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Caves de Roquefort Société: visita a las bodegas del queso más famoso de Francia

Roquefort
Las bodegas Société son un mundo subterráneo que preserva un saber ancestral

La visita a las Bodegas de Roquefort Société —conocidas en Francia como Caves Société— permite adentrarse en un mundo subterráneo donde descubro que el queso Roquefort nació de una herida en la tierra. Hace cerca de un millón de años, el macizo rocoso del Combalou se desplomó, creando un paisaje abrupto de rocas y fisuras sobre el pueblo de Roquefort-sur-Soulzon, en Aveyron. 

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Interior de una de las grutas recorridas durante la visita a las bodegas Société

Bajo ese caos geológico, surcado por un laberinto de fallas y grutas naturales, llamadas fleurines, se formó un sistema que regula de forma natural la temperatura y la humedad, creando las condiciones perfectas para que el Penicillium roqueforti prospere y dé vida a un queso mítico. El Roquefort es un titán de la gastronomía, un alimento nacido de la tierra que ha resistido el paso de los siglos, conservando intacto su carácter.

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Imagen antigua. Sala de expedición con mujeres trabajando en el envasado del Roquefort

Su magia está hecha de ingredientes simples: leche cruda de oveja, cuajo, sal, una pizca de Penicillium roqueforti y el soplo de aire helado de las fleurines que ventilan las cuevas de afinado. Pero su verdadera esencia reside en el saber hacer de los hombres y mujeres que, desde tiempos remotos, trabajan en silencio bajo la frescura de las cuevas para transformar la materia prima en una joya culinaria.

La visita a las Caves Société®


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Imagen antigua. Vista panorámica de Roquefort-sur-Soulzon desde el macizo de Combalou

El hombre ha sabido dialogar con la naturaleza, construyendo en este entorno salvaje las Bodegas de Roquefort, donde hoy se afina cada queso con la misma precisión artesanal de antaño. Algunas de estas cuevas, de origen medieval, están abiertas al público todo el año para desvelar los secretos de fabricación de este queso con AOP (Appellation d’Origine Protégée). Con más de 12.000 m² de galerías activas desde la Edad Media, las Caves Société son un lugar donde tradición y modernidad coexisten.

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Entrada a las cuevas donde se encuentra la billetería

Cada año, más de 100.000 visitantes recorren las salas en las que el Roquefort sigue su lento proceso de maduración, en un escenario arquitectónico tan singular como el propio queso. La entrada a las cuevas y el punto de recepción (accueil) se encuentran bajo tierra. Para llegar al espacio donde se compran las entradas, es necesario bajar unas escaleras —aproximadamente la altura de un piso—, que conducen directamente al interior de la montaña. Este descenso marca el inicio del recorrido por el mundo subterráneo del Roquefort.

Sala de proyección 3D


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Descubre los orígenes de la formación de las Caves Société a través de una proyección 3D

Con las entradas en mano, el recorrido comienza con un nuevo descenso hacia el corazón de las cuevas. Unas escaleras, equivalentes a la altura de un piso, nos conducen a la primera sala de la visita: un espacio de proyección 3D que explica cómo se formaron estas cuevas tras el derrumbe del Macizo del Combalou en la era cuaternaria, creando este ecosistema único. Entre imágenes impactantes y una narración envolvente, se muestra cómo nació este tesoro gastronómico.

La leyenda del Roquefort


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Imagen antigua. Pastoreo en los Causses: un pastor con sus ovejas, cuna de la leyenda del Roquefort

Es imposible hablar del queso Roquefort sin evocar la leyenda que acompaña a su origen. La historia nos transporta a tiempos lejanos, cuando los pastores cuidaban sus rebaños en las laderas del Combalou. Cuenta la leyenda que un joven pastor, que cuidaba su rebaño en el Combalou, embelesado por la imponente belleza de las rocas que se alzaban ante sus ojos, decidió aventurarse entre las grietas y pasadizos de la montaña. 

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Imagen antigua. Ordeño a mano. Fotografía de la Société des caves de Roquefort

Fascinado por lo que veía, olvidó por completo su humilde comida en una cueva: un pedazo de pan de centeno y un pequeño queso elaborado con la leche de sus ovejas. Días después, el pastor regresó al mismo lugar para continuar con su exploración y encontró su comida, tal y como la había dejado. Pero notó que algo había cambiado: el queso, cubierto de la misma humedad y moho que el pan, mostraba un aspecto inusual, con vetas azuladas y una textura untuosa. Intrigado, y también hambriento, lo probó y lo que descubrió fue una delicia de sabor inigualable. 

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Un trozo de queso olvidado en una cueva, origen legendario del primer Roquefort

Con el tiempo, la leyenda adoptó tintes románticos: algunos dicen que el pastor, tras dejar en una cueva de la Roca de Combalou su pan de centeno y una cuajada de leche de oveja para protegerlos del calor, quedó hipnotizado por la visión de una hermosa joven, que pasaba por allí. La siguió sin descanso, caminando hasta perderla de vista. Cuando regresó, exhausto y hambriento, encontró su pan cubierto de mohos finos y la cuajada salpicada de vetas verdosas. La probó y descubrió, asombrado, que aquella humilde cuajada se había transformado en el primer Roquefort

El interior subterráneo de las Caves Société


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Un gran mural nos sitúa los espacios que veremos durante la visita a Caves Société

Al salir de la sala 3D, nos encontramos frente a una pared que revela un impresionante plano del edificio de las Caves Société. Este gran dibujo, como si fuera una vista en sección, permite apreciar la magnitud de la estructura subterránea. Podemos localizar los puntos exactos que recorreremos durante la visita y distinguir aquellas áreas no abiertas al público, donde se concentran los espacios de fabricación y las zonas técnicas. Este esquema ayuda a comprender que lo visible en el exterior es apenas una mínima parte de un universo subterráneo mucho más amplio.

