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Panorámica del Hotel Vall de Núria, el Santuario y el lago |
Llegar al Hotel Vall de Núria no es solo acceder a un alojamiento de montaña: es adentrarse en un paisaje protegido, ascender por una de las líneas ferroviarias más singulares de Europa y sumergirse en un rincón del Pirineo catalán donde historia, espiritualidad y naturaleza conviven desde hace siglos. Ubicado a 1.964 metros de altitud y rodeado por picos imponentes, este hotel invita tanto al descanso como a disfrutar del aire libre en plena naturaleza.
El Hotel Vall de Núria ***
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El hotel ofrece una amplia gama de servicios pensados para todo tipo de visitantes |
Dormir en el corazón de los
Pirineos catalanes es una experiencia que va más allá del simple alojamiento.
El Hotel Vall de Núria es accesible
únicamente en tren cremallera, lo que acentúa su carácter remoto y singular. En
invierno, la idea de que una tormenta de nieve te deje aislado se me antoja
romántica, como si el mundo exterior pudiera dejara de existir y solo quedara
la calidez de sentarse junto a la chimenea.
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Vista del Hotel Vall de Núria, enclave privilegiado a 2.000 metros de altitud en el Pirineo catalán |
Aquí donde el aire es más puro y el paisaje parece pintado con pinceladas de eternidad, se alza un edificio sobrio y acogedor que ofrece todo lo necesario para desconectar… o reconectar. El hotel se extiende junto al edificio histórico del Santuario de la Mare de Déu de Núria, y sus estancias comparten el mismo silencio envolvente que caracteriza a uno de los valles más impresionantes del Pirineo, tanto por su riqueza paisajística y espiritual como por la diversidad de vida animal y vegetal.
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Habitación doble del Hotel Vall de Núria |
Las habitaciones, algunas de ellas con vistas directas al lago o a los picos que lo rodean, están
diseñadas con un estilo funcional y montañés, perfecto para el descanso tras
una jornada de senderismo, esquí o contemplación. Pero el hotel no es solo
descanso: es también un punto de encuentro para quienes buscan naturaleza,
cultura y bienestar. A su alrededor se despliega una completa red de
instalaciones y servicios.
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La tienda de recuerdos de Vall de Núria ofrece productos locales y artesanales |
Desde una cartoteca y biblioteca,
hasta un auditorio o una sala de exposiciones, pasando por una tienda de recuerdos, un pequeño dispensario médico, consignas, cajero automático, servicios para personas con movilidad
reducida e incluso una oficina de
información y central de reservas para planificar escapadas por el entorno
natural del Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser.
Actividades al aire libre en Vall de Núria
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En Vall de Núria la naturaleza es el mejor parque de aventuras |
En verano, la Vall de Núria se
convierte en un escenario con múltiples posibilidades para todas las edades,
pudiendo realizar actividades al aire
libre que invitan a disfrutar en familia, en pareja o en solitario, sin
prisas y en plena conexión con la naturaleza. Cuando el buen tiempo acompaña,
el valle se transforma en un gran escenario al aire libre donde cada edad
encuentra su espacio y cada ritmo tiene su recompensa.
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El Parque Lúdico de Vall de Núria, un espacio para jugar y disfrutar al aire libre |
El Parque Lúdico, situado a pocos pasos del hotel, es el reino de los
más pequeños —y no tan pequeños—. Cuenta con karts de montaña, un circuito
de patinetes, piscina sensorial,
tirolina, rocódromo, castillo inflable,
cintas transportadoras y juegos de equilibrio. El acceso puede
contratarse por franjas de tiempo o para todo el día, y es uno de los espacios con
más algarabía del valle durante el verano.
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Minigolf en Vall de Núria, diversión para toda la familia en plena montaña |
El Minigolf, ubicado detrás del hotel, ofrece una actividad tranquila
y entretenida para toda la familia, mientras que el circuito de orientación pone a prueba el sentido de la dirección y
la capacidad de leer el entorno natural con un mapa en la mano. Ideal para
familias o grupos escolares, es una forma divertida de adentrarse en la
geografía del valle. El embarcadero del lago es uno de los grandes atractivos de
Vall de Núria durante el verano.
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Es posible alquilar barcas para navegar en el lago de Núria |
Aquí se pueden alquilar pequeñas barcas de remo, para hasta cuatro
personas, y deslizarse suavemente por las aguas tranquilas, rodeadas de cumbres
y un infinito cielo. La perspectiva desde el agua regala una visión distinta del santuario y del hotel, reflejados en la
superficie como en un espejo, y acompañados por el vuelo ocasional de una
alondra o el croar de alguna rana entre los juncos.
