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Un día en Canet-en-Roussillon: navegando entre vida marina, gastronomía y cabañas de pescadores

Mesoheros festae, una joya acuática en el Aquarium Oniria de Canet-en-Roussillon
Canet‑en‑Roussillon es una ciudad marítima con nueve kilómetros de playas de arena fina y es un destino ideal para una escapada de un día desde Cataluña. Hoy se presenta como un destino que combina tradición marinera con un puerto deportivo con 1.300 amarres y un centro náutico de referencia internacional. Canet, con su encanto mediterráneo, ofrece historia, naturaleza, gastronomía y experiencias únicas como navegar en catamarán, el Aquarium Oniria, un tradicional poblado de pescadores y una deliciosa gastronomía frente al mar.

Paseo por el mar con el Catamarán Navivoile


El Catamarán Navivoile en el puerto de Canet-en-Roussillon

Embarcar desde Canet-en-Roussillon a bordo del Navivoile es dejarse llevar por el viento en una experiencia marítima única. Este maxi catamarán ecológico, de 24,7 m de eslora y 220 m² de espacio en cubierta, ha sido diseñado para navegar de forma respetuosa con el medio marino. Su etiqueta High Quality Whale-Watching® certifica que cada salida se realiza bajo estrictos criterios de protección de la fauna marina.

Zonas amplias para relajarse al sol en el Navivoile

No hace falta recorrer el planeta para vivir el asombro de encontrarse con delfines, rorcuales o incluso cachalotes que se encuentran a menos de hora y media de navegación desde Canet. Entre las modalidades que ofrece el Navivoile, destaca la posibilidad de realizar salidas para la observación de estos cetáceos. Las aguas del Mediterráneo frente a Canet-en-Roussillon, especialmente en los alrededores del cañón submarino de Creus, se convierten en escenario de un espectáculo natural impresionante.

Vistas a las aguas cristalinas y ensenadas de la Costa Vermeille

Aquí, el rorcual común —la segunda ballena más grande del mundo— aparece con cierta frecuencia, al igual que los grandes delfines, cachalotes, globicéfalos negros, espadones, tiburones y tortugas bobas. El Navivoile ofrece diferentes modalidades de crucero para todos los gustos: desde paseos de una hora para disfrutar del mar bajo velas desplegadas, hasta travesías de día completo dedicadas a la observación de cetáceos.

El Navivoile surcando la costa desde Canet-en-Roussillon hasta Port-Vendres

Una de las salidas más populares es la que combina 10 horas de navegación y avistamiento de delfines por 59 €. También es posible embarcarse en excursiones con escala (37 €) en pintorescos pueblos marineros como Collioure o Port-Vendres, descubriendo la costa desde otra perspectiva. Por ejemplo, la “promenade à la voile” (paseo en vela) de una hora cuesta unos 11 € para adultos, y permite sentir el viento en las velas tras salir del puerto, con comentarios sobre náutica, geografía costera y biodiversidad marina. 

Vista desde el Catamarán Navivoile

Para quienes buscan combinar mar y gastronomía, las travesías con barbacoa y baño “Grillade et baignade” permiten fondear en calas de aguas cristalinas, saborear parrilladas y productos locales a bordo, y darse un chapuzón en plena naturaleza. Los precios varían según la temporada, pero se pueden encontrar desde 61 €. Durante cualquier salida en catamarán, te aconsejo relajarte y conectar con la naturaleza: el silencio del mar, el oleaje suave y el encuentro con aves marinas o mamíferos.

Más información: Catamarán Navivoile. Dirección: Parking Bastia Avant Port, 66140 Canet-en-Roussillon. Teléfono: +33 (0) 468 403 221 / +33 (0) 623 206 976. Precio del crucero: desde 11 € por persona. Web: Catamarán Navivoile

Comida en restaurante Can Marcel del Chef Christophe Perrin


Anchoas de La Escala en Can Marcel

Después del paseo en catamarán por el mar Mediterráneo, fuimos al restaurante Can Marcel, del chef Christophe Perrin, miembro de la Asociación de Toques Blanches du Roussillon, de la que otras veces hemos hablado, y gran apasionado de la cocina catalana. Este restaurante representa la sabiduría culinaria mediterránea y catalana, elaborada con mimo y basada en el producto fresco de temporada.  