Las fleurines, el aliento de la montaña


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Las fleurines son fisuras naturales formadas tras el derrumbe del macizo de Combalou

Seguimos nuestra visita hasta el corazón de las Caves Roquefort Société, donde nos permiten asomarnos a una de esas grietas por donde la montaña “respira”. Descubrimos un fenómeno natural, tan discreto como esencial: las fleurines, el verdadero regulador del clima de las bodegas. A través de estas grietas o pequeños túneles, cuyo nombre proviene del occitano flarina —que significa “soplar”—, circula un aire fresco y constante, una especie de “ventilación” natural que airea las galerías y crea las condiciones perfectas para la formación del queso Roquefort.

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Las fleurines son conductos naturales que conectan el interior de la cueva con el exterior

Cuando en el exterior hace mucho calor, el aire circula con mayor intensidad, manteniendo una temperatura constante en el interior. En invierno, en cambio, el flujo de aire se detiene porque no hay diferencia térmica entre el exterior y las galerías subterráneas. Para mantener el equilibrio perfecto, los maestros afinadores colocan puertas o compuertas frente a estos canales, regulando de manera artesanal tanto el flujo de aire como la temperatura, que oscila entre los 8 y los 19 °C según la época del año.

El arte de fabricar Roquefort


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Aquí podemos ver la ubicación de la sala de proyección en el laberinto de cuevas de Société

Tras descubrir este fenómeno natural, el recorrido continúa hacia una sala de proyección donde se presenta, a través de un vídeo, el proceso de producción del Roquefort y la importancia de la leche de las ovejas y los ganaderos. A estas alturas de la visita seguimos en lo que podríamos llamar el nivel cero de la bodega. Las Caves Société se organizan en ocho niveles subterráneos, de los cuales cuatro están abiertos al público. Durante todo el año, la temperatura en el interior de las bodegas se mantiene entre los 8 y 10 °C, con una humedad constante cercana al 90 %, por lo que, sin importar la época del año en que se visite, se recomienda llevar una prenda de abrigo

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Ordeño mecánico de ovejas. Realizado por 1ª vez en Mas de Roquefort por la Société des Caves (1931)

En el vídeo seguimos el rastro de las ovejas Lacaune, que siguen pastando desde hace siglos en los Grands Causses, esas mesetas áridas y ondulantes del sur del Macizo Central francés. La producción de Roquefort está íntimamente ligada al ritmo de la naturaleza. La colecta de leche comienza en diciembre y se prolonga hasta finales de junio, coincidiendo con el período de ordeño de las ovejas. El resto del año no hay producción, ya que los rebaños entran en gestación y las bodegas de afinado permanecen vacías.

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El mural muestra la superficie de las bodegas de afinado del Roquefort Société dentro de la montaña

La zona de recolección de leche se extiende en un radio de 120 kilómetros alrededor de Roquefort-sur-Soulzon y abarca varios departamentos. El queso se fabrica en el departamento de Aveyron, pero su afinado se lleva a cabo exclusivamente en el pueblo de Roquefort-sur-Soulzon, lo que confiere a esta denominación su carácter único. Hoy existen siete marcas de Roquefort, y Société es la más grande, responsable de aproximadamente el 60 % de la producción total.

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Imagen antigua. Roquefort-sur-Soulzon. Recepción de leche. Société des Caves

En la actualidad, la leche destinada a la elaboración del Roquefort Société procede de 18 granjas de ovejas situadas entre los departamentos del Tarn y del Aveyron, donde la raza Lacaune sigue siendo la gran protagonista y garante de la calidad de esta denominación de origen. El nombre de Lacaune proviene de un pequeño municipio del Tarn, y su linaje es fruto de la unión de varias razas locales (Camarés, Larzac, Lauraguaise…) que, desde 1902, dieron forma a esta estirpe resistente y lechera

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Imagen antigua. Fabricación de quesos en la lechería de la Société des caves

Durante el verano, cuando el calor abrasa el altiplano de Larzac, las ovejas solo pastan de madrugada, entre las 5:30 y las 8:30, antes de resguardarse. Su alimentación, compuesta en un 80 % por forrajes, cebada, colza o soja, asegura una leche de calidad excepcional. Cada oveja consume unos 3 kg de alimento al día, lo que supone entre 800 y 1.000 kg de materia seca al año. Una oveja puede dar entre uno y tres corderos y produce alrededor de 250 litros de leche al año, pero esta producción no es uniforme. 

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Un ‘pan’ de Roquefort requiere entre 11,5 y 14 litros de leche de oveja

Entre diciembre y junio, el ordeño dura unos 180 a 200 días: en diciembre, cada oveja produce unos 3 litros diarios, mientras que en junio apenas alcanza medio litro. Para elaborar un solo “pan” de Roquefort se necesitan 12 litros de leche cruda y entera. En los inicios de la temporada se requieren hasta 14 litros, pero al final, cuando la leche es más rica en grasa, solo hacen falta 11,5 litros. Los quesos producidos al final de la campaña son más grasos y, por su menor capacidad de conservación, se consumen antes.

