madera tallada. Aquí se encuentra la sepultura del artista barroco Juan de Valdés Leal famoso por sus obras conocidas como Jeroglíficos de las postrimerías. En el blog Leyendas de Sevilla puedes encontrar más información de ésta y otras iglesias de mi lista.

En la Plaza de San Martín se alza la Iglesia de San Martín, un edificio del siglo XV de estilo gótico, con portada de ladrillo visto. Aquí se encuentra la sepultura del artista cordobés Juan de Mesa y Velasco, famoso por sus esculturas religiosas que se encuentran, entre otros, en la Catedral, en la Iglesia del Divino Salvador, en la Iglesia de San Marcos, en el Convento de Santa Isabel y en la Basílica Jesús del Gran Poder. 
 

En la Calle Feria se encuentra la Iglesia San Juan de la Palma, templo edificado en el siglo XIV, donde destacan los mosaicos de Nuestro Padre Jesús del Silencio en la fachada principal y la Virgen Nuestra Señora Blanca Amargura. A estas alturas de la ruta sevillana te habrás dado cuenta de que los nombres de santos y santas exceden en su mayoría en sufrimiento y llanto, ¡al mejor estilo sevillano!


En la Calle Dueñas nº 1 y 3, esquina con Calle Espíritu Santo, se fundó en 1173 el Convento del Espíritu Santo; una congregación de Comendadoras que tiene como fin la oración. Destaca por su elevado interés artístico el templo barroco, incluido dentro del Conjunto Histórico de Sevilla desde el año 1964. Destaca el coro bajo, con un hermoso y artístico comulgatorio y los deliciosos dulces que tan laboriosamente realizan las monjas.


En la Calle Doña María Coronel nº 1 se alza la Iglesia de San Pedro, un edificio del siglo XIV de estilo mudéjar con decoración en ladrillo visto y que conserva preciosas ventanas de estilo árabe. Posee uno de los campanarios más bonitos de Sevilla, decorado con detalles cerámicos y mármol de colores. Existe una creencia popular que indica que aquel que encuentre un pajarito en el mosaico situado en la fachada principal tendrá suerte en su casamiento. En su interior os esperan toda clase de decoración de estilo árabe desde azulejos y artesonados hasta formas lobuladas.


En la misma calle pero en el número 5 se encuentra el Real Monasterio de Santa Inés donde cuenta la leyenda que el rey Don Pedro I se enamoró de la bella Doña María Coronel e hizo encarcelar y matar a su marido Don Juan de la Cerda, desconsolada la señora se tiró aceite hirviendo en la cara con la única intención de dejar de gustarle al rey. Lleno de remordimiento el rey le concedió a Doña María Coronel todos sus deseos y es así como se fundó en 1.374 este convento. En el edificio de estilo gótico y mudéjar se encuentra, tras la reja del coro, la urna con el cadáver momificado de Doña María Coronel. La entrada es gratuita, aunque las monjas agradecen una propina para el mantenimiento del museo que exhibe una interesante colección de piezas de orfebrería.


En la Calle Almirante Apodaca nº 19 se levanta sobre una antigua mezquita (de la que se conserva el mihrab y restos del alminar en su torre) la Iglesia de Santa Catalina, un edificio del siglo XIV, de estilo gótico-mudéjar. En su interior destacan las tres naves con artesonado mudéjar, el Retablo Mayor obra del siglo XVII de Diego López, la Capilla Sacramental y el presbiterio con una bóveda de crucería.


En la Calle Sol nº 10 se encuentra la Iglesia de los Terceros, Sede de la Hermandad La Cena. El templo fue construido en el siglo XVIII en estilo barroco, donde destaca la abarrotada decoración de la portada y el precioso mosaico de la Virgen de Nuestra Señora del Subterráneo.


Por último dirigiremos nuestros pasos hasta la Plaza de San Román nº 3 donde se alza uno de los templos de mayor devoción para los gitanos; la Iglesia de San Román. El edificio de estilo gótico-mudéjar fue construido en el siglo XIV y aunque sólo se ha conservado de esa época la portada, destacan en su interior las cubiertas con artesonado de madera. En Semana Santa sale de esta iglesia el paso procesional del Cristo de los Gitanos. La entrada es gratuita.

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