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Los mejores destinos del mundo para viajar

Africa
Mujer Peul (Mali)
Cuando empecé a viajar, mis fuentes de inspiración a menudo eran los reportajes de la revista National Geographic, los catálogos de las Ferias de Turismo y todo aquello que acababa en mis manos, ya fuera en una revista leída en la peluquería o pidiendo a la Oficina de Turismo información turística de los países.

Las listas de los mejores destinos del mundo se suceden anualmente de la mano de Lonely Planet, Skyscanner, La Vanguardia o TripAdvisor seguramente con incentivos económicos de por medio y sin que los reporteros hayan pisado toda su lista de sugerencias.

Con la sabiduría que da los años cruzando el planeta y esa ligera experiencia que te dan los viajes, tanto organizados por mí, como comprados en agencia de viajes, he querido repasar los lugares que más me han gustado y que recomiendo conocer a todo aquel que tenga alma de viajero trotamundos. Puedes ampliar información haciendo clic en los enlaces de cada destino.

Ciudades que me enamoran

Estambul
Interior de Sultanahmet Camii (Estambul)
No es fácil añadir (ni descartar) algunas ciudades que me enamoran y que se convierten en un buen destino para repetir sin que importe que ya haya estado anteriormente. Las ciudades que recomendaría recorrer al menos una vez en la vida son:

Ámsterdam (Países Bajos), Antigua Guatemala (Guatemala), Arequipa (Perú), Bangkok (Tailandia), Barcelona (Catalunya), Berlín (Alemania), Bilbao (Euskadi), Estambul (Turquía), Florencia (Italia), Granada (España), Granada (Nicaragua), Kioto (Japón), La Valeta (Malta), Lisboa (Portugal), Londres (Reino Unido), París (Francia), Praga (República Checa) y Venecia (Italia).

Paisajes y Naturaleza

Suecia
Laponia sueca
Hay destinos que impresionan simplemente por su paisaje estremecedor o único en el mundo. Mi lista de lugares donde la naturaleza y las vistas te dejan un buen recuerdo abarcan destinos de mucho calor, humedad y algunos incluso con algo más de frío de lo que me gusta habitualmente. 

Estoy enamorada del azul y verde de Euskadi, por ejemplo, que no lo he encontrado en ningún otro lugar, los ocres del Desierto de Wadi Rum (Jordania), el enorme espejo de agua del Lago Atitlán (Guatemala) y las poblaciones que lo rodean, Laponia (Suecia) y su Sol de Medianoche, el blanco de Menorca (Islas Baleares), la explosión de color de los Mercados de Burkina Faso y de todo el Patrimonio UNESCO de Sintra, empezando por el Palacio da Pena (Portugal) y las increíbles Selvas, ya sean de Camboya, Guatemala, Honduras, Laos, Malasia o Perú, todas ellas valen la pena.

Paraísos que parecen de mentira

Burkina Faso
Palacio Real de Tiébélé (Burkina Faso)
En el planeta hay destinos que no parecen reales, ya sea por su fragilidad intacta o porque no se encuentra otro lugar parecido en el mundo. Arenas blancas o negras, aguas azul zafiro o turquesa, tierra de un profundo color rojo y hojas verdes inmensas frente a restos arqueológicos perdidos o en peligro de desaparecer.

No podrás decir que has viajado hasta que te adentres en los Bosques lluviosos de Costa Rica, sobrevueles en globo Capadocia (Turquía), vivas con la tribu de los Iban en la Isla de Borneo (Malasia), surques el mar de las Islas Griegas sin importar la que elijas siempre que viajes fuera de temporada, las playas volcánicas de La Palma (Canarias), la espiritualidad de Luang Prabang (Laos), el increíble País del Sol Naciente; Japón, el animismo del País Dogón (Mali), las magníficas Damasco, Palmira y Aleppo (Siria), el único palacio real que no lo parece de Tiébélé (Burkina Faso) y la ciudad más bonita del mundo de Sana'a (Yemen).

Maravillas del Mundo

Egipto
Pirámide de Kefrén (Egipto)
Empecé a viajar para conocer todos los Patrimonios de la Humanidad (no sé si me dará tiempo a verlos todos), pero para mí son una maravilla por si solos y merecen un viaje. Muchos de estos lugares son testigos de civilizaciones perdidas en los albores del tiempo, pero se volvieron inmortales gracias a su legado en piedra.

