Ruta por Écija: entre iglesias, conventos y palacios del Siglo de Oro Ecijano

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El Palacio de Peñaflor es un gran ejemplo del Siglo de Oro Ecijano

El gran Siglo de Oro ecijano tuvo lugar en el siglo XVIII y durante esa época las familias nobles embellecieron Écija con numerosos palacios barrocos cubiertos de pinturas murales. La iglesia hizo otro tanto construyendo 22 conventos, 6 templos y numerosas capillas. La altísima demanda de artesanos gracias a esa pujanza económica, social y artística llegó hasta tal punto de esplendor que se llegaron a contabilizar en Écija hasta 40 casas gremiales de las que se conservan algunos bellos edificios.

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Detalle de la portada de la Casa Palacio de Valdehermoso

Aunque el famoso terremoto de Lisboa sufrido en 1755 afectó a los edificios construidos en el siglo XVIII, la ruta por el Siglo de Oro Ecijano es aún visible por el casco histórico de Écija. Al igual que la esencia y el recuerdo de cuando fue griega (fueron los griegos quienes le pusieron el nombre de Astigi), romana, sede episcopal visigoda, la “Ciudad Rica” de Estigga en época musulmana y la capital de provincia durante el emirato y el califato de Córdoba. Abrid bien los ojos porque en Écija las paredes cuentan su historia, ya sea en versículos del Corán o en imágenes de azulejos de fervorosa fe cristiana.

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Torres campanario Iglesia Santa María y Convento de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción

La ciudad de Écija es una de las capitales del barroco andaluz y recibe el sobrenombre de la “Ciudad de las Torres” gracias al gran número de campanarios y miradores conservados; unos 11 en la actualidad. Écija se encuentra situada a 90 km de Sevilla y también es conocida popularmente como “La Sartén de Andalucía” ya que, con el buen tiempo, alcanza altísimas temperaturas. Sin duda es un buen destino para disfrutar con más tranquilidad que en la capital sevillana de su bello Conjunto Histórico-Artístico, considerado uno de los más importantes de Andalucía. Aunque nos encontramos en una de las etapas importantes de la Ruta de Washington Irving que recorre las poblaciones de Sevilla a Granada, los horarios de los monumentos visitables hacen imposible entrar en todas las iglesias y palacios en un solo día.

Ruta por el Siglo de Oro Ecijano entre iglesias, conventos y palacios

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Patio del Palacio de Benamejí

Entre los edificios de Écija destacan un buen número de iglesias y conventos, como la Iglesia de Santa Bárbara, Iglesia de San Gil, Iglesia de Santa Ana, Iglesia de San Juan o el Convento de Las Teresas. Desde fuera esos templos no dan la impresión de acaparar la gran cantidad de maravillas barrocas y capillas sorprendentes de las que Écija atesora un importante número. Lo mismo pasa con las casas señoriales y palacios de Écija de estilo renacentista y barroco. Perderse por las calles de Écija es toparse con el Palacio de Peñaflor, el Palacio Valhermoso o el Palacio de Benamejí, rincones privados o convertidos en hotel que esconden la esencia árabe con patios y fuentes interiores que refrescan las noches de verano y nos transportan a la antigua Al-Andalus.

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Palacio de Benamejí

Iniciamos nuestro recorrido donde se encuentra ubicado el Museo Histórico Municipal que conserva importantes piezas romanas como la Amazona Herida del siglo II. Se trata del Palacio de Benamejí, declarado Monumento Nacional, es uno de los edificios más singulares de Écija y uno de los más importantes del barroco civil de Andalucía. El antiguo palacio señorial fue construido con 2 plantas de altura en el primer tercio del siglo XVIII en estilo barroco. Se encuentra en la Plaza de la Constitución y fue sede del Gremio de los Cinteros. Del Palacio de Benamejí destaca su magnífica portada en mármoles policromados y 2 torres mirador en los extremos de la fachada. Su interior está organizado según el prototipo de vivienda ecijana que imita las antiguas construcciones musulmanas. El patio que servía de apeadero o de ingreso a las caballerizas, es seguido por un gran patio principal porticado con una fuente central de piedra y una casa de labor de acceso independiente.

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La Casa Palacio de Villaverde de San Isidro y el Mirador de Peñaflor

En la Calle Cinteria 14 se encuentra la austera Casa Palacio de Villaverde de San Isidro. De su fachada destaca el remate superior que luce 2 emblemas heráldicos, la portada adintelada de piedra y el balcón corrido. El Mirador de los Marqueses de Peñaflor que se encuentra en el número 5 de la Plaza de España es uno de los edificios utilizados por la nobleza a modo de palco. En un futuro no muy lejano, el Mirador de los Marqueses de Peñaflor acogerá la Oficina de Turismo de Écija.

