Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg: el edificio Art Déco más grande del mundo

Vista lateral de la Basílica de Koekelberg, destacando su imponente volumen
En el corazón de Bruselas, dominando el skyline desde el Parc Elisabeth, se alza majestuosa la Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg, considerada el edificio Art Déco más grande del mundo y la quinta iglesia más grande del planeta detrás de la Basílica de San Pedro en Roma, la Basílica de Yamoussoukro en Costa de Marfil, San Pablo en Londres y Santa María del Fiore en Florencia. Su imponente silueta, visible desde varios puntos de la ciudad, encarna la visión de grandeza y espiritualidad impulsada por el rey Leopoldo II a principios del siglo XX.

Un proyecto de ambición real


Proyectos neogóticos para la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg

Inspirado por la Basílica del Sacré-Cœur de Montmartre en París, el rey Leopoldo II concibió la idea de erigir un "Monte de la Misericordia" en Bruselas. Su deseo de dotar a la capital belga de un edificio religioso monumental se materializó en la elección del Plateau de Koekelberg como emplazamiento. En 1905, el día del 75º aniversario de la Independencia de Bélgica, se colocó la primera piedra, bajo los planos neogóticos del arquitecto Pierre Langerock (1859-1923), pero la falta de financiación, la muerte del monarca en 1909 y el estallido de la Primera Guerra Mundial paralizaron el proyecto.

La Revolución del Art Déco


La Exposición de Artes Decorativas de París de 1925 dio origen al nombre del nuevo estilo: Art Déco

En 1921, el arquitecto gantés Albert Van Huffel (1877-1935) recibió el encargo de crear un nuevo diseño que resultara más económico y moderno. Su propuesta de una basílica monumental de hormigón armado, con una estética Art Déco inédita para un edificio religioso, fue premiada con el Gran Premio de Arquitectura en la Exposición de Artes Decorativas de París en 1925. Este evento fue crucial en la popularización del término "Art Déco"

Capilla de la Reina de la Paz. Altar de María

La construcción de la Basílica de Koekelberg fue una obra compleja y prolongada, llena de desafíos, marcada por la interrupción a causa de las dos guerras mundiales. Albert Van Huffel, arquitecto principal, falleció en 1935, dejando unos 2.500 dibujos, que sirvieron de guía a su colaborador, el arquitecto-ingeniero Paul Rome (1896-1989). Este último continuó el proyecto, respetando la visión original, hasta la finalización definitiva en 1970, combinando innovación estructural con un diseño sobrio y elegante.

El exterior monumental de Koekelberg


Escultura de San Lucas, obra de Harry Elstrøm

El exterior presenta una fachada de ladrillo flanqueada por dos torres poligonales coronadas por cúpulas. La entrada monumental de tres puertas, está precedida por un pórtico semicircular de piedra decorado con esculturas de los cuatro evangelistas del escultor Harry Elstrøm (1906-1993) realizadas entre 1954 y 1963, y un Agnus Dei o Cordero Místico (que debía ir acompañado de un Cristo en Majestad, pero nunca se realizó).

El diseño exterior conserva la monumentalidad que Huffel imaginó

Algunas de las decoraciones previstas por Van Huffel, como los relieves entre los evangelistas y los mosaicos previstos para la fachada, nunca llegaron a realizarse, en parte por falta de fondos y por las sucesivas interrupciones de las obras. El gran balcón sobre la entrada principal se concibió para celebraciones litúrgicas al aire libre. Está coronado por un gran ventanal dividido en siete ventanas verticales, decoradas con vidrieras, que se inscriben en un imponente arco de medio punto, creando un efecto de ligereza y verticalidad típico del lenguaje Art Déco.

La cúpula es de hormigón armado recubierto de cobre

La gran cúpula de cobre es uno de los elementos más distintivos de la Basílica de Koekelberg, se apoya en una estructura de hormigón independiente gracias a los innovadores pilotes Franki, un sistema de cimentación profunda desarrollado en Bélgica a principios del siglo XX, que permitió estabilizar el terreno arcilloso y sostener el peso colosal de la basílica sin recurrir a los tradicionales contrafuertes.

