Siete años de blog dan
para muchas cosas, horas sin dormir, días sin comer, muchos cafés,
docenas de retoques, repasos, programación y por supuesto ¡viajes!
Aunque como dije hace
poco: “Si viajo no escribo, si escribo no atiendo las redes
sociales, si estoy atendiendo las redes sociales no como y si no
como, seguramente dejaré de viajar de golpe”. Aix.... no lo
cambiaría por nada del mundo.
La primera vez que subí
a un avión fue con mi abuela, no debía tener más de 7 años y
recuerdo que mi madre me compró un vestido de tirantes blanco de
topos para la ocasión. Pasé un frío tremendo en ese vuelo, y otra
cosa que recuerdo, es una azafata guapísima con sombrero que no
paraba de darme vasos de amargo zumo de naranja. A aquél primer
vuelo, las casualidades de la vida, le han querido añadir 243 vuelos
más, que suman un total de 10 vueltas alrededor del mundo.
Ni en mis mejores sueños
pensé que viajaría tanto, de hecho, cuando reuní el suficiente
dinero para hacer mi primer gran viaje, pensé que no volvería a
viajar nunca más, creyendo que sería mucho más complicado de lo
que en realidad ha sido. Mi lista de deseos fue creciendo a medida
que lograba cumplir mis sueños viajeros. A un iniciático viaje a Brasil, le siguió un viaje a Tailandia y Egipto (el viaje con el que había soñado toda mi vida) después vino el descubrimiento de
Turquía, Grecia,
Siria, Jordania y Yemen junto a mi hermana, mi
inseparable compañera de viaje.
Un paréntesis
sentimental que incluyó noviazgo, boda y divorcio, me apartó de Oriente
Medio y me brindó la oportunidad de conocer Sudamérica, así
que, viajé a Perú (un destino al que le tenía muchas ganas)
y añadí sin darme cuenta Costa Rica, Nicaragua,
Honduras y Guatemala a mi currículum viajero. Tuve la
suerte de volar con la volátil compañía AirMadrid y no perder mi
dinero, eso casi me convierte en una leyenda, lo sé.
A esos grandes viajes del
mes de agosto sumé, sin quererlo, continuas escapadas de dos o tres
días por las principales capitales de Europa, ciudades de
España y muchos lugares de la maravillosa Italia.
Entre 2004 y 2006 llegué hacer más de 40 viajes a tan variados
destinos como son: Bélgica, Granada,
Sevilla, Madrid, Tarragona,
Pisa, Lucca, Berlín, Dusseldorf, Ibiza,
Alicante, Milán, Múnich, Alguero,
Santiago de Compostela,
y a París, Mallorca, Toledo, Bilbao, Roma, Venecia y
Florencia más de una vez.
Asia se coló en
la mochila de los viajes con un impresionante Malasia-Borneo y
un muy recomendable y extraordinario Japón, que le hicieron
sombra a un agotador viaje al Rajastán, ¡qué dura fue la India!. Los viajes siguieron creciendo y viajé a
Dublín, León, Laponia Finlandesa y Zaragoza,
junto a nuevos viajes a París, Venecia y Berlín, ciudades de las
que no me canso y a las que no me importa volver.
El año que nació el
blog de Planeta Dunia volví a pisar África, en aquella
ocasión descubriría Burkina Faso y Mali, al igual que
esa tierra maltratada, yerma y olvidada por los medios, nacía mi
blog de viajes. Creo que nadie hubiera apostado que llegaría a
escribir el post 325 hoy. Comenzar un blog de viajes es mucho más
difícil que viajar y creo saber de qué hablo. El año en que toda
mi vida se fue a la mierda (no sé si se puede decir mierda en un post, pero tampoco sé si se puede decir culo y creo que escribí un texto con esa palabra), realmente fue un año horrible (cierre de la empresa, el divorcio y el diagnóstico de que mi padre tenía un tumor
cerebral) fue el año en que nació este peculiar blog,
quizás sin quererlo se convirtió en una plataforma de
salvamento, quién sabe.
