Mostrando entradas con la etiqueta Hotel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Hotel. Mostrar todas las entradas

Château Capitoul: un hotel de lujo entre viñedos

Château Capitoul
El Château Capitoul es un lugar donde el lujo se combina con la autenticidad de una finca vinícola

En el corazón del Languedoc, muy cerca de Narbonne, se encuentra el Château Capitoul, una finca vinícola milenaria que combina historia, naturaleza y lujo contemporáneo. Rodeado de viñedos centenarios, lagunas de flamencos y los imponentes acantilados del macizo de La Clape, el castillo y su aldea de villas ofrecen un refugio único para quienes buscan una escapada de lujo que une confort, gastronomía de primer nivel y una conexión directa con la naturaleza.

Château Capitoul
Horizontes verde y azules en Château Capitoul

Desde el cuidado de sus jardines mediterráneos hasta la exquisitez de su bodega y restaurantes, cada rincón de Château Capitoul refleja la pasión de sus propietarios por la historia, la viticultura y la sostenibilidad. En este artículo, comparto mi experiencia recorriendo sus espacios, explorando sus villas, disfrutando de la piscina infinita, degustando los sabores de su restaurante a la parrilla Asado, y descubriendo la riqueza de su bodega y tienda de vinos.

Historia del Château Capitoul


Château Capitoul
Vista desde el castillo, con los viñedos extendiéndose hasta el horizonte

La historia del vino en el Languedoc se remonta muy atrás en el tiempo. Introducida por los griegos en el siglo V a. C. y desarrollada por los romanos tras la fundación de la Colonia Narbo Martius (Narbonne) en el 118 a. C., la viticultura convirtió a esta región en una de las más prósperas de la Galia. Desde la Colonia Narbo Martius partían barcos cargados de vino, miel y otros productos hacia todo el Imperio Romano. 

Château Capitoul
Dos de las villas frente a la piscina, integradas en el paisaje mediterráneo

En aquella época, La Clape era una península que se adentraba en el Mediterráneo, salpicada de lagos, de ahí su antiguo nombre de Insula Lacquis. Se cree que los primeros viñedos de la zona surgieron gracias a los legionarios a quienes César recompensaba con tierras fértiles tras sus victorias. La primera mención documentada de la finca como productora de vino aparece en un pergamino latino del 26 de mayo de 1324, lo que confirma la longevidad de esta tradición. 

Château Capitoul
Salón de la villa nº 21, con acceso directo a la terraza

Durante siglos, el vino estuvo estrechamente ligado al poder de monasterios y órdenes religiosas, esenciales tanto para la economía como para la liturgia. En el siglo XV, Capitoul pasó a ser propiedad de los canónigos de la Catedral de San Justo, visible desde las ventanas del castillo, y probablemente en ese momento adoptó su nombre derivado del latín Capitulum

Château Capitoul
Salón, comedor y cocina integrados diseñados para la comodidad y el disfrute de la luz natural

La auténtica edad de oro llegó en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la industrialización disparó la demanda de vino en Francia. El Languedoc vivió entonces su propio “El Dorado del vino”, beneficiándose incluso de la crisis de la filoxera gracias a suelos resistentes y a los injertos de vides americanas. En ese contexto, la familia Rivière encargó entre 1898 y 1900 la restauración de la finca, que adquirió el aspecto arquitectónico que aún conserva hoy. 

Château Capitoul
Segundo dormitorio de la villa nº 21, elegante y acogedor

Pero el esplendor fue efímero: la sobreproducción, las importaciones de vino argelino, las guerras mundiales y el cambio de hábitos de consumo llevaron a un largo periodo de decadencia. En 1962, la finca fue adquirida por Fernand Aupecle y permaneció en su familia hasta 2011, cuando pasó a manos de la familia Bonfils. Convencidos de su potencial enoturístico, impulsaron la renovación de los viñedos y de la bodega, y más tarde se asociaron con Domaine & Demeure, especialistas en reconvertir fincas vitivinícolas en destinos turísticos de primer nivel

Château Capitoul
La terraza privada de la villa nº 21 dispone de tumbonas, sombrilla, mesa, sillas y barbacoa

Las obras de restauración comenzaron en 2018, dando lugar al renacimiento de Château Capitoul como un espacio donde la autenticidad vinícola convive con el lujo contemporáneo. Hoy, junto a Les Carrasses, que visitamos con anterioridad, y St Pierre de Serjac, forma parte de un trío de dominios vitivinícolas convertidos en hoteles únicos, que permiten a sus visitantes sumergirse en la historia, la naturaleza y los vinos del sur de Francia.

El Castillo: elegancia neogótica convertida en hotel 

Château Capitoul
El castillo neogótico del siglo XIX, emblema de Château Capitoul

El edificio principal de la finca es un castillo neogótico del siglo XIX, transformado en un refugio de lujo donde se respira arte e historia en cada rincón. Sus techos altos, la restauración meticulosa y una atención casi obsesiva al detalle transmiten una sensación de elegancia serena que acompaña al viajero desde el primer momento.

Château Capitoul
La luminosidad y los tonos neutros crean un ambiente sereno en las habitaciones del castillo

En la planta superior se encuentran las ocho lujosas habitaciones del hotel, bañadas por la luz del sur de Francia y abiertas a vistas espectaculares de los viñedos y de la laguna. Cada estancia combina piezas de distintas épocas: lámparas Art Déco y Art Nouveau, espejos antiguos, sillones de terciopelo, detalles de estilo imperio y mobiliario de mediados del siglo XX, todo adaptado con naturalidad a las necesidades contemporáneas. 

Château Capitoul
La elegante escalera de acceso a las plantas superiores

Las paredes, en tonos grises, muestran litografías originales, documentos de archivo, fotografías de artistas como Karl Blossfeldt o Tom Baril, e incluso las obras en gran formato del fotógrafo narbonés Patrick Chanteloup. Nada se ha dejado al azar: grandes firmas de diseño acompañan la decoración de estas habitaciones de gran tamaño con camas king size, mientras que los baños despliegan un juego cromático en azul cristalino con vetas doradas, completados con grifería Art Déco y bañeras esmaltadas

Château Capitoul
Muebles Art Déco y litografías Art Nouveau conviven con obras contemporáneas

La combinación de terciopelos, aromas elegidos con cuidado y piezas de anticuario francesas e italianas convierten cada habitación en un espacio íntimo, elegante y acogedor. El Château Capitoul encarna así un universo de confort y refinamiento, donde cada detalle refleja la pasión de sus propietarios, Karl O’Hanlon y Anita Forte por el arte, las antigüedades y el diseño de interiores. Una puesta en escena elegante que da vida a un castillo con alma propia.

