El Parque Nacional Carara
fue la primera reserva biológica que pisé en mi viaje a Costa Rica.
Carara se encuentra situada en la costa del Pacífico, en la
provincia de Puntarenas al sur de la capital de San José y a dos
horas en autobús de línea. Tiene una extensión que abarca 5.242
hectáreas aproximadamente de bosque seco y bosque húmedo, pero sólo
un 10 % está abierto al público. La especial peculiaridad de este
lugar; es una zona de tránsito entre un hábitat y otro, que hacen de
este parque un centro de investigación bastante importante a nivel
mundial.
El área es conocida por
los expertos en temas ambientales como “isla biológica”. La
destrucción de las masas forestales y silvestres de las regiones
próximas, ha convertido al parque en un refugio para una gran número
de especies. Desde época precolombina se vienen usando los recursos
agropecuarios (agricultura y ganadería) de Carara. Se han
descubierto asentamientos y conjuntos funerarios que abarcan desde el
año 300 a. C. hasta el año 1500 d. C. y su nombre indígena significa
“río de cocodrilos”. El 26 de abril de 1978 se creó una reserva
biológica en este lugar que se fue transformando en el área
protegida de la actualidad.
Con todos estos datos me
dispuse hace ocho años a descubrir las especies de flora y fauna en
peligro de extinción, así como la flora y fauna endémicas del
parque. Mi lista contemplaba la lapa o guacamaya escarlata,
perezosos, pecaríes, mapaches, armadillos, ranas venenosas, monos
carablanca, monos aulladores, tucanes, pero así se quedó, en una
lista de nombres.
Seguimos las
recomendaciones y anduvimos por varios de los senderos naturales que
dispone el parque pero la única guacamaya escarlata que vi es la de
la portada del mapa que nos dieron en el centro de visitantes. :(
Más información:
Dirección: 61102 Tárcoles, Costa Rica. Teléfono: (+ 506) 2416
7878. Horario: de 8 a 16 h. Entrada: 8 dólares.
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