
Según la tradición,
Alguer fue fundada en el siglo XII por parte de la poderosa familia genovesa de los
Doria, que mandó levantar un
pueblo mercantil amurallado. Pero el momento más importante de la historia de la ciudad fue la conquista, en 1354, por parte de los ejércitos catalano-aragoneses del rey
Pedro III el Ceremonioso. Posteriormente fue poblada por colonos procedentes de Barcelona y Valencia. De esta forma,
Alguer adquirió la fisonomía de
ciudad catalana enclavada en la isla de Cerdeña, que todavía hoy se manifiesta en el idioma, en las tradiciones populares (la paella es un plato típico), y en la arquitectura. Ello dio lugar al cariñoso apodo de “
la Barceloneta de Cerdeña” que aún se emplea para identificar a la ciudad.
La ciudad de Alguer está situada en el noroeste de la isla de Cerdeña en la
provincia de Sassari, rodeada de olivos, eucaliptos y pinos piñoneros. El término municipal de Alguer tiene una superficie total de 224’43 Km2, con una población residente de 42.525 habitantes.
El patrimonio histórico y natural de Alguer hace que esta ciudad sea, sobre todo, la capital del turismo de Cerdeña. En efecto, en el ámbito de la isla, es la ciudad con mayor tradición en hospitalidad y con un notable potencial turístico. Alguer está llena de
pequeñas iglesias y
estrechas calles empedradas con la ropa tendida,
palacios de los antiguos nobles catalanes y
murallas. La historia ha dejado huellas evidentes en Alguer y aunque a muchos no les guste, la mayoría de los
carteles de las calles están en catalán e italiano. La antigua ciudad amurallada recuerda el barrio gótico barcelonés y presenta un
centro histórico con evidentes características catalanas aún intacto, con importantes restos de las murallas defensivas de origen medieval, remodeladas en el siglo XVI.
Su principal atractivo es pues su
Citta Vecchia o casco antiguo. Se puede comenzar a visitar la ciudad por las
torres y
muros que rodean el casco histórico.
Porta Terra, es la antigua entrada a la ciudad y es conocida en catalán como
Torre dels Ebreus. La
Torre de San Giovanni, está situada en dirección opuesta al puerto. En
Piazza Sulis se encuentra la
Torre dell’ Esperò Real o Torre Sulis del siglo XVI. El
Paseo Marítimo se ha dividido en tramos con diversos nombres, todos ellos de grandes exploradores del pasado:
Lungomare Dante está unido al de
Cristoforo Colombo, que llega a la
Torre di San Giácomo, de planta octogonal. El tramo que prosigue es conocido como
Lungomare Marco Polo hasta la
Torre della Polveriera y su vecina
Torre di Sant’Erasmo. El último tramo le rinde homenaje a otro gran marino:
Lungomare Magellano, se extiende al borde del mar hasta el
Bastione La Maddalena. Unas escaleras abiertas son la otra entrada histórica de la ciudad.
Porta a Mare pone en contacto las barriadas más antiguas con el viejo
puerto pesquero, donde se sigue practicando la pesca de coral y desde donde salen los barquitos para visitar
Capo Caccia y la
Grotta di Nettuno.
Entre los monumentos más significativos intramuros del casco histórico destacan:
La Piazza Civica, donde se encuentra el
Palazzo d’Albis, de estilo gótico catalán, en él se hospedó
Carlos V en octubre de 1541.
La visita a la Catedral es imprescindible, una torre octogonal nos señala la ubicación de la modesta
Cattedrale di Santa Maria, construida en el siglo XIV y reconstruida a mediados del XVI en estilo gótico tardío. Tiene una
portada muy hermosa y un
campanario en estilo gótico catalán con tejado de azulejo y curiosa cúpula. Conviene centrarse en su interior, donde destaca el
presbiterio gótico con influjos islámicos.
En el nº 9-11 de la
Via Principe Umberto se alza el
Palazzo Machin, la
Casa Doria del siglo XVI en estilo renacentista y en la cercana
Piazza del Véscovo, el agradable
Teatro Cívico saboyano construido en 1862. Se puede continuar hacia el Monasterio o
Chiesa di San Francesco, comenzado en el siglo XIV y completado en épocas sucesivas. Es el monumento más importante de la ciudad debido a su
campanario hexagonal gótico y su
claustro, inicialmente románico. Es una construcción maravillosa realizada en toba dorada, edificada en diferentes períodos. La inferior data del siglo XIV y la superior se añadió en el siglo XVIII. En su interior destaca el
Altar Mayor de mármol policromado, obra del siglo XVIII igual que las capillas laterales. A continuación se encuentra la
Chiesa di San Michele, construcción barroca promovida por los jesuitas en el año 1612 que destaca por su bellísima
cúpula policroma adornada con mayólica de varios colores. En su interior se conservan dos grandes
altares adornados de estuco de 1678 y un
coro tallado en madera.