Las Villas de la Aldea 

Château Capitoul
Una de las villas con jacuzzi privado en el jardín

Para quienes buscan independencia y confort durante su estancia en Château Capitoul, las 44 villas privadas, totalmente independientes, son la opción ideal, tanto en pareja como con amigos o en familia. La mayoría cuenta con terraza y jardín, y en 26 de ellas se añade el privilegio de una piscina privada con vistas al paisaje vitivinícola. 

Château Capitoul
Entrada a nuestra villa privada con terraza y jardín

El conjunto ha sido concebido como una auténtica aldea mediterránea, con callejones bordeados de muros de piedra seca que se abren hacia la laguna, refugio de flamencos y aves migratorias. Inspiradas en la arquitectura local, las villas combinan el carácter tradicional del Languedoc con un estilo contemporáneo que prioriza la luminosidad, el espacio y la eficiencia energética. 

Château Capitoul
Uno de los dos dormitorios con baño en suite: elegancia y serenidad en cada detalle

Materiales nobles y naturales —tejas de terracota, vigas de roble, contraventanas de madera o azulejos antiguos— se mezclan con soluciones modernas como ventanales panorámicos y piscinas de bajo consumo. Cada villa es diferente, pero todas transmiten una sensación de serenidad gracias a sus tonos neutros, muebles de madera y objetos antiguos cuidadosamente integrados.

Château Capitoul
Amplio salón con ventanales panorámicos: luz, confort y vistas que conectan con la naturaleza

Las cocinas totalmente equipadas, los amplios salones con tecnología de alta fidelidad y los dormitorios con baño en suite convierten cada estancia en una experiencia de confort absoluto. Al caer la tarde, el sol se oculta tras los viñedos y el horizonte se tiñe de dorado: un momento perfecto para disfrutarlo desde la terraza o el borde de la piscina privada, en plena armonía con el entorno natural del macizo de La Clape.

Un enclave privilegiado en el Languedoc 

Château Capitoul
Los viñedos de Château Capitoul se extienden hacia la laguna, integrando paisaje y viticultura

El Château Capitoul se encuentra a solo cinco minutos de Narbonne y del puerto pesquero de Gruissan, entre viñedos y acantilados, en plena reserva natural del macizo de La Clape. Su localización ofrece lo mejor de ambos mundos: la tranquilidad de un paisaje protegido y, al mismo tiempo, fácil acceso a playas secretas, pueblos costeros, mercados tradicionales o restaurantes con estrellas Michelin. El castillo está bien comunicado por carretera —a través de la red de autopistas A9, A61 y A75—, tren de alta velocidad desde Narbonne y hasta siete aeropuertos europeos rodeando la región: Toulouse, Montpellier, Béziers, Perpignan, Carcassonne, Girona y Barcelona.

Jardines que se funden en el paisaje 

Château Capitoul
Jardines mediterráneos diseñados por James Basson y Olivier Filippi, integrados en el paisaje

El renombrado paisajista James Basson, en colaboración con el botánico Olivier Filippi, diseñó unos jardines capaces de integrarse con la naturaleza árida del macizo. Con más de 65.000 plántulas y 300 árboles de especies mediterráneas, este paisaje seco prospera sin fertilizantes, pesticidas ni riego, en un ejercicio de sostenibilidad ejemplar. Encinas, pinos carrascos, arces silvestres y árboles de Judea comparten espacio con escultóricas euphorbias, lavandas y romeros que cambian con las estaciones, realzando la metamorfosis natural de La Clape.

Un refugio de biodiversidad 

Château Capitoul
Viñedos de Château Capitoul integrados en un ecosistema rico en biodiversidad

La finca y sus alrededores son hábitat de una extraordinaria diversidad: se contabilizan aquí al menos 400 especies de aves de las 950 presentes en Europa Occidental. Flamencos rosados, cigüeñas, garzas, águilas y alcaudones sobrevuelan los viñedos, mientras murciélagos, reptiles y pequeños mamíferos encuentran refugio en los muros de piedra seca, diseñados como auténticas cajas nido. La filosofía del Château es clara: convertirse en protector temporal de un ecosistema que debe preservarse para las generaciones futuras.

Experiencias en plena naturaleza 

Château Capitoul
Cada planta y árbol contribuye a un ecosistema vivo

Además de la contemplación, Capitoul invita a vivir el entorno. Desde los jardines y la piscina infinita con vistas a la laguna hasta las pistas de tenis o petanca, el descanso se combina con actividad. Se organizan retiros de yoga, tours gastronómicos, rutas en bicicleta eléctrica y observación de aves. Y para los más aventureros, el macizo de La Clape despliega 15.000 hectáreas de senderos, paredes de escalada y rutas ciclistas que conducen, en menos de diez minutos, hasta las playas mediterráneas.

La piscina infinita


Château Capitoul
Treinta metros de agua climatizada que se funden con el horizonte azul del mar

Entre la aldea de villas y el edificio principal del castillo se abre paso un auténtico oasis: la piscina infinita de 30 metros, climatizada desde principios de abril hasta finales de septiembre. Su horizonte azul se confunde con el cielo y las aguas del estanque de Bages, regalando la sensación de bañarse en plena naturaleza. Bajo la sombra de los olivos que actúan como sombrillas naturales, los días transcurren entre chapuzones refrescantes.

Château Capitoul
El solárium está listo para disfrutar del sol mediterráneo, con vistas al viñedo

En una planta superior encontramos un solárium que invita a tomar el sol mientras se disfruta de un cóctel en el bar o de la inmesidad del horizonte. Frente a los viñedos, la mirada se pierde en un paisaje mediterráneo que invita a la calma, al sosiego y al disfrute sin prisas. Las tumbonas están listas para refugiarse del sol o en una inocente siesta.

Dos restaurantes: uno de alta cocina, y el otro un asador 

Château Capitoul
Buffet del desayuno en Asado, con productos frescos y locales para un buen inicio de jornada

La experiencia en Château Capitoul también se saborea. La finca cuenta con dos propuestas gastronómicas que celebran los productos del Mediterráneo y la tradición de la buena mesa: el restaurante gourmet Méditerranéo situado en la planta baja del castillo, que propone una experiencia más íntima y refinada. Aquí, la gastronomía se convierte en arte y cada bocado refleja un equilibrio perfecto entre rusticidad y elegancia, y el restaurante a la parrilla: Asado.