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El lago de Vall de Núria ofrece la posibilidad de disfrutar de un tranquilo paseo en canoa |
Para quienes prefieren una experiencia
más activa o compartida, también hay disponibles canoas para dos personas, ideales para explorar con ritmo propio el
contorno del lago y sentir de cerca la frescura del agua alpina. Remar entre
montañas se convierte en un ejercicio de pausa y contemplación: cada remada
ralentiza el tiempo, cada ola leve dibuja un surco efímero que desaparece como
lo haría una preocupación.
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En Vall de Núria se ofrecen paseos a caballo aptos para todas las edades |
Para quienes prefieren el
contacto directo con los animales, la hípica
de montaña ofrece rutas a caballo adaptadas a todas las edades y niveles.
Desde paseos en poni para los más
pequeños (de 2 a 8 años), hasta bautizos
a caballo y rutas de una o dos
horas por itinerarios como el Camí de les Creus, el Bosc de la Verge o el
Puente del Escudé, a partir de quince años. La experiencia conecta con la larga
tradición pastoril del valle.
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Espacio infantil donde los más pequeños se divierten aprendiendo en plena naturaleza |
Pensado para niños de entre 4 y
10 años, El Cau de la Marmota es un
espacio lúdico y educativo con actividades
gratuitas para los huéspedes más pequeños del hotel y de los apartamentos.
Funciona tanto en invierno como en verano, y ofrece talleres creativos, cuentacuentos,
juegos, maquillaje infantil o cine
nocturno. También se organizan salidas como paseos familiares, visitas a la ermita de San Gil o excursiones temáticas según la
estación.
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La pequeña granja de Vall de Núria permite a los más pequeños acercarse a los animales |
Cada actividad es una forma
distinta de descubrir Núria, de tocar la montaña con las manos y de volver a
sentir que la naturaleza es un lujo cotidiano. Completan la propuesta de diversión,
una pequeña granja con animales
—gallinas, conejos, pavos, ocas— donde los más pequeños pueden conocer de cerca
la vida rural, y en invierno, el paisaje se viste de blanco para acoger a los amantes del esquí y las raquetas de nieve.
Subida en teleférico
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El Teleférico de Vall de Núria ofrece vistas panorámicas únicas ascendiendo al Pic de l’Àliga |
El Teleférico del Pic de l’Àliga, incluido en el billete del tren
cremallera, permite ascender cómodamente hasta el Pic de l’Àliga, a 2.120
metros de altitud. Las vistas desde lo
alto son espectaculares, y el recorrido hasta la cima permite una panorámica completa del circo glaciar,
del lago y del santuario. Es una forma fácil de ganar altura para iniciar
alguna de las rutas de senderismo
más emblemáticas.
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Vista desde el Pic de l’Àliga |
Desde aquí parten varias rutas de senderismo que recorren prados
de altura, crestas y collados. Entre ellas, destaca el Camí Vell, uno de los itinerarios de montaña más característicos
del Pirineo catalán, que une Queralbs con Núria a través de antiguos caminos de peregrinación. El
recorrido, de unos 7 km y 900 metros de desnivel, permite llegar a Núria
caminando en unas tres horas y veinte minutos, como se ha hecho durante siglos
desde época románica.
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El Albergue Pic de l’Àliga, junto a la estación superior del cremallera |
En este lugar estratégico, donde
el paisaje se transforma y se abre ante los ojos como un balcón natural sobre el Pirineo Oriental, se encuentra el Albergue Pic de l’Àliga, una opción
ideal para grupos escolares, familias o senderistas que desean pernoctar a
mayor altitud. El edificio ofrece alojamiento en habitaciones compartidas, servicios de restauración y una atmósfera
montañesa que invita a la convivencia y al intercambio.
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Vista del hotel y el Santuario de Núria desde el camino que lleva al Pic de l’Àliga |
Desde sus ventanas, las vistas alcanzan los picos del Puigmal (2910 m), la cima más alta del
Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser y una de las cimas más
emblemáticas del excursionismo en Catalunya; el Torreneules (2711 m) con su silueta afilada que se eleva sobre las
gargantas del Freser; o el Balandrau
(2585 m), un pico que ofrece una panorámica de 360 grados sobre los valles
glaciares y las principales cumbres del Ripollés.
