Circuito Estambul Ankara Capadocia

Circuito Estambul Ankara Capadocia


Estoy en Estambul es nuestro segundo día y toca madrugar, son las 4:45 y nos esperan por delante cerca de 800 km. La ruta que seguiremos es exactamente igual que la que pueden realizar los clientes de una agencia de viajes, así que si vas a contratar un Circuito por Turquía, o vas a viajar de Estambul a Ankara y después a Capadocia, puede servirte de ayuda lo que aquí escribo.

Día 2 Estambul-Ankara-Capadocia



Este trayecto, que nos llevará al corazón de Anatolia, se realiza en un pequeño autobús que permite a más de uno dar cabezadas durante el trayecto. Efectivamente, si habías pensado descansar y dormir mucho, tendrás que hacerlo durante los trayectos largos, ya que las distancias largas que no se cubren en avión, devoran las horas del reloj de cualquier viajero.

Tres horas después de dejar nuestro hotel en Estambul, se realiza la primera parada en un área de servicio muy moderna y con todo tipo de servicios. Se trata de Türsan Tesisleri donde se puede encontrar varios establecimientos: Café 220, una enorme tienda (el Yöresel Market) y varios bares y cafeterías donde sirven comidas y bebidas de todo tipo. Es recomendable llevar alguna moneda turca para dejar a la señora que limpia el baño o incluso para comprar algún capricho, ya que aquí los precios son muy interesantes. En este bazar del siglo XXI es posible encontrar lokum (delicias turcas) en cajas o a granel, caramelos, frutos secos y encurtidos a granel, bazlama (una especie de torta de pan) o pequeños regalos como el tespih o tesbihler (el rosario que utilizan los turcos y musulmanes para rezar). Aunque el tespih también sirve como aparato relajante -hay muchas personas que necesitan tener algo en las manos para tocar y es divertido ir pasando las cuentas de un lado a otro-. Tras esta pequeña parada que sirve para estirar las piernas, continuamos durante 3 horas más en dirección a Ankara; la capital de Turquía.

¿Qué ver en Ankara?


En Ankara se debe visitar Anıtkabir; el Mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk y a la vez tumba conmemorativa del primer presidente de la República turca. Se exige el máximo respeto y educación, aunque a los españoles nos resulte difícil de entender, Atatürk fue un político querido por su pueblo y revolucionó en gran medida la sociedad en la que vivió. Cambió el sistema métrico, la grafía del idioma, el calendario lunar, abolió la obligación del uso de chador por parte de las mujeres, separó el estado de la religión, entre otras muchas reformas que hicieron salir a Turquía de su ancestral sultanato. Estamos en el año 1934 y las mujeres ya pueden votar aquí y acceder a cargos en el parlamento. No es de extrañar que la vida se siga parando en todo el país el 10 de noviembre, día del aniversario de la muerte de Atatürk.

Para realizar la visita al complejo donde está ubicado el Mausoleo de Atatürk, hay que dejar las mochilas en el autocar y llevar lo imprescindible. Se permite tomar fotografías y hay acceso para personas en sillas de ruedas al baño y a la gran explanada de ceremonias. Vale la pena visitar este lugar lleno de referencias a la historia de Turquía y que me resulta de lo más interesante.

¿Dónde comer de camino a Capadocia?


El viaje continúa por la carretera E90 Ankara-Konya-Yolu, así que en una hora llegamos al Restaurante Kapadokya Tesisleri, situado en el kilómetro 95, donde paramos a comer. Los mezes vuelven a ocupar nuestra mesa, junto a variados platos que pueden elegirse en el bufé como primer plato, yo probé la Mercimek Çorbası; una deliciosa sopa de lentejas. De segundo plato nos ofrecen la posibilidad de probar un surtido variado de carne que a modo de kebap (del que parecen ser especialistas) hacen las delicias de todos los comensales. No hay tiempo para entretenerse, un té rápido y ¡en marcha de nuevo! aún quedan 100 kilómetros por hacer, hasta nuestra próxima parada.

La magia de Tuz Gölü


Una hora más tarde llegamos a Tuz Gölü, conocido como Lago Salado. Ocupa una extensión de 1300 km2 alcanzando una concentración de sal del 38% en invierno y del 100 % en verano. La sal era la moneda utilizada por los romanos para pagar a sus tropas, de ahí viene la palabra salario y durante muchos siglos, la sal sirvió para conservar los alimentos. La época de los Comerciantes de la Ruta de la Seda se adentra en nuestro viaje, no será el único lugar vinculado con una época que rezuma exotismo y aventura. Tras la advertencia de nuestro guía que la sal del lago se puede pisar sin problema (siempre y cuando uno se limpie bien los pies o la suela de los zapatos, porque corre el riesgo de estropear ambos, ya que la sal acaba resecando) salimos a inmortalizar el lugar y a buscar espejismos.

Unos avispados vendedores han ideado una estrategia de marketing que muchos quisieran, cuando estás tan sólo a unos metros de la orilla del lago, un vendedor te pone una porción de sal ligeramente húmeda en la mano, sin saberlo andas metido en una fila de personas que son invitadas a entrar en la tienda para limpiarse, mientras un vendedor que conoce todos los idiomas del planeta, proclama las virtudes de los productos de belleza que contienen las sales de Tuz Gölü. Tras ofrecernos una toallita de papel y ser unos pésimos clientes, salimos de la tienda dispuestos a conquistar la principal fuente de sal de Turquía, hábitat de un gran número de flamencos que depositan sus huevos en sal y quedan curiosamente bien protegidos. Tras enamorarnos de este juego de blancos y azules de la naturaleza, salimos en dirección a nuestra última parada del día: el hotel que nos alojará durante los dos días que dura nuestro circuito por Capadocia.

Alojamiento en Ürgüp: Otel Mustafa


Tres horas y media más tarde estamos contemplando la puesta de sol en Ürgüp, se desvanece la luz de nuestro segundo día. Es hora de tomarnos una “Efes bira” y poner en orden todo lo sucedido en esta intensa jornada, sentados en la terraza del Otel Mustafa y seguir promocionando el #SunwebTurquía por las Redes Sociales. La hora de cenar llega rápidamente, nos espera un bufé variado y exquisito con multitud de platos de la gastronomía turca; un placer para todos los sentidos y que nuestro cuerpo agradece en buena compañía. La sobremesa se alarga compartiendo en Facebook, Twitter e Instagram todo lo vivido en esta jornada de trabajo de más de 20 horas. Estamos contentos y satisfechos, al otro lado la interacción es muy alta y nos vamos a dormir sabiendo que al día siguiente haremos una excursión en globo. No es de extrañar que al final nuestra cabezadita nocturna sea sólo de tres horas y media.

¡Estamos tan emocionados!

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