Asado: fuego, vistas y hospitalidad 

Château Capitoul
Acceso al restaurante Asado, donde la brasa y el vino son protagonistas

Ubicado en las antiguas bodegas del castillo, Asado respira autenticidad y carácter. El chef Heber González trabaja detrás de un imponente mostrador que huele a leña, donde el fuego realza los sabores de los mejores productos de la región: carnes jugosas, pescados frescos y mariscos que desprenden aromas irresistibles al contacto con las brasas de parra y carbón

Château Capitoul
La terraza panorámica de Asado regala atardeceres inolvidables sobre viñedos

El espacio, con una gran terraza panorámica, regala una puesta en escena que combina gastronomía y paisaje. Al caer la tarde, los viñedos y la laguna se tiñen de tonos dorados mientras el olor de la parrilla invita a disfrutar de un ambiente relajado y vibrante. Sin embargo, durante la temporada de verano, los mosquitos pueden ser numerosos, y la sensación puede resultar intensa si no se va bien protegido. Recomendamos llevar repelente y ropa ligera de manga larga para disfrutar plenamente de una cena en el exterior sin molestias. 

Château Capitoul
Nuestra cena en Asado comenzó con una apetecible ensalada césar con pollo

Durante nuestra estancia pudimos probar algunos de los platos de la carta: una ensalada césar abundante (20 €), un filete de ternera del Aubrac perfectamente sellado y acompañado por brócoli y patatas asadas a la brasa y una pequeña ensalada verde (35 €). La carne de vacuno de la región de Aubrac es famosa por su terneza. Como broche final, una deliciosa tarta de higos con sorbete, con almendras tostadas, nueces trituradas e higos (12 €) que cerró la cena con una nota fresca y dulce. La mañana siguiente regresamos para desayunar, disfrutando de un amplio y variado buffet. 

Château Capitoul
Filete de ternera del Aubrac, tierno y jugoso, directo de la parrilla de Asado

Además de la excelencia gastronómica, los restaurantes de la finca se comprometen con la sostenibilidad. La cocina utiliza productos de huertos propios y de los castillos hermanos, cultivando verduras y hierbas aromáticas orgánicas de temporada, mientras que se priorizan los productos locales y, siempre que es posible, orgánicos. Todos los envases de vidrio, madera y cartón empleados son reciclados. 

Château Capitoul
Deliciosa tarta de higos, servida con sorbete, almendras tostadas e higos frescos

El huerto de Château Capitoul, 100% orgánico y cultivado siguiendo técnicas de permacultura, provee frutas, verduras, plantas aromáticas y flores comestibles. Es un verdadero tesoro para los chefs, que encuentran allí ingredientes como romero, tomillo, salvia, hinojo y espárragos silvestres, entre otros. Así, cada plato servido es un homenaje al entorno natural y al patrimonio de la finca.

La bodega y la tienda de vinos 

Château Capitoul
La antigua bodega de Château Capitoul atesora la historia de los vinos de La Clape

En Château Capitoul, el vino es más que una tradición: es parte de su alma. La antigua bodega, meticulosamente restaurada por la familia Bonfils, guarda hoy espacios de cata y una tienda especializada junto a la recepción. Allí, los visitantes pueden recorrer con una copa en la mano, un universo de 25 variedades de vinos tintos, blancos y rosados, todos elaborados en la finca. 

Château Capitoul
La tienda de vinos ofrece una cuidada selección de tintos, blancos y rosados producidos en la finca

Entre ellos destacamos el que probamos en la cena, el Château Capitoul Parcelle Cayenne, un vino tinto excepcional que nos llevamos a casa en una caja para prolongar la experiencia. Este vino proviene de la parcela Cayenne, situada en las laderas sur del viñedo, con suelos de limo, arcilla y cantos rodados, rodeada de romero y tomillo, y bañado por la brisa marina de la laguna de Bages. 

Château Capitoul
Barricas en la bodega de Château Capitoul

Elaborado con Garnacha (40%), Syrah (30%) y Cinsault (30%), el vino se cosecha de noche, con doble selección en viñedo y bodega, y una maceración de 4 a 5 semanas que asegura taninos suaves y redondos. La Syrah y la mitad de la Garnacha se crían durante un año en barrica antes del embotellado, y el vino reposa al menos un año en la bodega antes de salir al mercado. 

Château Capitoul
Château Capitoul Parcelle Cayenne: intenso, generoso y lleno de carácter mediterráneo

En copa, el Château Capitoul Parcelle Cayenne presenta un rojo profundo y un aroma intenso, con notas de frutos rojos maduros como moras y grosellas, acompañadas de matices especiados de romero y tomillo y un elegante final yodado. Un vino redondo, generoso y pleno, ideal para maridar con carnes marmoleadas o un camembert al horno, servido a 16-18 °C, con potencial de guarda de hasta seis años. 

Château Capitoul
Descubrimos la autenticidad de una finca vinícola en pleno corazón del Languedoc

Capitoul, que representa cerca del 10 % de la producción de la denominación, es hoy la bodega insignia de los Vignobles Bonfils, una de las compañías vinícolas independientes más respetadas de Francia. Bajo la guía del enólogo Florian Chollet, cada degustación se convierte en un viaje sensorial por el Languedoc, descubriendo los matices de una región que ha alcanzado reconocimiento mundial por su vinificación de excelencia.

Más información: Château Capitoul. Dirección: Route de Gruissan, 11100 Narbonne. Teléfono: +33 (0)4 30 17 322. Precio por habitación de hotel en el Château Capitoul: desde 149 € por noche hasta 699 € (según temporada y tipo de habitación). Precio por villa: desde 325 € (en una villa de dos habitaciones con jardín privado) hasta 1395 € por noche (en una villa de cuatro habitaciones y piscina privada). Web: Château Capitoul

Hotel Vall de Núria: escapada con encanto al corazón del Pirineo

Panorámica del Hotel Vall de Núria, el Santuario y el lago
Llegar al Hotel Vall de Núria no es solo acceder a un alojamiento de montaña: es adentrarse en un paisaje protegido, ascender por una de las líneas ferroviarias más singulares de Europa y sumergirse en un rincón del Pirineo catalán donde historia, espiritualidad y naturaleza conviven desde hace siglos. Ubicado a 1.964 metros de altitud y rodeado por picos imponentes, este hotel invita tanto al descanso como a disfrutar del aire libre en plena naturaleza.

El Hotel Vall de Núria ***


El hotel ofrece una amplia gama de servicios pensados para todo tipo de visitantes

Dormir en el corazón de los Pirineos catalanes es una experiencia que va más allá del simple alojamiento. El Hotel Vall de Núria es accesible únicamente en tren cremallera, lo que acentúa su carácter remoto y singular. En invierno, la idea de que una tormenta de nieve te deje aislado se me antoja romántica, como si el mundo exterior pudiera dejara de existir y solo quedara la calidez de sentarse junto a la chimenea. 

