Sensaciones de un viaje a Madagascar



Este post es la segunda prueba que propone Viatges Tuareg para participar en su concurso #MadagascarConTuareg. Consiste en describir las sensaciones que me inspira el destino, para que a través del texto, pueda valorarse la creatividad, cultura y el cuidado por los detalles de mis artículos.

Así que mi reto es daros a conocer un destino en el que no he estado, pero del que he leído algún texto y del que he visto docenas de imágenes. Al ser un relato descriptivo de sensaciones es una valoración muy personal de lo que me atrae en mis propios viajes.

Curiosidad por La Gran Isla Roja
Lo primero que despertó mi curiosidad fue el nombre de la capital de Madagascar: Antananarivo. Si conseguís memorizar el nombrecito, a lo mejor será el punto de Trivial que marque la diferencia en vuestra próxima victoria. Antananarivo, Tana a partir de ahora, se encuentra situada en el centro de la isla y ofrece la posibilidad de sumergirse en la cultura malgache (nombre con el que se conoce a los habitantes de la isla). En Tana se encuentra un Museo de etnología y varios palacios reales, pero donde hay que ir es a su concurrido Mercado de Zoma. Hay quien opina que todo lo que se cultiva o fabrica en Madagascar se puede encontrar aquí y que es el lugar ideal para comprar artesanía local. Como dato curioso, me he enterado que Tana está hermanada con Yereván, la capital de Armenia (dato friki, lo sé, pero me ha parecido curioso porque estuve el año pasado).

Madagascar tiene una superficie algo superior a la de España, se baña en aguas del Océano Índico y disfruta de distintas climatologías totalmente opuestas, mucho más acentuadas que las nuestras. Una línea invisible divide geográficamente oriente y occidente, justo de manera inversa de como lo hace el Trópico de Capricornio, y subraya esa diversidad que se percibe en los paisajes, en los rasgos de sus habitantes o en su gastronomía.

La variedad de Madagascar
La variedad del clima, monzónico en las regiones orientales y árido al suroeste, no es lo único que parece formar dos caras de una misma moneda. La tribu mayoritaria, que habita principalmente en las regiones interiores, son Los Merina y son de origen Indonesio. Mientras que la costa es territorio bantú; la esencia africana de Madagascar. Así que la variedad étnica de la población malgache es enorme. A los rasgos, costumbres e influencias indonesias y africanas hay que añadir indias, árabes y francesas. Una diversidad así, multiplica las sensaciones de un viaje por completo.

Dicen que La Gran Isla Roja recibe ese nombre por la tierra arcillosa de color rojo de sus suelos. Con ella se construyen las casas de Madagascar, un bonito adobe de color rojo que contrasta con los paisajes teñidos de verde de los arrozales. De nuevo Asia se funde en África y se impregna de platos con olor a curry, sabores picantes, arroz o mandioca.

Paisajes de esta isla africana
Pero si de algo estoy segura, es que nadie se debe perder en un viaje a Madagascar; sus paisajes. En primer lugar destacaría la más que fotografiada Avenida de los Baobabs en Morondava. Con ejemplares de 800 años de edad, no es de extrañar que los malgaches los conozcan con el nombre de Renala “Madre de la Selva”. Quedan pocos, no más de 25 árboles en un trayecto de apenas 250 metros, es la triste huella de un frondoso bosque que el hombre ha destruido; una pena.

Los Bosques lluviosos de Atsinanana albergan una biodiversidad excepcional, dicen que el 80% de la flora de Madagascar es endémica, es decir, que sólo se encuentra aquí. Al igual que los lemures; uno de los animales más representativos del país y del que se encuentran 28 tipos distintos. Desde el simpático aye aye, hasta el más grande de todos ellos conocido con el nombre de indri.

Y por último, sólo me queda sugerir, una visita aérea por los Bosques de agujas pétreas. Declarada en 1990 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Reserva Natural de Tsingy de Bemaraha luce unas punzantes formaciones de roca caliza de color oscuro que contrastan con los bosques de color verde y el azul de sus lagos y manglares. La zona es tan sumamente afilada que no es posible adentrarse sin salir con un corte, dicen que Tsingy en malgache quiere decir “lugar donde no se puede caminar descalzo”. Aix... el humor malgache ¡qué gracioso!

3 comentarios:

Unknown dijo...

Una isla llena de posibilidades con una capital que efectivamente tiene un nombre inpronunciable :)

Muchas gracias por tu participación en el concurso #MadagascarconTuareg y ¡Suerte!!

Àlex Póo dijo...

Suerte con esta y las pruebas que estén por llegar?

Planeta Dunia dijo...

Muchas gracias Viatges Tuareg y Àlex Póo por los ánimos y las buenas vibraciones. Hoy se darán a conocer a las 8 bloggers que pasan esta prueba
¡Qué emoción!

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