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Senderos que recorren paisajes únicos del Pirineo catalán |
Es uno de los mejores puntos para
observar la riqueza geológica y biológica del Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser, especialmente
en primavera y verano, cuando la flora
alpina está en su máximo esplendor. En estos meses, los prados y laderas se
tiñen con el amarillo intenso de la azucena
amarilla o narciso de los prados,
los tonos lilas de la pastorcilla o
los intensos colores de la manzanilla de
pastor.
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Los caminos de Vall de Núria invitan a descubrir la naturaleza en tranquilidad |
También florece el matalobo azul, de vistoso color, aunque
es muy tóxica, y habitual en las zonas húmedas del valle. En cuanto a la fauna,
no es raro avistar rebecos entre los
roquedos, así como muflones, jabalíes, zorros o liebres que
cruzan los senderos al anochecer. Las marmotas
silban desde sus madrigueras al paso de los excursionistas, y si se afina el
oído, puede oírse el salto de una trucha
en el río o el croar de la rana roja
en alguna charca cercana.
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Los animales más fáciles de avistar de Vall de Núria |
En el cielo, planean las
majestuosas águilas doradas, los quebrantahuesos, los cernícalos o los buitres, mientras más cerca del agua se pueden observar el mirlo acuático, la lavandera cascadeña o las golondrinas.
Entre los matorrales alpinos también habita el armiño y los discretísimos topillos,
completando así un mosaico de vida perfectamente adaptado a la alta montaña.
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En los senderos de Núria pueden verse caballos pastando en libertad |
Tanto si se busca un inicio de
ruta como si se desea simplemente contemplar el paisaje, el teleférico permite
llegar a lugares donde el horizonte se
amplía. Mientras recorres algunos de los senderos, saldrán al paso caballos, a menudo en libertad, que
pastan en los prados del entorno. Es habitual encontrarlos cerca del Albergue Pic de l’Àliga, donde también
se inicia una de las rutas panorámicas más recomendables del valle.
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El Hotel Vall de Núria está rodeado de caminos señalizados para hacer senderismo |
Desde aquí, los caminos se abren
hacia el Pic de Finestrelles (2829 m) o el camí del Refugi de Coma de Vaca,
todos ellos perfectamente señalizados.
La red de senderos forma parte del GR-11,
el gran recorrido transpirenaico que une el Mediterráneo con el Cantábrico.
En los días claros, desde los miradores más altos, es posible divisar cumbres
francesas, valles profundos redibujados por la sinuosidad del río Núria, que
serpentea hacia el fondo de la garganta.
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Zona de pícnic en Vall de Núria, ideal para disfrutar del aire libre y la tranquilidad del valle |
Alrededor del santuario existen
varias zonas de pícnic con mesas y
bancos de madera, repartidas entre prados y arboledas, que invitan a almorzar al aire libre, respirar hondo
y dejarse llevar por la calma. Algunas de estas áreas se sitúan junto al lago,
cuyas aguas puras y cristalinas acompañan con el chapoteo de los peces. En los
días soleados, familias y excursionistas encuentran aquí el lugar perfecto para
reponer fuerzas al abrigo de las suaves laderas del valle.
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Fuente del Dr. Pere Tarrés |
Además, hay fuentes de agua potable donde llenar la cantimplora y paneles informativos que explican la
flora y fauna del entorno, convirtiendo el momento del pícnic en una
oportunidad para la observación y el aprendizaje. La proximidad de estos
espacios a los senderos facilita retomarlos sin prisa, con la sensación de
haber hecho una parada en uno de los rincones más serenos del Pirineo.
Gastronomía en Vall de Núria
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El restaurante principal ofrece una amplia variedad de entrantes fríos para abrir el apetito |
En Vall de Núria, los sabores
también son protagonistas. La oferta
gastronómica se adapta a distintos momentos del día y tipos de viajeros,
desde quienes buscan una comida ligera entre excursiones hasta quienes
prefieren saborear la cocina local con calma y en una buena mesa. Durante mi
estancia también tuve la oportunidad de disfrutar del bufé libre del restaurante principal del hotel, una
opción que combina variedad, producto local y una ejecución cuidada.