No dejé de viajar, por
muy vaticinado y asegurado pronóstico que tuvieron “a bien”
hacerme. Las heridas se curaron con el tiempo y con los viajes. El
ánimo empezó a brotar de nuevo y las ganas de escribir se
multiplicaron. Volví entusiasmada a Estambul,
Sevilla y Atenas. Recorrí muchos pueblos de Catalunya,
Aragón, Extremadura, Andalucía y Francia, viajé a Lisboa, Sintra,
Ámsterdam, Túnez, Malta, Praga, Moscú,
San Petersburgo, Estocolmo, Islas Griegas,
Dubrovnik y en 2013 empezaron todos esos viajes a
multiplicarse con los blogtrips.
Concursos, Oficinas de
Turismo, agencias de viaje, hoteles o restaurantes empezaron a ser
parte de Planeta Dunia. Así que gracias a esas empresas viajé a
Frankfurt, Laponia Sueca, Francia, Andorra,
Turquía, Bilbao, Isla de La Palma, Oporto, Bruselas
y Serbia.
Sin olvidarme de mis
propios viajes que me llevaban de nuevo a Tailandia acompañado de un fantástico
Laos-Camboya (milagrosamente salvé mi vista de un desafortunado desprendimiento de retina). Un día estaba en los Templos de Angkor y al día siguiente entraba de urgencias al quirófano, yo soy así, toda diversión. Un año más tarde viajaría a Corea del Sur y después a
Menorca con mi hermana, con la que repetiría visita a Euskadi
y a Roma fuera de temporada. Y a la ya particular manera de viajar de mi hermana y mía, se añadirían
este año a Armenia, mi hermano mayor y mi cuñada. Si ésto no es ser "influencer", ya me diréis qué es.
A estas incansables ganas por conocer mundo se añade desde hace tres años, las reuniones de bloggers. Una excusa perfecta para viajar (aunque a veces cara) y de conocer lugares a los que seguramente en un principio no iría, pero que me ha llevado hasta la fecha a Tarragona, Gijón y Plasencia, y a ponerle rostro a muchos de los compañeros que también tienen un blog de viajes. A esta enfermedad viajera, se van añadiendo factores que me invitan a viajar aún más. Mi compañera de trabajo Esther, con la que ya me he escapado a Budapest y Londres, sabe como tentarme con un: ¿nos vamos a?
A estas incansables ganas por conocer mundo se añade desde hace tres años, las reuniones de bloggers. Una excusa perfecta para viajar (aunque a veces cara) y de conocer lugares a los que seguramente en un principio no iría, pero que me ha llevado hasta la fecha a Tarragona, Gijón y Plasencia, y a ponerle rostro a muchos de los compañeros que también tienen un blog de viajes. A esta enfermedad viajera, se van añadiendo factores que me invitan a viajar aún más. Mi compañera de trabajo Esther, con la que ya me he escapado a Budapest y Londres, sabe como tentarme con un: ¿nos vamos a?
Viajar y escribir es la
combinación perfecta para cumplir otro año. A todos los que me
leéis agradeceros la compañía, los “me gusta”, los RT y los
comentarios que me dejáis en el blog. Compartir mi pasión a través de
vuestras redes sociales contribuye a que Planeta Dunia llegue a más
hogares.
Gracias a todos los que formáis parte de mi planeta.
Enhorabuena!! 7 años son palabras mayores eh!!
ResponderEliminarPD. Yo de vino (y si, lo se, ahora dejo un comentario en otro post) XD
Abrazos, nos vemos pronto!
Impresionada he quedado de toda tu experiencia viajera y honrada de haber podido disfrutar de un pedacito de esa experiencia a tu lado, en los dos viajes que hemos compartido, ¡gracias!.
ResponderEliminarHa sido un placer contagiarte de ganas de viajar Esther, espero que hayan más escapadas. Un abrazo
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