Vista del Hotel Vall de Núria, enclave privilegiado a 2.000 metros de altitud en el Pirineo catalán

Aquí donde el aire es más puro y el paisaje parece pintado con pinceladas de eternidad, se alza un edificio sobrio y acogedor que ofrece todo lo necesario para desconectar… o reconectar. El hotel se extiende junto al edificio histórico del Santuario de la Mare de Déu de Núria, y sus estancias comparten el mismo silencio envolvente que caracteriza a uno de los valles más impresionantes del Pirineo, tanto por su riqueza paisajística y espiritual como por la diversidad de vida animal y vegetal.

Habitación doble del Hotel Vall de Núria

Las habitaciones, algunas de ellas con vistas directas al lago o a los picos que lo rodean, están diseñadas con un estilo funcional y montañés, perfecto para el descanso tras una jornada de senderismo, esquí o contemplación. Pero el hotel no es solo descanso: es también un punto de encuentro para quienes buscan naturaleza, cultura y bienestar. A su alrededor se despliega una completa red de instalaciones y servicios. 

La tienda de recuerdos de Vall de Núria ofrece productos locales y artesanales

Desde una cartoteca y biblioteca, hasta un auditorio o una sala de exposiciones, pasando por una tienda de recuerdos, un pequeño dispensario médico, consignas, cajero automático, servicios para personas con movilidad reducida e incluso una oficina de información y central de reservas para planificar escapadas por el entorno natural del Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser.

Actividades al aire libre en Vall de Núria


En Vall de Núria la naturaleza es el mejor parque de aventuras

En verano, la Vall de Núria se convierte en un escenario con múltiples posibilidades para todas las edades, pudiendo realizar actividades al aire libre que invitan a disfrutar en familia, en pareja o en solitario, sin prisas y en plena conexión con la naturaleza. Cuando el buen tiempo acompaña, el valle se transforma en un gran escenario al aire libre donde cada edad encuentra su espacio y cada ritmo tiene su recompensa.

El Parque Lúdico de Vall de Núria, un espacio para jugar y disfrutar al aire libre

El Parque Lúdico, situado a pocos pasos del hotel, es el reino de los más pequeños —y no tan pequeños—. Cuenta con karts de montaña, un circuito de patinetes, piscina sensorial, tirolina, rocódromo, castillo inflable, cintas transportadoras y juegos de equilibrio. El acceso puede contratarse por franjas de tiempo o para todo el día, y es uno de los espacios con más algarabía del valle durante el verano. 

Minigolf en Vall de Núria, diversión para toda la familia en plena montaña

El Minigolf, ubicado detrás del hotel, ofrece una actividad tranquila y entretenida para toda la familia, mientras que el circuito de orientación pone a prueba el sentido de la dirección y la capacidad de leer el entorno natural con un mapa en la mano. Ideal para familias o grupos escolares, es una forma divertida de adentrarse en la geografía del valle. El embarcadero del lago es uno de los grandes atractivos de Vall de Núria durante el verano. 

Es posible alquilar barcas para navegar en el lago de Núria

Aquí se pueden alquilar pequeñas barcas de remo, para hasta cuatro personas, y deslizarse suavemente por las aguas tranquilas, rodeadas de cumbres y un infinito cielo. La perspectiva desde el agua regala una visión distinta del santuario y del hotel, reflejados en la superficie como en un espejo, y acompañados por el vuelo ocasional de una alondra o el croar de alguna rana entre los juncos.

El lago de Vall de Núria ofrece la posibilidad de disfrutar de un tranquilo paseo en canoa

Para quienes prefieren una experiencia más activa o compartida, también hay disponibles canoas para dos personas, ideales para explorar con ritmo propio el contorno del lago y sentir de cerca la frescura del agua alpina. Remar entre montañas se convierte en un ejercicio de pausa y contemplación: cada remada ralentiza el tiempo, cada ola leve dibuja un surco efímero que desaparece como lo haría una preocupación. 

En Vall de Núria se ofrecen paseos a caballo aptos para todas las edades

Para quienes prefieren el contacto directo con los animales, la hípica de montaña ofrece rutas a caballo adaptadas a todas las edades y niveles. Desde paseos en poni para los más pequeños (de 2 a 8 años), hasta bautizos a caballo y rutas de una o dos horas por itinerarios como el Camí de les Creus, el Bosc de la Verge o el Puente del Escudé, a partir de quince años. La experiencia conecta con la larga tradición pastoril del valle.

Espacio infantil donde los más pequeños se divierten aprendiendo en plena naturaleza

Pensado para niños de entre 4 y 10 años, El Cau de la Marmota es un espacio lúdico y educativo con actividades gratuitas para los huéspedes más pequeños del hotel y de los apartamentos. Funciona tanto en invierno como en verano, y ofrece talleres creativos, cuentacuentos, juegos, maquillaje infantil o cine nocturno. También se organizan salidas como paseos familiares, visitas a la ermita de San Gil o excursiones temáticas según la estación. 

La pequeña granja de Vall de Núria permite a los más pequeños acercarse a los animales

Cada actividad es una forma distinta de descubrir Núria, de tocar la montaña con las manos y de volver a sentir que la naturaleza es un lujo cotidiano. Completan la propuesta de diversión, una pequeña granja con animales —gallinas, conejos, pavos, ocas— donde los más pequeños pueden conocer de cerca la vida rural, y en invierno, el paisaje se viste de blanco para acoger a los amantes del esquí y las raquetas de nieve

Subida en teleférico

El Teleférico de Vall de Núria ofrece vistas panorámicas únicas ascendiendo al Pic de l’Àliga

El Teleférico del Pic de l’Àliga, incluido en el billete del tren cremallera, permite ascender cómodamente hasta el Pic de l’Àliga, a 2.120 metros de altitud. Las vistas desde lo alto son espectaculares, y el recorrido hasta la cima permite una panorámica completa del circo glaciar, del lago y del santuario. Es una forma fácil de ganar altura para iniciar alguna de las rutas de senderismo más emblemáticas. 

Vista desde el Pic de l’Àliga

Desde aquí parten varias rutas de senderismo que recorren prados de altura, crestas y collados. Entre ellas, destaca el Camí Vell, uno de los itinerarios de montaña más característicos del Pirineo catalán, que une Queralbs con Núria a través de antiguos caminos de peregrinación. El recorrido, de unos 7 km y 900 metros de desnivel, permite llegar a Núria caminando en unas tres horas y veinte minutos, como se ha hecho durante siglos desde época románica.

