Al igual que las otras
122 ciudades subterráneas que dicen se encuentran excavadas bajo el
suelo de Capadocia, Özkonak fue construida por la imperiosa
necesidad de sus habitantes de sobrevivir.
¿Cómo, cuándo y por
qué?
Inicialmente las ciudades
subterráneas fueron construidas como almacén y bodega por aquellas
poblaciones que tenían sus casas a nivel del suelo, pero que
requerían de un lugar fresco y seco para la conservación de sus
alimentos y sus bebidas.
La “quesera” tamaño
habitación se convertiría en refugio ¡por aquellas casualidades de
la vida! en una de esas incursiones bárbaras que arrasan con todo.
Las familias que se habían refugiado en la fresquera, no fueron
descubiertas y además se pudieron alimentar y sobrevivir bajo
tierra. Aunque, se dieron cuenta que durante el asedio, la
temperatura de la habitación ascendía y perjudicaba los alimentos,
ya que aparecían hongos a causa de la humedad producida por la
respiración. Fue como “al salir” idearon construir una
habitación-fresquera para cada casa, junto con otra habitación que
quedaría escondida y que tendría funciones de refugio mientras
quedaba conectada por una puerta oculta con la despensa. Así se
aseguraban no ser descubiertos por los enemigos y sobrevivir con los
alimentos en perfectas condiciones.
La calidad maleable de la
toba hizo fácil la excavación de más y más habitaciones: que si
mi hijo se casa, que si necesito espacio para guardar tinajas de
vino, que si una habitación más para guardar el ganado durante la
noche... la crisis inmobiliaria troglodita fue un despiporre también.
Pero claro, los vecinos de al lado hacían lo mismo, y el vecino de
enfrente y el otro de la esquina. Sin planos y sin orden había una
gran probabilidad de acabar picando en la pared del vecino y aparecer
con tu cara en el “frigorífico” de otro. Fue así como en
Capadocia se instauró el concepto de “comunidad” en las ciudades
subterráneas, el enemigo era el extranjero y aquí había que
sobrevivir con ayuda de todos.
Las ciudades subterráneas
llegaron a tener hasta diez niveles de profundidad, aunque Özkonak
tiene sólo 6, de los que se pueden visitar 4 niveles ¡no está nada
mal! Nos encontramos en el interior de una construcción que data del
quinto milenio a.C. y continuaría habitada más o menos hasta el
siglo XIII.
Las continuas guerras
obligarían a idear un inteligente plan para producir alimentos, para
el consumo diario pero también para conservar en la despensa, y
soportar al menos 6 meses de asedio con los alimentos en perfecto
estado. La capacidad de estas ciudades variaba entre 100 y 5.000
habitantes pero todas ellas calculaban la cantidad de pan, vino,
carne o cereales que consumía cada uno de sus individuos
diariamente. Así podían elaborar cada día esa ración y llenar la
despensa consumiendo sólo lo ya guardado hacía 6 meses. Así
aseguraban que en caso de asedio, la comida estuviera en buen estado.
Algunas ciudades subterráneas estaban conectadas entre ellas por
pasadizos secretos, ello aseguraba la fuga en caso necesario a una
ciudad segura. Grandes puertas de piedra eran utilizadas para cerrar
el paso al enemigo en caso de que fueran descubiertas las entradas a
nivel del suelo que junto a algunas argucias de despiste hacían casi
imposible la matanza de la población.
¿Qué se puede ver en
Özkonak?
La primera sala que
encontramos era utilizada como establo, aseguraba el descuido
de los enemigos, ya que a ningún soldado se le ocurriría buscar más
habitaciones en una cuadra. Por si acaso hubiera algún aguerrido
listo, algunas salas más profundas tenían enormes piedras que
hacían de puerta. Los enormes bloques de piedra, aparte de ser más
o menos invisibles a los ojos del asaltante, eran prácticamente
inamovibles. La “puerta-piedra” tiene forma circular lo que
permitía el cierre por parte de los habitantes y la no-abertura de
los atacantes ya que quedaba encajada y sin bordes visibles para
hacer palanca. Tenemos que pensar que en aquella época los
asaltantes se iluminaban con antorchas y en esas salas rocosas, las
sombras y la oscuridad juegan con ventaja para los habitantes
conocedores del terreno.
En Özkonak además de
las salas con alacenas, los pasillos y las habitaciones se encuentra
la Sala de la Tinaja donde se puede ver una gran vasija de
barro en la sala destinada a lagar. En un lateral se encuentra
excavada una bañera en toba, para el deleite de los amantes del vino
artesanal. En las paredes los agujeros permitían apoyar las
antorchas para iluminarse. La visita continúa bajando más niveles,
por pasillos y recovecos llegamos al final de nuestra visita
subterránea. ¿Te atreverías a entrar en uno de esos oscuros
“pasillos-señuelo” construidos para despistar al enemigo?
Más información:
Entrada a Özkonak Yeraltı Şehri: 10 TL (Liras turcas) 3 €
aproximadamente.
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Sociales sobre el blogtrip de Sunweb, se puede consultar con el
hashtag #SunwebTurquía.
Si vais a viajar a Turquía o queréis
seguir leyendo sobre este país a medio camino entre Asia y Europa os
invito a leer Vuelo en globo sobre Capadocia.
Pues claro que me atrevo a meterme en un pasadizo... ya lo hice, y aún me acuerdo de las agujetas que tuve al día siguiente por caminar tanto tiempo en cuclillas.
ResponderEliminarMuy recomendable visitar estas ciudades, y además aprovecho para avisar que ya no hay riesgos de caídas (hace 21 años tuve una, y como consecuencia una luxación de hombro), pues hay rejas y tapas metálicas que evitan caer al nivel inferior.