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Plaza de España

Un buen lugar para recorrer Écija es desde la Plaza de España conocida popularmente como “El Salón” ya que, en el siglo XVIII, era común que las familias nobles utilizaran los edificios de esta plaza para observar, los eventos y toda clase de festejos como corridas de toros y obras de teatro desde una posición privilegiada. La Plaza de España es el centro neurálgico de la vida local desde tiempos romanos, cuando se situaba el foro de la Colonia Augusta Firma Astigi. Aquí también se encuentra el Ayuntamiento de Écija, un edificio historicista de 1863 diseñado por Balbino Marrón. En su Sala Capitular conserva varios mosaicos romanos extraordinarios como el Sacrificio de Dirce del siglo III bajo una armadura de madera del siglo XVII.

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La Iglesia de San Francisco preside un lateral de la Plaza de España de Écija

Al lado, se encuentra la Iglesia de San Francisco que luce una portada del siglo XVII. En su interior se conserva uno de los retablos más importantes del barroco ecijano del siglo XVIII. Su parte más antigua conservada son sus bóvedas góticas. Desde la Plaza de España pueden verse sus 2 espadañas; una decorada con azulejos del siglo XVIII y otra más pequeña que corresponde a la Capilla de la Veracruz.

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 La Iglesia de Santa Bárbara y el Mirador de Benamejí se encuentran en la Plaza de España

La primera iglesia neoclásica de Andalucía fue la Iglesia de Santa Bárbara, construida entre 1787 y 1855 por Ignacio Tomás sobre los restos de un templo romano de los que aprovecharon las columnas de granito para la portada. En su fachada puede verse otra de las imágenes religiosas en azulejo de Écija, el del Sagrado Corazón de Jesús. En su interior destaca la sillería del coro de 1762 en estilo rococó.

Justo enfrente, en la Plaza de España nº 20 se encuentra el Mirador de Benamejí construido por el Marqués de Benamejí en el siglo XVIII y que servía como el anterior para contemplar los festejos que tenían lugar en la Plaza Mayor de Écija. La planta baja conserva los soportales y las plantas superiores unas galerías abiertas con arcos sobre columnas. En el centro de la amplia cornisa se encuentra el escudo heráldico de la familia Bernuy. Aún es posible encontrar restos de las pinturas murales que lo decoraban.

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Palacio de Peñaflor

Desde la Plaza de España parten numerosas calles que conducen a un sinfín de iglesias y casas señoriales como las situadas una detrás de otra en la Calle Emilio Castelar. La primera que encontramos en el camino es el Palacio de los Marqueses de Peñaflor situado en la Calle Emilio Castelar 26. Este palacio barroco construido en 1726 con portada de mármol flanqueada por columnas salomónicas sobre cabezas de leones es conocido con el nombre de “Palacio de los balcones largos”. Por supuesto, el elemento que más destaca es esa balconada de forja que mide 57 metros y que recorre toda su fachada. Destacan las pinturas al fresco policromadas obra del artista madrileño Antonio Fernández. En un extremo se alza una torre-mirador de planta cuadrada.

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Palacio Valdehermoso

El Palacio Valdehermoso situado en la Calle Emilio Castelar 37 es otra de las joyas de Écija, construido en el siglo XVI en estilo renacentista. Perteneció a una de las 13 familias “Grandes de España” instaladas en Écija y está considerado el mejor ejemplo de estilo plateresco de la ciudad. Destaca su formidable puerta de entrada con un arco enmarcado por pilastras y figuras, un balcón flanqueado por esculturas alegóricas y una galería abierta con arcos de medio punto sobre columnas de granito, algunas de ellas de época romana del siglo I.

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Torre de la Iglesia de San Gil y portada de la Casa Palacio de los Castrillos

Nos desviamos hasta la Iglesia de San Gil levantada en 1479 y que conserva parte de su estilo gótico-mudéjar y las modificaciones barrocas del siglo XVIII. La Torre de San Gil está considerada la más bella de Écija, se reconstruyó entre 1775 y 1782 y destaca por su decoración en ladrillo. En el interior de la Iglesia de San Gil destacan las pinturas del siglo XVI de Alejo Martínez y Pedro de Villegas Marmolejo. Volvemos a la Calle Emilio Castelar. A pesar de su sencillez, en el número 43 encontramos la Casa Palacio de los Castrillos, uno de los palacios más antiguos de Écija. Iniciado en el siglo XVI luce una sencilla portada gótica de ladrillo.

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Casa Palacio de Los Granados

En la Calle Emilio Castelar 42 se alza la Casa Palacio de Los Granados fue construida en el siglo XVIII en estilo barroco. Su fachada combina decoración en ladrillo y tapial enlucido, aunque destaca por la galería con arcos de medio punto del piso superior y las pinturas al fresco de la cornisa. En este misma calle encontramos en el número 45 la Casa Palacio de Fernández de Golfín construida entre el siglo XVIII y XIX, en el 38 la Casa señorial de Fernández de Córdoba del siglo XVIII y en el número 47 el Palacio de Alcántara.