Mejillones gratinados con alioli

Su carta combina platos marineros tradicionales con guiños a la cocina local más auténtica, desde tapas sencillas hasta especialidades contundentes. La propuesta gastronómica del chef Christophe Perrin se construye a partir de una cocina honesta y cercana, donde los pescados recién llegados del puerto aseguran una frescura inigualable en cada preparación. 

Las croquetas de jamón del chef Perrin en Can Marcel

A ellos se suman las verduras de temporada cultivadas en el Rosellón, que aportan matices auténticos y realzan los sabores locales. Todo ello se armoniza con una cuidada selección de vinos del Roussillon, pensados para acompañar cada plato y completar una experiencia culinaria profundamente arraigada en el territorio. Durante mi comida, abrimos boca con unas anchoas de La Escala (14,50 €), servidas en aceite y con todo el sabor del Mediterráneo concentrado en cada bocado.

Calamares a la plancha de Can Marcel

En una selección de tapas no pueden faltar nunca unas buenas croquetas, en Can Marcel son de jamón (8,50 €), crujientes por fuera y cremosas por dentro, ¡nadie es capaz de resistirse a una buena croqueta! Le siguieron unos calamares a la plancha (9,50 €) en su punto justo, y unos mejillones gratinados con alioli (11,00 €), intensos y sabrosos, que llegaron a la mesa dorados y aún humeantes.

La fideuá de Can Marcel, uno de los platos estrella del chef Christophe Perrin

Como plato principal, opté por una Fideuá Terre et Mer (29,00 €), una especialidad de la casa que combina rape, gambas, mejillones y butifarra catalana con una base de fideos gruesos, cocinados con un sofrito lleno de sabor y servidos con alioli. Una propuesta que mezcla los sabores del mar y la montaña en una más que generosa ración, y que resume la esencia de la cocina del Rosellón.

Selección de vinos Can Marcel, IGP Côtes Catalanes

La carta de Can Marcel incluye otras opciones tradicionales como la zarzuela de rape, gambas, langosta y mejillones; la parrillada de pescado fresco a la plancha; o la mariscada con almejas, navajas, mejillones y langosta, entre otros. Los productos del mar se sirven según disponibilidad, lo que garantiza su frescura y autenticidad. Además, el restaurante ofrece platos de carne, tapas, y una selección cuidada de vinos locales que armonizan con la propuesta culinaria.

Vistas al mar en la terraza de Can Marcel

En Can Marcel, el servicio es amable y el ambiente relajado, con terraza junto al paseo marítimo y un ritmo pausado que invita a alargar la sobremesa. Cada plato está pensado para reinterpretar lo tradicional sin artificios: texturas, presentaciones ligeras y sabores nítidos. Todo está pensado para disfrutar sin prisas, saboreando cada plato como si el tiempo se hubiera detenido junto al puerto.

Más información: Restaurante Can Marcel. Dirección: 101 Promenade de la côte Vermeille, 66140 Canet-en-Roussillon. Teléfono: +33(0) 468 806 455. Precios: Disponen de un menú del día válido solo para el mediodía, de miércoles (martes en verano) a viernes (excepto festivos). Menú del día (Entrante + Plato principal + Postre o Café): 25 €.

Visita al Aquarium Oniria


Acanthurus olivaceus y Heniochus, dos joyas tropicales en Oniria

Después de comer, nos dirigimos al Aquarium Oniria, situado en el puerto deportivo de CanetenRoussillon. Este acuario de última generación ocupa 3 500 m², cinco veces más que el antiguo acuario local, y alberga más de 3 500 criaturas marinas de unas 660 especies, distribuidas en 83 acuarios temáticos. 

Medusas en el Aquarium Oniria, flotando con gracia en tanques iluminados

Entre ellas se encuentran desde peces tropicales de colores brillantes y majestuosos tiburones, hasta corales delicados y especies mediterráneas que revelan la riqueza del ecosistema que rodea Canet. La experiencia en Oniria va mucho más allá de un recorrido tradicional por un acuario. 

A lo largo de la visita, el público se sumerge en hábitats inmersivos

Oniria es una experiencia sensorial y un relato visual que narra el ciclo del agua a lo largo de mil años: desde su nacimiento como nieve en la montaña hasta su regreso al mar y posterior evaporación. Este recorrido de Oniria se estructura a través de diez universos temáticos que recrean distintos ecosistemas naturales relacionados con el agua.