Descubre la Acrópolis de Atenas (Grecia), la Alhambra de Granada, Angkor (Camboya), la Catedral de San Basilio (Moscú), la Ciudad del Vaticano, Copán (Honduras), Éfeso (Turquía), el Machu Picchu (Perú), Petra (Jordania), las Pirámides de Egipto desde El Cairo hasta Nubia junto Abu Simbel, Roma (Italia) ¡mucho más que una ciudad!, el Taj Mahal (India) y Tikal (Guatemala).

Países fáciles de descubrir

Gyeongbokgung (Corea del Sur)
A veces recorrer un país entero en un mes de vacaciones no es posible, pero estos son algunos de los países donde como viajero me han tratado mejor. Me han acogido como si fuera un viejo amigo Corea del Sur y me han dado la bienvenida más sincera o simplemente me he sentido cómoda viajando por este destino como en Túnez. Son fáciles para recorrer por tu cuenta como Perú y me he divertido mucho viajando como en Armenia.

Y a ti, ¿qué lugar del planeta te ha dejado huella?

Nicaragua: el edén de Centroamérica


Nicaragua se encuentra situada en el centro del continente americano y en el núcleo de América Central, quizás esa casualidad de verse el ombligo de la región la haya alejado de las miradas de los viajeros y no sea un destino turístico sobreexplotado. Nicaragua está bañada por el Océano Pacífico a poniente y por el Mar Caribe en la costa este (seguramente es uno de los emplazamientos caribeños menos turísticos de todos los que se pueden elegir en el mapa). El agua como descubriréis forma parte de la vida y de la historia de este país, de sus paisajes así como de su idiosincrasia.

Nicaragua es tierra de lagos, volcanes, ríos y montañas, y esos cuatro accidentes geográficos son suficientes para protagonizar el extenso y bello paisaje de las tierras nicaragüenses. Porque Nicaragua se convierte en un viaje paisajístico y de acercamiento a una cultura poco conocida y por suerte aún muy genuina. Mis lugares favoritos en este país son:

Cocibolca; el Lago de Nicaragua
Con más de ocho mil kilómetros cuadrados y 350 islas (algunas de ellas tropicales y en venta) es imposible no quedarse estupefacto ante este “Mar de Agua Dulce” como lo denominaron los conquistadores españoles. Aquí se ubica, la isla más grande del mundo que se encuentra rodeada por el agua dulce de un lago, se trata de la Isla de Ometepe y aunque inicialmente se trataba de dos diferentes islas, las lavas de los volcanes Concepción y Maderas la unieron en una sola.
Sea como sea, os recomiendo alquilar una pequeña barca en el paseo lacustre de la Ciudad de Granada “nicaraguita” -como cantaba Carlos Mejía Godoy- y disfrutad del paseo, los monos aulladores y el Slow Travel.

Granada; “la Gran Sultana del Trópico”
Una de las ciudades coloniales más bonitas del país y la primera que fundaron los españoles en el año 1524. Ciudad asaltada por piratas ingleses, de esencia republicana en su pasado político y en fiesta todos los viernes del año, donde es posible disfrutar de las Noches de Serenata. Música, puestos de comida ambulante y ambiente popular sirven de colofón a las jornadas de visita a sus monumentos.
El Parque Colón, la Catedral, el Convento de San Francisco, la Calle Real de Xalteva, Calle Atravesada, la Calzada o la Plazuela de los Leones son algunos de los rincones donde vivir el pasado indígena y el colonial, el presente y el futuro de Nicaragua. En la Casa de los Tres Mundos también llamada Casa de los Leones se puede leer un cartel que reza:

Que tampoco hay en la vida nada como la pena de ser ciego en esta Granada”

