Este viaje también se acaba

La lengua castellana es prolífica y rica en vocabulario: subnormal, retrasado, tonto, trastornado, imbécil, discapacitado, loco, pasmado, afectado, demente, pero ninguna de estas palabras puede definir, etiquetar, aclarar, clasificar, explicar o poner nombre a las personas que han vivido hasta el 10 de enero en Jaume Jornet.


Tampoco existe ninguna palabra capaz de resumir en qué ha consistido el trabajo del equipo de monitoras, cuidadoras y educadoras en el que me embarqué hace 7 años, y mucho menos, las tareas que se han desarrollado en esas 4 paredes por parte del equipo profesional del que he formado parte. Cuidar, limpiar, ordenar, hacer, curar, informar, escuchar, atender, hidratar, colocar, observar, querer, comprar, calentar, mojar, escribir, abrazar, jugar, llorar, reír, vigilar, cocinar, ayudar, poner, saludar, doblar, alimentar, coser, calcular, montar, duchar, besar, vestir, lavar...


He formado parte de esta gran familia hasta digamos su disolución, ahora repartidos en otros espacios, otros grupos, otras residencias, otros conjuntos, otras nuevas familias creadas para que estén mejor, donde se compatibilicen carácteres, edades, tipologías, enfermedades, necesidades, ayudas. Así es el viaje de la vida, adaptación al cambio, evolución de los días, aceptación y continuación. Quizás porque no fue para mí nunca un trabajo o no lo sentí que lo fuera, mi corazón ha decidido cerrar etapa el mismo día que cierra las puertas de Jaume Jornet. El mismo día que la puerta de JJ cierra, el mismo día en que las cuatro paredes que nos han visto reír, llorar, gritar, correr, saltar, dormir, comer, beber, brindar, abrazar, suspirar, levantarnos, caer y soñar quedan vacías, en silencio, sin vida (los vecinos no se lo van a creer).


Jaume Jornet se traslada, muda, cambia, viaja, a nuevas viviendas, hogares, casas, residencias, pisos, para crear nuevos grupos, familias, sociedades, equipos. No puedo acompañarlos a ninguno de los lugares a los que se han ido, porque en ninguno de los seis estaría completa mi familia. Todo cambia, se transforma, gira, se convierte y acaba, mi viaje en este mundo de la disCAPACIDAD, también finaliza, termina, concluye y pone fin.



Mis mejores deseos para Jordi, Montse, Cipriana, Nuria, Carmen, Roser, Gemma, Paco, Cisco, Jordi, Alfonso, David, Antonio, Fina, Herminia, Paqui, Angels, Conxi y sus valientes monitoras, cuidadoras, educadoras que continúan con ellos: Angels, Esther, Inma, Amparo, Jose, Soukaina, Mireia y Míriam que seguirán multiplicando manos, creatividad, esfuerzo, paciencia, amor y agallas en Prodis.




Gracias por todo, de corazón, ese inmenso corazón que Jaume Jornet tiene, además de capacidad, humanidad, empatía y el extraño influjo de hacerse de querer y que te zarandea las entrañas.

2 comentarios:

Esther dijo...

Me ha emocionado Ana,un escrito muy sentido y que describe muy bien la vida en Jaume Jornet.Te echaremos de menos, a sido un placer compartir contigo.¡Suerte en tu nuevo viaje!.

Planeta Dunia dijo...

Igualmente Esther, ha sido un verdadero placer recorrer este planeta contigo. Un abrazo.

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