Descubriendo el Balneario de Alzola


Quizás los primeros alzolizados de la historia fueron unos niños, que en pleno invierno del año 1776, se bañaban en las aguas extrañamente templadas del río Deba. 



Tras el revuelo inicial y después del análisis de las “Autoridades Médicas competentes”, el agua de Alzola fue declarada de “utilidad pública” y así, siguió hasta nuestros días.


Urberoaga de Alzola (el balneario) abriría sus puertas en el año 1846 con cuatro bañeras y una piscina comunitaria que darían servicio y salud, hasta a doce personas a la vez, lo que supondría una visita de alrededor de 2000 personas anuales. 


Con el tiempo fue adquiriendo fama y renombre, era el único balneario que poseía un médico propio que podía recetar el tipo de agua o baño para cada tipo de paciente o enfermedad.


Fue necesario hacer diferentes ampliaciones, tanto en el edificio de los baños como en los servicios ofrecidos, y con el tiempo fue adquiriendo aspecto de un bello hotel. 


Quizás la mejor época para el Gran Balneario de Alzola, fue la comprendida entre finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a los diferentes premios que fue logrando, como el otorgado durante la Exposición Universal de París del año 1900, y la gran afluencia de público creció en Alzola para “tomar los baños”.


En 1976 cerró las puertas como balneario, pero siguió vendiendo salud embotellada en todas las farmacias de España. Un apeadero y una oficina de correos junto al manantial, aseguraban que el agua Alzola fuera una agua viajera sin límites.


El día que pude entrar en el Balneario de Alzola, del que escribió Carmen Martín Gaite, descubrí un lugar único cargado de historia y al que me trasladaban los fragmentos de su novela El Balneario:



Cuando lleguemos al puente pararemos para que puedan bajar ustedes


Este es el molino, el viejo molino. No apartaba los ojos, como hechizado, de aquellas tres paredes derruidas.


Al balneario se entraba por un paseo de castaños de indias, bordeado de hortensias y boj, paralelo al río, que quedaba a la izquierda. A la derecha empezaban las edificaciones que yo había entrevisto desde el puente. Eran altas y planas, pintadas de un blanco rabioso...


Descubrir las entrañas del que fue uno de los balnearios más importantes de España, y por el que había pasado la alta aristocracia y burguesía española del siglo XIX, es entrar de lleno en la sociedad adinerada que vistió Balenciaga. El crujir del tafetán de seda de las damas, se mezcla en mi imaginación con el crujir del suelo de madera de la vieja escalera que separa las diferentes plantas del hotel-balneario. 


Pude asomarme al balcón de una de las antiguas habitaciones, notar el sol del mes de marzo inundar cada rincón y asombrarme con las bañeras puestas en pie esperando como soldados a las puertas de un castillo impenetrable.


Me entraron unas ganas irremediables de coger un trapo y un cubo y limpiar cada una de las baldosas, cenefas y suelo de mosaico, para devolverles la impronta que el paso del tiempo les había arrebatado. Cuentan que Napoleón III reservó una habitación en el Balneario de Alzola, pero que debido a la guerra franco-prusiana no pudo llegar. Yo he tenido la fortuna de ver este lugar dos veces y puedo aseguraros, que lloré de tenerlo que abandonar.


Gracias a Alzola Basque Water por prestarme las imágenes antiguas del balneario, son una pasada.


Más información: Alzola. Dirección: Alameda del Balneario 1, 20860 Alzola (Elgoibar) Gipuzkoa. Teléfono 943 740 288. Web: Alzola.

Viajar por tu cuenta es más arriesgado de lo que tú te crees

Si has llegado hasta aquí y no ha sido por equivocación, me imagino que sueles viajar por tu cuenta o te dispones a hacer tus primeros pinitos. Habrás leído más de una docena de posts sobre cómo “Viajar solo”, “mujeres viajeras” e incluso cómo “Viajar con niños”, pero no te habrás encontrado nunca con que ningún viajero te diga que, es mejor quedarse en casa viendo Memorias de África, beberte un mojito en la bañera mientras simulas que estás en un hotel paradisíaco y que si te acuestas con música de ambiente de fondo casi, casi, que puedes imaginarte que estás en una selva bajo una tormenta.