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Con 5.000 litros de leche y 4 gramos de Penicillium se elaboran 400 Roqueforts

Antes de comenzar la transformación, en las Caves Société se verifica cuidadosamente que la leche esté limpia y libre de bacterias, un requisito fundamental para garantizar la calidad del queso. Para fermentar 5.000 litros de leche, se añade una dosis de apenas 4 gramos de Penicillium roqueforti, el hongo esencial para el característico veteado azul del Roquefort. Esta cantidad es suficiente para producir unos 400 quesos, cada uno de aproximadamente 3 kilos. Los quesos se moldean en recipientes de 10 centímetros de altura por 20 centímetros de diámetro.

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Postales antiguas de Caves Société. Fabricación de quesos: moldeado (1950) y salado (1945)

Una vez moldeado, el queso pasa por prensas que le dan su forma definitiva. A continuación, se procede a la salazón, aplicando alrededor de 100 gramos de sal en la superficie, y se somete a un proceso de picado: una fase crucial en la que se introducen agujas largas y finas que atraviesan el queso de arriba a abajo para facilitar la circulación del oxígeno en su interior, fundamental para el desarrollo del Penicillium y el característico veteado azul. Este proceso dura aproximadamente ocho días, tras los cuales los quesos se trasladan a las bodegas para iniciar la fase de afinado y maduración.

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En estas tablas de roble comienza la lenta transformación del queso en auténtico Roquefort

La metamorfosis silenciosa se realiza sobre tablas de madera de roble y al abrigo de la piedra, y en pocos días los “panes” de queso se transforman poco a poco en Roquefort, guiados por el ojo experto del maestro afinador. Aún hoy, estos maestros queseros confían en los soplos naturales de las fleurines para regular la temperatura y la humedad de las galerías. No hay máquinas ni tecnología sofisticada que sustituyan esta sabiduría, perfeccionada a lo largo de generaciones. Son las manos expertas y la intuición humana las que deciden si se abre o se cierra una fleurine, sabiendo que ello determinará el carácter único del queso.

La Cave Reynes: la bodega de Roquefort más antigua


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Entramos en la bodega más antigua de Cave Société

Tras el vídeo sobre la producción del Roquefort, la visita continúa ascendiendo un tramo de escaleras y atravesando un estrecho túnel de piedra, donde la humedad y el frescor se hacen más palpables, hasta alcanzar la Cave Reynes: la más antigua de todas las bodegas de Cave Société. Sus paredes de piedra cuentan siglos de historia. Aquí se comprende por qué el Roquefort ha conquistado un lugar de honor en la mesa francesa, ganándose el título de “Rey de los quesos”. 

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La Cave Rue del nivel superior vacía de quesos Roquefort

La Cave Reynes nos enseña que este queso no es solo un producto gastronómico, sino un verdadero patrimonio vivo que sigue evolucionando en cada afinado. Durante nuestra visita también nos adentramos en la Cave Rue, otra de las bodegas donde se madura el queso Roquefort. El nivel superior de una superficie en planta de 590 m², tiene 1.020 m² dedicados al afinado (en las estanterías) y una capacidad para 33.000 panes de Roquefort.

El afinado y la maduración


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Imagen antigua. Bodegas Roquefort Société. El Maestro afinador garantiza la calidad de los quesos

El afinado es la clave del Roquefort. Cada cueva cuenta con su propio maestro afinador, que necesita más de 15 años de experiencia para conocerla a fondo. Su trabajo consiste en regular con precisión las corrientes de aire de las fleurines, jugando con la temperatura y la humedad. Basta un grado de diferencia para alterar todo el proceso. En las Caves Société, los panes de queso reposan sobre tablas de madera recubiertas de plástico, que ayudan a mantener la higrometría perfecta. 

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Imagen antigua. Maduración de los quesos de Roquefort

A lo largo de 14 a 25 días, el Penicillium roqueforti va obrando su magia en un ambiente estable de 12 °C. Cuando el maestro afinador considera que el moho azul ha alcanzado su punto justo de desarrollo, los quesos se envuelven cuidadosamente y pasan a cámaras frías para continuar su lenta maduración. Desde el momento en que se fabrica, cada Roquefort requiere al menos 90 días para alcanzar su plenitud.

El Penicillium roqueforti, el alma azul del queso

Caves Société
En Caves Société cultivan sus propias cepas de Penicillium roqueforti

Hablar del Roquefort sin mencionar el Penicillium roqueforti sería como hablar de vino sin mencionar las viñas. Este hongo, que florece de forma natural en las cuevas del Combalou, es el responsable de las vetas azul verdosas que atraviesan el queso Roquefort y de los sabores intensos y complejos que lo hacen inconfundible. En las Caves Société, se seleccionan y cultivan cuidadosamente cepas propias de Penicillium roqueforti, adaptadas al carácter de cada cueva. 