Truchas nadando en los ecosistemas de agua dulce de Oniria

Cada espacio ha sido cuidadosamente diseñado para que el visitante no solo contemple, sino que también escuche, sienta y participe. El recorrido comienza en la cima nevada del Canigó —montaña sagrada para los catalanes—, donde el agua nace en estado sólido. De ahí desciende hasta las entrañas del océano, atravesando cascadas, junglas tropicales, arrecifes de coral y fondos marinos profundos.

Uno de los tiburones que habitan en Oniria

En cada etapa, la ambientación transporta al visitante gracias a efectos visuales, sonoros y táctiles. En la zona tropical, la humedad se condensa en el aire y el murmullo de la selva envuelve al visitante en una atmósfera viva. Más adelante, los arrecifes del Indo-Pacífico estallan en una sinfonía de luz y color, hogar de peces exóticos que dan paso al enigmático mundo de los tiburones. 

La Muraena helena (morena), dueña de los fondos rocosos

Otros espacios invitan a reflexionar sobre el impacto humano en los océanos. Y en el área “Viaje en el tiempo”, fósiles y maquetas nos recuerdan que muchas especies actuales son descendientes directas de criaturas prehistóricas. La visita culmina con el regreso simbólico de la gota de agua al puerto de Canet-en-Roussillon, donde se evapora para comenzar de nuevo su ciclo eterno.

Más de 80 maquetas navales ilustran la historia marítima

A lo largo del recorrido, la tecnología sensorial avanzada permite experimentar fenómenos como tormentas tropicales, vibraciones submarinas o cambios de temperatura. Esta apuesta por la inmersión se complementa con una sólida vocación educativa: talleres participativos, charlas sobre la conservación marina y una exposición permanente con más de 80 maquetas navales refuerzan el compromiso de Oniria con la divulgación y la sensibilización ambiental. 

Pez payaso común (Amphiprion ocellaris) protegido entre las anémonas

El Aquarium Oniria ofrece además una amplia gama de actividades que enriquecen la experiencia para pequeños y mayores. Entre las actividades favoritas del público destaca la alimentación de los peces, un auténtico espectáculo donde algunas especies realizan coreografías naturales bajo el agua mientras se alimentan. Niños y adultos observan fascinados esta danza acuática, que añade un toque de asombro a una visita ya de por sí extraordinaria.

Experiencia interactiva con peces Garra rufa

Una de las experiencias más curiosas y memorables del recorrido por el Aquarium Oniria es el pequeño tanque interactivo con peces Garra rufa, conocidos popularmente como “peces doctor”. Estos diminutos peces utilizados en la práctica de la ictioterapia, realizan una suave exfoliación al succionar la piel muerta con su boca en forma de ventosa. No poseen dientes, por lo que no dañan la piel sana, y la sensación que provocan es sorprendentemente agradable, más cercana a un cosquilleo que a una mordida.

Reptiles y anfibios conviven en el terrario de la jungla de Oniria

En Oniria, esta interacción no tiene fines médicos, sino puramente sensoriales y de descubrimiento, ofreciendo a grandes y pequeños la oportunidad de experimentar un tipo de contacto directo con el mundo acuático que rara vez se vive en otros acuarios. Es el broche perfecto a un recorrido diseñado para despertar los sentidos, donde la vista, el oído, el tacto e incluso la imaginación se unen para crear una experiencia que se vive con todos los sentidos.

Más información: Aquarium Oniria. Dirección: 2 Boulevard de la Jetée, 66140 Canet-en-Roussillon. Teléfono: +33(0) 468 867 292. Horario: Abren a las 10:00 y cierra entre las 19:00 y las 21:00, según la temporada. Precios: Adultos (mayores de 11 años) 16 €. Menores de 3 a 10 años 12 €. Accesibilidad total para personas con movilidad reducida. Parking gratuito (de septiembre a junio). Web: Aquarium Oniria

Descubrimiento del Village de Pêcheurs y las cabañas de pescadores

El Étang de Canet es un refugio de aves migratorias

Entre Canet-en-Roussillon y Saint-Cyprien Plage se extiende un vasto humedal de gran valor ecológico. Protegido bajo la red Natura 2000, este paisaje natural único combina, en un mismo encuadre, el mar Mediterráneo, por un lado, y la imponente silueta de los Pirineos nevados por el otro. Aquí, donde la tierra se encuentra con el agua, habita una extraordinaria biodiversidad que ha convertido el lugar en un auténtico santuario para miles de aves migratorias.

