Escart es un
municipio de la comarca del Pallars Sobirà (Lleida), situado a 3
kilómetros de Escaló y a 1.230 metros de altitud. Sus habitantes
son conocidos con el nombre de Esbalçatossinos.
Bordeando a mano derecha
la Iglesia de Sant Martí
de Escart, parte un pequeño sendero plagado
de flores que lleva hasta nuestro destino de hoy. En la lejanía, en
dirección este, se vislumbra una construcción encaramada en la
roca, se trata de la Ermita de la
Mare de Déu de
la Roca; un pequeño templo situado en un
lugar místico y espectacular ¡excavado en la roca de un peñasco!.
La ruta, de apenas un
kilómetro, es posible recorrerla tranquilamente en media hora. El
minúsculo sendero, con escaso desnivel de poco más de cien metros,
serpentea entre espectaculares acantilados que no son aptos para
personas que padecen vértigo o los más pequeños de la casa.
Mariposas y saltamontes
compiten con nuestras botas por llegar primeros a la ermita. La
estrecha senda mide poco más de cuarenta centímetros de anchura y
aunque el camino no entraña dificultad, si que requiere atención
en dónde se ponen los pies y es necesario llevar un calzado
adecuado. ¡Un pie detrás del otro y sin perder el equilibrio!
Tramos de piedras con otros cubiertos de hierba serán interrumpidos
por diminutos saltos de agua de las montañas.
Son muchos los sonidos
que acompañan el trayecto; a pesar de no verlos, se oyen relinchar a
la manadas de caballos que recorren los abundantes pastos de la zona.
El pequeño riachuelo de Escart que nace y recorre todo el término,
acabará con sus estrepitosas aguas junto a las del Noguera Pallaresa
en la proximidad de Escaló. Mientras numerosos trinos de diferentes
pájaros nos transporta al ambiente campestre del cuento de
Blancanieves.
Cuando el paso se vuelva
seguro y el terreno lo permita, contemplad el paisaje: picos elevados
recubiertos de pinos y abetos con espacio suficiente para pastos, un
manto aterciopelado con árboles de diferente tonalidad verdosa que
se asemeja a una alfombra intermitente de hierba verde y coloridas
plantas. No es de extrañar que desde tiempos inmemoriales aquí se
haya cultivado desde cereales; como son el trigo, centeno o cebada,
hasta legumbres, hortalizas o patatas. La caza también es abundante
en perdices y liebres.
Llegado a los pies de la
alta escalera -por suerte con barandilla- podemos contemplar en todo
su esplendor este pintoresco lugar donde se encuentra ubicada la
Ermita de la Mare de Déu de la Roca: en la vertiente de una
escarpada peña que en otro tiempo albergó el Castillo de Sant Just
d´Escart.
La ermita era conocida
con el nombre de la Virgen de la Boca (o de la Peña) y está
construida aprovechando el saliente rocoso. Ya existía en el siglo
XI según algunos textos conservados y resistió al igual que la
villa de Escart a la invasión musulmana de la época. Difícilmente
se entiende el motivo de construir esta ermita en semejante lugar: un
peligroso despeñadero, pero aún es más extraño pensar en el
interés de los musulmanes por este lugar ubicado en medio de
inaccesibles montañas. El edificio actual, a manera de cueva, fue
construido entre 1707 y 1748. Conserva una espadaña de un sólo ojo
y una estrecha ventana rectangular en el muro de entrada.
El 8 de septiembre se
celebra el Aplec de la Mare de Déu de la Roca, un buen momento para
visitar su interior que permanece cerrado la mayor parte del año. Un
pequeño banco de piedra situado en un lado de la entrada, cobijado
por la pared del saliente rocoso, sirve para retomar fuerzas y
deleitarse con las vistas de “lo Bosc Negre” y de Escart.