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Cada día, el bufé del restaurante del Hotel Vall de Núria ofrece una selección distinta de platos |
Ubicado en el edificio de Sant
Antoni, detrás de la recepción, este amplio
comedor es el corazón gastronómico del complejo y ofrece una experiencia
culinaria pensada tanto para excursionistas como para huéspedes que desean
tomarse su tiempo frente a un plato bien servido. El menú del día, con un
precio de 24,50 € (bebidas aparte), permite degustar a voluntad una selección de entrantes fríos y calientes,
elaborados con ingredientes de proximidad y recetas tradicionales.
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En todos los restaurantes del Hotel Vall de Núria, las vistas forman parte del menú |
Entre los segundos platos
disponibles aquel día, destacaban opciones tan reconfortantes como una sopa de pollo casera, la paella de montaña —con carne y
verduras—, y los clásicos canalones
gratinados, tanto de carne como de espinacas. También se ofrecía un estofado de lentejas con verduritas, codillo de cerdo con salsa de moscatel
o filete de dorada al tempranillo,
para quienes preferían sabores más suaves.
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En el restaurante principal del hotel, algunos platos se preparan al momento |
El rincón de cocina a la brasa completaba la propuesta con carnes a la plancha —bistec de ternera, butifarra, pechuga de pollo—
y pescado como el atún, preparado al
momento. El apartado de postres no se queda atrás, con una amplia selección de
tentaciones dulces: tartas, helados, fruta, cremas, flanes y otros caprichos de
repostería para cerrar la comida con un toque goloso.
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Selección de tartas y pasteles del bufé libre del restaurante principal del hotel |
El restaurante dispone también de
menús infantiles (13,50 € para niños
de 4 a 14 años) y menú baby para los
más pequeños (6,00 €), además de opciones para vegetarianos y personas celíacas.
Muchos de los productos provienen del Ripollés, lo que refuerza el compromiso
con la gastronomía del territorio. Una propuesta sabrosa y práctica, ideal para
reponer fuerzas entre excursión y excursión, con la comodidad de un servicio
adaptado a todas las edades y necesidades dietéticas. Ofrece desayunos de 8:00
a 10:00, almuerzos de 13:00 a 15:30 y cenas de 20:00 a 22:00. Se recomienda
reservar, especialmente en temporada alta.
Restaurant El Racó de la Vall
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Restaurant El Racó de la Vall |
En la planta baja del edificio
hotelero, el restaurant El Racó de la
Vall invita a una experiencia más íntima y centrada en la cocina catalana tradicional, también elaborada
con productos locales. Abre todos los días de 13:00 a 16:00 (con cocina hasta
las 15:30) y también requiere reserva previa. En mi caso, tuve ocasión de
probar su menú, una propuesta
generosa y bien equilibrada que combina producto local con recetas
tradicionales reinterpretadas con gusto.
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Selección de quesos de la comarca |
Para empezar, llegaron a la mesa
varios platos para compartir: una tabla
de quesos del territorio, una parrillada
de verduras con salsa romesco, que destacaba por el punto de brasa y el
sabor tan característico de esta conocida salsa catalana; unos huevos del valle al estilo de los
pastores, contundentes y reconfortantes; y unas originales croquetas de calamares en su tinta, de textura cremosa que estaban
deliciosas.
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Costillas de cordero a la brasa del menú del restaurant El Racó de la Vall |
Como plato principal, me decanté
por unas costillas de cordero a la brasa,
una opción perfecta para quienes aprecian la carne a la parrilla. También se
podía elegir ese día entre un entrecot
de ternera ecológica o una fideuá
con carrilleras, propuestas tentadoras que mantienen el listón gastronómico
alto y que demuestran el compromiso del Hotel Vall de Núria con la calidad y la
proximidad de los productos que sirven.
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Pastel artesano de limón del restaurant El Racó de la Vall |
Para el postre, elegí un pastel artesano de limón, un final
dulce y fresco con sabor casero que remató la comida en el restaurant El Racó
de la Vall con sencillez y acierto. El menú también ofrecía como alternativas mel i mató, un clásico catalán
irresistible para los amantes del contraste dulce-salado, o un timbal de frutas de temporada, ideal
para quienes prefieren una opción más ligera y saludable de postre.
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El bar del hotel es un espacio más informal, ideal para comidas ligeras |
Para una pausa informal, el bar del hotel, situado junto al Saló de
l’Estatut, ofrece bebidas, cafés e infusiones desde las 15:00 hasta las 23:00,
con cocina abierta de 20:00 a 22:00. Es un espacio acogedor, con sofás y
amplios ventanales que permiten contemplar
el paisaje incluso cuando el frío obliga a quedarse dentro. Es el lugar
ideal para leer, repasar las rutas del día o simplemente disfrutar de una copa
de vino, una cerveza artesana del Pirineo o una tisana caliente.
