Si vas a hacer una
escapada a Roma de un par de días, quizás te interese saber las
visitas imprescindibles que no te debes perder. Ya he publicado una
pincelada de lo que se puede visitar en un día, como por ejemplo: Su
pasado más clásico,
lleno de importantes restos romanos y una divertida ruta por las plazas con más encanto de Roma.
Hoy, y bajo petición de Esther y Amparo, llega una
nueva ruta para conocer un poquito más la capital italiana y es que
esta ciudad ¡no se acaba!.
Segundo día: las iglesias más importantes de Roma
En este segundo día y
después de haber callejeado por ruinas romanas de primer orden y
bellas plazas públicas únicas en el mundo, ¿qué tal si nos
enfundamos con una capa de conocimiento y nos vamos a descubrir las
joyas que se encuentran en el interior de los templos religiosos? De
este a oeste, la ruta sería la siguiente:
Arcibasilica Papale di San Giovanni in Laterano
La Catedral de Roma fue
edificada en el siglo IV sobre los cuarteles del ejército imperial y
ha sido reconstruida en diversas ocasiones y agrandada en detalles y
obras de arte. Alessandro Galilei restauró la fachada
principal inspirándose en la mismísima Basílica de San Pedro. El
interior está lleno de diversas obras maravillosas, esculturas que
parecen esculpidas por una deidad de las artes, a mí personalmente
me gusta la escultura que representa a San Bartolomé y que
muestra su martirio esculpido con sumo detalle; su propia piel
arrancada de su cuerpo. Gracias a la devoción de fieles y
admiradores, se han creado leyendas alrededor de esta iglesia, como
la que cuenta que antes de morir un Papa, el Monumento al Papa
Silvestre II, transpira, suda y además ¡le crujen los huesos! a
modo de advertencia, supongo. No os perdáis el Altar Mayor,
donde se encuentra una mesa de madera donde se supone San Pedro
celebró la Eucaristía. El Claustro con una hermosa colección
de mosaicos de oro y mármoles multicolores realizados por
Vassalletto y su hijo. Y el Baptisterio, donde se
realizaba el bautismo por inmersión.
Basilica di San Clemente
De ella destacaría el
particular pavimento “cosmatesco” que adorna el coro y que
me recuerda a algunas iglesias de Venecia. Así como los frescos
renacentistas de Masolino da Panicale y su discípulo Masaccio
y que decoran la Capilla de Santa Caterina. Hay que buscar el acceso
al nivel inferior donde se encuentran los restos de una casa
romana del siglo I, un altar mitraico y los frescos que decoran la
“iglesia inferior” y que datan del siglo VI.
Chiesa di San Pietro in Vincoli
Si sólo pudiera visitar
una iglesia en toda la ciudad de Roma, sería San Pietro in Vincoli.
Aquí se encuentra el Mausoleo de Julio II; una impresionante
obra tallada en mármol por las manos de Miguel Ángel donde
trabajó durante 40 años. Quizás os suene más por El Moisés de
Miguel Ángel, una de las siete estatuas que componen el mausoleo y
que concentra la perfección del artista. Los brazos, manos, piernas
y pies junto a los ropajes, músculos y venas, parecen cobrar vida en
esta estatua que una vez fue tan sólo un bloque de mármol
proveniente de una cantera. Como curiosidad y para los amantes de las
reliquias sagradas, bajo el altar mayor de esta iglesia, se guardan
las cadenas con las que ataron a San Pedro en Jerusalén.
Chiesa del Gesù
Si os gusta el barroco,
esta es vuestra iglesia. Es el templo más importante de la orden de
los jesuitas en Roma ya que sirve de modelo para todas las iglesias
de jesuitas del mundo. Una rica decoración de mármoles,
bronces, dorados y frescos os esperan en el interior. Bajo el altar
se encuentra el cuerpo del fundador de la Orden: San Ignacio de
Loyola en una tumba de mármol, bronce y columnas de lapislázuli.
Basilica di Santa Maria in Cosmedin
Aunque en general esta
iglesia se podría considerar de las más austeras de Roma, tiene
detalles encantadores que creo la hacen merecedora de una visita.
Primero destacaría su entorno, donde es posible admirar el Templi
di Vesta; uno de los templos de mármol más antiguos de Roma
(data del siglo II a. C.). Su particular forma circular imita las
típicas cabañas de época romana. Está delimitada por veinte
columnas corintias dispuestas sobre un podio revestido de mármol. A
unos pasos de la Piazza della Veritá donde se encuentra la iglesia
de Santa Maria in Cosmedin, se encuentra el Tempio di Portuno
o Tempio della Fortuna Virile. Ubicado donde antiguamente se
encontraría un puerto fluvial se consagró al Dios romano Portuno y
hoy en día se conserva prácticamente intacto y eso que han pasado
23 siglos desde su construcción. Pero volvamos a Cosmedin, más
concretamente a su pórtico donde se encuentra la famosa Bocca
della Verità; un enorme disco de mármol del año 100 a. C. Y que
no es otra cosa que la tapa de un desagüe romano con la forma de una
enorme cara y que esconde una divertida historia-leyenda. Dicen que
en el siglo VI la boca se tragaba la mano de cualquiera que no dijera
la verdad, una solución algo ingenua para detectar a los mentirosos.
¿Quieres probar tú y vemos qué pasa?
Basilica di Santa
Cecilia in Trastevere
Construida en el mismo
lugar donde en el año 230 sufrió martirio Santa Cecilia. Destacaría
la impresionante cripta, la estatua de la Santa ubicada
en el Altar Mayor, obra de 1599 de Stefano Maderno y que se
basó en el cuerpo incorrupto de la santa y un gran mosaico
del año 821 que decora el ábside.
Basilica di Santa Maria in Trastevere
Dicen que es una de las
iglesias más bellas de Roma y la mejor teniendo en cuenta sus
impresionantes mosaicos del
siglo XIII. Fue construida hacia el año 352 aunque ha sido
reformada con los años en varias ocasiones. Como ya es habitual en
Roma, el templo cristiano fue levantado con restos romanos de otras
construcciones, así que podemos encontrar en la nave central, 21
columnas provenientes de las Termas de Caracalla, por ejemplo. No os
vayáis sin admirar el artesonado de madera del techo del
siglo XVII o las capillas decoradas con delicados frescos.
Consejos de cómo moverte por Roma.
Consejos de cómo moverte por Roma.
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