Si aún queda tiempo podemos ver la
muralla costera escoltada por varias espléndidas torres de vigilancia como la
Torre del Rey Jaime y la
Torre Sperone. Otras visitas recomendadas además de los
palacios, son varias
iglesias, entre las cuales destaca la
Iglesia del Rosario y la
Iglesia de la Misericordia que conserva un insólito
Cristo de madera con brazos articulados que data del siglo XVII.
En Alguer se recomienda comer en la
Pizzeria Passaparola en
Via Gilbert Ferret 35.
Después de visitar la ciudad, se recomienda recorrer 25 km hacia donde se encuentra un encantador promontorio que encierra el golfo,
Capo Caccia, considerado una de las zonas panorámicas más espectaculares de Italia, con calas y acantilados de vértigo, fue coto de caza de la realeza.

Aquí se encuentra la famosa
Grotta di Nettuno, que hemos visitado y donde se pueden admirar formaciones naturales que rodean el gran
lago interior Lamarmora, se puede acceder en barca o bien como hemos hecho nosotros, bajando la
Escala de Cabirol con sus 656 escalones tallados en piedra, único acceso terrestre a la gruta. La entrada cuesta 7 euros.
Desde
Cala d’Inferno se puede observar un islote rocoso llamado
Isola Foradada. Cerca de Capo Caccia hay un parque natural llamado
Monte Timidone.
Antes de llegar a Capo Caccia, la carretera pasa por
Porto Conte, un bello puerto natural. Se recomienda visitar su
villa romana y sus ensenadas rocosas. A continuación pasa por
Fertilia, pueblo amurallado rodeado de playas. La parte submarina está considerada como un paraíso para los aficionados a la fotografía submarina. Este es el hábitat natural del precioso coral rojo de Alguer, verdadero símbolo de su historia y de su economía. De hecho, está presente en el emblema de la ciudad desde el siglo XIV y todavía hoy en día se manufactura en los talleres de los artesanos de orfebrería.
Después de visitar la Grotta di Nettuno, se puede visitar el famoso yacimiento arqueológico nurágico de
Palmavera a 10 km de Alguer. Los romanos apenas colonizaron el centro de Cerdeña, donde encontraron una resistencia bárbara entre los pobladores de las nuragas, también conocidos como
Nuraghis. Son típicas construcciones milenarias que datan del 1.500 a. C., estos edificios cónicos de piedra son los primeros testimonios de vida en la isla de Cerdeña. Alrededor del Nuraghi principal de Palmavera, hay unas cincuenta construcciones más pequeñas. Existen más ejemplos de estas construcciones diseminados por centenares en toda la isla, otras extrañas construcciones son las
domus de ianas.
Existen además destacados vestigios prehistóricos de las necrópolis de
Anghelu Ruju, a 10 km por carretera de Porto Torres y Santu Pedru.
Sassari

Sobre un lugar probablemente ocupado ya en época nurágica (1800-500 a. C.),
Castelsardo fue fundada en 1102 por la familia
Doria de Gênes, sucesivamente fue recibiendo los nombres de
Castel Genovese y de
Castel Aragonese después de la conquista española, con la que se incorpora a la Corona de Aragón en 1448. Su nombre actual le fue dado en 1796 por el rey del Piamonte, igualmente rey de Cerdeña. Castelsardo es conocido ya desde la edad media por su procesión del Lunes Santo, una mezcla de antiguos ritos y de cantos tradicionales.
Castelsardo es un pueblo pintoresco junto a un pequeño
puerto pesquero, cuenta con 5500 habitantes que ocupan principalmente la villa ubicada en un promontorio rocoso, dominando el mar y la pequeña localidad de
Lu Bagnu. En otros tiempos pueblo de pescadores y de agricultores, Castelsardo basa hoy su desarrollo, esencialmente en el turismo y forma parte de la asociación de “Los más bellos pueblos de Italia”. El corazón histórico de este pueblo presenta todas las características morfológicas y arquitectónicas de los conjuntos medievales fortificados.
Destaca la
Cattedrale di Sant’Antonio Abate, de construcción tardo-gótica con una
torre de estilo aragonés y que cuenta con un
campanario con azulejos de mayólica. La
Chiesa di Santa Maria es de un bonito estilo austero medieval, en su interior hay un
crucifijo del siglo XIV conocido como el
Cristo Negro. Con
impresionantes vistas al mar, cerca de la iglesia hay un
camino rodeado de flores y plantas en plena naturaleza. El antiguo
Castillo Doria, convertido hoy en un interesante Museo del trenzado, está rodeado de hermosas fortificaciones. En el
casco medieval antiguo se conservan pequeños
negocios de artesanías donde aún hoy se pueden ver a las mujeres produciendo canastas y cestas con algas.
A unos 20 km de Castelsardo, en un desvío de la carretera se puede observar la
Roccia dell’Elefante, una formación rocosa con forma de elefante, esculpida por la acción del viento y del agua y desde se obtiene una buena
vista panorámica del Valle de la Luna, formado por enormes masas de granito originadas en la época cuaternaria.