Kerkouane: una ciudad púnica a orillas del Mediterráneo

Kerkouane
Kerkouane: una ciudad púnica a orillas del Mediterráneo

La ciudad que hoy conocemos como Kerkouane es una pequeña ciudad púnica probablemente de fundación líbica, conocida desde antiguo como Tamezrat. Se cree que Kerkouane fue fundada en el 310 a.C. y que fue destruida por los romanos en el 255 a.C. Hoy yace como un tesoro arqueológico en las costas del Mediterráneo. Su historia se entrelaza con la grandeza y el misterio de las civilizaciones antiguas.

Historia y ubicación


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Los navíos eran arrastrados a la playa por los marineros, ya que no había puerto en Kerkouane

La ciudad de Kerkouane se alzaba entre el mar y el bosque, enmarcada por dos cabos que bordeaban la costa esmeralda mediterránea en la península de Cap Bon. Aunque no contaba con un puerto establecido, su ubicación estratégica la convertía en un importante centro comercial y artesanal. Los habitantes, alrededor de dos millares, poblaron sus calles, desarrollando una próspera sociedad que floreció gracias al intercambio con el mundo mediterráneo.

Kerkouane
En el n.º 3 de Rue des deux places puede verse una casa que ha conservado un banco para sentarse

Kerkouane, dependiente de Cartago, se erigía sobre un acantilado frente al mar, con pequeñas calas al norte y al sur. Quedaba protegida por una doble muralla que abrazaba su estructura en forma de tablero de damas. Las ruinas de esta ciudad antigua revelan la planificación urbanística y la riqueza cultural que la caracterizaban.

La Ciudad Púnica: arquitectura y yacimiento


Kerkouane
Maqueta de la Ciudad Púnica de Kerkouane expuesta en el museo del sitio

La Ciudad Púnica de Kerkouane se compone de tres espacios principales:

- El Hábitat o Ciudad de los Vivos.

- La Chôra: que cubre, además de la ciudad, las tierras agrícolas, explotaciones, granjas, pastizales, etc.

- La Necrópolis

El Hábitat


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Plano del sitio arqueológico de Kerkouane

El hábitat de Kerkouane cubre una superficie de aproximadamente siete hectáreas, protegido por una muralla tripartita. Esta muralla, a pesar de su carácter provisional, y en ausencia de una excavación sistemática exhaustiva, permite trazar el perfil de las estructuras destinadas a proteger la ciudad. Una doble muralla envuelve el hábitat propiamente dicho, dejando fuera las necrópolis y las tierras de cultivo.

Las murallas


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Restos de la torre norte de la muralla

Las murallas, identificadas en todo su trazado, progresan de norte a sur, dejando entre ellas un corredor intermedio. Este corredor debía permitir la circulación entre las dos murallas y al mismo tiempo servir para la construcción de dependencias y otras estructuras que reforzaran el sistema defensivo y facilitaran su funcionamiento.

Las calles e insulae


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Calle atravesada por un desagüe excavado en el suelo

Las excavaciones en Kerkouane han revelado una arquitectura sofisticada, con calles anchas separando las manzanas de las casas. El urbanismo de Kerkouane es el de una ciudad relativamente espaciosa, con calles que permitían la circulación peatonal con gran facilidad. Las insulae, independientes entre sí, no siguen el mismo alineamiento a lo largo de la calle, lo que segmenta la vía en varios tramos de anchura variable sin que la diferencia sea excesiva.

Los edificios


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Patio con peristilo de una residencia junto al mar

A pesar de estar bien protegida por una doble muralla, la mayoría de los monumentos descubiertos hasta ahora pertenecen a la arquitectura doméstica. Las lujosas casas de la antigua ciudad de Kerkouane eran residencias que contaban con peristilos. Las casas están diseñadas siguiendo un plan común en Túnez, con tiendas contiguas y una entrada marcada por un umbral.

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El signo de Tanit era utilizado como talismán y se situaba frente a la puerta principal

Aún es posible ver los pasillos que conducen al patio central donde se encuentra un pozo cerrado y los canalones para evacuar aguas residuales. Las estancias están pavimentadas con cemento rojo, adornadas a veces con fragmentos de mármol blanco que forman decoraciones figurativas, como la imagen de la Diosa Tanit, peces, flor de loto, hojas de palmera, etc.

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Detalle de una bañera y lavabo de un baño privado de una residencia en Kerkouane

En algunas de las viviendas puede verse un baño con vestidor y una bañera, así como una escalera que da acceso a las habitaciones superiores y a las terrazas desde el patio. Además de algunas capillas domésticas, se han identificado y desenterrado dos santuarios, con una entrada monumental, vestíbulo, patio, capilla y altar. Uno de ellos es el edificio sagrado púnico más grande conocido hasta ahora, y brinda testimonio de la vida religiosa y espiritual de la comunidad.