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Placa de laboratorio que contiene un cultivo del hongo Penicillium roqueforti

No existe un único Roquefort: cada afinado es una obra única porque cada cueva emplea una cepa distinta del hongo, lo que da lugar a matices de sabor y aroma. Durante la visita descubrimos que Société trabaja con tres cepas distintas de Penicillium roqueforti, cada una asociada a una de sus cuevas (Roquefort 1863, Cave des Templiers y Caves Baragnaudes), lo que da lugar a tres Roqueforts únicos

Cave Rue


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La Cave Rue del nivel inferior llena de quesos Roquefort

Tras recorrer la Cave Rue en el nivel +1, que en el momento de nuestra visita en junio, estaba vacía, descendemos hasta el nivel -1 de la misma bodega. Aquí, el ambiente cambia por completo: las estanterías están repletas de “panes” de Roquefort en distintas fases de afinado. Este segundo piso, con 700 m² de superficie en el suelo y 780 m² dedicados al afinado, tiene capacidad para unos 23.700 quesos de Roquefort, lo que da una idea de la magnitud de estas galerías.

Las Caves Société, una de las primeras sociedades de Francia


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Diplomas y exposiciones que reflejan el prestigio histórico de Société

La historia de Société comienza en 1842, cuando quince afinadores decidieron unir fuerzas para hacer frente a los desafíos de la Revolución Industrial. Esta unión daría lugar a la Société Civile de Roquefort, una de las primeras sociedades fundadas en Francia. Con el tiempo, esta alianza permitió mejorar la producción, perfeccionar los métodos de fabricación y garantizar la prosperidad tanto de grandes como de pequeños ganaderos.

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Algunos de los logros de Étienne Coupiac que pueden verse en la sala de exposición

En 1851, la empresa se formaliza y, en 1863, Étienne Coupiac, su visionario director —apodado “Coupiac el rojo” registra la marca “SOCIÉTÉ®” con su icónico sello ovalado. Coupiac revolucionó el trabajo en las cuevas, introdujo innovaciones como la máquina picadora para perforar los quesos y una cepilladora mecánica, multiplicando la eficiencia sin renunciar a la calidad artesanal. El crecimiento fue imparable: en 1882, Société producía ya 1.560 toneladas de Roquefort, cifra que aumentaría aún más con la llegada del ferrocarril. 

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Carteles publicitarios de Société del siglo XX

A finales del siglo XIX, la marca se democratiza. Coupiac lo resumió así: “El queso Roquefort es el rey de los quesos; ahora que este producto, hasta ahora aristocrático, va a estar al alcance de todos, de reaccionario se vuelve republicano”. En 1890 se crea el primer laboratorio de control de calidad, impulsando avances técnicos como las zonas refrigeradas para optimizar los stocks. Este espíritu de innovación permitió a Société atravesar sin problemas los retos del siglo XX.

El Roquefort fue el primer queso en obtener la AOP

Société
Antiguos carteles publicitarios de Roquefort Société, testimonio de su legado centenario

En 1925, bajo la dirección de Émile Masclet, Société obtuvo la Appellation d’Origine Contrôlée (AOC), Denominación de Origen Controlada, siendo el primer queso del mundo en recibir este reconocimiento. En 1996, este reconocimiento se consolidó en Europa con la Appellation d’Origine Protégée (AOP), Denominación de Origen Protegida, que ha celebrado su centenario en 2025. Hoy, con casi dos siglos de historia y como parte del grupo Lactalis desde 1992, sigue innovando dando nueva vida al Roquefort en aperitivos, postres y recetas creativas. 

La sala de degustación: un viaje de sabores


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Una cata de queso Roquefort nos espera al final de la visita a las bodegas Société

La visita a estas bodegas de Roquefort culmina con una degustación de queso Roquefort AOP Société, cada uno con su carácter y matices propios. Antes de probarlos, la guía ofrece consejos sobre cómo conservar y servir este queso. El Roquefort debe protegerse en su embalaje original o envuelto en papel de aluminio. Conviene guardarlo en la parte baja del frigorífico y evitar los cambios bruscos de temperatura. El Roquefort debe “respirar” antes de servirse: lo ideal es sacarlo una hora antes, para que despliegue toda su textura, aroma y sabor.

El arte de la cata del Roquefort


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Cada Roquefort revela el carácter de su Penicillium y entorno de afinado

La cata de las cuatro variedades de queso Roquefort Société nos permite descubrir cómo la cepa de Penicillium roqueforti y el entorno de cada cueva, imprimen su propio sello. Aunque el Roquefort es un tesoro gastronómico, no todos pueden disfrutarlo sin riesgos. Las autoridades sanitarias francesas desaconsejan su consumo a personas con un sistema inmunitario debilitado, mujeres embarazadas y menores de cinco años.

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Roquefort 1863, el queso más emblemático de Société

Roquefort 1863: es el más emblemático de Caves Société y el de producción más amplia. Equilibrado, con un veteado discreto color marfil y una armonía perfecta entre fuerza y suavidad. Es el Roquefort “comodín” para utilizar en recetas y es el más fácil de encontrar en supermercados en España.

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Un queso Roquefort ideal para tablas gourmet y maridajes delicados

Caves Abeille: reconocible al instante por su color marfil intenso y su veteado verde esmeralda delicado y armonioso. Es más suave y dulce que el Roquefort 1863. Este queso representa el equilibrio perfecto entre textura, sabor y carácter, heredero de la larga tradición de Société.

