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Laberinto de calles en Sangha
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La distribución de las aldeas Dogón es un universo único donde se mezclan magia y tradición. Nos encontramos en Malí, más concretamente en la región de Mopti, al borde de la espectacular Falla de Bandiagara. Por las calles desiertas de la pequeña población de Sangha se puede oler la tierra de África, toda la aldea permanece en silencio, detenida en el tiempo.
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Sangha se extiende en el interior de un recinto construido en adobe
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Alejado del centro de la población, se encuentra un edificio donde viven las mujeres Dogón los días que tienen la menstruación, allí permanecen hasta que son purificadas con un aceite que extraen de una uva salvaje. El día que van a salir, antes de volver a su propia casa,
se fabrica el aceite y se unta a las mujeres que han permanecido alejadas de la sociedad hasta volver a ser "puras".
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La Toguna es el lugar de reunión más importante del pueblo Dogón
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Por calles estrechas donde el color de las casas se funde con el color del suelo, se llega al edificio más importante de la aldea Dogón: la toguna o Casa de la Palabra. La construcción está sostenida por ocho pilares de madera laboriosamente labrados, soportando un grueso tejado de ocho hiladas de paja y tallos de mijo secos, en referencia a los ocho ancestros primitivos
. En la toguna es donde los ancianos se reúnen durante largas horas para tratar los problemas de la comunidad, el espacio interior es sorprendentemente bajo, para impedir que al estallar una discusión, nadie pueda levantarse para imponer físicamente su criterio.
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Deambular por Sangha te lleva a descubrir bellos rincones
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La irregular plaza, donde se encuentra la toguna de Sangha, está reservada para celebraciones y ceremonias rituales y no puede ser pisada habitualmente sin permiso expreso del hogón. La mayoría de los edificios en el País Dogón son sagrados y no pueden ser fotografiados.
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La Casa de Gutemele es la casa más famosa de Sangha
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La casa más famosa de Sangha es la casa de Gutemele, el cazador protagonista del libro “El Dios del Agua”escrito por el antropólogo francés Marcel Griaule. La casa como todas las de Sangha está construida en adobe, en los huecos que adornan la fachada se guardan plantas y raíces para utilizar en caso de enfermedad. Un ejemplo de la sabiduría ancestral de los Dogón y técnicas médicas ancladas en el pasado lejano para nuestra civilización y muy actual para esta etnia africana.
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Los Dogón crean espléndidas obras de arte en madera
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Muy cerca de la casa de Gutemele se encuentra la Casa del Hogón y la Casa del Fetiche. El hogón es el líder espiritual de la tribu del pueblo Dogón, vive solo y únicamente sale de su casa en caso de necesidad. Suele elegirse de entre los más ancianos de cada aldea y aunque reciba la visita de una mujer Dógon, ésta pasará la noche fuera de la Casa del Hogón. Un montículo de piedras junto a la casa señala la cantidad de “hogones” que han habitado en Sangha.
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La espectacular Falla de Bandiagara fue el lugar de origen de los Dogón
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En nuestro viaje por el País Dogón, esperamos a que el sol disminuya para empezar nuestra ruta senderista. Hacia las 16 h. empezamos la caminata de 3 Km. por la Falla de Bandiagara, salimos de la pequeña aldea de Bongo. Tras pasar un túnel natural que parece una cueva donde el olor a estiércol de murciélago es bastante fuerte iniciamos el trekking por el País Dogón. Llegamos a la cima de la Falla de Bandiagara donde contemplamos una impresionante panorámica que nos regala la vista y nos anima a continuar. Ante nosotros se extiende sobre un manto rojizo de rocas y tierra, pequeños campos de cultivo y baobabs que salpican la tierra de motas verdes, más allá de esta alfombra vegetal, divisamos la aldea de Banani donde pasaremos la noche.
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Casa Dogón de Miquel Barceló
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El descenso por la Falla de Bandiagara resulta fácil y está plagado de momentos pintorescos; nuestro guía se encarga de ello. Encuentra plantas con nombre indescifrable que nos enseña con entusiasmo, allá encuentra un fruto comestible para saborear, a lo lejos vemos a los Dogón que vuelven del trabajo y les toca ascender la Falla de Bandiagara. Por el camino tropezamos con la casa de Miquel Barceló, está en un lugar idílico del País Dogón. Desde este lugar se contempla el valle más bonito de África, está salpicado de pinceladas verdes y rojas, pero también destaca por la impresionante
pared de la Falla de Bandiagara. P
lagada de graneros de techo cónico de paja donde mujeres y hombres Dogón por separado guardan sus cereales y pertenencias, junto a casas de barro inmaculado.
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Los Acantilados de Bandiagara fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1989 |
Llegamos al atardecer a Banani donde pasaremos la noche. C
uando el cielo se tiñe de hermosos tonos anaranjados y lilas, y las nubes se ciernen sobre la Falla de Bandiagara nos damos cuenta que nos encontrarnos en uno de esos Patrimonio de la Humanidad únicos y frágiles que muy pocos han llegado a pisar. Es al atardecer, mecidos por el rítmico sonido de los grandes morteros de madera que utilizan las mujeres para moler el mijo que se puede saborear parte de la magia de África. A medida que van apareciendo las primeras estrellas de la noche y la oscuridad se cierne sobre la aldea Dogón es cuando nos sentimos más mimetizadas en África.