El Albergue Pic de l’Àliga, junto a la estación superior del cremallera

En este lugar estratégico, donde el paisaje se transforma y se abre ante los ojos como un balcón natural sobre el Pirineo Oriental, se encuentra el Albergue Pic de l’Àliga, una opción ideal para grupos escolares, familias o senderistas que desean pernoctar a mayor altitud. El edificio ofrece alojamiento en habitaciones compartidas, servicios de restauración y una atmósfera montañesa que invita a la convivencia y al intercambio. 

Vista del hotel y el Santuario de Núria desde el camino que lleva al Pic de l’Àliga

Desde sus ventanas, las vistas alcanzan los picos del Puigmal (2910 m), la cima más alta del Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser y una de las cimas más emblemáticas del excursionismo en Catalunya; el Torreneules (2711 m) con su silueta afilada que se eleva sobre las gargantas del Freser; o el Balandrau (2585 m), un pico que ofrece una panorámica de 360 grados sobre los valles glaciares y las principales cumbres del Ripollés.

Senderos que recorren paisajes únicos del Pirineo catalán

Es uno de los mejores puntos para observar la riqueza geológica y biológica del Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser, especialmente en primavera y verano, cuando la flora alpina está en su máximo esplendor. En estos meses, los prados y laderas se tiñen con el amarillo intenso de la azucena amarilla o narciso de los prados, los tonos lilas de la pastorcilla o los intensos colores de la manzanilla de pastor.

Los caminos de Vall de Núria invitan a descubrir la naturaleza en tranquilidad

También florece el matalobo azul, de vistoso color, aunque es muy tóxica, y habitual en las zonas húmedas del valle. En cuanto a la fauna, no es raro avistar rebecos entre los roquedos, así como muflones, jabalíes, zorros o liebres que cruzan los senderos al anochecer. Las marmotas silban desde sus madrigueras al paso de los excursionistas, y si se afina el oído, puede oírse el salto de una trucha en el río o el croar de la rana roja en alguna charca cercana.

Los animales más fáciles de avistar de Vall de Núria

En el cielo, planean las majestuosas águilas doradas, los quebrantahuesos, los cernícalos o los buitres, mientras más cerca del agua se pueden observar el mirlo acuático, la lavandera cascadeña o las golondrinas. Entre los matorrales alpinos también habita el armiño y los discretísimos topillos, completando así un mosaico de vida perfectamente adaptado a la alta montaña. 

En los senderos de Núria pueden verse caballos pastando en libertad

Tanto si se busca un inicio de ruta como si se desea simplemente contemplar el paisaje, el teleférico permite llegar a lugares donde el horizonte se amplía. Mientras recorres algunos de los senderos, saldrán al paso caballos, a menudo en libertad, que pastan en los prados del entorno. Es habitual encontrarlos cerca del Albergue Pic de l’Àliga, donde también se inicia una de las rutas panorámicas más recomendables del valle. 

El Hotel Vall de Núria está rodeado de caminos señalizados para hacer senderismo

Desde aquí, los caminos se abren hacia el Pic de Finestrelles (2829 m) o el camí del Refugi de Coma de Vaca, todos ellos perfectamente señalizados. La red de senderos forma parte del GR-11, el gran recorrido transpirenaico que une el Mediterráneo con el Cantábrico. En los días claros, desde los miradores más altos, es posible divisar cumbres francesas, valles profundos redibujados por la sinuosidad del río Núria, que serpentea hacia el fondo de la garganta. 

Zona de pícnic en Vall de Núria, ideal para disfrutar del aire libre y la tranquilidad del valle

Alrededor del santuario existen varias zonas de pícnic con mesas y bancos de madera, repartidas entre prados y arboledas, que invitan a almorzar al aire libre, respirar hondo y dejarse llevar por la calma. Algunas de estas áreas se sitúan junto al lago, cuyas aguas puras y cristalinas acompañan con el chapoteo de los peces. En los días soleados, familias y excursionistas encuentran aquí el lugar perfecto para reponer fuerzas al abrigo de las suaves laderas del valle. 

Fuente del Dr. Pere Tarrés

Además, hay fuentes de agua potable donde llenar la cantimplora y paneles informativos que explican la flora y fauna del entorno, convirtiendo el momento del pícnic en una oportunidad para la observación y el aprendizaje. La proximidad de estos espacios a los senderos facilita retomarlos sin prisa, con la sensación de haber hecho una parada en uno de los rincones más serenos del Pirineo.

Gastronomía en Vall de Núria


El restaurante principal ofrece una amplia variedad de entrantes fríos para abrir el apetito

En Vall de Núria, los sabores también son protagonistas. La oferta gastronómica se adapta a distintos momentos del día y tipos de viajeros, desde quienes buscan una comida ligera entre excursiones hasta quienes prefieren saborear la cocina local con calma y en una buena mesa. Durante mi estancia también tuve la oportunidad de disfrutar del bufé libre del restaurante principal del hotel, una opción que combina variedad, producto local y una ejecución cuidada. 

Cada día, el bufé del restaurante del Hotel Vall de Núria ofrece una selección distinta de platos

Ubicado en el edificio de Sant Antoni, detrás de la recepción, este amplio comedor es el corazón gastronómico del complejo y ofrece una experiencia culinaria pensada tanto para excursionistas como para huéspedes que desean tomarse su tiempo frente a un plato bien servido. El menú del día, con un precio de 24,50 € (bebidas aparte), permite degustar a voluntad una selección de entrantes fríos y calientes, elaborados con ingredientes de proximidad y recetas tradicionales.

En todos los restaurantes del Hotel Vall de Núria, las vistas forman parte del menú

Entre los segundos platos disponibles aquel día, destacaban opciones tan reconfortantes como una sopa de pollo casera, la paella de montaña —con carne y verduras—, y los clásicos canalones gratinados, tanto de carne como de espinacas. También se ofrecía un estofado de lentejas con verduritas, codillo de cerdo con salsa de moscatel o filete de dorada al tempranillo, para quienes preferían sabores más suaves. 

En el restaurante principal del hotel, algunos platos se preparan al momento

El rincón de cocina a la brasa completaba la propuesta con carnes a la plancha —bistec de ternera, butifarra, pechuga de pollo— y pescado como el atún, preparado al momento. El apartado de postres no se queda atrás, con una amplia selección de tentaciones dulces: tartas, helados, fruta, cremas, flanes y otros caprichos de repostería para cerrar la comida con un toque goloso. 