Sendero junto al Étang de Canet

Al borde de la laguna se ha habilitado un sendero de descubrimiento que permite explorar este entorno sin alterar su equilibrio. Siguiendo los caminos señalizados, se accede a zonas de observación perfectamente integradas en el paisaje, desde donde se puede contemplar la vida salvaje. El entorno natural del estanque acoge más de 246 especies vegetales y cerca de 200 especies de aves migratorias.

Barca junto al Étang de Canet

Entre las aves que se pueden observar en el Étang de Canet se encuentran garzas imperiales, flamencos rosas, martines pescadores y otras aves en plena estación de nidificación entre febrero y agosto, y numerosas especies de limícolas que descansan, se alimentan o anidan entre las aguas someras y los cañaverales. Se ruega no salirse de los caminos para preservar este ecosistema tan frágil como fascinante.

Las cabañas estuvieron habitadas desde el siglo XIX por familias de pescadores

Al atardecer, me dirijo al entorno natural e histórico del Village de Pêcheurs, junto al estanque de Canet. En medio de este paisaje se alza el Village de Pêcheurs, un pequeño conjunto de diez cabañas tradicionales construido con materiales naturales como madera arrastrada por el mar, sanils, (juncos marinos recogidos directamente del estanque), cañas de Provenza y madera de castaño, ideales para aislar del viento, la lluvia y el calor estival.

Un testigo vivo de la historia pesquera de la región desde el siglo XIX

Estas construcciones formaban parte del paisaje cotidiano desde el siglo XIX. Tras la Segunda Guerra Mundial fueron abandonadas; el último habitante se marchó en 1960 y en 1993 comenzó la restauración para preservar el patrimonio. Aún hoy se conservan como almacenes para las artes de pesca y siguen siendo utilizadas por un pequeño grupo de pescadores que faenan en el estanque, sobre todo en busca de anguilas y lubinas. 

Cabañas tradicionales del Village de Pêcheurs

Las cabañas, de formas redondeadas, fueron diseñadas para resistir la Tramontana, ese viento del norte que sopla con fuerza sobre el Rosellón. Su interior se organizaba en tres espacios separados por paredes hechas con zarzos de caña: una habitación para dormir de manera austera, una zona común que servía como sala de estar y cocina, y una tercera destinada al almacenaje de redes, boyas y demás aparejos.

Redes de pesca extendidas en el suelo del Village de Pêcheurs

En torno a las cabañas, se plantaban cortavientos naturales que favorecían el crecimiento de higueras, laureles, cactus y otras plantas mediterráneas resistentes a la sal y al viento. En el corazón del conjunto se encontraba la Maison Commune, un espacio de encuentro donde los pescadores solían reunirse —y todavía lo hacen en ocasiones— para preparar la tradicional bouillinade de anguila, uno de los platos emblemáticos de la región.

Redes y barca tradicional aún empleadas por pescadores en el Village de Pêcheurs

En verano, una de las cabañas abre sus puertas al público y acoge visitas guiadas, talleres pedagógicos y pequeñas exposiciones que ayudan a comprender mejor este patrimonio cultural. Hoy, el Village de Pêcheurs es un sitio protegido que ofrece una visión auténtica de la vida tradicional marinera de Canet. Pasear entre estas humildes construcciones, con el sonido del viento entre los juncos y el reflejo de la laguna en calma, es viajar al pasado sin moverse del presente, sintiendo cómo el paisaje y la vida humana deben vivir en armonía.

Más información: Village de Pêcheurs. Dirección: Étang de Canet. Entrada gratuita.

Cena en el Restaurante del Club de Playa Naudo Beach Club


Naudo Beach Club, un rincón con estilo mediterráneo

Tras un día repleto de experiencias, la cena en Naudo Beach Club, frente al mar, es una forma perfecta de cerrar la jornada. Situado en la playa de Canet-en-Roussillon, este club-restaurante combina cocina fresca, ambiente relajado, música, tapas mediterráneas, platos de pescado y marisco, cócteles y vinos locales. Todo, con los pies en la arena y las vistas del atardecer como telón de fondo.