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La Caseta del Llac es perfecta para una pausa con vistas al lago |
Finalmente, si buscas un
refrigerio junto al lago, La Caseta del
Llac ofrece helados, bocadillos y bebidas en un entorno inmejorable. Abre todos los días de 11:00 a
17:00, siempre que el clima lo permita. La gastronomía en Vall de Núria es
parte de la experiencia de viaje. Es una forma de conectar con el entorno, de
acercarse a sus tradiciones y al ritmo pausado del valle, ideal para reponer fuerzas entre caminatas,
excursiones y momentos de contemplación paisajística.
Un spa en plena naturaleza
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El spa ofrece una carta completa de tratamientos para el bienestar físico y emocional |
Entre las instalaciones del
hotel, el Spa Vall de Núria combina
lo mejor de la estética, la aromaterapia y una experiencia de relajación. Su carta de servicios es amplia y cuidada,
pensada para quienes buscan desde un masaje descontracturante tras una jornada
de actividad física, como para quienes desean dejarse envolver por un tratamiento de belleza o rituales
sensoriales que envuelven todos los sentidos.
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El Spa Vall de Núria invita a la desconexión total |
Desde tratamientos faciales con vitamina C hasta sofisticadas terapias con algas, chocolate o pindas herbales. El masaje balinés, por ejemplo, conjuga presión, estiramientos y técnicas de acupresión para equilibrar cuerpo y mente. El drenaje linfático, con efectos terapéuticos y estéticos, ayuda a eliminar toxinas, mientras que la reflexología podal estimula el organismo a través de los puntos reflejos en los pies.
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Masajes, terapias y rituales de bienestar para disfrutar en el spa del Hotel Vall de Núria |
También destacan los tratamientos
diseñados específicamente para el cuidado
masculino, así como masajes con
piedras calientes y velas aromáticas, ideales para combatir el estrés
acumulado. Los rituales corporales combinan exfoliación, envoltura, hidratación
y masaje. El spa está abierto todos los días, de 10:00 a 21:00 y ofrece sus
servicios con reserva previa, lo que
garantiza una atención dedicada y un ambiente íntimo.
Vall de Núria: naturaleza en estado puro
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La típica imagen de postal del Hotel Vall de Núria |
Enclavado en el corazón del
Pirineo Oriental, la Vall de Núria es uno de esos paisajes que parecen
esculpidos por la quietud y la eternidad. Rodeado de cimas que superan los
2.800 metros, este circo glaciar dibuja un anfiteatro
natural donde la montaña no solo es un decorado: es la gran protagonista. Durante
los meses más fríos, el valle se cubre de blanco y se transforma en una
estación de esquí familiar.
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En Núria, la naturaleza no es un telón de fondo, es el alma de todo lo que ocurre a su alrededor |
Pero cuando la nieve se retira,
deja al descubierto una alfombra de prados
verdes, senderos señalizados, cascadas y una biodiversidad rica en flora y
fauna alpinas. El lago, situado junto al santuario, refleja las montañas como
un espejo, creando una imagen que muchos visitantes guardan como postal de
recuerdo. Quien llega hasta aquí, lo hace buscando algo más que vistas: busca
aire puro y esa conexión con la
naturaleza que solo algunos lugares aún conservan.
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La Creu d’en Riba, mirador con vistas privilegiadas al santuario y al entorno natural de Núria |
Entre las actividades más
populares se encuentran la ruta hasta la
Creu d’en Riba (1983 m), situada en el llano de Núria junto a un excelente mirador, el camino hasta la Ermita de San
Gil (1960 m), los paseos en teleférico hasta el Pic de l’Àliga o el sencillo recorrido por el bosque, ideal para
familias con niños. Las panorámicas,
en días despejados, permiten divisar desde el Puigmal hasta el Coma de l’Embut,
revelando un mosaico de colores que cambia
con las estaciones.
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Ríos cristalinos y aire puro en un entorno protegido y salvaje |
Vall de Núria es también una zona
protegida. Su ubicación dentro del Parque
Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser garantiza que el entorno se
mantenga con criterios de sostenibilidad y respeto al medio. No es casualidad
que haya sido la primera estación de
montaña europea en obtener la certificación ISO 14001 de gestión
medioambiental para todas sus instalaciones.