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Iglesia de Santa Ana e Iglesia de San Juan Bautista

La Iglesia de Santa Ana se encuentra en la Calle Emilio Castelar 62, fue construida en estilo barroco en el siglo XVIII. La torre de la Iglesia de Santa Ana conserva el fuste de ladrillo de la primera torre construida en 1641 y dañada en el terremoto de 1755. Aquí se encontraba uno de los torreones de la antigua muralla musulmana que formaban parte de la Puerta Real.

La Iglesia de San Juan Bautista muestra una imagen religiosa en azulejo en su exterior de Jesús Nazareno. La Hermandad de San Juan que hace estación de penitencia el Viernes Santo tiene su sede aquí. En el interior de la Iglesia de San Juan Bautista se conservan esculturas y pinturas de Pedro Roldán, Duque Cornejo, Antonio de Pereda y Juan de Espinal. La Torre de San Juan de estilo barroco es otro de los campanarios que te obligan a levantar la vista en Écija. Fue levantada en 1768 gracias al proyecto de Pedro de Silva y dicen que es la torre más barroca de Écija. Está profusamente decorada con azulejos y pináculos y rematada por una veleta en forma de ángel que porta el estandarte de la Orden de Malta.

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Palacio de los Garcilaso y Casa Palacio de Lasso de la Vega

En Calle Garcilaso 9 se encuentra el Palacio de los Garcilaso del siglo XVI y a continuación la Casa Palacio de Lasso de la Vega construida entre el siglo XVI y XX que perteneció, al igual que la anterior, al linaje de Lasso de la Vega y Fajardo. El escudo familiar puede verse en la cornisa superior enmarcado por querubines. Destaca la portada decorada con bajorrelieves de motivos vegetales que suben hasta el balcón de la fachada.

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Iglesia de San Pablo y Santo Domingo

Nuestra próxima parada es la Iglesia de San Pablo y Santo Domingo. En el siglo XIV ya se tiene constancia del Monasterio ecijano de San Pablo y Santo Domingo. Conserva en su interior restos originales de estilo gótico-mudéjar en los pilares y un impresionante artesonado de lacería mudéjar de finales del siglo XVI. La torre-campanario de la Iglesia de San Pablo y Santo Domingo fechado en el siglo XVIII, luce un sorprendente rosario gigante colgado en su fuste. Dicen que en 1436 se apareció en Écija el Apóstol San Pablo y que se conserva una cruz que obra milagros.

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Distintas vistas de la Iglesia Mayor de Santa Cruz

Nos acercamos hasta la Plaza Nuestra Señora del Valle donde se encuentra la Iglesia Mayor de Santa Cruz, levantada en el siglo XV sobre la Mezquita de Écija. Del edificio primitivo, destruido por el terremoto de Lisboa en 1755, se conserva en el patio un arco mudéjar con yeserías. En el interior del templo se venera la imagen gótica del siglo XIV de la Patrona de Écija: Nuestra Señora del Valle. El Altar Mayor está formado por un sarcófago paleocristiano con inscripciones griegas del siglo V. Aquí se encuentra el Museo de Arte Sacro que conserva una interesante colección de orfebrería barroca. La torre de la Iglesia Mayor de Santa Cruz que está coronada por una veleta en forma de ángel que sostiene la cruz de Cristo, conserva 2 inscripciones romanas y 2 árabes del siglo X.

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Casa del Gremio de la Lana y Casa Palacio Fernández de Valderrama

En la Calle Merinos 4 encontramos otra de las casas gremiales de Écija, la Casa del Gremio de la Lana. El edificio del siglo XVIII aunque de portada simple, conserva restos de pinturas murales bajo la cornisa del balcón y motivos geométricos en su fachada. A unos 70 m en la Calle Mayor 12, se encuentra la Casa Palacio Fernández de Valderrama construida entre los siglos XVI y XX. En la puerta principal puede verse el emblema heráldico familiar sostenido por querubines. Aunque la mayor parte del edificio original ha desaparecido, conserva una galería de arcos superior que alcanza la Plaza de Luis Vélez de Guevara donde se encuentra la Iglesia de la Purísima Concepción del antiguo monasterio de los Mercedarios Descalzos. 