Las dos torres enmarcan el acceso principal a la Basílica de Koekelberg

La cúpula, de 33 metros de diámetro y recubierta de cobre, se eleva hasta los 89 metros de altura y está flanqueada por torres poligonales que contienen cinco campanas. Todo el conjunto exterior exhibe los rasgos esenciales del Art Déco: geometría depurada, nervaduras acentuadas, líneas dentadas y volúmenes sobrios pero grandiosos, en una perfecta síntesis de funcionalidad y belleza monumental.

Un calvario de bronce en la explanada


El calvario de Koekelberg está dedicado a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial

En la parte trasera de la basílica, frente al ábside, se alza un calvario monumental realizado en bronce en 1947 por el escultor George Minne (1866-1941), con una cruz en hormigón armado. Esta obra al aire libre, sobria y expresiva, refuerza la espiritualidad del conjunto arquitectónico y ofrece un lugar de contemplación que prolonga simbólicamente el espacio sacro más allá de los muros del edificio.

Un icono de la arquitectura y la fe

Vista de la nave central desde la primera galería situada a 10 metros de altura

La Basílica de Koekelberg es un gigantesco edificio de planta en cruz latina, concebido para albergar hasta 4.000 fieles. El altar principal se sitúa estratégicamente bajo la imponente cúpula de 52,8 metros de altura, lo que permite una visibilidad total desde cualquier punto del interior. La basílica está diseñada como un "acordeón" litúrgico: sus diferentes espacios (nave, transepto y ábside) pueden utilizarse de forma independiente o conjunta.

Pasillo lateral de la basílica, donde la luz y el ritmo arquitectónico crean una atmósfera solemne

El uso innovador de terracota esmaltada de tono amarillo ocre en su interior crea una atmósfera cálida y luminosa. Estos bloques no solo decoran, sino que refuerzan la estructura de hormigón armado, ya que el ladrillo y la terracota sirven como encofrado permanente para la argamasa. Las esculturas, minimalistas y expresionistas, fueron creadas por artistas como George Minne y Harry Elstrøm, quienes integraron las obras en la arquitectura, siguiendo la visión de Van Huffel.

El ábside: primer espacio consagrado de la basílica


El altar mayor original está situado en el ábside, bajo el ventanal de la Eucaristía

Las obras del ábside comenzaron en 1930 y esta fue la primera parte del edificio en ser completada y abierta al culto en 1935. Concebido para funcionar como iglesia parroquial independiente dentro del gigantesco conjunto, el ábside alberga el altar del Santísimo Sacramento, elaborado en un solo bloque de ónice de Argelia de cinco toneladas sobre un pedestal de mármol negro. El retablo en mármol de los Pirineos sostiene la imponente escultura del Sagrado Corazón en bronce, obra de George Minne.

El altar del ábside está presidido por una escultura del Sagrado Corazón

La delicadeza de estos materiales nobles, combinados con el diseño sobrio de Van Huffel, confiere al ábside una belleza serena y elegante, reflejo de la espiritualidad moderna que guiaba el proyecto. Además de su uso litúrgico, este espacio destaca por ser el primer gran logro tangible tras décadas de proyectos inacabados y simboliza la perseverancia de la comunidad en sacar adelante la construcción.

Un tesoro de vitrales y arte religioso


Vidriera de 1956 con El Juicio Final y la Adoración del Cordero Místico

La Basílica de Koekelberg alberga un conjunto excepcional de vidrieras realizadas a lo largo de varias décadas por destacados artistas belgas. Sobre la entrada principal, los grandes vitrales de 1956 ilustran El Juicio Final y la Adoración del Cordero Místico, obra de Anto Carte (1886-1954), Jacques Maes (1905-1968) y Frans Crickx (1927-1967). En el ábside, las vidrieras evocan la Eucaristía, creadas por Jean Slagmuylder (1901-1968) y Margot Weemaes (1909-1993) entre 1949 y 1956. 