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El Roquefort AOP Société Cave des Templiers combina perfectamente con carnes blancas

Cave des Templiers: su pasta blanca contrasta con un veteado profundo, casi negro, que le proporciona un sabor más pronunciado. Es el más intenso de la gama de quesos Roquefort de Société, con una textura más fundente y cremosa. Su rareza lo convierte en una joya para los amantes de sabores potentes.

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El Roquefort Caves Baragnaudes es más untuoso y persiste más tiempo en la boca

Caves Baragnaudes: de color marfil y vetas verde pálido, es delicado y aromático. Primero sorprende su cremosidad y notas de miel o sotobosque, para luego desplegar una fuerza que persiste en el paladar. El Baragnaudes suele ser el preferido por los aficionados, considerado una joya que expresa el sabor más refinado de este queso legendario. Las variedades Templiers y Baragnaudes se comercializan exclusivamente en Francia, lo que las convierte en una tentación reservada para los paladares locales o para quienes visitan el país.

Maridajes que conquistan al Roquefort


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Antigua postal publicitaria de Société con la receta de la tortilla de Lapeyrière

El Roquefort brilla junto a ingredientes como higos, peras, nueces, trufa o incluso pollo asado y tocino. Para los más atrevidos, se puede combinar con frutas frescas como piña o pomelo, o con verduras como el apio, el brócoli o la calabaza. En cuanto a bebidas, los maridajes clásicos son los vinos dulces como un Rivesaltes o un buen Oporto.

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Antigua postal publicitaria de Société con la receta “Les Palets Prinsky”

Sin embargo, el célebre gastrónomo Curnonsky prefería combinarlo con grandes tintos secos, dependiendo de la maduración del queso. Para paladares curiosos, el Roquefort combina de forma extraordinaria con cerveza negra tipo Imperial Stout, de notas torrefactas de café y chocolate. O incluso con café de Brasil, creando una explosión de aromas tostados y frutales que realzan el carácter del Roquefort.

La sala de exposición: casi dos siglos de historia


Caves Société
La sala de exposición muestra la historia de la empresa Société

La última etapa de la visita nos sumerge en la memoria de Société, a través de imágenes, documentos históricos y objetos que cuentan más de un siglo y medio de historia. Las paredes están cubiertas con grandes carteles publicitarios de distintas épocas, desde los primeros carteles con ilustraciones artesanales hasta las campañas más recientes que han hecho del roquefort un icono gastronómico.

Caves Société
El óvalo de Société, emblema de la marca

Varias pantallas muestran un recorrido cronológico por los hitos de la marca: el depósito de la marca registrada en 1863, los croquis de la maquinaria pionera que revolucionó el afinado, y los diplomas y medallas obtenidos en Exposiciones Internacionales de ciencia e industria. En este espacio, es fácil comprender cómo Société ha sabido innovar sin traicionar sus raíces, manteniendo su carácter único y su lugar de honor en la gastronomía francesa y mundial. 

Caves Société
Las bodegas de Roquefort Société, cuna del queso más famoso de Francia

Con su veteado inconfundible, aroma penetrante y sabor intenso, el Roquefort impone respeto. “Le Roquefort, c’est fort”, dicen en Francia, ¡y con razón! Su fuerza es su mayor virtud, un regreso al sabor auténtico que desafía la estandarización de los productos actuales. Claude Lévi-Strauss lo resumió con precisión: “No basta con que un alimento sea bueno para comer, también debe ser bueno para pensar en él”. Degustar Roquefort es mucho más que saborear un queso, es vivir una experiencia cultural que combina terroir, tradición y maestría. Y eso, a Planeta Dunia, le encanta.

Más información: Caves de Roquefort Société. Dirección: 2 Avenue François Galtier, 12250 Roquefort-sur-Soulzon. Teléfono: +33 565 585 438. La visita a las Caves Société® se encuentra en la parte alta del pueblo. Las oficinas de Caves Société están en 15 Avenue de Lauras, pero no están abiertas al público. Desde este punto, la entrada a las bodegas está a unos 550 metros (aprox. 8 minutos a pie). Dispone de un aparcamiento gratuito frente al acceso de entrada. Horario: En agosto, diariamente de 10 a 17:30 h. En septiembre, diariamente de 10 a 12 h y de 13:30 a 17 h. De octubre a julio, diariamente de 10 a 12 h y de 13:30 a 16:30 h. Entrada: Visita guiada a las bodegas de Roquefort Société y degustación de tres quesos Roquefort: 7’5 €. Web: Caves de Roquefort Société

Toda la información generada durante mi viaje a las bodegas de Roquefort Société puede consultarse a través de los hashtags #Roquefort100Años y #Aveyron.

5 Hôtels Particuliers de Montpellier

Montpellier
Los Hôtels Particuliers de Montpellier son tesoros ocultos de su patrimonio histórico

Montpellier es una ciudad que cuenta con cerca de 80 hôtels particuliers. Cuando hablamos de “hôtels particuliers”, no hacemos referencia a hoteles en el sentido de alojamientos para viajeros, sino a residencias urbanas de lujo construidas como vivienda familiar para la aristocracia, la alta burguesía, médicos o grandes comerciantes, entre los siglos XV y XVIII, para reflejar su poder y estatus social.

