Parque de la Naturaleza de Cabárceno
A 15 km de Santander se
encuentra desde hace 25 años el Parque de la Naturaleza de
Cabárceno; un lugar que quiere alejarse por completo de lo que
entendemos por zoológico y que tampoco pretende ser sólo un simple
parque.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
La idea principal es
mantener a los animales en espacios abiertos naturales, con la
libertad suficiente para que el hombre sólo tenga que
intervenir para darles de comer, para controlar el estado de salud de
las especies o en caso de trabajos de investigación para la
conservación de las especies. Para ello, se dispone de 750 hectáreas
de terreno de una antigua explotación minera (había planes
para que acabara siendo un vertedero, así que es una suerte que se
cambiara de idea). Aquí, crecen árboles y flora entre un paisaje
erosionado de color rojizo y una alfombra verde que lo cubre todo, es
la belleza del norte.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Una de las primeras
sensaciones que se tienen cuando se entra en este lugar es de aire,
luz y espacio. Visitarlo en un día soleado de otoño me dio la
oportunidad de disfrutar de la naturaleza en todos los sentidos. Mi
visita fue toda una experiencia sensorial y está disponible
para el público en general, aunque parezca que nos trataran de una
manera diferente, vivimos en primera persona la visita que cualquiera
puede comprar y vivir. Sólo se realiza una vez al día y en grupos
de 4 personas (hay que reservar previamente), así que la
complicación radica en encontrar días disponibles. Lo que voy a
describir es la llamada “Visita Salvaje” que consiste en
recorrer junto a un cuidador del parque, distintos recintos y
enseñarte las características y peculiaridades de cada uno de los
animales a los que nos acercaremos.
Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Recorrido de la Visita Salvaje
El recorrido está
supeditado a las horas que se da de comer a los animales y al
horario en el que algunos realizan demostraciones o ejercicios. Se
trata de que el visitante se adapte al ritmo de ellos y que repercuta
lo menos posible en su bienestar.
Tocando elefantes en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Fernando, nuestro
guía acompañante, nos explica que los ejercicios que se realizan
con algunos de los animales es simplemente para que en la medida de
lo posible, el animal pueda acostumbrarse a la presencia de los
humanos y que el veterinario pueda acercarse para extraer una muestra
de sangre para los controles rutinarios o para hacer alguna cura.
Gracias a esa rutina diaria se han podido salvar ejemplares que de
otra manera hubieran fallecido. Los animales salvajes no pierden el
instinto, así que atento a las indicaciones y a las señales.
Elefantes del Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Después de darte la
bienvenida, el primer contacto cercano con los animales es en el
espacio donde viven los Elefantes africanos y que comparten
con los búfalos de agua y los Cobos lichi (un antílope
africano). Ahora mismo Cabárceno tiene 14 ejemplares de elefante
africano y una cría nacida hace muy pocas semanas. Seguramente os
sonará aquello de “tener memoria de elefante” pues bien, no es
una expresión fortuita, según nos cuenta Fernando, uno de
los machos adultos, Jums de 39 años, vino de Inglaterra y se
encontró en el parque con uno de sus hijos al que enseguida
reconoció. Esa “familiaridad” ha evitado una lucha “masculina”
por las hembras y están la mar de tranquilos con su lago de 8
metros de profundidad (algo impensable de tener en un zoológico). El
mayor mamífero terrestre vive en una sociedad donde mandan las
hembras y en Cabárceno no es distinto, en la manada del parque la
que manda es la “abuela” y si no ve claro que las crías puedan
sobrevivir, son rechazadas por todo el grupo. Es el caso de Cristina
y Brisa unas “adolescentes elefantas” a las que nos
acercamos a darles de comer manzanas, cuando acaban con sus
ejercicios, sobrevivieron del rechazo e incluso de la agresión de su
familia y poco a poco han sido reintroducidas en la manada.
