Rodeado de exuberantes jardines y esculturas, el Château de l’Engarran fascina a los visitantes |
Mujeres que han sido merecedoras
en 2023 de los “Trophées de l’Œnotourisme”
de la guía dedicada al vino “Terre de
Vins”, en la categoría de “Arquitectura y paisajes”. Estos premios son un
referente importante en el sector del enoturismo en Francia, que premia a las
bodegas, dominios y castillos vitivinícolas que destacan por ofrecer experiencias enoturísticas
excepcionales.
La historia del Château de l’Engarran
El Château de l’Engarran, con su impresionante reja, invita a explorar su historia |
El Château de l’Engarran, ubicado
en las afueras de Montpellier, es una joya arquitectónica y natural reconocida
oficialmente como Monumento Histórico.
Este reconocimiento no solo resalta la belleza e importancia de esta villa aristocrática, sino también la
del jardín que lo rodea, ambos dignos de conservación. Desde el momento en que
uno pone un pie en la propiedad, queda cautivado
por la elegancia de la mansión, adornada con numerosas esculturas que rinden homenaje a la viticultura.
La verja histórica de l’Engarran
Corona con la flor de lis y tres estrellas en la verja recuperada del Château de la Mosson |
La verja de hierro forjado tiene su propia historia. Fue encargada en
1723 por Joseph I Bonnier de la Mosson
al maestro herrero Catrix para cerrar
el Château de la Mosson. Fue adquirida por la ciudad de Montpellier en 1758
tras la demolición de dicho castillo, por un precio de cinco mil quinientas
libras. Un grabado de L. Coste,
muestra que la verja se encontraba en la Place de la Comédie y en la actual Rue de la Loge de Montpellier. Esta verja,
de tres paneles de quince metros de largo, permaneció en el centro histórico
de Montpellier hasta el comienzo de la Revolución, cuando fue comprada por Jean Vassal, el propietario de
l’Engarran en aquella época.
Folie vitivinícola
El Château de l’Engarran queda reflejado en uno de los estanques del jardín francés |
Esta folie, como ya vimos en el Château de Flaugergues se encuentra a unos 8 km de Montpellier, en Lavérune. Al acercarnos, lo primero
que nos llama la atención es su magnífica verja de hierro forjado, los jardines a
la francesa decorados con estatuas y
jarrones, dos estanques y una hermosa fuente.
Dicen que el diseño del conjunto se construyó específicamente para que el Château
de l’Engarran quedará reflejado en su espejo de agua.
Dos atlantes y tres querubines enmarcan la puerta de entrada al Château de l’Engarran |
La residencia es rica en detalles arquitectónicos visibles en sus dos fachadas, que hacen referencia al vino y también a la historia de amor de Jean Vassal y su esposa Suzanne de Loys de Marigny. En la fachada principal, dos poderosos atlantes entrelazados con ramas de vid, sostienen el balcón principal y enmarcan la puerta de entrada. Los dos atlantes son la imagen de las etiquetas del vino blanco Adélys, IGP PAYS D'OC sauvignon, así como del vino tinto Quetton Saint Georges, AOC Languedoc Saint Georges d’Orques, a base de syrah, garnacha y monastrell del Château de l’Engarran.
Las rosas eran el emblema de Jean Vassal el propietario que hizo construir el Château de l’Engarran |
En el frontón de la entrada, pueden
verse tres querubines rodeados de rosas que
sostienen un ánfora, por supuesto debe estar llena de algún néctar de este
viñedo. Cada una de las ventanas de esta fachada están enmarcadas con un
frontón delicadamente esculpido, donde puede verse, por ejemplo, los cuerpos de
dos aves formando un corazón. Cruzamos
la puerta de la folie y entramos en
el vestíbulo de la mansión decorado en color vainilla evocando la suave luz del
sur de Francia.
Interior de la folie
Rincón del vestíbulo |
El vestíbulo que podía ser utilizado
en ocasiones como comedor, está presidido por una mesa. En uno de los armarios,
a la izquierda de la entrada, puede verse un depósito de agua de cobre y un
lavamanos. Sobre cada una de las puertas están representadas las cuatro estaciones. Un rostro femenino con un
cesto de flores encarna la primavera.
La alegoría del verano muestra un rostro
con el cabello decorado con espigas de trigo y rodeada por herramientas
agrícolas.
La alegoría del otoño |
El otoño toma la forma del Dios Baco con una corona formada por hojas de vid y racimos de uvas, a la izquierda puede verse un caracol, que simboliza las lluvias de la estación, y bajo el conjunto, una cesta llena de hojas de vid y racimos de uvas. El invierno es un rostro barbudo coronado con hojas de roble y bellotas. El vestíbulo da acceso al salón de honor, la habitación más lujosa del Château de l’Engarran.