Selección de tartas y pasteles del bufé libre del restaurante principal del hotel

El restaurante dispone también de menús infantiles (13,50 € para niños de 4 a 14 años) y menú baby para los más pequeños (6,00 €), además de opciones para vegetarianos y personas celíacas. Muchos de los productos provienen del Ripollés, lo que refuerza el compromiso con la gastronomía del territorio. Una propuesta sabrosa y práctica, ideal para reponer fuerzas entre excursión y excursión, con la comodidad de un servicio adaptado a todas las edades y necesidades dietéticas. Ofrece desayunos de 8:00 a 10:00, almuerzos de 13:00 a 15:30 y cenas de 20:00 a 22:00. Se recomienda reservar, especialmente en temporada alta.

Restaurant El Racó de la Vall

Restaurant El Racó de la Vall

En la planta baja del edificio hotelero, el restaurant El Racó de la Vall invita a una experiencia más íntima y centrada en la cocina catalana tradicional, también elaborada con productos locales. Abre todos los días de 13:00 a 16:00 (con cocina hasta las 15:30) y también requiere reserva previa. En mi caso, tuve ocasión de probar su menú, una propuesta generosa y bien equilibrada que combina producto local con recetas tradicionales reinterpretadas con gusto.

Selección de quesos de la comarca

Para empezar, llegaron a la mesa varios platos para compartir: una tabla de quesos del territorio, una parrillada de verduras con salsa romesco, que destacaba por el punto de brasa y el sabor tan característico de esta conocida salsa catalana; unos huevos del valle al estilo de los pastores, contundentes y reconfortantes; y unas originales croquetas de calamares en su tinta, de textura cremosa que estaban deliciosas. 

Costillas de cordero a la brasa del menú del restaurant El Racó de la Vall

Como plato principal, me decanté por unas costillas de cordero a la brasa, una opción perfecta para quienes aprecian la carne a la parrilla. También se podía elegir ese día entre un entrecot de ternera ecológica o una fideuá con carrilleras, propuestas tentadoras que mantienen el listón gastronómico alto y que demuestran el compromiso del Hotel Vall de Núria con la calidad y la proximidad de los productos que sirven. 

Pastel artesano de limón del restaurant El Racó de la Vall

Para el postre, elegí un pastel artesano de limón, un final dulce y fresco con sabor casero que remató la comida en el restaurant El Racó de la Vall con sencillez y acierto. El menú también ofrecía como alternativas mel i mató, un clásico catalán irresistible para los amantes del contraste dulce-salado, o un timbal de frutas de temporada, ideal para quienes prefieren una opción más ligera y saludable de postre.

El bar del hotel es un espacio más informal, ideal para comidas ligeras

Para una pausa informal, el bar del hotel, situado junto al Saló de l’Estatut, ofrece bebidas, cafés e infusiones desde las 15:00 hasta las 23:00, con cocina abierta de 20:00 a 22:00. Es un espacio acogedor, con sofás y amplios ventanales que permiten contemplar el paisaje incluso cuando el frío obliga a quedarse dentro. Es el lugar ideal para leer, repasar las rutas del día o simplemente disfrutar de una copa de vino, una cerveza artesana del Pirineo o una tisana caliente.

La Caseta del Llac es perfecta para una pausa con vistas al lago

Finalmente, si buscas un refrigerio junto al lago, La Caseta del Llac ofrece helados, bocadillos y bebidas en un entorno inmejorable. Abre todos los días de 11:00 a 17:00, siempre que el clima lo permita. La gastronomía en Vall de Núria es parte de la experiencia de viaje. Es una forma de conectar con el entorno, de acercarse a sus tradiciones y al ritmo pausado del valle, ideal para reponer fuerzas entre caminatas, excursiones y momentos de contemplación paisajística.

Un spa en plena naturaleza


El spa ofrece una carta completa de tratamientos para el bienestar físico y emocional

Entre las instalaciones del hotel, el Spa Vall de Núria combina lo mejor de la estética, la aromaterapia y una experiencia de relajación. Su carta de servicios es amplia y cuidada, pensada para quienes buscan desde un masaje descontracturante tras una jornada de actividad física, como para quienes desean dejarse envolver por un tratamiento de belleza o rituales sensoriales que envuelven todos los sentidos.

El Spa Vall de Núria invita a la desconexión total

Desde tratamientos faciales con vitamina C hasta sofisticadas terapias con algas, chocolate o pindas herbales. El masaje balinés, por ejemplo, conjuga presión, estiramientos y técnicas de acupresión para equilibrar cuerpo y mente. El drenaje linfático, con efectos terapéuticos y estéticos, ayuda a eliminar toxinas, mientras que la reflexología podal estimula el organismo a través de los puntos reflejos en los pies.

Masajes, terapias y rituales de bienestar para disfrutar en el spa del Hotel Vall de Núria

También destacan los tratamientos diseñados específicamente para el cuidado masculino, así como masajes con piedras calientes y velas aromáticas, ideales para combatir el estrés acumulado. Los rituales corporales combinan exfoliación, envoltura, hidratación y masaje. El spa está abierto todos los días, de 10:00 a 21:00 y ofrece sus servicios con reserva previa, lo que garantiza una atención dedicada y un ambiente íntimo.

Vall de Núria: naturaleza en estado puro


La típica imagen de postal del Hotel Vall de Núria

Enclavado en el corazón del Pirineo Oriental, la Vall de Núria es uno de esos paisajes que parecen esculpidos por la quietud y la eternidad. Rodeado de cimas que superan los 2.800 metros, este circo glaciar dibuja un anfiteatro natural donde la montaña no solo es un decorado: es la gran protagonista. Durante los meses más fríos, el valle se cubre de blanco y se transforma en una estación de esquí familiar.

En Núria, la naturaleza no es un telón de fondo, es el alma de todo lo que ocurre a su alrededor

Pero cuando la nieve se retira, deja al descubierto una alfombra de prados verdes, senderos señalizados, cascadas y una biodiversidad rica en flora y fauna alpinas. El lago, situado junto al santuario, refleja las montañas como un espejo, creando una imagen que muchos visitantes guardan como postal de recuerdo. Quien llega hasta aquí, lo hace buscando algo más que vistas: busca aire puro y esa conexión con la naturaleza que solo algunos lugares aún conservan.

La Creu d’en Riba, mirador con vistas privilegiadas al santuario y al entorno natural de Núria

Entre las actividades más populares se encuentran la ruta hasta la Creu d’en Riba (1983 m), situada en el llano de Núria junto a un excelente mirador, el camino hasta la Ermita de San Gil (1960 m), los paseos en teleférico hasta el Pic de l’Àliga o el sencillo recorrido por el bosque, ideal para familias con niños. Las panorámicas, en días despejados, permiten divisar desde el Puigmal hasta el Coma de l’Embut, revelando un mosaico de colores que cambia con las estaciones.