Montpellier
Ubicados en el corazón de las ciudades, estas residencias privadas eran de familias influyentes

Estas joyas arquitectónicas ofrecen una mirada fascinante a la vida y el estilo de esta nobleza urbana de época. Tan sólo 10 de estos edificios están abiertos al público a través de visitas guiadas organizadas por la oficina de turismo de Montpellier, permitiendo a los visitantes explorar su antiguo esplendor y descubrir los secretos de su pasado. No deben visitarse por libre, ya que son viviendas habitadas y a nadie le gusta encontrarse a desconocidos llamando a la puerta de tu casa.

Montpellier
Los siglos XVII y XVIII marcaron el período de mayor esplendor de los hôtels particuliers

En este artículo, exploraremos cinco Hôtels Particuliers de Montpellier: el Hôtel des Trésoriers de la Bourse, el Hôtel de Montcalm, el Hôtel Manelli, el Hôtel Rey y el Hôtel Lamouroux. A través de sus historias, sus primeros habitantes, detalles de arquitectura y curiosidades, podremos apreciar la riqueza cultural y la importancia histórica que estos edificios representan para Montpellier.  

Hôtel des Trésoriers de la Bourse (siglo XVII-XVIII)


Montpellier
Detrás de una fachada sobria se esconde uno de los tesoros de la arquitectura de Montpellier

El Hôtel des Trésoriers de la Bourse, es el “hôtel particulier” más grande de Montpellier, se encuentra en el número 4 de la Rue des Trésoriers-de-la-Bourse. Con una historia notable y una arquitectura impresionante, este edificio ha sido testigo de varias transformaciones a lo largo de los siglos, reflejando el esplendor de la aristocracia local.

Historia


Montpellier
Vista de Montpellier por Hérault Christophe Tassin (1634)

La historia del Hôtel des Trésoriers de la Bourse se remonta al siglo XVI, cuando Antoine de Saporta (1507-1573), amigo de la infancia de Rabelais y médico de los reyes de Navarra, adquirió la propiedad en 1554. Más tarde, en 1632, la residencia pasó a ser propiedad de Daniel de Gallières, presidente de la “Cour des Comptes, Aides et Finances”, y la residencia tomó el nombre del Hôtel de Gallières.

Montpellier
A la izquierda del patio de honor se encuentra la gran escalera

El edificio actual es el resultado de tres importantes campañas constructivas. La primera, en 1652, fue ordenada por Pierre de Gallières, sobrino de Daniel, quien mandó construir una gran escalera en el patio de honor, aún visible, donde probablemente trabajaría el albañil Antoine Laurens. En 1693, Pierre de Gallières vendió el hôtel a Pierre de Sartre, secretario del Rey y Tesorero de la Bolsa de Languedoc, quien transformó profundamente el edificio con la ayuda del arquitecto Augustin-Charles d'Aviler (1653-1701).

Retrato de Madame y Joseph I Bonnier de La Mosson
Retrato de Madame y Joseph I Bonnier de La Mosson pintado por Jean Ranc (1702)

La tercera campaña se realizó en 1712, por orden del tesorero de la Bolsa, Joseph I Bonnier de la Mosson (1676-1726), que adquirió el hôtel y completó su remodelación contratando al arquitecto Jean Giral (1679-1755), quien creó la hermosa puerta en la fachada posterior y añadió decoraciones en el primer patio. El mascarón en el porche de entrada, que muestra el rostro de una joven con una expresión triste, fechada en 1731, es también obra de Jean Giral.

Arquitectura


Montpellier
El Hôtel des Trésoriers de la Bourse se organiza alrededor de dos patios

La entrada principal da acceso al patio de honor, de aproximadamente 90 m², a través de un porche abovedado. El pavimento de guijarros rodea un camino de losas de piedra que conduce a una pequeña escalera al fondo del patio. Bonnier de la Mosson añadió decoraciones en el primer patio, incluyendo guirnaldas y figuras de amorcillos, y sobre la entrada del cuerpo principal, cuatro amorcillos sonrientes simbolizan la abundancia del Languedoc.

Curiosidades


Montpellier
Representación de la abundancia del Languedoc

Entre 1696 y 1704, Jean Giral también se encargaría de la restauración del acueducto del Pont du Gard, que visitamos en nuestra ruta por la Vía Domitia. El Hôtel des Trésoriers de la Bourse sufrió varias reformas en el siglo XIX, adquiriendo su aspecto actual. La gran escalera en el patio de honor, construida por Pierre de Gallières, es un elemento destacado, aunque presenta errores de diseño en los pisos superiores. Clasificado como Monumento Histórico en 1945, actualmente es la sede de la Maison de Heidelberg, ciudad germana hermanada con Montpellier.

Hôtel de Montcalm (1544)


Montpellier
En la Rue du Bras de Fer se encuentra otra de las puertas de entrada al Hôtel de Montcalm

El Hôtel de Montcalm, situado en el número 3 de la Rue de l'Ancien-Courrier, es otra de las joyas arquitectónicas de Montpellier. Esta imponente construcción en piedra calcárea local, con sus tres grandes patios, refleja la opulencia y la influencia de la familia Montcalm, una prominente familia aristocrática de la antigua región occitana de Rouergue.

