Un premio fotográfico
organizado por Alzola #basquewater en Instagram,
me llevó a hacer una escapada de 4 días a Euskadi. El alojamiento
elegido por Alzola, el Hotel Arbe, resultó ser un acierto e
hicieron que la visita al País Vasco haya quedado grabada en mi
memoria con especial cariño. Situado frente al Geoparque de la Costa Vasca quien
conozca esta región, sabrá que es un lugar excepcional.
Hay tres motivos por los
que recomendaría alojarse en el Hotel Arbe, y créeme si te digo que
son suficientes, porque yo no he encontrado está combinación en
ningún otro lugar del mundo.
La magia del Hotel Arbe, sus vistas
Si buscas un alojamiento
mágico, con un bonito paisaje, con el rumor de las olas
acompañándote mientras caes en un profundo sueño o quieres ver
unas puestas de sol de infarto, querido lector ¡este es tu sitio!
Nunca antes me había
quedado dormida con el sonido de un mar embravecido. Os puedo
asegurar que, escuchar durante la noche las olas golpear un
acantilado es música chill out 100% salvaje. El Cantábrico
invade el sentido del oído en el Hotel Arbe, pero también, es un
buen candidato para el sentido de la vista.
Una paleta infinita de
tonalidades azules, que alcanzan el gris plateado en días de
tormenta, y los brillantes dorados en los breves atardeceres
(demasiado fugaces para mi gusto), hacen, que la contemplación sea
una de las actividades recomendadas en este lugar. Hay que dormir más
de una noche en este enclave, para alcanzar el éxtasis. Un sinfín
de amaneceres y otro incontable número de puestas de sol hacen que
cada día, la experiencia sea diferente.
Un diseño chic, fresco, de vanguardia y con especial atención en la luz y el color
Sí lo sé, los viajeros
disponemos de unos días limitados de vacaciones y también de un
presupuesto ajustado, así que la estancia en el Hotel Arbe tiene que
cundir en experiencias sensoriales. Quizás el arquitecto Alejandro
Arróspide, que diseñó este lugar lo sabía, y quiso que los
clientes tuvieran la oportunidad de disfrutar del entorno a todas
horas. Es así como el comedor de este hotel se encuentra en
una estancia con paredes de cristal. El azul del Cantábrico y el de
la piscina compiten con el verde del césped del jardín y el de los
árboles que resiguen la costa y que pueblan las pequeñas colinas y
los escarpados saltos de piedra.
Las habitaciones están
decoradas en tonalidades tranquilas, mientras el baño, es una
explosión mironiana de color. Este contraste que parece
intencionado, facilita que el huésped baje las revoluciones en el
dormitorio, y se prepare para un reparador descanso, entre colores
blancos, grises y toques anaranjados. Mientras, en la ducha, te
espera un damero de rojos, azules, verdes y naranjas vitales que
ayudan a despertarse con energía. En ambas habitaciones la luz
natural entra a raudales. La ducha tiene una pared acristalada que
permite la entrada de claridad, en el dormitorio, un gran ventanal
que da a un pequeño balcón (en la primera planta) o a una terraza
(en la planta baja) se encarga de que la luz sea responsable de dotar
al espacio de alegría y vitalidad.
Darse un chapuzón en la
piscina, sentarse en tu propia terraza para disfrutar de las vistas o
de la compañía, son algunos de los lujos que se tienen al alcance
si eres huésped del Hotel Arbe. Si la época no es la apropiada para
disfrutar de estas actividades, el coqueto salón ubicado junto a la
recepción, y la abundante información turística, histórica y
artística de su biblioteca, os servirá para embelesaros y perder la
noción del tiempo junto a la chimenea.
Iñaki Arin e Itziar Sukia
Sí, Iñaki e Itziar son
los responsables de que, todo en este lugar funcione. De que el
huésped se sienta entre amigos y que la estancia se viva como estar
invitado en su casa. Quizás la ensalada del mediodía tenga algún
producto de los que cultivan en su huerta o que en Internet, veas la
fotografía de ese amanecer que te perdiste y que alguno de ellos ya
ha publicado, hace infinidad de horas (parece que nunca duerman).
Es así como un hotel se
convierte en mágico, gracias al cariño que le ponen las personas
que aman lo que hacen. Se nota el amor que Iñaki e Itziar tienen a
esta tierra, sólo hay que hablar con ellos, escuchar sus
recomendaciones de qué pueblo visitar o hacerles caso cuando te
dicen ¡alquila un coche para venir hasta aquí, hay mucho que ver!
Es así, como un hotel se
convierte en refugio para los perdidos, en hogar para los enamorados
y en un lugar donde volver para los viajeros.
Más información:
Hotel Arbe *** disponen de aparcamiento y Wi-Fi gratuito, recepción
24 horas y habitaciones adaptadas para sillas de ruedas, además de
un pequeño spa con servicio de sauna y tumbonas térmicas. Es un
alojamiento Surf Friendly (permiten la entrada con material de
surf y ofrecen información sobre dónde practicar surf o el parte de
olas) está situado sobre la Playa de Alkolea en la Ruta del Flysch.
El hotel utiliza energía geotérmica para su climatización.
Dirección: Laranga Auzoa, Kalbaixo Gora, 20830 Mutriku
(Gipuzkoa). Carretera GI-638. Teléfono: (+34) 943 604 749. Web:
Hotel Arbe.
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