Tranquil@ hoy te desvelaré los secretos que nadie se atreve a contar.

Elegir un destino bonito, barato y seguro

Cuando mi hermana y yo elegimos un destino de vacaciones y empezamos a mirar qué hay para visitar, los vuelos, tipo de alojamientos, precios, etc.. hay una clara posibilidad de acabar en Honolulú, cuando el viaje que habíamos pensado inicialmente era a los Fiordos Noruegos. Así que después de quince años viajando juntas, ya no nos preocupa, ni nos extraña, que tengamos la necesidad (¡qué digo necesidad!, sinceramente, siempre acabamos viajando al segundo o tercer país de la lista) debemos tener siempre un plan B para poder salir de casa.

Ejemplos prácticos o claros ejemplos de lo expuesto anteriormente:
  • Cuando se nos pasó por la cabeza ir a Irán, fuimos a Yemen.
  • El año que pensamos en viajar a Camboya, recorrimos Burkina Faso y Mali.
  • Cuando quisimos hacer un viaje a Togo y Benin, acabamos en Túnez.
  • Y quizás el destino que más se resiste de momento es Bali, que en tres ocasiones se ha convertido en Laos, Corea del Sur y Armenia.

Así que, al final buscar un destino seguro, toma otros derroteros, no me mires con esa cara, que la seguridad no la tomamos muy en serio. Por cierto ¿tú, te vas de viaje con la primera elección o qué? Para que veas que viajar seguro es posible, sólo tienes que mirar en la Web del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación ¡de España! (MAE) para saber que, el mundo es un lugar hostil y que es mejor no salir de casa. Yo, “casi” es lo primero que miro antes de comprar el billete, bueno, a veces lo miro después, pero sobretodo cuando me gusta mirarlo es cuando vuelvo viva y me doy cuenta que ponía: “Asimismo, se recuerda que en estos momentos ninguna región del mundo y ningún país están a salvo de posibles actos terroristas”....SE RECOMIENDA VIAJAR CON EXTREMA PRECAUCIÓN Y ABSTENERSE DE HACERLO POR DETERMINADAS ZONAS (además te lo ponen en letras mayúsculas, para que lo veas bien claro si eres miope como yo).

Y con esta página tan recomendable para el viajero, seguimos con este post.

Países donde extremar las precauciones

Para que veáis que los blogueros de viaje vivimos actualizados y nos documentamos antes de escribir, como los periodistas profesionales con la grabadora, consultando varias fuentes y tal, he hecho una lista de peligros, es decir que si vas a viajar a alguno de los siguientes países, a día de hoy, es algo así como que el Ministro te diga: “Ya te apañarás, luego no vengas llorando”.

- República de Burkina Faso: secuestros y acciones terroristas, especialmente en las zonas fronterizas con Malí o Níger en estos momentos.

- República de Corea: conflictos bélicos y nucleares con Corea del Norte día sí, día también, “since” 1953, la última “crisis” entre coreas fue en el año 2013.

- Egipto: El MAE lo advierte claramente “Zonas sin problemas: Ninguna”.

- República de la India: atentados en Delhi y Mumbai en 2008 y algún que otro terremoto importante, en la lista TOP de los últimos 10 años.

- Japón: terremotos y tsunamis ocupan habitualmente las malas noticias de este país. El accidente nuclear de Fukushima ocurrió en marzo del 2011 y todo el mundo lo recuerda.

- Reino Hachemita de Jordania: ataque contra tres hoteles en Ammán el 9 de noviembre de 2005. De mi overbooking nadie dice nada, pero yo sigo pensando en ello. Si es que los viajeros vivimos al límite.

- Malasia: último terremoto el 5 de junio de 2015 en el Monte Kinabalu.