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Torre de la Iglesia de la Purísima Concepción y Convento de las Marroquíes

Las 2 torres de la Iglesia de la Purísima Concepción situadas en los extremos de la fachada son lo único que queda del edificio original levantado en el siglo XVIII y que se conocen popularmente como “Las Gemelas”. Dicen que el Convento de la Santísima Trinidad y Purísima Concepción, conocido popularmente como el Convento de las Marroquíes, conserva la espadaña más bella de Écija. La Comunidad de Concepcionistas Franciscanas del convento elaboran unos deliciosos bizcochos marroquíes con una receta del siglo XVIII que pueden adquirirse en su torno situado en la Calle Secretario Armesto 4 A.

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Real Convento de Santa Inés y Convento de las Florentinas

El Real Convento de Santa Inés de la Calle Mayor fue fundado en 1487 por una Comunidad de Clarisas Franciscanas. La Reina Isabel la Católica estuvo hospedada entre sus muros y se hizo benefactora del convento, junto a otras nobles como la Emperatriz María de Austria y la infanta Isabel Clara Eugenia. La nobleza legó a las monjas valiosas reliquias entre las que se encuentra una espina de la corona de Jesús.

El Convento de las Florentinas es el convento más antiguo de Écija. Fue construido en estilo mudéjar y fue ampliándose en estilo barroco. Del siglo XVIII pertenece su puerta principal cincelada en piedra y rematada por una hornacina con la imagen de la Virgen del Rosario. Destaca la espadaña que muestra 3 lados decorados con azulejos. Aunque no pueda visitarse su interior, a través del torno se pueden comprar productos de repostería elaborados por las monjas dominicas como pestiños, alfajores o torrijas.

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Casa Palacio de Cárdenas y Prado Castellano

En la Calle Santa Florentina 20 se encuentra un bello rincón de Écija presidido por la Casa Palacio de Cárdenas y Prado Castellano construido en estilo barroco entre los siglos XVI y XX y que perteneció a los Marqueses de la Garantía, título concedido por el Rey Fernando VII de España, “el Deseado” al ecijano Fernando Tamariz-Martel y Porcel. Destaca la portada del siglo XVIII enmarcada con columnas que soportan un balcón central. El conjunto está rematado por el escudo del marquesado. La imagen se complementa con un pequeño jardín de palmeras y una torre almenada pintada de blanco.

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Portada y espadaña de los Carmelitas Descalzos

A continuación, situado en la Calle Conde 16, nos topamos con el antiguo Palacio de los Condes de Palma de estilo mudéjar, construido entre los siglos XIV y XV. Fue decorado con azulejos y yeserías inspiradas en el Alcázar de Sevilla. Aquí se encuentra en la actualidad el Convento de San José de las Carmelitas Descalzas, antiguo Convento de Las Teresas fundado en 1591. Destaca la portada de los Carmelitas Descalzos de la Calle la Marquesa 10 con decoración manuelina y detalles marineros, cuyo estilo se importaron de Portugal. La Iglesia de los Carmelitas Descalzos añadió la espadaña actual después de que el campanario original sufriera daños por el terremoto de Lisboa de 1755. Hoy es uno de los elementos característicos del paisaje de Écija y luce unas recuperadas molduras con bordes curvos. 

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Palacio de Justicia

En Calle La Marquesa 15 se levanta el Palacio de Justicia de Écija que se encuentra ubicado en un palacio historicista de 1931 conocido con el nombre de Palacio de las Tomasas e inspirado en la Alhambra de Granada. Si lo encontráis abierto, pasad, la entrada es gratuita.

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Plaza de Abastos y Carnicerías Reales

En la Calle Compañía nº 6 se encuentra el antiguo edificio de la Plaza de Abastos de Écija donde podrás adquirir productos típicos como molletes, tortas de manteca o yemas ecijanas. En esta misma calle en el número 3 encontraréis una portada barroca, hay más portadas de este estilo en la Calle Aguabajo. Del antiguo edificio de las Carnicerías Reales del siglo XVI apenas queda la portada de estilo renacentista en la Calle Francisco Mateo Díaz González nº 3. Está rematada en su parte superior por un escudo de armas real y la figura en relieve de la Justicia. En la pared ha sido restaurada un fragmento de pintura mural donde puede verse la cabeza de un carnero.

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Casa del Gremio de la Seda

La industria de la seda y la lana tuvo una gran importancia en Écija en el siglo XVIII. Uno de los edificios más hermosos de la ciudad es la Casa del Gremio de la Seda donde los comerciantes de tejidos trataban la compra y venta de materias. Destacan sus pinturas al fresco, sus arquerías y cornisas decoradas del siglo XVIII.