Historia


Montpellier
Hoy, el Hôtel de Montcalm sigue siendo una propiedad privada

El vínculo de los Montcalm con Montpellier se establece en 1632, cuando Louis III de Montcalm se casa con Jeanne de Calvet, hija de Guillaume Calvet e Isabeau de Bossuges. La familia Calvet poseía desde 1480 este notable “hôtel particulier” en la Rue du Courrier, que posteriormente sería transformado y ampliado por los Montcalm.

Montpellier
Maison Caizergues (Hôtel de Montcalm) por Jean-Marie Amelin (1821)

Tras la muerte del padre de Jeanne en 1651, el albañil Antoine Limaigne fue contratado para renovar y modernizar el hôtel medieval de los Calvet. Las principales modificaciones se realizaron en 1680, cuando Pierre de Montcalm encargó a Antoine Giral (c. 1638-1721) la construcción de una galería sobre el jardín, creando una imponente terraza sostenida por arcadas.

Arquitectura


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Vista de los apartamentos que dan al antiguo jardín

La fachada trasera, con elementos decorativos típicos del siglo XVIII, es un ejemplo notable de esta época. El elemento más emblemático es el Patio de Honor, dominado por su célebre escalera de caracol diseñada por Antoine Giral. Esta escalera abierta está decorada con una bonita balaustrada y presenta un núcleo hueco, que quizás sirvió de “montacargas” para la comida, ya que las cocinas se encontraban en la parte baja.

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La arquitectura del Hôtel de Montcalm mezcla el esplendor renacentista y el clásico francés

La rampa de la escalera, esculpida en el mismo bloque de piedra, incluye pequeñas trompas en forma de conchas que dan mayor estabilidad a la estructura, y reflejan la influencia de la estética parisina y las técnicas de Jean Ardouin Mansart. De la antigua residencia Calvet también se conservan algunos elementos, como el tragaluz con ventanas trilobuladas y los decorados renacentistas del patio interior.

Curiosidades


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Placa que recuerda la partida del marqués de Montcalm en 1756

El Hôtel de Montcalm ha experimentado pocas modificaciones posteriores a las realizadas en el siglo XVII. Pasó a manos de Louis Joseph, marqués de Montcalm (1712-1759), quien partió de esta residencia el 6 de febrero de 1756 para defender el Canadá, encontrando una muerte heroica en Quebec el 14 de septiembre de 1759, tal y como se puede leer en la placa colocada en el patio interior.

Hôtel Manelli (siglo XIII)


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En la Rue de l'Ancien-Courrier se encuentra la puerta de acceso al Hôtel Manelli

El Hôtel Manelli, situado en el número 15 de la Rue de l'Ancien-Courrier, es una de las construcciones patricias más antiguas de Montpellier. La estructura de su patio, aunque más pequeña que la de los otros "hôtel particulier", que hemos visto, muestra realmente cómo era la distribución de estas viviendas en la Edad Media. El Hôtel Manelli debe su nombre a Nicolas Manelli, un recaudador de impuestos que fue propietario del edificio en el siglo XV. 

Historia


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Vista de una de las torres del patio interior

Sin embargo, la estructura original de este "hôtel particulier" sugiere que pudo haber sido erigido entre los siglos XIII y XIV, aunque la autoría de la obra sigue siendo desconocida. El edificio ha sido testigo de múltiples transformaciones y usos a lo largo del tiempo, reflejando la evolución de la arquitectura urbana de Montpellier desde la Edad Media hasta la actualidad.

Arquitectura


La huella medieval se resiste a desaparecer

La construcción del Hôtel Manelli se caracteriza por el uso de caliza en sus muros y tejas curvas en la cubierta, elementos típicos de la arquitectura medieval. El edificio se eleva tres pisos y presenta una estructura de bóvedas de ojivas. Uno de los elementos más notables es su escalera en espiral, considerada la más antigua de este tipo conservada en Montpellier, que data de mediados del siglo XIV.

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Huellas de ventanas medievales

Este tipo de escalera, conocido localmente desde la época romana, comenzó a adaptarse en las casas urbanas alrededor de 1350 y se convirtió en una forma predominante de distribución vertical a partir del siglo XV. La fachada del Hôtel Manelli conserva vestigios de un conjunto de pequeñas ventanas o aberturas, así como puertas y ventanas de antiguas tiendas en la planta baja. En el patio interior, se pueden observar también restos de ventanas medievales. La composición original del edificio parece haber sido un cuadrilátero que rodeaba el patio central.

Curiosidades

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Una escalera de acceso se esconde en la torre circular

La escalera del Hôtel Manelli está escondida en una torre, a diferencia de otras viviendas que hemos visto, donde las escaleras se muestran como un elemento central y decorativo. En el Hôtel Manelli, no es la parte más importante de la vivienda. Esta escalera es una estructura práctica, diseñada simplemente para subir a los pisos superiores.

Hôtel Rey (1682)


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En la Grand'Rue Jean-Moulin se encuentra la puerta de entrada al Hôtel Rey

Ubicado en la 21 Grand'Rue Jean-Moulin de Montpellier, el Hôtel Rey se erige como un ejemplo de la rica herencia arquitectónica e histórica de la ciudad. Construido en el siglo XVII y ampliado en el XVIII, este “hôtel particulier” ha albergado a prominentes familias como los Rey y los Serres, preservando su esplendor con una impresionante escalera y detalles renacentistas.