La historia del Estatut de Núria
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El Saló de l’Estatut, espacio histórico del Hotel Vall de Núria |
Más allá de su belleza natural y
espiritual, Vall de Núria ocupa un lugar
destacado en la historia política de Cataluña. En junio de 1931, una
comisión encargada de redactar el primer
Estatuto de Autonomía de Catalunya subió hasta este rincón remoto del
Pirineo, donde poder trabajar con libertad. Durante tres días, en la habitación
202 del hotel (hoy renombrada como 225), se elaboró el texto que sentaría las bases del autogobierno catalán.
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En junio de 1931, se redactó el texto del llamado "Estatut de Núria" |
Presidida por el abogado y
diputado Jaume Carner, la comisión
trabajó intensamente hasta redactar el documento que fue aprobado por la Diputación Provisional de la Generalitat, avalado
por los ayuntamientos y sometido a referéndum el 2 de agosto de 1931. La
participación fue del 75 % y el respaldo, abrumador: un 99 % de votos
afirmativos. Aunque las mujeres aún no podían votar, más de 400.000 firmaron en
apoyo al texto.
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El ambiente cálido y acogedor del Saló de l’Estatut es ideal para hacer una pausa |
El proyecto, conocido como el Estatuto de Núria, fue presentado a las
Cortes españolas el 18 de agosto de ese mismo año. Su aprobación definitiva
llegó más de un año después, el 9 de septiembre de 1932, con modificaciones
sustanciales, y pasó a llamarse oficialmente “Estatut de 1932”. Hoy, este episodio se recuerda en el Saló de l’Estatut, un espacio dentro
del hotel, abierto al público todos los días, entre las 18:00 y las 20:00.
El Santuario de la Mare de Déu de Núria
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La iglesia actual comenzó a construirse en 1889 y fue inaugurada en 1911 |
Entre montañas que tocan el cielo
y rodeada de naturaleza, el Santuario
de la Mare de Déu de Núria se alza
como un faro de espiritualidad en medio del paisaje pirenaico. El templo que
hoy vemos es el resultado de siglos de fe, reconstrucciones y renovaciones que
han dado forma a uno de los lugares de
peregrinación más queridos de Cataluña. Construido entre 1889 y 1911, el
templo actual sustituyó a la antigua iglesia barroca de 1642, demolida poco
después de inaugurarse el nuevo edificio.
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Antigua fotografía de una mujer realizando el ritual de la olla de Núria, vinculado a la fertilidad |
Su silueta de piedra gris, con tejado a dos aguas y una esbelta torre cuadrada que se eleva
sobre la entrada, se integra de forma armoniosa en el entorno montañoso. El
estilo arquitectónico, sobrio y funcional, deja espacio para la espiritualidad
sin alardes ornamentales. En su interior, la mirada se dirige inevitablemente
hacia la imagen románica de la Virgen de
Núria, venerada desde hace siglos.
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Vidriera que representa a San Gil junto a la campana y la olla, símbolos de la tradición del valle |
Su culto se asocia con la fertilidad, motivo por el cual muchas
mujeres acuden con la esperanza de concebir, siguiendo el antiguo ritual que
consiste en tocar la olla y hacer sonar
la campana que, según la leyenda, dejó San
Gil. El retablo principal del
Santuario de la Mare de Déu de Núria, aunque moderno en su estructura, sirve
como marco para una de las piezas más
veneradas del románico catalán: la talla de la Virgen de Núria.
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El 8 de septiembre, festividad de la Mare de Déu de Núria, el santuario acoge a cientos de personas |
Esta escultura, realizada en
madera de nogal y policromada, mide aproximadamente 56 cm de altura y data de
finales del siglo XI o principios del XII. Representa a María como "Trono de Sabiduría", una iconografía común en el arte medieval, donde la Virgen sostiene al Niño Jesús en su regazo, simbolizando la
enseñanza divina. Lo que distingue a esta imagen es su humanidad: María no lleva velo, sus cabellos están
al descubierto, y su vestimenta incluye un mandil de pastora, detalles que
aportan una cercanía inusual para la época. El Niño Jesús, por su parte, está representado con una mano levantada en
señal de bendición y la otra sostiene un libro, enfatizando su rol como
maestro.