Rinocerontes del Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Seguimos camino hasta el
lugar donde están los Rinocerontes, aunque veas ante ti un
animal pesado y enorme, ten en cuenta que es capaz de alcanzar los 50
km por hora, no se te ocurra saltar la valla para ir a saludarle que
no le gustará ni un pelo. Gracias al ejercicio de acostumbrarlos a
entrar en un recinto fuertemente enrejado cada día, han podido
salvar a algún ejemplar de heridas importantes. Es la única manera
en la que el veterinario se puede acercar y nosotros ¡también!.
Tener a un rinoceronte blanco de 3000 kilos delante
impresiona, no os voy a engañar, aunque entre tu cuerpo y su
cornamenta haya un barrote de 20 centímetros de diámetro. Sus
cuidadores dicen que Sagán está tranquilo (mi subconsciente
entiende que se llama Sadam, ¡fíjate qué cosas! los del
parque me corrigen a tiempo). Aunque Sagán se mueve de forma
nerviosa, hacia delante y hacia atrás, nos dicen que eso no es nada,
en sus días malos puede llegar a saltar y cornear dentro de ese
espacio preparado para atenderlo (no me gustaría verlo enfadado).
Una vez observado que no me puede aplastar la mano tuiteadora con su
cuerpazo, le toco el lomo de piel rugosa y noto que está calentita.
Unos minutos después es liberado y campa a sus anchas con los demás
individuos de su clan (hay 5 en total) en una pradera bien cortada
por este herbívoro.
Osos del Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
A continuación nos
introducen en el recinto de los Osos pardos (hoy vamos a tope
con las “emociones fuertes”), aunque por supuesto no está
permitido bajar del coche. Llevamos además un coche con personal
armado por si hubiera que actuar. Pero tranquilo, dicen que no han
tenido que disparar a ningún oso para salvar a un visitante (vale, a
mí tampoco me tranquiliza ese dato en exceso). Sigo con el post: vas
a ver muchos osos en Cabárceno, en la actualidad se calcula que hay
unos 70 ejemplares que viven en un espacio de 35 hectáreas, algunos
en esta época ya están invernando, otros, se lanzan a devorar su
comida mientras nosotros no dejamos de hacerles fotos a través de la
ventanilla. Primero se comen el pollo y luego el pan que por algo son
carnívoros y los más grandes de la Península Ibérica. En
Cabárceno no se da alimento vivo, todo está matado y bien muerto
(otra cosa es que se te ocurra entrar con tu mascota al parque y no
te asegures donde se mete, aix...). Tras subir por uno de los caminos
del recinto y cruzar los dedos para que el coche no se quede tirado,
salimos entre aliviados y con ganas de achuchar osos (sí, lo sé, no
tengo remedio).
Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
A continuación llegamos
hasta el Mirador del Lago Sexta donde se encuentran los
hipopótamos; dicen que es el mejor recinto de hipopótamos
del mundo, gracias a la profundidad de su lago. Desde aquí se puede
contemplar lo grande que es este lugar, las formaciones kársticas
producidas por la extracción del hierro y el futuro teleférico
que tiene previsto abrir en marzo y que proporcionará una vista
aérea por El Desfiladero, La Trinchera y los distintos recintos
donde se encuentran los osos, wallabys (parecidos a los
canguros, pero de menor tamaño), leones, linces,
bisontes, facóceros (el personaje llamado Pumba
de El Rey León), addax (otro tipo de antílope) camellos,
watusis (bóvido africano con una enorme cornamenta),
elefantes e hipopótamos.