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Torre y portada de la Iglesia de Santa María

La Torre de la Iglesia de Santa María de 1717 es visible desde la Plaza de España. Luce fuste en ladrillo y 2 balcones decorados con labores de cantería. El cuerpo donde se encuentran las campanas recuerda a la Giralda de Sevilla y muestra decoración de azulejos y molduras de ladrillo. La primera Iglesia de Santa María fue construida en el siglo XIII, aunque el templo que se conserva en la actualidad es el construido por Pedro de Silva en la segunda mitad del siglo XVIII en estilo barroco. La portada en piedra diseñada por Antonio Matías de Figueroa en el siglo XVIII es una de las más monumentales del barroco andaluz. En el interior destacan las pinturas murales neobarrocas de su cúpula obra de Antonio Gardoso, la Capilla del Sagrario y la sillería del coro tallada por Juan de Mesa en 1628. En el claustro de la Iglesia de Santa María encontraréis restos de lápidas, ánforas y estatuas romanas. En la Plaza de Santa María destaca una hermosa columna barroca de 1766 donde se levanta el Triunfo a la Virgen del Valle, patrona de Écija.

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Convento de Capuchinos y Casa Palacio de los Aguilar

Si continuamos hasta la Calle Santa Ángela de la Cruz 20 nos toparemos con el Convento de Capuchinos - Hermanas de la Cruz levantado entre el siglo XVII y XVIII. Su puerta realizada en ladrillo muestra en un friso de azulejos, el año de su construcción: 1758. En la pared puede verse una imagen de azulejo de la Virgen y San Juan Evangelista. Muy cerca se encuentra la Casa Palacio de los Aguilar  construida en la segunda mitad del siglo XVIII. Luce el blasón familiar en el remate de la portada flanqueada por dobles columnas.

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Iglesia de Santiago

La Iglesia de Santiago es un templo gótico-mudéjar construido en el siglo XV y con añadidos posteriores como su torre-campanario de estilo barroco obra de Juan Núñez o el patio cuadrangular diseñado por Pedro de Silva con parterres ajardinados y una fuente. Está considerada la iglesia más interesante de Écija y una de las más elegantes de Andalucía. Tiene 3 portadas con ventanales y celosías de piedra tallada. En su interior destaca el extraordinario Retablo Mayor en madera tallada del siglo XV e importantes obras de imaginería de Alejo Fernández, Pedro de Campaña y Pedro Roldán.

Hasta aquí nuestra ruta por las iglesias, conventos y palacios del centro histórico de Écija. Algunos de sus edificios han sido recreados en el Poble Espanyol de Barcelona para representar a Andalucía.

Ruta por los comercios centenarios de Mataró

Mataró

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Antiguo aparador y rótulo de la Cerería Masjuan

La ciudad de Mataró presume de una infraestructura comercial de más de 1.600 establecimientos, de los cuales sobreviven varias docenas de tiendas con más de un siglo de historia. Esta ruta por los comercios centenarios de Mataró se inicia en la Plaça Santa Maria, desciende por el Carrer Santa Maria hasta el Carrer Sant Cristòfol y se desvía hasta el Carrer de Barcelona.

Farmàcia Spà

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Detalle en hierro forjado de la Farmàcia Spà

Se tiene constancia que donde se ubica la actual Farmàcia Spà de Mataró, ya existía en 1635 un establecimiento que vendía remedios medicinales. 8 generaciones de la misma familia han regentado esta farmacia centenaria situada en la Plaça Santa Maria 3 de Mataró. 

El establecimiento, que se conserva hoy, luce una fachada remodelada en 1947 por Antoni de Moragas i Gallissà, donde destaca la rotulación sobre vidrio negro y las letras doradas sobre mármol. En su interior, se han conservado los mostradores y armarios originales, junto a una colección de frascos e instrumental antiguo de farmacia.

Cafès Manigua

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Cafès Manigua conserva la historia familiar de un comercio centenario

Muy cerca de la farmacia Spà se encuentra la Cereria Ricart situada en el Carrer Santa Maria de Mataró. Abrió sus puertas en 1871 como fábrica y tienda de velas. En 1915, en el local de al lado, Elvira Ricart i Coll abrió una tienda donde se vendía café, azúcar, cacao y galletas. En 1966, Josep Masjuan i Ricart, fusiona ambos comercios abriendo uno en el Carrer Santa Maria 5: Cafès Manigua.

En el nuevo comercio, regentado por Enric Riera i Masjuan, se vende café tostado con leña, tés, chocolate, cirios y velas. De época modernista se conserva en la parte exterior, la puerta de entrada y los rótulos de hierro forjado. En el interior, se pueden ver varios molinillos de café de distintas épocas, una antigua tostadora de café, el mostrador de madera original de la cerería y varias pinturas de J. Jutglar de 1920 que hacen referencia al comercio de cacao.

Queviures Can Bosch

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Queviures Can Bosch es un museo vivo de la actividad comercial

Otro de los colmados centenarios que encontramos en Mataró, es Queviures Can Bosch situado en el Carrer Santa Maria 11. Su primer propietario, Joan Bosch i Pujadas, entró a trabajar de aprendiz en la tienda La Confiança cuando elaboraba fideos de pasta. En 1916 abrió su propia tienda conocida con el nombre de “Flor de Mayo”. 