Historia


La escalera del Hôtel Rey fue cerrada con puertas acristaladas en el siglo XIX

El Hôtel Rey, cuyo legado se remonta al año 1602 cuando pasó a ser propiedad de la familia Rey, ha sufrido también múltiples transformaciones a lo largo de los siglos. Inicialmente adquirido por Françoise Nicole Veuve Rey, el edificio sufrió notables ampliaciones y renovaciones durante los períodos tardíos de los siglos XVII y XVIII, incluyendo la adición de su impresionante escalera y portal.

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Las esquinas de la escalera interior están decoradas con grotescos

Durante su rica historia, el hôtel cambió de manos entre diversas familias prominentes de Montpellier. Destacándose entre ellas, Salomon Rey, quien fuera contable en el Tribunal de Cuentas, y más tarde, la familia Serres de Florensac, quienes mantuvieron la propiedad hasta que, en 1783, pasó a ser propiedad de un sobrino de Pierre de Serres, Jean-François Paulinier de Fontenille (1739-1803), capitán del Regimiento d'Aunis, que se convirtió en su nuevo propietario.

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Las dos salidas, en dos calles diferentes, del Hôtel Rey, facilitaron la clandestinidad de Jean Moulin

Posteriormente, en 1785, fue adquirido por Jean-Pierre Pomier (ca 1725-1802), un distinguido comerciante cuya descendencia, a través de su nieta Honorine Martin de Choisy (1794- 1831), trajo consigo nuevas ramificaciones familiares y sociales al hôtel, al casarse en 1817 con el conde Louis Pierre Alexis d'Adhémar (1790-1864), ayudante mayor del Regimiento de Cazadores de Mosa.

Arquitectura


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Vista de los detalles decorativos del patio interior

La fachada principal del Hôtel Rey se distribuye en tres niveles, cada uno adornado con tres amplios ventanales rectangulares simétricamente dispuestos bajo un frontón triangular. Las ventanas están enmarcadas por columnas toscanas pareadas que sostienen un entablamento con un friso decorado. En el primer piso, las ventanas altas están flanqueadas por pilares con capiteles jónicos, unidos por guirnaldas florales que decoran los dinteles. Los pilares del segundo piso están coronados por capiteles corintios.

Curiosidades


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Jean Moulin se escondió en el Hôtel Rey durante la Segunda Guerra Mundial

En el segundo piso del Hôtel Rey residió clandestinamente Jean Moulin (1899-1943), destacado miembro de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, junto a su hermana Laure Moulin (1892-1974) y su madre. Durante el verano de 1937, Laure había sido nombrada profesora en Montpellier, lo que llevó a la familia Moulin a instalarse en la ciudad.

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Jean Moulin fotografiado por Marcel Bernard en el acueducto de Montpellier en febrero de 1940

La postura antifascista de Jean Moulin y su resistencia a colaborar con el régimen de ocupación nazi lo convirtieron en un hombre buscado y perseguido. Durante su estancia en el Hôtel Rey, Jean Moulin se dedicaba por las noches a traducir mensajes para la Resistencia. La Gestapo anunciaría a su familia su fallecimiento, en este mismo lugar, el 8 de julio de 1943.

Hôtel Lamouroux (1721)


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En la Grand'Rue Jean-Moulin se encuentra la puerta de acceso al Hôtel Lamouroux

Ubicado en la 15 Grand'Rue Jean-Moulin, el Hôtel Lamouroux es otro notable ejemplo de arquitectura urbana en Montpellier. Este edificio histórico, con un rico pasado que se remonta al siglo XVIII, presenta detalles arquitectónicos y una historia que merecen ser admirados y preservados. El Hôtel Lamouroux ha sido una propiedad privada desde su construcción y continúa siéndolo en la actualidad. Fue inscrito como monumento histórico el 15 de diciembre de 1994, destacando así su valor patrimonial.

Historia


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La estructura actual del Hôtel Lamouroux corresponde a la construcción del siglo XVIII

El Hôtel Lamouroux fue construido en 1721 tras la adquisición de dos parcelas por François Lamouroux, quien desempeñaba el cargo de Tesorero encargado de gestionar los fondos extraordinarios destinados a las operaciones militares del reino. Durante el siglo XIX, se realizaron reparaciones y modificaciones en la escalera principal, uno de los elementos más distintivos del edificio.

Arquitectura


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La anchura de la escalera facilitaba el acceso a las mujeres que vestían faldas voluminosas

El Hôtel Lamouroux está construido principalmente en caliza y se organiza en forma de cuadrilátero alrededor de un patio interior, un diseño típico de los “hôtels particuliers” de Montpellier. El edificio cuenta con tres plantas cuadradas que presentan elementos escultóricos y de hierro forjado. Los tres niveles eran la estructura habitual de estas residencias nobles del siglo XVIII. 

La estructura de la escalera es abierta y decorada con elementos de hierro forjado

La planta baja se destinaba a las cocinas, almacenes, despensas y caballerizas. En la primera planta se encontraba la planta noble, con salones, comedores y salas de estar. La segunda planta albergaba la zona privada de la familia, es decir, dormitorios y baños, mientras que la última planta se destinaba al personal de servicio. La escalera principal del Hôtel Lamouroux es un ejemplo notable de la arquitectura del siglo XVIII. Se trata de una escalera de caracol con descansillos, integrada dentro del edificio y empotrada, dispone de una abertura central que permite la entrada de luz natural y aire al núcleo de la escalera.

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