Cérvidos del Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
La Fauna Ibérica también
está representada en un recinto de Cabárceno, donde conviven
hermosos ejemplares de ciervos (en septiembre tiene lugar “la
berrea”, sonido gutural emitido por los machos en la época de
apareamiento, el celo es muy malo, aunque éste concretamente, sirve
de reclamo turístico) y 350 gamos (en octubre tiene lugar “la
ronca”, sonido que emiten en la época de apareamiento los machos
para atraer a las hembras, sí en plural son “polígamos”, menudo
chiste). Quien campa a sus anchas es un buen número de pícaros
monos de Gibraltar, por sus travesuras, descaro y
reconozcámoslo, la inconsciencia de algunos visitantes que les daban
de comer cualquier cosa, han tenido que prohibir en esta zona que se
baje de los coches. Con nosotros hacen una excepción y nos permiten
darles manzanas a estos simios salvajes, bajo la atenta mirada de
nuestro guía. Al lado de este recinto se encuentra el de la vaca
tudanca, la raza bovina autóctona de Cantabria y más allá, a
lo lejos, se divisan unos simpáticos asnos somalíes.
Gorila del Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Nos acercamos hasta el
recinto de los Gorilas, uno de los pocos espacios
aparentemente cerrados que tienen en el parque. El lugar no es muy
distinto al que se puede ver en un zoológico normal, un enorme
cristal facilita la contemplación de los animales en un recinto
semicerrado. También encontramos una interesante exposición con
imágenes y audios referentes a estos herbívoros y algunas
referencias al trabajo de Dian Fossey quien estudió
profundamente a esta especie. Es fácil, con los movimientos
juguetones de Moya y Embubu, entre cuerdas y
plataformas, trasladarte con la imaginación a las escenas de
“Gorilas en la niebla”, película protagonizada por Sigourney
Weaver. A los gorilas parece gustarles este sitio; juegan, se
esconden, se balancean (tienen una capacidad cognitiva de un niño de
6 años) y enamoran a simple vista. Mientras el macho dominante
se pasea controlando la escena y haciendo algo de ruido. Hay una
puerta abierta para salir del recinto, pero no parecen muy
interesados en investigar el espacio exterior.
Guepardos del Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
El Parque de la
Naturaleza de Cabárceno tiene 20 kilómetros de itinerarios para
coche, así como sendas donde se puede ir a pie un rato, ya verás
como un sólo día se te hace corto. Dejamos a un pequeño gorila
jugando a esconderse dentro de un saco y nos vamos casi a la otra
punta del parque donde se encuentran los 5 guepardos de
Cabárceno (la última especie que a llegado al parque) y a los que
vemos desde un pequeño mirador estirados tan tranquilos. Nuestra
próxima parada para dar de comer es donde se encuentran las Cebras
Grevy, aunque es la cebra más domesticable, ninguna de ellas se
deja tocar mientras le doy de comer.
Si puedes acércate hasta
el Mirador del Rubí, es la parte más alta del parque, y
desde aquí, se obtiene una magnífica vista de la Bahía de
Santander.
Tocando un búho en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno |
Seguimos hasta la
Exhibición de aves rapaces (hay que consultar el horario si
vas por tu cuenta) donde Carlos y Aurora nos muestran
las técnicas de vuelo del águila escudada. Además en la
demostración, que se realiza diariamente, también se puede aprender
sus técnicas de caza. De hecho, ha habido hasta una pedida de mano
¡lo que tiene que hacer un bicho por un pedazo de carne! (chiste).
El contacto con las aves rapaces fue uno de los puntos álgidos de mi
visita a Cabárceno. La sensación de poder sostener en el brazo a un
ejemplar de águila americana, una hembra de búho
siberiano y poder tocarla o sentir desplegar las alas de un
halcón peregrino es de esas experiencias insólitas que
graban un profundo recuerdo en mi mente. También se pueden
contemplar a escasos metros de distancia, aunque no sea la hora de
exhibición, a otros ejemplares de aves rapaces como un buitre
negro, milanos o pigardos.