En la tienda se ha conservado la puerta de madera original de acceso, que luce paneles de pizarra. En el interior de la tienda de Queviures Can Bosch sobreviven algunos elementos originales como: balanzas, toneles de vino, carteles publicitarios, los mostradores de madera y los armarios y estanterías que cubren ambos lados de la tienda.

La Confiança

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Interior de la tienda La Confiança diseñada por Josep Puig i Cadafalch

La antigua tienda conocida como Can Pinós es sin duda la tienda con mayor pedigrí de esta ruta comercial por Mataró. Fue diseñada por Josep Puig i Cadafalch en el año 1894, gracias al encargo del fabricante de pasta Francesc Colomer. La Confiança, situada en el Carrer Sant Cristòfol 10, abrió sus puertas en 1896 y sigue en activo como tienda de comestibles, con muchos productos a granel a la venta. 

En el exterior destaca su decoración modernista en cerámica vidriada, hierro forjado y latón. Mientras que en su interior se han conservado numerosos elementos originales como los mostradores y vitrinas de madera, el dispensador de aceite y varias pinturas murales.

Le Boel

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La Cafetería Le Boel conserva su esencia modernista

La antigua tintorería Ca L'Artigas, construida en 1905 por Antoni March Volart, es, desde 2015, la cafetería Le Boel. Situada en el Carrer de Barcelona 19, conserva de época modernista la fachada decorada con preciosos elementos en madera, tres flores de latón en la fachada y un elaborado tirador en la puerta de entrada. 

En el aparador se conserva una vidriera emplomada con una bonita cenefa floral. En el interior del comercio, que una vez fue mercería, se ha conservado un encantador patio donde tomar algo al aire libre junto al murmullo del agua de una fuente.

Casa Graupera

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En Casa Graupera se elaboran a mano todas sus neules

Finalizamos nuestro recorrido en la tienda de Casa Graupera que son "Mestres Neulers" desde 1895 y se dedican a la elaboración artesanal de barquillos y turrones. La cuarta generación de esta empresa familiar, situada en el Carrer Sant Simó 5 de Mataró, elabora en la actualidad más de 50 variedades de neules (barquillos) con sabores tan deliciosos como el relleno de crema catalana, catánies o chocolate y frutas del bosque. 

La receta familiar que, por supuesto es original y secreta, hace las delicias de los chefs más prestigiosos como Carme Ruscalleda que les dedicó una apasionada dedicatoria. No te pierdas la maestría con la que elaboran a mano y uno a uno los deliciosos barquillos con la vieja máquina de fabricar neules.

La Oficina de Turismo de Mataró facilita de forma gratuita una ruta audioguiada por los establecimientos más emblemáticos y centenarios de la ciudad. La audioguía está disponible en catalán, español, inglés y francés.

Esta ruta fue organizada por la Xarxa de Turisme Industrial de Catalunya (XATIC) con motivo de la celebración de la Setmana del Turisme Industrial. Toda la información generada en redes sociales durante la ruta “Obrers, burgesia i fàbriques”, puede consultarse a través de los hashtags #BusACegues, #ComEsFanLesCoses, #SetmanaTurismeIndustrial2019, #STI19 y #ViuTurismeIndustrial.

El recinto modernista de Sant Pau: un hospital Patrimonio de la Humanidad

Vista panorámica del recinto modernista de Sant Pau
El recinto modernista de Sant Pau es Patrimonio de la Humanidad

Las obras de construcción del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau se iniciaron en 1902 y fueron toda una revolución para la arquitectura hospitalaria. El proyecto puso una atención especial a los espacios abiertos, la luz solar y el aire fresco, para ofrecer a los enfermos un confort y un cuidado hasta ese momento nunca vistos. 

Su función como hospital, iniciada en 1930, finalizó en 2009 y muchas guías de viaje en papel anteriores al 2010, ni siquiera lo mencionan. Desde entonces, el recinto modernista de Sant Pau se ha ido rehabilitando y distintos espacios se han abierto al público

Las exposiciones de cada uno de los pabellones, con información y fotografías ofrecen un recorrido por la historia del edificio con artículos publicados en su época, información de cómo era el antiguo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y cómo ha evolucionado la medicina gracias a la exposición de instrumental médico de principios del siglo XX.

Pabellón de Administración


Recinto modernista de Sant Pau
El Pabellón de Administración es la puerta de entrada al antiguo hospital

Lo primero que ve el visitante que llega al recinto modernista de Sant Pau es el Pabellón de Administración, situado al final de la Avinguda Gaudí, en el Carrer de Sant Antoni Maria Claret esquina Carrer Cartagena

La construcción de ladrillo, en forma de media luna, está presidida por una torre del reloj de 62 metros de altura y una gran escalinata que da acceso a un luminoso vestíbulo. Su profusión decorativa, tanto externamente como internamente, está cargada de simbolismos.