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En 1956, el papa Pío XII proclamó a la Virgen de Núria patrona principal de la diócesis de Urgell |
Declarada patrona principal de la
diócesis de Urgell por el papa Pío XII
en 1956, la Mare de Déu de Núria no solo es símbolo religioso, sino también
cultural y emocional. Incluso durante el franquismo, su figura adquirió un
matiz simbólico: en 1967, la imagen
desapareció misteriosamente para evitar su coronación canónica por un
obispo no catalán, y no regresó hasta 1972.
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Núria es lugar de peregrinación y espiritualidad |
Cada 8 de septiembre, la
explanada que rodea el santuario se llena de peregrinos que celebran su festividad entre el eco de las montañas.
Hoy, el santuario y su entorno forman parte del alma del valle. El visitante
puede acceder libremente, encender una vela, observar el retablo o simplemente
sentarse en silencio, mientras las montañas custodian este rincón de
espiritualidad suspendido en el tiempo.
La Ermita de San Gil: la cuna de la leyenda
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San Gil llegó a Núria alrededor del año 700, huyendo de las persecuciones cristianas |
Pequeña, discreta y profundamente
evocadora, la Ermita de San Gil se
encuentra a pocos pasos del lago, en un rincón cercano al hotel. Fue construida
en 1615, en el mismo lugar, según recoge un manuscrito conservado por el Dr. Marés en 1666, donde vivió el monje ermitaño San Gil entre los años 700 y 704. Llegado desde Atenas, huyendo de
persecuciones religiosas, hizo vida penitente en Núria, donde evangelizó a los pastores locales.
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Según la tradición, la Ermita de San Gil se encuentra donde se encontró la imagen de la Virgen |
Para enseñarles la fe cristiana, San Gil recurrió a tres objetos
sencillos: una campana, que tocaba
para reunir a los pastores repartidos por los valles de los alrededores; una cruz, el único objeto que conservaba de
su herencia familiar; y una olla,
donde preparaba una comida que compartían entre todos los pastores. Al verse
amenazado, Gil escondió en una cueva la
imagen de la Virgen que había
tallado con sus propias manos, junto con la campana, la cruz y la olla, que
cubrió con piedras y hierba antes de abandonar el valle.
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Vidriera que representa la olla que San Gil usaba para preparar la comida a los pastores |
Los objetos permanecieron ocultos durante siglos, hasta que, en el año
1079, un peregrino llamado Amadeo
procedente de Dalmacia llegó a Núria guiado por un sueño. Cuenta la leyenda que
un buey rojo comenzó a mugir sin
cesar y a rascar el suelo con insistencia, y que dos zagales encontraron, bajo
las piedras, la imagen de la Virgen y los tres objetos de San Gil, envueltos en una luz intensa y un dulce perfume. En ese
mismo lugar se construyó la Ermita de
San Gil y dio origen a la devoción
mariana que ha perdurado hasta nuestros días.
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Vidriera con la campana de San Gil, que forma parte de la leyenda de Vall de Núria |
Arquitectónicamente, la ermita que
conmemora estos hechos es un edificio
modesto y encantador, de planta rectangular y tejado a dos aguas. Su
fachada sencilla presenta una pequeña
espadaña. El interior, austero y recogido, es un lugar esencial para
quienes desean conectar con el origen
legendario de Núria, en ese cruce entre historia y mito donde todo parece
haber comenzado.
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En 1079, unos pastores hallaron la imagen de la Virgen enterrada |
Aquí se venera una copia de la Virgen de Núria,
tallada en 1940 por un artesano suizo por encargo de Manuel Carreras i Martí. La talla original, de estilo románico, había sido sacada del santuario en 1936 por el
cura Bonaventura Carrera para evitar su destrucción, y enviada a
Suiza, al Obispado de Friburgo, donde fue protegida por Rafael Patxot i Jubert. Allí se realizaron dos copias: una quedó en
Friburgo y la otra, guardada por la familia Carreras-Patxot,
fue finalmente donada al santuario en 2017 por Núria Delétra-Carreras Patxot.
El singular trayecto en tren cremallera hasta Vall de Núria
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El tren cremallera serpentea entre el paisaje de montaña de la Vall de Núria |
Llegar al Vall de Núria es una
experiencia única que comienza mucho antes de pisar el valle, ya que no se puede acceder en coche por carretera.
El viaje o bien se realiza a pie por el “Camí Vell” de Queralbs a Núria, o se
realiza en el histórico tren cremallera,
una joya de la ingeniería que salva un desnivel de casi 1.000 metros en apenas
12 kilómetros, a través de un recorrido de gran belleza natural y técnica.