Las paredes del salón de honor están decoradas con hermosas yeserías |
El salón con chimenea está bañado por la luz natural que entra de los tres ventanales que se abren al jardín
francés. Las paredes están decoradas con delicadas yeserías del siglo XVIII donde pueden verse algunas de las escenas
de Los viajes de Ulises o lo que
parece ser un rostro femenino sobre una partitura rodeada de instrumentos musicales.
También puede verse un cuadro que recuerda a “La arboleda de Baco” pintado por Jean-Antoine Watteau.
La fachada del Château de l’Engarran que da al jardín también está bellamente decorada |
Salimos al exterior para contemplar la fachada del Château de l’Engarran que da al jardín, donde se puede observar una serie de divertidos mascarones grotescos, además de un tema recurrente en la estatuaria de jardines: las tres edades de la vida, que simbolizan el paso del tiempo. Este tema, en el Château de l’Engarran se representa mediante tres rostros femeninos en distintas etapas de la vida, de derecha a izquierda podemos ver: el rostro de una mujer joven, una adulta y otra anciana.
El rostro de la mujer adulta, bella y orgullosa, dirige su mirada hacia su futuro |
La primera joven con los ojos cerrados sostiene una cesta con frutas, son los
frutos llenos de promesas de una vida por delante y un futuro incierto. El
segundo rostro, en el centro, es una mujer adulta
que sostiene un bebé, símbolo de la fertilidad, que sujeta un ramillete de rosas.
Es también la imagen de la etiqueta del vino Sainte Cécile, AOP Languedoc, del Château de l’Engarran. El último
rostro, corresponde a una anciana con
tocado medieval, y aunque son visibles las arrugas de la edad madura, sonríe
mientras mira de reojo a sus anteriores “edades”, feliz de lo que ha vivido.
El jardín francés del Château de l’Engarran
Una pequeña terraza coronada de jarrones da paso a las escaleras del jardín |
El jardín francés del Château de
l’Engarran fue diseñado por un alumno de André
Le Nôtre, jardinero del rey Luis XIV, que diseñó los jardines del
palacio de Versalles. El jardín se extiende en 3 alturas, alternando
decoraciones en boj, con estanques y estatuas de niños, jóvenes, leones y las
figuras de Diana y Apolo. La terraza principal esta coronada
por una hilera de grandes jarrones que dan paso a un doble tramo de escaleras. Al
final del jardín puede verse una fuente
de agua con decoración de rocaille.
Henri d’Engarran: el fundador de la dinastía (siglo XVII)
Diseñado por un alumno de Le Nôtre, el jardín francés se extiende en 3 niveles |
El dominio de l’Engarran era
propiedad de los señores de Carescauses,
familia a la que perteneció el primer cónsul de Montpellier. Jean Geoffroy vendió la propiedad a Henry d’Engarran, casado con Catherine de Laroche que creará en 1632
un dominio vitivinícola de nueve hectáreas. Henry
d’Engarran era consejero en la “Cour
des Comptes”, encargado de supervisar las cuentas públicas y la gestión
financiera del Estado.
Los jarrones de piedra decorado, reflejaban el estatus y el prestigio del propietario |
Aunque Henry d’Engarran falleció en 1664, curiosamente su nombre ha perdurado
ligado a la propiedad hasta la actualidad. Posteriormente, el dominio pasó por
varias manos, incluyendo a la familia Loys,
una familia influyente y de alto estatus social de la región de Languedoc
durante los siglos XVII y XVIII, quienes
poseyeron la propiedad dentro de la misma familia durante 120 años.
Jean Vassal: el constructor (siglo XVIII)
Jean Vassal y su esposa construyeron la actual “Folie” y diseñaron su jardín a la francesa |
Sin duda, uno de los propietarios más destacados fue Jean Vassal, quien adquirió la propiedad en 1730 gracias a la
dote de su esposa. Realizó importantes reparaciones y decoraciones gracias a la
fortuna que hizo con el comercio de la sal. Vassal,
también era consejero en la “Cour des
Comptes, Aides et Finances” y era conocido por su buen gusto. Residió en l’Engarran,
casado con Suzanne de Loys de Marigny,
durante más de cincuenta años y dejó un legado significativo.
Al final del jardín, cerrando el espacio, se encuentra la fuente de agua |
Durante su gestión, se diseñó el jardín de estilo francés de
tres hectáreas, decorado con dos estanques y numerosas estatuas. También adquirió
muchas obras de arte, algunas
procedentes del Château de la Mosson demolido en 1758, para decorar la
residencia. Desgraciadamente, estos objetos no fueron bien documentados, ni inventariados,
por temor a que, durante la Revolución, considerarán a Vassal un aristócrata al que poderle cortar la cabeza. El viñedo de
l’Engarran en esa época abarcaba unas veinte hectáreas.