Los ángeles de piedra representan las virtudes (fe, esperanza y caridad), son obra del escultor aragonés Pablo Gargallo (1881-1934). El Pabellón de Administración también está decorado con 16 paneles de mosaico creados por el genovés Mario Maragliano (1864-1944) donde se ha representado la historia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. No olvides subir la escalera del vestíbulo hasta la Sala Domènech i Montaner.

Recinto modernista de Sant Pau
La luz y el aire forman parte del diseño de Sant Pau

La entrada principal del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau está situada en un ángulo de 45˚, mirando a la Sagrada Familia, que permite que la brisa marina llegue hasta el recinto hospitalario. Y es que su arquitecto, Lluís Domènech i Montaner (1849-1923), quiso dotar al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (1910-2009) de un singular concepto de salud y belleza arquitectónica. 

Desde finales del siglo XIX ya se sabía que los espacios amplios y bien ventilados reducían los contagios. Y aunque las vacunas empezaban a hacer acto de presencia, la mayoría de los tratamientos se limitaban al aislamiento de los pacientes para minimizar el riesgo de contagio.

Recinto modernista de Sant Pau
Los pasillos subterráneos de Sant Pau permitían discreción y rapidez

Tras pasar las puertas de cristal te espera el mayor recinto civil modernista de Catalunya donde se levantaban 27 pabellones destinados a diferentes especialidades médicas y que quedaban rodeados de jardines. Los árboles y plantas tenían una función sanitaria, ya que purificaban el aire y eran beneficiosos para los pacientes. 

Todos los pabellones de Sant Pau son distintos, muestran abundante decoración escultórica, cerámica y de mosaico. Los pabellones están conectados por 2 km de pasillos subterráneos por donde los pacientes podían ser trasladados y circulaba el personal sanitario. Tienes dos escaleras de acceso: delante y detrás del Pabellón Central o Casa de Operaciones, que te llevarán hasta la Sala Hipóstila situada bajo el Pabellón de Administración.

Pabellón de la Purísima


Recinto modernista de Sant Pau
Algunos pabellones del antiguo Hospital pueden hoy visitarse

El primer edificio a mano izquierda, de los nueve pabellones centrales, corresponde al Pabellón de la Purísima, dedicado a la cirugía de especialidades femeninas. Un vestíbulo daba paso a mano izquierda a una sala de día de forma circular con cúpula decorada con cruces de Malta y a la sala de baños

A mano derecha se encontraba el despacho médico y la Torre del Agua decorada con las iniciales de Pau Gil; benefactor del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que donó su herencia para su construcción. 

A continuación, se encontraba la sala de enfermería con 28 camas hospitalarias, donde ahora puede verse una fotografía de 1920 de cómo era la enfermería y al final, se encontraba la sala de aislamiento

La puerta principal del Pabellón de la Purísima está presidida por la imagen de la Inmaculada Concepción flanqueada por dos ángeles, obra de Eusebi Arnau (1863-1933); uno de los escultores más importante del modernismo y autor de la mayoría de esculturas del recinto.

Pabellón de la Mare de Déu del Carme

Recinto modernista de Sant Pau
En el recinto no encontrarás dos cúpulas, ni dos torres iguales

El Pabellón de la Mare de Déu del Carme fue utilizado inicialmente como pabellón femenino de medicina general y después como pabellón de cirugía para mujeres. Su cúpula presenta decoración de once nervaduras radiales y su fachada está presidida por la imagen de la Madre de Dios del Carmen, también obra de Eusebi Arnau.

Casa de Operaciones

Recinto modernista de Sant Pau
Llama la atención la modernidad de las instalaciones y la visión médica

El edificio que se encuentra en el centro de la explanada corresponde a la Casa de Operaciones y fue construido por Lluís Domènech i Montaner entre 1902 y 1912. En la fachada destaca un friso de azulejos con los nombres de los médicos catalanes más ilustres de la época. 

Las figuras de leones son obra de Pablo Gargallo y los ángeles de Eusebi Arnau. Su enorme sala acristalada fue utilizada como quirófano. La planta subterránea fue utilizada como sala de espera y almacén.

En la planta baja se encontraba la sala de anestesia y postoperatorio y en el segundo piso, se encontraba el servicio de radiología y esterilización.

Pabellón de la Mare de Déu de la Mercè

Recinto modernista de Sant Pau
La decoración floral está presente dentro y fuera de los pabellones

Todos los pabellones situados en el lado izquierdo alojaban pacientes femeninas, mientras que el lado derecho estaba reservado a los varones. El Pabellón de la Mare de Déu de la Mercè estaba dedicado a ginecología. 