Vidriera de 1956 de Jean Slagmuylder que representa la Última Cena

En la gran nave central de 164 metros de largo se despliega la vida de Jesús en escenas vívidas y coloridas, también realizadas por Anto Carte, Maes y Crickx entre 1952 y 1954. Las vidrieras del triforio están dedicadas a los santos y a los grandes fundadores de las órdenes religiosas. Fueron realizadas por Louis-Charles Crespin, Michele Hizette y Florent-Prosper Colpaert entre 1954 y 1959. Por su parte, en las galerías superiores situadas a 10 metros de altura, Jan Huet ilustró las ocho Bienaventuranzas entre 1957 y 1962.

Los vitrales instalados a lo largo de varias décadas son obra de diversos artistas belgas

Mientras que en el transepto se encuentra el vitral con la imagen del rey Balduino y la reina Fabiola, obra de Pierre Majerus de 1995. Las vidrieras más recientes fueron creadas en 2016 por el artista coreano Kim en Joong, que introdujo una visión mística contemporánea mediante la abstracción y el uso simbólico de la luz. Este mosaico de estilos y temáticas hace de los vitrales de Koekelberg un conjunto único en Bélgica, reflejando la evolución artística y espiritual de la iconografía cristiana contemporánea.

Confesionarios integrados en los muros, ejemplo de funcionalidad y estilo en la arquitectura Art Déco

El mobiliario litúrgico, diseñado en su mayoría por Van Huffel y su sucesor Paul Rome, mantiene una coherencia estilística destacable que respeta las líneas sobrias y geométricas del Art Déco. Van Huffel concibió personalmente los altares, los candelabros, los bancos, los confesionarios—que se integran en los propios muros—, la sacristía y las grandes pilas de agua bendita.

El corazón litúrgico de la basílica


El altar actual, ubicado en el centro del crucero

Bajo la imponente cúpula de la Basílica de Koekelberg se encuentra el altar principal, coronado por un magnífico ciborio de terracota diseñado siguiendo el estilo Art Déco de la basílica. Esta estructura monumental está rematada por cuatro ángeles arrodillados y un Calvario en bronce, obra del escultor Harry Elstrøm, creada entre 1950 y 1951, que aporta un notable valor artístico y espiritual al conjunto.

Coronando el ciborio de terracota, puede verse el calvario de bronce de Harry Elstrøm

El altar situado bajo este ciborio fue diseñado por Paul Rome en mármol blanco italiano y destaca por su extrema sobriedad, reflejando la depuración formal que caracteriza el mobiliario de la basílica. Rome fue también el autor del asiento episcopal o cátedra reservada al obispo, realizado en el mismo mármol y revestido de cuero blanco, así como de los altares de las diez capillas radiales (dedicadas a las nueve provincias y el antiguo Congo Belga) y las pilas bautismales situadas a ambos lados del nártex, bajo la torre sur.

Crucifijo Art Déco sobre altar, ejemplo del arte sacro moderno que unifica todo el mobiliario

La basílica también conserva un tesoro único en Bélgica: todas sus piezas de orfebrería y arte sacro datan del siglo XX y fueron realizadas en su mayoría por talleres belgas, siguiendo el espíritu modernista de la época. Gracias a esta coherencia, todo el mobiliario de la Basílica de Koekelberg presenta una apariencia homogénea y armoniosa que refuerza la coherencia arquitectónica y decorativa de la basílica.

La monumental escalera de terracota


A ambos lados del crucero veremos una monumental escalera de terracota

Otro de los elementos sorprendentes del interior de la Basílica de Koekelberg es la monumental escalera de terracota situada a ambos lados del crucero de 107 metros de ancho. Su construcción en este material, tan característico de la basílica, no solo garantiza solidez y coherencia estética, sino que aporta una calidez cromática única a los espacios de transición dentro del edificio. Las líneas geométricas y depuradas de estas escaleras reflejan fielmente la elegancia sobria del Art Déco.

