La Capilla Brancacci se
encuentra en el interior de la Basilica di Santa Maria del Carmine
en Florencia. No es la visita más solicitada de la ciudad pero
Planeta Dunia os la recomienda y os asegura que os va a
enamorar. Esta obra maestra del Renacimiento fue pintada al fresco
por Masolino da Panicale, su
discípulo Masaccio y
posteriormente por Filippino Lippi. La iglesia original
fue construida en el año 1476 en estilo gótico pero tras años de
modificaciones y algún que otro incendio (del que se salvaron
milagrosamente las capillas Brancacci y Corsini) fue necesaria
reconstruirla casi por completo en 1775 en estilo barroco.
La fachada no es que
parezca inacabada; ¡es que lo está! Quizá su aspecto os eche para
atrás pero no hagáis caso a vuestra primera intuición y entrad. Luca
Giordano, Giusseppe Romei y Giorgio Vasari
realizaron los frescos para la iglesia mientras que Piero Soderini
y Giovanni Battista Foggini los monumentos sepulcrales.
La Capilla Brancacci
queda protegida en el transepto como la mejor joya de un tesoro. Se
accede a través del Claustro Mayor y en ella se contempla el mejor
ejemplo de la técnica renacentista del fresco. Los tres autores
(Masolino, Masaccio
y Filippino Lippi) trabajaron su propio estilo; así
podemos contemplar el refinamiento de las figuras de Masolino;
llenas de detalles. El realismo de Masaccio con figuras
expresivas y dramáticas y por último; Filippino Lippi trabajó
la amabilidad de los personajes y jugó con la dulzura y la
picaresca. La obra de estos tres artistas, convierten al conjunto de
frescos de la Capilla Brancacci en una máquina del tiempo directa
al Renacimiento italiano.
Más información:
Dirección: Piazza del Carmine 14, Florencia. Entrada: 6 €. Horario:
laborales de 10 a 17 h. (martes cerrado), festivos de 13 a 17 h. Web:
http://www.museicivicifiorentini.it/es/brancacci/
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