Destaca su cúpula de mosaico ornamentada con medallones de piedra y la Torre del Agua. La entrada principal está presidida por la imagen de la Virgen de la Merced, obra de Eusebi Arnau. En su interior destacan las arcadas recubiertas de mosaico.

Pabellón de la Mare de Déu de Montserrat

Recinto modernista de Sant Pau
Los pacientes podían tomar baños de sol y pasear al aire libre

El Pabellón de la Mare de Déu de Montserrat es el último pabellón femenino del recinto modernista de Sant Pau y estaba dedicado a cirugía general. Posee un piso más que los otros pabellones, aunque su arquitectura es similar.

En un extremo destaca su gran cúpula y al otro lado una Torre del Agua. La letra G de Pau Gil se encuentra representada decorando las barandillas, baldosas y medallones. En el balcón, sobre la entrada principal, puede verse la imagen de la Virgen de Montserrat, obra de Eusebi Arnau.

Pabellón Central

Recinto modernista de Sant Pau
Existen varios accesos al pasillo subterráneo

El Pabellón Central ocupa el extremo opuesto al Pabellón de Administración. Corresponde a la segunda fase de construcción llevada a cabo entre 1922 y 1930 por Pere Domènech i Roura, hijo de Lluís Domènech i Montaner, para albergar el convento de las hermanas hospitalarias, cocinas y farmacia. La ausencia de mosaicos, forjados y esculturas se debe a la falta de presupuesto, cuando se acabó el dinero de la herencia de Pau Gil.

Pabellón de San Manuel

Recinto modernista de Sant Pau
En el Pabellón de San Manuel se encuentra en la actualidad la Casa Asia

Iniciado en 1923 por Lluís Domènech i Montaner y acabado por su hijo Pere Domènech i Roura, el Pabellón de San Manuel estuvo destinado a los pacientes masculinos de cirugía general. Su diseño distinto a los otros pabellones, presenta decoración cerámica y la imagen de San Manuel bajo el balcón.

Pabellón de San Rafael

Recinto modernista de Sant Pau
En el Pabellón de San Rafael se ha reconstruido parte de la enfermería

El Pabellón de San Rafael es un claro ejemplo de cómo era y cómo funcionaba un pabellón de enfermería a principios del siglo XX. El edificio construido entre 1914 y 1918 gracias al legado de Rafael Rabell i Patxot tenía capacidad para 28 camas hospitalarias y estuvo destinado a enfermedades no infecciosas del aparato digestivo. 

Las esculturas de la fachada son obra de Eusebi Arnau y corresponden a la imagen de San Rafael con alas y Tobías con un pez, que el escultor cinceló con el rostro del hijo de Lluís Domènech i Montaner, Ricard Domènech i Roura, que falleció en 1915 a causa de una bronconeumonía. 

La cúpula cubierta de cerámica presenta decoraciones en cruz y aspas, mientras que la letra R que decora los mosaicos, hace referencia al mecenas Rafael Rabell que pagó su construcción.

Pabellón de Sant Leopold

Recinto modernista de Sant Pau
Los edificios de Sant Pau deben rodearse para contemplarlos

El Pabellón de Sant Leopold fue construido entre 1902 y 1912 para pacientes masculinos de medicina general. Presenta una cúpula redonda con tejas en cerámica en forma de escamas. Una estatua de San Leopoldo obra de Eusebi Arnau preside la fachada, en sus manos sujeta una iglesia que recuerda la torre del reloj del Pabellón de Administración.

Pabellón de Sant Salvador

Recinto modernista de Sant Pau
Sant Salvador fue el primer pabellón del Hospital de Sant Pau

El espacio expositivo del Pabellón de Sant Salvador mide 1400 m2 y fue el primer pabellón en acoger enfermos el 30 de junio de 1916. El espacio estaba dedicado a cirugía de especialidades masculinas. Como ya es habitual, la fachada está presidida por el santo titular, en este caso San Salvador, obra de Eusebi Arnau.

La visita al recinto modernista de Sant Pau es imprescindible para los amantes del modernismo, ya que es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura modernista y una magnífica joya del modernismo catalán. Sin duda, es el hospital más bonito del mundo.

Más información: Recinto modernista de Sant Pau. Dirección: Carrer de Sant Antoni Maria Claret 167, 08025 Barcelona. Horario: Domingos y festivos de 9:30 a 15 h. De noviembre a marzo de lunes a sábado de 9:30 a 17:30 h. De abril a octubre de lunes a sábado de 9:30 a 19 h. Entrada: 15 €. Consultar descuentos y días de entrada gratuita. Transporte público: Metro (L5), parada Sant Pau – Dos de Maig. Autobuses: H8, 19, 47, 117, 192. Web: Recinto modernista de Sant Pau.

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