Laurent Quetton Saint Georges: el pionero (inicios del siglo XIX)
Una de las pinturas originales conservadas del Château de l’Engarran |
Tras la muerte de Jean Vassal
en 1794, la propiedad pasó por varias manos, una de las más “efímeras” fue la
de Laurent Quetton Saint George; un antirrevolucionario,
que encontró refugio en Inglaterra y desde allí participó en la colonización del Alto Canadá en nombre
del rey George V. A su regreso a
Francia, tras dejar las tierras vírgenes de Ontario, en 1816 adquiere el
dominio de l’Engarran y lo expande hasta alcanzar las veintisiete hectáreas. Quetton llegaría a exportar sus vinos hasta Canadá y, en sus últimas voluntades, dejó
escrito su deseo de ser enterrado en el Château de l’Engarran, donde descansa
en su capilla.
Henri Marès: el científico viticultor (finales del siglo XIX)
Las yeserías son decoraciones de la folie construida por Jean Vassal |
A finales del siglo XIX, el
Château de l’Engarran fue adquirido por Madame
Henri Marès, por doscientos diez mil francos. En la venta se incluyó el
mobiliario, pero no así los cuadros, que probablemente provenían del marqués de
Nattes, uno de sus anteriores
propietarios. Henri Marès, esposo de Madame Henri Marès y amigo de Pasteur, fue un destacado químico y
agrónomo, famoso por descubrir las propiedades del azufre contra el oídio. Los
viñedos de l’Engarran le permitieron en 1856 experimentar este tratamiento
biológico pionero y salvar los viñedos
franceses gravemente amenazados por el oídio, por el que recibiría el gran
premio de Agricultura en la Exposición Universal de 1867.
Florian y Adélys Bertrand: la quinta familia (inicios del siglo XX)
La propiedad combina elegancia histórica con una tienda y museo del vino |
Florian y Adélys Bertrand,
viticultores en Pignan, establecieron sus raíces en l’Engarran en 1924 y fueron
los primeros en vender barricas del
Château de l'Engarran en París. Ante el riesgo de perder las valiosas obras
de arte de esta hermosa folie lograron
que, en 1926, el Château de l’Engarran fuera declarado Monumento Histórico. Desde entonces, cinco generaciones de esta familia han dirigido el dominio vitivinícola,
que hoy se extiende sobre 64 hectáreas.
3 generaciones de mujeres (desde la segunda mitad del siglo XX)
La “Guide Hachette des vins” ha premiado el vino tinto Sainte Cécile, AOP Languedoc |
Francine Grill realizó el primer embotellado pionero de la región
del Languedoc en el dominio en 1978. Luego, sus hijas, Diane Losfelt y Constance,
crearon la gama actual de vinos de l’Engarran.
Estas tres generaciones de mujeres han dejado su huella en el campo de la
vinicultura. Diane Losfelt, la
enóloga del Château de l’Engarran, fue elegida Viticultora del 2021 por la “Guide
Hachette des vins”. En la actualidad, Diane trabaja en la expresión e identidad de su
terruño.
Molde de las antiguas botellas de vino del Château de l’Engarran |
El viñedo del Château de
l’Engarran se encuentra entre las prestigiosas denominaciones de origen
protegidas y las indicaciones geográficas protegidas. Desde los suelos calizos
de las AOP Languedoc hasta las
gravas distintivas de las AOP Languedoc
Grés de Montpellier y AOP Languedoc
Saint Georges d’Orques o IGP Pays
d’Oc, cada parcela de viñedo refleja la diversidad del terroir local y revela el estilo y la firma de cada botella.
Visitas y actividades en el Château de l’Engarran
Vino tinto Grenat Majeur, AOC Grés de Montpellier (garnacha, syrah y monastrell) |
En la actualidad, el Château de
l’Engarran está abierto al público, ofreciendo visitas guiadas a la antigua residencia, los jardines, y brindando la
oportunidad de explorar su pequeño museo del vino. Además, es posible realizar diferentes
catas de vinos producidos en el
Château de l’Engarran y ofreciendo a los visitantes una experiencia única que combina
historia, cultura y enología, en una folie
que no ha perdido su esencia: una residencia rodeada de vegetación, en el
centro de una finca agrícola.
Museo del vino del Château de l’Engarran
Algunos de los objetos utilizados para la vendimia y elaboración de vino |
Actualmente, una bodega abovedada
alberga un pequeño museo del vino
que presenta una modesta colección de herramientas
y maquinaria que han estado en uso en los viñedos o en la bodega del
dominio de l’Engarran desde 1885. Entre las que podemos ver utensilios de poda, herramientas de labranza, balanzas para
pesar toneles o los moldes para fabricar las botellas de vidrio.
Más información: Château de l’Engarran. Dirección: Route de Lavérune D5E, 34880 Lavérune. Teléfono: +33 467 470 002. Horario: de lunes a sábado de 10 a 13 h y de 15 a 19 h. Web: Château de l’Engarran.
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