Selección de tapas pensadas para disfrutar con el Mediterráneo de fondo

La experiencia en Naudo Beach Club fue todo un homenaje al tapeo más clásico de nuestros bares. En su carta, que fusiona sabores mediterráneos y toques internacionales, encontramos clásicos irresistibles como los pimientos del padrón, servidos en su punto justo de sal y fritura, y unas croquetas cremosas que se deshacían en la boca. Las patatas bravas, con una salsa poco picante, pero sabrosa. 

Selección de postres en Naudo Beach Club

Otro de los platos mejor valorados por los que cenamos allí, fue la ración de pescaíto frito crujiente, que nos recordó a los chiringuitos andaluces. Completaron el festín propuestas más frescas y ligeras como un delicioso humus y un tzatziki, ideales para compartir y equilibrar sabores. También probamos un pollo empanado, dorado y jugoso, que resultó ser una acertada elección. 

Vista de la playa con sombrillas en Naudo Beach Club

La propuesta gastronómica de Naudo Beach Club es sencilla, sabrosa y pensada para disfrutar, quizás con un buen cóctel, una cerveza artesana o un vino refrescante. A cualquier hora del día, su terraza junto al mar invita a dejarse llevar por la brisa marina con una copa en la mano. Es el lugar ideal para una comida informal junto al Mediterráneo, una cena al atardecer o una pausa con música y buen ambiente. Naudo Beach es ese rincón donde el verano se vive bajo el sol del Rosellón. 

Sendero que conduce a la playa donde las mascotas también disfrutan del Mediterráneo

Las playas de Canet-en-Roussillon gozan de una merecida reputación por su belleza natural y su ambiente acogedor. A lo largo de sus nueve kilómetros de litoral, se suceden espacios amplios donde descansar bajo el sol o entregarse a la práctica de deportes acuáticos. La serenidad del mar, de aguas claras y poco profundas, convierte este destino en un lugar ideal para familias con niños e incluso, con mascotas.

Más información: NBC Naudo Beach Club. Dirección: Plage du Mar Estang 1, Canet-en-Roussillon. Teléfono: +33(0) 468 734 744. Horario: Abierto diariamente de 10 a 2 de la madrugada.

Noche en el hotel Best Western Plus Hôtel Canet Plage


Zona común del Best Western Plus Hôtel Canet Plage

Pasé la noche alojada en el hotel Best Western Plus Hôtel Canet Plage, un elegante hotel de 4 estrellas situado justo frente al Mediterráneo. Su ubicación privilegiada, con acceso directo a la playa y al paseo marítimo, lo convierte en un punto de partida perfecto para quienes desean disfrutar del mar sin renunciar al confort.

Confort y vistas al mar desde el hotel en Canet-en-Roussillon

Las habitaciones destacan por su diseño contemporáneo y funcional, con grandes ventanales que inundan el espacio de luz natural. Muchas de ellas ofrecen vistas directas al mar o a los Pirineos, y algunas disponen de balcón, lo que permite contemplar el amanecer con una taza de café mientras las primeras luces tiñen el horizonte.

El mejor buffet de desayunos de la cadena hotelera Best Western

Uno de los puntos fuertes del hotel es su desayuno buffet, que se sirve en una sala amplia y luminosa con vistas al paseo marítimo de Canet. Su cuidada selección de productos locales y variedad, junto a su presentación impecable, le han valido el primer premio al mejor buffet de desayunos de la cadena hotelera Best Western.

Selección de quesos del desayuno buffet

El bar del hotel, con una carta de vinos regionales y cócteles, es el lugar ideal para relajarse tras un día de visitas o actividades al aire libre. Además, su ubicación en pleno paseo marítimo permite explorar fácilmente el puerto deportivo, el Aquarium Oniria, las playas de arena fina y se encuentra a 3’2 km del Village de Pêcheurs y las cabañas de pescadores.

Arena fina y mar en calma frente al hotel Best Western Canet Plage

El Best Western Plus Hôtel Canet Plage es una opción ideal para viajeros que buscan comodidad, estilo y una estancia frente al mar, con todos los servicios necesarios para disfrutar al máximo de esta ciudad costera del Rosellón.

Más información: Best Western Plus Hôtel Canet Plage. Dirección: 120 promenade de la Côte Vermeille, 66140 Canet-en-Roussillon. Teléfono: +33(0) 468 802 859. Habitaciones desde 109 €. Web: Best Western Plus Hôtel Canet Plage

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