Un mirador privilegiado sobre Bruselas


Terraza panorámica de Koekelberg, con vistas espectaculares de Bruselas y el Brabante

Hoy, la Basílica de Koekelberg no solo es un lugar de culto, sino también un espacio cultural vivo, con museos, exposiciones y eventos. Desde su terraza panorámica, accesible en ascensor, los visitantes pueden disfrutar de una vista inigualable de Bruselas. A 52,80 metros de altitud, justo bajo la gran cúpula, una galería exterior permite contemplar el skyline de Bruselas. Este mirador, accesible mediante un ascensor de cristal instalado en la torre norte, incluye además la posibilidad de recorrer los dos museos que alberga la basílica.

Museos de la Basílica de Koekelberg


El Atomium visto desde la terraza panorámica de la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg

Los visitantes que acceden al mirador también tienen la posibilidad de recorrer los dos museos que alberga la basílica. En la primera planta, el Musée des Soeurs Noires (abierto solo los miércoles del 1 de abril al 31 de octubre, de 14 a 16 h), expone la historia de las religiosas que acompañaron la vida parroquial en Koekelberg. En la tercera planta, el Musée d’Art Religieux Moderne (MARM) propone un diálogo entre espiritualidad y arte contemporáneo, aunque también con un horario bastante restringido.

Una nueva mirada a lo sagrado


Pila de agua bendita de terracota, ejemplo de diseño Art Déco integrado en la arquitectura sacra

Visitar la Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg es una invitación a adentrarse en un templo religioso con ojos nuevos. Acostumbrados a las catedrales góticas, renacentistas o a las iglesias barrocas y románicas que pueblan Europa, encontrarse con una basílica construida en pleno siglo XX ofrece una experiencia singular. Es una oportunidad única para redescubrir, desde una estética moderna, los elementos más habituales de un templo cristiano: los confesionarios, las pilas de agua bendita, las imágenes de vírgenes o las propias vidrieras, que aquí muestran rostros y escenas diferentes, inspirados en un lenguaje artístico propio del siglo XX.

Impresionante vista interior de la cúpula, ejemplo de monumentalidad y geometría del estilo Art Déco

Además, la Basílica de Koekelberg conserva intacta su concepción artística original, a diferencia de tantos templos religiosos europeos que han sido objeto de guerras de religión, saqueos, reformas iconoclastas o destrucciones masivas. La arquitectura y el arte sacro de Koekelberg permiten mirar con otros ojos lo que tantas veces hemos visto, despertando la capacidad de asombro incluso en los detalles más cotidianos. Entrar en este espacio es aceptar mirar lo sagrado desde otro ángulo, más contemporáneo, más abstracto, pero igualmente conmovedor.

Más información: Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg. Dirección: 1 Parvis de la Basilique, 1083 Bruselas. Teléfono: + 32 (0)2 421 16 60. Horario de la iglesia: Diariamente de 8 a 18 h en verano y de 8 a 17 h en invierno. Entrada a la iglesia: gratuita. Acceso a la terraza panorámica: 8 €. Cuenta con aparcamiento gratuito. Transporte público: Metro 2 o 6: parada Simonis/Elisabeth. Tranvía 9: parada Heilig Hartcollege/Collège du Sacré Coeur. Autobús 53: parada Bossaert-Basilique. Web: Basílica Nacional del Sagrado Corazón de Koekelberg

Toda la información generada en redes sociales durante mi viaje a Bruselas, puede consultarse a través de los hashtags #visitbrussels y #PDBruselas

Si te interesa el estilo Art Déco, no te pierdas la Villa Empain: una mansión Art Déco en Bruselas. Esta elegante residencia construida en los años 30 alberga hoy exposiciones de arte contemporáneo y es un magnífico ejemplo de arquitectura decorativa del mismo periodo que la Basílica de Koekelberg.

No hay comentarios:

Los viajes más populares