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Viajar en el cremallera es disfrutar del ritmo pausado del tren entre montañas |
El tren parte desde Ribes de Freser, donde se puede visitar
la exposición del cremallera de Núria,
o desde la estación de Queralbs (1180
m), y asciende serpenteando entre bosques de pinos y abetos, cruzando ríos y
túneles que parecen abrirse paso en la roca viva. La locomotora, que en sus
orígenes fue eléctrica y de la que se han conservado varios modelos de
principios del siglo XX, arrastra los vagones.
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La Estación de Núria es el punto de llegada del emblemático tren cremallera |
La vía de este cremallera es
única en su tipo, con un mecanismo de
engranajes que se acopla a una cremallera central para evitar
deslizamientos y garantizar la seguridad en las pendientes más pronunciadas.
Durante el trayecto, los viajeros pueden deleitarse con panorámicas sobre el valle y las montañas circundantes, un preludio
perfecto al encuentro con el paisaje de Núria. Las obras del cremallera se
iniciaron en 1928 y el primer tren llegó a Núria el 30 de diciembre de 1930.
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El cremallera ofrece vistas únicas durante su ascenso al valle de Núria |
La línea de Núria se inauguró en
marzo de 1931 y, desde entonces, ha sido el principal medio de acceso al valle.
En 2006 se construyó el túnel del Roc
del Dui, de 1.350 m de longitud, para mejorar la seguridad. Hoy, este viaje ferroviario es una experiencia en sí
misma, una invitación a sumergirse en la historia y la naturaleza antes de
descubrir el refugio del hotel y el santuario que aguardan al final del camino.
La Exposición del Cremallera de Núria en la estación de Ribes Vila
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En la estación de Ribes Vila se puede visitar una exposición dedicada al cremallera de Núria |
Antes de emprender la subida
hacia Vall de Núria, la estación de
Ribes Vila ofrece una parada obligada para los amantes de la historia
ferroviaria y la ingeniería de montaña: la Exposición
del Cremallera. Abierto todos los días de 8:30 a 20:00 horas, este pequeño
museo reúne piezas únicas que cuentan la apasionante historia de esta línea tan
singular. Como, por ejemplo, las locomotoras
eléctricas originales de 1930, nombradas con evocadores nombres como Virgen de Núria, Obispo Guitart, José Rogent
y Ramón Albó.
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El coche salón Aaffw-51 todavía circula en ocasiones especiales |
Estas máquinas, con su tecnología
pionera y motores capaces de recuperar
energía durante la bajada, reflejan la innovación y el esfuerzo que supuso
conectar este valle inaccesible por carretera. Además, los visitantes pueden
ver el elegante coche salón Aaffw-51,
decorado con materiales nobles y utilizado aún en ocasiones especiales. No
falta tampoco un quitanieves eléctrico,
imprescindible para mantener la vía abierta en los meses de invierno.
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“La Jorobada” fue la primera locomotora en llegar a Núria en 1930 |
Entre los protagonistas
destacados están las locomotoras históricas, como la locomotora número 6, conocida como “Julian Fuchs” o “La Geperuda” (La
Jorobada) por la inclinación inusual de su caldera, una adaptación necesaria
para la peculiar vía del cremallera. Esta máquina, construida en Suiza en 1892,
fue clave durante la construcción y los primeros años de la línea.
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Este legado ferroviario ofrece un viaje tan emocionante como el destino |
La exposición también alberga
otros vehículos y herramientas que han servido a lo largo del tiempo para el
mantenimiento y operación del ferrocarril y que forman parte de la historia ferroviaria del Pirineo catalán.
Como veis, dormir en el Hotel Vall de Núria es más que pasar una noche en un
hotel: es vivir una experiencia completa entre montañas, historia, leyenda y
naturaleza.
Más información: Hotel Vall de Núria. Dirección: Estació Vall de Núria s/n, 17534 Núria (Girona). Teléfono: 972 73 20 00. Precio habitación doble: Desde 83.9 €. Precios Billetes Cremallera de Vall de Núria: Desde Queralbs, adulto (14 - 64 años) 30 € por persona. Infantil (4 - 13 años) 19,50 €. Desde Ribes de Freser, adulto (14 - 64 años) 33 € por persona. Infantil (4 - 13 años) 21,50 €. Se recomienda consultar los horarios del Cremallera de Vall de Núria. Web: Hotel Vall de Núria.
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