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Restos de un horno de cerámica situado fuera de la muralla

Los hallazgos en el sitio muestran una ciudad viva, con talleres de vidrio, alfarería, joyería y producción de púrpura. Los comerciantes exportaban los productos de Kerkouane a todo el mundo mediterráneo. El comercio y las artesanías estaban bien desarrollados, y la ciudad mantenía contactos estrechos con la cultura griega, especialmente en el ámbito comercial y artístico. Sin embargo, su existencia próspera fue efímera; en el año 225 a.C., Kerkouane sucumbió ante la destrucción, dejando atrás un legado perdurable.

El legado de Kerkouane


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Kerkouane es un ejemplo excepcional de urbanismo púnico del siglo III a.C.

A diferencia de otras ciudades fenicias que fueron romanizadas, Kerkouane permaneció intacta desde el siglo III a.C. Su singularidad radica en que no se construyó ninguna ciudad romana sobre sus ruinas, preservando así su esencia y autenticidad. Desde sus murallas hasta sus barrios residenciales, templos y necrópolis, Kerkouane ofrece una ventana al pasado, una oportunidad para comprender la vida cotidiana y las creencias de la sociedad púnica.

Patrimonio Mundial de la UNESCO


Kerkouane
Restos de los baños públicos ubicados cerca del santuario

Kerkouane representa un testimonio importante de la antigüedad púnica en el Mediterráneo y fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO el 28 de noviembre de 1986, esta ciudad antigua representa un eslabón crucial en la comprensión del urbanismo púnico y la vida en el Mediterráneo. Sus calles y plazas perpendiculares, dispuestas al abrigo de murallas flanqueadas por torres, son testigos mudos de un pasado glorioso, un legado que perdura en la memoria colectiva de la humanidad. En sus piedras yace el alma de una civilización perdida, cuyo eco resuena en cada rincón de su imponente paisaje arqueológico.

Museo del Sitio Arqueológico de Kerkouane


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Cerámica púnica (s. III a.C.)

El Museo de Kerkouane fue inaugurado en 1987 y alberga parte de los objetos descubiertos durante las excavaciones de la ciudad púnica y sus necrópolis. Las colecciones en exhibición documentan la vida cotidiana, la vida religiosa y el ámbito de los muertos. La primera sala está dedicada a la vida cotidiana, una amplia gama de cerámica púnica que incluye vasijas para almacenamiento de alimentos, jarrones, platos, cuencos y otros recipientes utilizados diariamente, así como objetos de adorno y decoración.

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Pendientes de oro (s. IV a.C.), figura con Polo (s. IV-III a.C.) y collar de piedra (s. VI a.C.)

El museo también exhibe un buen número de joyas en oro y en vidrio fundido, decoradas con perlas, jade o cornalina. Las piezas destacan por su riqueza y variedad: collares, anillos, pendientes, portadores de amuletos, colgantes, sellos de escarabajo, horquillas, husos de marfil, etc. Las excavaciones han permitido también recuperar moldes de orfebrería, en mármol, pizarra y arenisca, que se usaban para fabricar brazaletes y reproducir hojas metálicas decoradas con palmas.

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Cuchilla de afeitar en bronce (s. IV a.C.)

Los objetos relacionados con la religión y los rituales practicados en la antigua ciudad, como estatuillas, amuletos y otros objetos asociados con las creencias y prácticas espirituales de la época, se exhiben en la Sala de la Dama de Kerkouane, dedicada al ámbito funerario. Debe su nombre a una tapa de sarcófago antropoide de madera que representa a la diosa Astarté, quien vela por la tranquilidad de los muertos.

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Altar de terracota decorado con grifos

La sala dedicada a los dioses alberga objetos descubiertos durante la excavación del gran santuario, considerado el templo púnico más grande del Mediterráneo occidental. Los objetos en exhibición incluyen figurillas de terracota que representan a las deidades, quemadores de incienso con forma de cabezas femeninas, altares de terracota, lámparas de aceite, etc.

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Estatua púnica recostada en terracota

Entre las piezas expuestas en el Museo del Sitio Arqueológico de Kerkouane, se pueden encontrar una variedad de objetos que arrojan luz sobre lo profano, lo sagrado y lo funerario de la vida y la cultura de esta antigua ciudad púnica y sus relaciones comerciales con otras civilizaciones del Mediterráneo.

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