Ríos cristalinos y aire puro en un entorno protegido y salvaje

Vall de Núria es también una zona protegida. Su ubicación dentro del Parque Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser garantiza que el entorno se mantenga con criterios de sostenibilidad y respeto al medio. No es casualidad que haya sido la primera estación de montaña europea en obtener la certificación ISO 14001 de gestión medioambiental para todas sus instalaciones.

La historia del Estatut de Núria


El Saló de l’Estatut, espacio histórico del Hotel Vall de Núria

Más allá de su belleza natural y espiritual, Vall de Núria ocupa un lugar destacado en la historia política de Cataluña. En junio de 1931, una comisión encargada de redactar el primer Estatuto de Autonomía de Catalunya subió hasta este rincón remoto del Pirineo, donde poder trabajar con libertad. Durante tres días, en la habitación 202 del hotel (hoy renombrada como 225), se elaboró el texto que sentaría las bases del autogobierno catalán. 

En junio de 1931, se redactó el texto del llamado "Estatut de Núria"

Presidida por el abogado y diputado Jaume Carner, la comisión trabajó intensamente hasta redactar el documento que fue aprobado por la Diputación Provisional de la Generalitat, avalado por los ayuntamientos y sometido a referéndum el 2 de agosto de 1931. La participación fue del 75 % y el respaldo, abrumador: un 99 % de votos afirmativos. Aunque las mujeres aún no podían votar, más de 400.000 firmaron en apoyo al texto.

El ambiente cálido y acogedor del Saló de l’Estatut es ideal para hacer una pausa

El proyecto, conocido como el Estatuto de Núria, fue presentado a las Cortes españolas el 18 de agosto de ese mismo año. Su aprobación definitiva llegó más de un año después, el 9 de septiembre de 1932, con modificaciones sustanciales, y pasó a llamarse oficialmente “Estatut de 1932”. Hoy, este episodio se recuerda en el Saló de l’Estatut, un espacio dentro del hotel, abierto al público todos los días, entre las 18:00 y las 20:00.

El Santuario de la Mare de Déu de Núria


La iglesia actual comenzó a construirse en 1889 y fue inaugurada en 1911

Entre montañas que tocan el cielo y rodeada de naturaleza, el Santuario de la Mare de Déu de Núria se alza como un faro de espiritualidad en medio del paisaje pirenaico. El templo que hoy vemos es el resultado de siglos de fe, reconstrucciones y renovaciones que han dado forma a uno de los lugares de peregrinación más queridos de Cataluña. Construido entre 1889 y 1911, el templo actual sustituyó a la antigua iglesia barroca de 1642, demolida poco después de inaugurarse el nuevo edificio.

Antigua fotografía de una mujer realizando el ritual de la olla de Núria, vinculado a la fertilidad

Su silueta de piedra gris, con tejado a dos aguas y una esbelta torre cuadrada que se eleva sobre la entrada, se integra de forma armoniosa en el entorno montañoso. El estilo arquitectónico, sobrio y funcional, deja espacio para la espiritualidad sin alardes ornamentales. En su interior, la mirada se dirige inevitablemente hacia la imagen románica de la Virgen de Núria, venerada desde hace siglos.

Vidriera que representa a San Gil junto a la campana y la olla, símbolos de la tradición del valle

Su culto se asocia con la fertilidad, motivo por el cual muchas mujeres acuden con la esperanza de concebir, siguiendo el antiguo ritual que consiste en tocar la olla y hacer sonar la campana que, según la leyenda, dejó San Gil. El retablo principal del Santuario de la Mare de Déu de Núria, aunque moderno en su estructura, sirve como marco para una de las piezas más veneradas del románico catalán: la talla de la Virgen de Núria.

El 8 de septiembre, festividad de la Mare de Déu de Núria, el santuario acoge a cientos de personas

Esta escultura, realizada en madera de nogal y policromada, mide aproximadamente 56 cm de altura y data de finales del siglo XI o principios del XII. Representa a María como "Trono de Sabiduría", una iconografía común en el arte medieval, donde la Virgen sostiene al Niño Jesús en su regazo, simbolizando la enseñanza divina. Lo que distingue a esta imagen es su humanidad: María no lleva velo, sus cabellos están al descubierto, y su vestimenta incluye un mandil de pastora, detalles que aportan una cercanía inusual para la época. El Niño Jesús, por su parte, está representado con una mano levantada en señal de bendición y la otra sostiene un libro, enfatizando su rol como maestro.

En 1956, el papa Pío XII proclamó a la Virgen de Núria patrona principal de la diócesis de Urgell

Declarada patrona principal de la diócesis de Urgell por el papa Pío XII en 1956, la Mare de Déu de Núria no solo es símbolo religioso, sino también cultural y emocional. Incluso durante el franquismo, su figura adquirió un matiz simbólico: en 1967, la imagen desapareció misteriosamente para evitar su coronación canónica por un obispo no catalán, y no regresó hasta 1972.

Núria es lugar de peregrinación y espiritualidad

Cada 8 de septiembre, la explanada que rodea el santuario se llena de peregrinos que celebran su festividad entre el eco de las montañas. Hoy, el santuario y su entorno forman parte del alma del valle. El visitante puede acceder libremente, encender una vela, observar el retablo o simplemente sentarse en silencio, mientras las montañas custodian este rincón de espiritualidad suspendido en el tiempo.

La Ermita de San Gil: la cuna de la leyenda


San Gil llegó a Núria alrededor del año 700, huyendo de las persecuciones cristianas

Pequeña, discreta y profundamente evocadora, la Ermita de San Gil se encuentra a pocos pasos del lago, en un rincón cercano al hotel. Fue construida en 1615, en el mismo lugar, según recoge un manuscrito conservado por el Dr. Marés en 1666, donde vivió el monje ermitaño San Gil entre los años 700 y 704. Llegado desde Atenas, huyendo de persecuciones religiosas, hizo vida penitente en Núria, donde evangelizó a los pastores locales.

Según la tradición, la Ermita de San Gil se encuentra donde se encontró la imagen de la Virgen

Para enseñarles la fe cristiana, San Gil recurrió a tres objetos sencillos: una campana, que tocaba para reunir a los pastores repartidos por los valles de los alrededores; una cruz, el único objeto que conservaba de su herencia familiar; y una olla, donde preparaba una comida que compartían entre todos los pastores. Al verse amenazado, Gil escondió en una cueva la imagen de la Virgen que había tallado con sus propias manos, junto con la campana, la cruz y la olla, que cubrió con piedras y hierba antes de abandonar el valle.