- República de Mali: desde el 2007 se producen secuestros y asesinatos, intervención militar en estos momentos.

- República del Perú: Sendero Luminoso, erupciones volcánicas, terremotos, estados de emergencia por narcotráfico, terrorismo y peligro inminente en la actualidad durante el periodo de lluvias de 2015, se prevé algo así como el Fenómeno El Niño. La página del MAE de este país se asemeja a un cuadro del Infierno.

- República Árabe Siria: desde marzo del 2011 el país está sumido en una estúpida guerra.

- Reino de Tailandia: el último atentado con explosivos fue el 17 de agosto del 2015.

- Túnez: el último atentado terrorista fue el 26 de junio del 2015.

- República de Turquía: terremoto de 7,2 grados en octubre del 2011. El último ataque terrorista en Estambul fue el 10 de agosto del 2015.

- Yemen: desde 2011 el país está sumido en una estúpida guerra.


Probabilidades de convertirme en la “Atila de los viajes”

De los países citados anteriormente he estado en todos, algunos he repetido viaje. Las fechas de mis viajes han sido anteriores a los sucesos ¿casualidad? ¿estrella?

En Burkina Faso estuve en julio de 2008.

 En Corea del Sur estuve en agosto del 2014.

 En Egipto estuve en agosto del 2000. 

 En India estuve en agosto del 2007.
 
En Japón estuve en agosto del 2008. 

En Jordania estuve en agosto de 2003.

 En Malasia estuve en abril de 2006.

 En Mali estuve en julio de 2008.

 En Perú estuve en agosto del 2004. 

 En Siria estuve en agosto de 2003.

 En Tailandia estuve en julio de 1996 y agosto de 2013.

 En Túnez estuve en agosto de 2010.

 En Turquía y Estambul estuve en agosto y diciembre de 2001, septiembre de 2009 y junio de 2014.

 En Yemen estuve en agosto de 2006.

Y antes de que me culpes de:

- La crisis económica griega (a pesar de que estuve en Atenas en agosto del 2002 y 2012).
- Y de la Primavera Árabe del 2010 (a pesar de que he estado en 5 países de los 18 donde hubieron alzamientos de la población); aclarar que no tengo nada que ver, pregúntale a mi hermana que viaja conmigo.

Y recuerda que... “Se ama lo que se conoce y se teme a lo desconocido” ;-)

Próximo destino Belgrado, deséame suerte.

¿Qué hacer en Praga?

Praga es una de las ciudades más bellas de Europa. Su visita no deja indiferente a los amantes de los grandes monumentos, buenos atardeceres y fans de la gastronomía y de la buena cerveza. En Praga hay mucho por ver y también mucho que hacer. He hecho una de esas listas odiadas por muchos, para que de un sólo vistazo sepas qué puedes hacer en Praga ¿te parece si empezamos?

Praga en 11 imágenes



- Subir en un tranvía y perderte en dirección desconocida. 
Si necesitas controlar tu recorrido te recomiendo el tranvía número 22. Busca asiento en las ventanillas situadas en el lado izquierdo, son las que tienen mejores vistas de su recorrido: Teatro Nacional, Malá Strana y el Castillo.


- Comprar fruta fresca en el mercado Ulhelný Trh (Mercado de los Carboneros). 
El mercado se encuentra situado cerca de la Calle Havelská.


- Buscar en Palác Lucerna la estatua que realizó David Černý de San Wenceslao.
Además de estar colgada, el caballero monta al revés en su caballo (muerto) ¡y no me refiero con la cabeza en la espalda! precisamente.


- Degustar las distintas variedades del Trdelnik; un dulce que se vende en la calle en forma de rollo.
No es auténtico 100% checo (proviene de la cocina eslovaca), pero está riquísimo, yo acabé probándolo en Budapest y me hubiera comido un carro.


- Tomarte un café en una auténtica Kavárna (cafetería) del siglo XX. 
En Praga hay cafeterías de infarto: Kavárna Imperial, Grand Café Orient, Fantova Kavárna, Café & Restaurant Slavia, Café Franz Kafka o el Kavárna del Gran Hotel Evropa. Visita cualquiera de ellas o incluso todas, valdrá la pena y algunas tienen precios bastante asequibles.