Llega la hora de comer en
el Restaurante Los Osos, un enorme ventanal en el comedor
permite la contemplación de la “Sabana cántabra” y de sus
jirafas y avestruces (después les iremos a dar de comer). El
almuerzo va incluido en el precio de la Visita Salvaje y se
compone de un primer plato, segundo y postre a elegir, más bebida y
pan. Los que visitan el parque con su propio coche tienen la opción
de degustar este menú por 17 € o de disfrutar de todas las
opciones de restauración que ofrece Cabárceno: Menú diario, carta,
bocadillos, Self Service, la cafetería, o incluso, puedes traerte la
comida de casa y aprovechar las diferentes zonas de picnic
distribuidas y señalizadas en el parque.
Deba te dará un beso si realizas la Visita Salvaje |
Finalizado el ágape nos
dirigimos al recinto donde se está preparando Deba, un león
marino que dentro de un rato ofrecerá una demostración junto a sus
compañeros Eco, Babilonia, Lucas, Nansa
y Pas como embajadores del ecosistema marino. No les gusta oír
decir que son focas, así que cuidado que no te oigan. Con Deba
tan cerca, aprovechamos para hacerle mimos y ella se acerca a darnos
un beso en la mejilla mientras la abrazamos, una imagen tremendamente
tierna. Nos despide saludando mientras su cuidadora la prepara para
la función y le da algún que otro pescado. ¡Es de lo más
achuchable!
Miguel Ángel Revilla dando de comer a las jirafas en Cabárceno |
Finalmente, frente al
recinto de los osos, nos encontramos con las jirafas,
avestruces, elands (el antílope más grande del
mundo), ñus azules y antílopes sable. Cuando los
animales nos ven acercarnos con el saco de zanahorias la mayoría se
ponen en alerta. Las 3 jirafas macho se acercan con esa elegancia,
entre apacible y con prisa, que las hace protagonistas de la escena.
Los tres ejemplares se llevan estupendamente porque no hay ninguna
hembra en el rebaño, así que van devorando zanahoria tras zanahoria
mientras yo contemplo de cerca sus enormes cabezotas y descubro que
tienen un olor especial entre dulce y fruta muy madura. Cuando se
acaba la comida se alejan con la misma elegancia y con una parte del
cariño de Planeta Dunia. Me ha gustado especialmente verlas tan
cerca y me llevo un grato recuerdo de este momento y de la imagen de
esa libertad que las mantiene con vida.
El Parque de la
Naturaleza de Cabárceno es miembro de varias asociaciones para el
cuidado, la investigación y la protección de los animales salvajes.
El ser humano no ha encontrado otra manera de proteger la vida animal
que este tipo de lugares donde al menos pueden vivir en semilibertad.
Esta visita no hubiera
sido posible sin la compañía aérea Vueling y la
Oficina de Turismo de Cantabria que me invitaron a un fin de semana en Santander para escribir en el blog de Vueling sobre este lugar. Todo el material subido
durante mi visita puede consultarse en redes sociales con el hashtag
#NosVemosEnCantabria
Más información: Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Dirección: 39690 Obregón, Cantabria. Teléfono: 902 210 112.
Tarifas Temporada Alta: La entrada normal de un día completo en
Cabárceno cuesta 25 €. La entrada infantil (de 6 a 12 años)
cuesta 15 €. Los niños acceden gratuitamente hasta los 5 años
acompañados de un adulto. Existen pases anuales individuales
y para toda la familia, así como descuentos en temporada baja. El
precio de la Visita Salvaje para 4 personas es de 400 €
(incluye almuerzo en uno de los restaurantes del parque, guía
acompañante y vehículo). Se puede adquirir las entradas online.
Duración de la Visita Salvaje: de 10 a 17 h. Horario del parque: Del
1 de noviembre al 28 de febrero: laborables de 10 a 17 h. Fines de
semana y festivos de 10 a 18 h. Del 1 de marzo al 30 de junio y del 1
de septiembre al 31 de octubre: diariamente de 9:30 a 18 h. Del 1 de
julio al 31 de agosto y durante Semana Santa: diariamente de 9:30 a
19 h. Web: Parque de la Naturaleza de Cabárceno.
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