Vidriera que representa la olla que San Gil usaba para preparar la comida a los pastores

Los objetos permanecieron ocultos durante siglos, hasta que, en el año 1079, un peregrino llamado Amadeo procedente de Dalmacia llegó a Núria guiado por un sueño. Cuenta la leyenda que un buey rojo comenzó a mugir sin cesar y a rascar el suelo con insistencia, y que dos zagales encontraron, bajo las piedras, la imagen de la Virgen y los tres objetos de San Gil, envueltos en una luz intensa y un dulce perfume. En ese mismo lugar se construyó la Ermita de San Gil y dio origen a la devoción mariana que ha perdurado hasta nuestros días.

Vidriera con la campana de San Gil, que forma parte de la leyenda de Vall de Núria

Arquitectónicamente, la ermita que conmemora estos hechos es un edificio modesto y encantador, de planta rectangular y tejado a dos aguas. Su fachada sencilla presenta una pequeña espadaña. El interior, austero y recogido, es un lugar esencial para quienes desean conectar con el origen legendario de Núria, en ese cruce entre historia y mito donde todo parece haber comenzado.

En 1079, unos pastores hallaron la imagen de la Virgen enterrada

Aquí se venera una copia de la Virgen de Núria, tallada en 1940 por un artesano suizo por encargo de Manuel Carreras i Martí. La talla original, de estilo románico, había sido sacada del santuario en 1936 por el cura Bonaventura Carrera para evitar su destrucción, y enviada a Suiza, al Obispado de Friburgo, donde fue protegida por Rafael Patxot i Jubert. Allí se realizaron dos copias: una quedó en Friburgo y la otra, guardada por la familia Carreras-Patxot, fue finalmente donada al santuario en 2017 por Núria Delétra-Carreras Patxot.

El singular trayecto en tren cremallera hasta Vall de Núria

El tren cremallera serpentea entre el paisaje de montaña de la Vall de Núria

Llegar al Vall de Núria es una experiencia única que comienza mucho antes de pisar el valle, ya que no se puede acceder en coche por carretera. El viaje o bien se realiza a pie por el “Camí Vell” de Queralbs a Núria, o se realiza en el histórico tren cremallera, una joya de la ingeniería que salva un desnivel de casi 1.000 metros en apenas 12 kilómetros, a través de un recorrido de gran belleza natural y técnica.

Viajar en el cremallera es disfrutar del ritmo pausado del tren entre montañas

El tren parte desde Ribes de Freser, donde se puede visitar la exposición del cremallera de Núria, o desde la estación de Queralbs (1180 m), y asciende serpenteando entre bosques de pinos y abetos, cruzando ríos y túneles que parecen abrirse paso en la roca viva. La locomotora, que en sus orígenes fue eléctrica y de la que se han conservado varios modelos de principios del siglo XX, arrastra los vagones. 

La Estación de Núria es el punto de llegada del emblemático tren cremallera

La vía de este cremallera es única en su tipo, con un mecanismo de engranajes que se acopla a una cremallera central para evitar deslizamientos y garantizar la seguridad en las pendientes más pronunciadas. Durante el trayecto, los viajeros pueden deleitarse con panorámicas sobre el valle y las montañas circundantes, un preludio perfecto al encuentro con el paisaje de Núria. Las obras del cremallera se iniciaron en 1928 y el primer tren llegó a Núria el 30 de diciembre de 1930. 

El cremallera ofrece vistas únicas durante su ascenso al valle de Núria

La línea de Núria se inauguró en marzo de 1931 y, desde entonces, ha sido el principal medio de acceso al valle. En 2006 se construyó el túnel del Roc del Dui, de 1.350 m de longitud, para mejorar la seguridad. Hoy, este viaje ferroviario es una experiencia en sí misma, una invitación a sumergirse en la historia y la naturaleza antes de descubrir el refugio del hotel y el santuario que aguardan al final del camino.

La Exposición del Cremallera de Núria en la estación de Ribes Vila

Ribes de Freser
En la estación de Ribes Vila se puede visitar una exposición dedicada al cremallera de Núria

Antes de emprender la subida hacia Vall de Núria, la estación de Ribes Vila ofrece una parada obligada para los amantes de la historia ferroviaria y la ingeniería de montaña: la Exposición del Cremallera. Abierto todos los días de 8:30 a 20:00 horas, este pequeño museo reúne piezas únicas que cuentan la apasionante historia de esta línea tan singular. Como, por ejemplo, las locomotoras eléctricas originales de 1930, nombradas con evocadores nombres como Virgen de Núria, Obispo Guitart, José Rogent y Ramón Albó.

Estación Ribes Vila
El coche salón Aaffw-51 todavía circula en ocasiones especiales

Estas máquinas, con su tecnología pionera y motores capaces de recuperar energía durante la bajada, reflejan la innovación y el esfuerzo que supuso conectar este valle inaccesible por carretera. Además, los visitantes pueden ver el elegante coche salón Aaffw-51, decorado con materiales nobles y utilizado aún en ocasiones especiales. No falta tampoco un quitanieves eléctrico, imprescindible para mantener la vía abierta en los meses de invierno.

Estación Ribes Vila
“La Jorobada” fue la primera locomotora en llegar a Núria en 1930

Entre los protagonistas destacados están las locomotoras históricas, como la locomotora número 6, conocida como “Julian Fuchs” o “La Geperuda” (La Jorobada) por la inclinación inusual de su caldera, una adaptación necesaria para la peculiar vía del cremallera. Esta máquina, construida en Suiza en 1892, fue clave durante la construcción y los primeros años de la línea.

Estación Ribes Vila
Este legado ferroviario ofrece un viaje tan emocionante como el destino

La exposición también alberga otros vehículos y herramientas que han servido a lo largo del tiempo para el mantenimiento y operación del ferrocarril y que forman parte de la historia ferroviaria del Pirineo catalán. Como veis, dormir en el Hotel Vall de Núria es más que pasar una noche en un hotel: es vivir una experiencia completa entre montañas, historia, leyenda y naturaleza.

Más información: Hotel Vall de Núria. Dirección: Estació Vall de Núria s/n, 17534 Núria (Girona). Teléfono: 972 73 20 00. Precio habitación doble: Desde 83.9 €. Precios Billetes Cremallera de Vall de Núria: Desde Queralbs, adulto (14 - 64 años) 30 € por persona. Infantil (4 - 13 años) 19,50 €. Desde Ribes de Freser, adulto (14 - 64 años) 33 € por persona. Infantil (4 - 13 años) 21,50 €. Se recomienda consultar los horarios del Cremallera de Vall de Núria. Web: Hotel Vall de Núria

Los viajes más populares