- Contemplar el desfile de figuras del Reloj astronómico de Praga
A cada hora en punto, entre las 9 de la mañana y las 21 h., tiene lugar el desfile de los 12 apóstoles ¡y hasta el de algún que otro carterista! (vigila tu mochila, bolso y cartera).


- Recorrer el Puente de Carlos.
Tanto de día como de noche, para disfrutar primero de las vistas del río Moldava y del ambiente de numerosos músicos callejeros, artistas, visitantes y curiosos, para redescubrirlo en la quietud y el silencio de la madrugada.


- Pasar la mano por los relieves de la primera estatua que se colocó en el Puente de Carlos; la de San Juan Nepomuceno, patrón de Bohemia. 
Se dice que aquél que la acaricie, gozará de buena suerte y regresará a Praga.


- Probar tu resistencia a los litros de cerveza checa en cualquier pivovar (cervecería) de la ciudad.


- Tomarte un respiro en los Jardines Reales.
Sólo en la ladera sur del Castillo de Praga, hay cinco jardines históricos, así que alguno de ellos te sorprenderá, estoy segura.


- Ver el Cambio de Guardia del Castillo de Praga.
Se realiza cada hora desde las 5 de la mañana y hasta medianoche (de abril a septiembre) y desde las 6 hasta las 23 h. (de octubre a marzo). El de las 12 del mediodía es el cambio de guardia con mayor solemnidad, cuando toca además la banda de trompetas.

Si estás preparando una escapada a Praga, quizás te interese mi post de: ¿Qué ver en Praga? Visitas clásicas e imprescindibles 

¡Buen viaje!

El taller y Casa-museo de Victor Horta

Bruselas
Detalle de la barandilla de la escalera

Como ya os contaba en el post anterior: Entramos en el fascinante mundo de Victor Horta. El Museo Horta se encuentra en la que fuera su casa-taller, ubicada en la ciudad de Bruselas. Los dos edificios, claramente diferenciados por su uso, se entremezclan en la visita, en un delicioso vaivén de escalones de mármol, barandillas de madera ondulada y puertas con vidrieras coloreadas.

El Taller de Victor Horta


Bruselas
Victor Horta en su casa-taller

Desde el salón de música se accede por una escalera enmoquetada de 5 peldaños al estudio de Victor Horta, donde una sala bien iluminada por grandes ventanales, muestra, en la actualidad, algunos de los moldes de escayola que fueron utilizados para modelar las manillas de esta casa. La habitación contigua era el despacho del arquitecto, donde atendía, a principios del siglo XX, a sus colaboradores.

Bruselas
Detalle manilla diseñada por Victor Horta

Los muebles de caoba expuestos aquí, a pesar de que datan de 1909, pertenecían a los Almacenes Wolfers y no a la casa de Horta. De nuevo, encontramos lámparas de metal que imitan grandes hojas y una chimenea presidiendo una de las paredes del despacho. Desde aquí se tiene acceso a la escalera de servicio, lo que permitía que los trabajadores se acercaran a Horta, sin inmiscuirse en la vida privada de su esposa.

Bruselas
Sala de espera del despacho de Victor Horta

Abandonamos el estudio, pero antes nos detendremos en el descansillo de la escalera para contemplar de nuevo el salón de música y buscar el sistema de anclaje para colgar cuadros y que permitía dotar a las paredes, de una nutrida colección de arte japonés del que Horta era un fiel admirador.

Primera Planta del Museo Horta


Bruselas
Detalle de la cristalera

La decoración de estilo asiático nos acompaña en los pequeños detalles, mientras ascendemos por la escalera principal, donde destaca de nuevo una puerta acristalada con un magnífico ojo de buey de formas redondeadas y que permitía dotar a la escalera de servicio, de luz natural. ¡Cuidado con la barandilla de caoba y sus formas sinuosas de color dorado! Está pensada para conquistarte. Una embriagadora liana que atrapa todas las miradas y todas tus caricias.

Bruselas
Cama del dormitorio principal

Unos peldaños más y a mano derecha encontramos el dormitorio principal; amueblado con muebles procedentes de la Casa Dopchie y la Casa Aubecq, realizados en madera de fresno americano. El cabecero de la cama parece un campo de flores, al igual que el papel pintado por William Morris; donde aparecen centenares de tulipanes

Bruselas
El dormitorio principal se amplió en 1906

La puerta situada a la izquierda esconde un curioso urinario masculino, que no evita que las mujeres corramos escandalizadas hacia la siguiente habitación, donde se ubica el guardarropa del matrimonio; una habitación con tres armarios empotrados. No puedo evitar de pensar que tras esas brillantes puertas de madera hubo, una vez colgado, un vestido de Balenciaga o un sombrero cloché de Coco Chanel.

Bruselas
La señora de la casa descansaba en esta habitación después de bañarse

La habitación contigua al dormitorio es el vestidor, aunque más bien parece el lugar ideal para desmayarse. Una hermosa chaise longue nos espera, invitándonos a estirarnos y a relajarnos mientras nos preparan el baño. Junto a este coqueto canapé se puede ver un radiador grabado deliciosamente con detalles florales. 

Bruselas
La entrada al baño queda camuflada en el armario

Las paredes del vestidor se han cubierto de armarios y cajones empotrados que permiten un espacio diáfano, ligero, completado por el uso de dos puertas con espejo que esconden, por un lado, un inodoro con cisterna y en el otro una bañera ¡con calentador metálico y todo! Volvamos a la primera planta, despertemos de nuestro letargo después de ese baño de burbujas y crucemos al otro lado de la escalera.

Bruselas
Victor Horta se sintió fascinado por el arte japonés

Aquí se encuentra un pequeño gabinete con un delicado biombo con estampado oriental. Esta habitación era utilizada por la esposa de Victor Horta para recibir a la modista y todas sus visitas. Aquí la señora de la casa podía ver desfilar los modelos más chic del momento o encargar su próximo vestido. Contiguo al gabinete se encuentra un salón privado con muebles de madera de limonero que fueron diseñados para el Hôtel Solvay.

Segunda planta del Museo Horta


Bruselas
La escalera de la Casa-museo de Victor Horta es espectacular

Ascender hacia la última planta del Museo Horta es emular a Ícaro en su aproximación hacia el sol. La linterna de vidrio coloreado, que permite la entrada de luz a la escalera, está tan cerca, que nuestros ojos corren el peligro de deshacerse en lágrimas.

Bruselas
El apartamento de Simone Horta se encuentra en la segunda planta

Aquí se ubicaba el apartamento privado de Simone Horta; la única hija del arquitecto, y que se compone de un dormitorio, una sala con mesa y sillas de fresno americano, un gran balcón con terraza y un invernadero.

Sótano


Bruselas
Cocina de la Casa-museo de Victor Horta

La visita al taller y Casa-museo de Victor Horta finaliza en la cocina, situada bajo el comedor y a la que accedemos por la escalera de servicio. Al conservarse parte de la decoración original, se ha podido reconstruir fielmente la decoración en azulejo Art Nouveau.


Más información: Museo Horta. Dirección: Rue Américaine 23-25, 1060 Saint Gilles, Bruselas. Teléfono: 0032 2 543 04 09. Horario: de martes a viernes de 14 a 17:30 h. Sábados y domingos de 11 a 17:30 h. Entrada: 12 € (Datos actualizadas en el año 2023). Web: Museo Horta. En el año 2000, la UNESCO inscribió el Museo Horta en su lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Si vas a realizar una escapada a Bruselas quizás te interese saber qué platos probar de la cocina belga, dónde comer y cuánto cuestan los menús en los restaurantes de la capital. En mi post Recorrido gastronómico por Bruselas te hago 5 recomendaciones.

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