León; Santiago de los Caballeros
León es otra de las ciudades imprescindibles que se debe visitar en Nicaragua. Es quizás la ciudad opuesta a Granada ya que es liberal, atea y sandinista. Durante vuestro viaje encontraréis férreos defensores de los dos bandos (digamos que “políticos”) y sus representantes os darán interesantes discursos donde aprenderéis más historia y “revolución” que en una clase de Universidad. Yo me encontré sin querer con dos taxistas -uno en cada una de las ciudades- que acompañó cada trayecto con una gran disertación sobre las figuras del revolucionario Augusto Nicolás Calderón Sandino (General de Hombres Libres) y del General Anastasio Somoza García.
Pero volvamos a qué se puede ver en León: las ruinas de León Viejo que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Catedral de León, al igual que nuestra homónima Catedral de León española, es recomendable visitarla, en este caso porque está considerada el edificio religioso colonial más grande de Centroamérica. El Calvario, la Iglesia de la Recolección, el Museo Archivo Rubén Darío o la Iglesia de San Juan Bautista de Sutiava, son algunas de las joyas visitables de la ciudad. Junto a la riqueza cultural del Barrio de Sutiava donde la comunidad indígena conserva costumbres y tradiciones ancestrales, todo el tiempo destinado será insuficiente para conocer la ciudad y alrededores.

Volcanes
No importa si os acercáis hasta el Volcán Mombacho cerca de Granada, al Volcán Masaya en la ciudad del mismo nombre, o a los volcanes cercanos a la ciudad de León: Volcán Momotombo, Volcán Cerro Negro, Volcán San Cristóbal y Volcán Telica, cualquiera de ellos es una buena elección. Una de las mejores actividades que se pueden hacer en Nicaragua es practicar senderismo por sus Parques Naturales y sus Parques Volcánicos. Muchos de ellos tienen acceso hasta la cima de sus cráteres, eso sí, id provistos de agua, un pequeño tentempié y algún pañuelo que os tape el rostro (muchos de ellos aún despiden fumarolas de azufre). Encontraréis lugares donde parar y regocijarse de las vistas.

En el tintero de mi memoria queda Masaya y su Mercado de Artesanías, los trayectos en autobuses tipo camioneta, el “robo” del policía de la frontera nicaragüense que nos cobró su propio impuesto por salir de Costa Rica, la amenaza de secuestro de los taxistas en Managua, el olor a café de la Hacienda El Progreso, el paisaje de la Laguna del Tigre y el niño que comía los restos de Vigorón que dejaban en los platos los turistas en “El Ancla”. La pluma del tiempo ha querido que pasen nueve años de mi viaje a Centroamérica pero los caprichos de la memoria hoy la traen a mi recuerdo.

La ciudad maya de Copán

Honduras

Copán se encuentra a tan sólo 12 kilómetros de la frontera de Guatemala y a 241 kilómetros de la capital guatemalteca. Dicen que es la ciudad maya mejor conservada y mejor comprendida de Mesoamérica. Antepasados de los indios mayas construyeron esta ciudad entre los siglos IV al IX en una estrecha franja de tierra que separa el Caribe del Pacífico. Nos encontramos en Honduras y aquí todo parece detenido en otra época.

Honduras
La Estela A representa a Uaxaclajuun Ub'aah K'awiil como el Dios de Copán

Visité las Ruinas de Copán desde la frontera de Guatemala en un viaje de un día. Cada trayecto de ida y vuelta en taxi desde la ciudad guatemalteca de Esquipulas no sobrepasó las 2 horas, aunque tuvimos que tener en cuenta la hora de cierre de la frontera que por aquel entonces era a las 18 h. El viaje nos costó 450 quetzales que al cambio del año 2005 correspondían a 60'4 €, pero valió la pena. Copán Ruinas es un yacimiento arqueológico extraordinario, conocida con el nombre de la “Atenas del Nuevo Mundo”, fue la capital del reino de la dinastía Yax Kuk Mo.

Honduras
Detalle posterior de la Estela F cincelada con jeroglíficos

Esta tierra de oro y jade, está plagada de ciudades olvidadas en la frondosidad de su selva, la mayoría sin nombres conocidos, olvidados en el tiempo. Las Ruinas de Copán fueron descubiertas en 1570 por Diego García de Palacio, pero no fueron excavadas hasta el siglo XIX. El sitio maya de Copán fue declarado en 1980, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Honduras
La Acrópolis de Copán se compone de 2 plazas y varias pirámides

La Gran Plaza o Plaza Mayor da la bienvenida al visitante con una vistosa y abundante colección de estelas de gran tamaño. Con alturas que oscilan entre los 3 y 4 metros, están muy bien conservadas y albergan gran riqueza de detalles tallados que vale la pena detenerse a observar. La Gran Plaza de las Estelas de Copán era un espacio utilizado para grandes celebraciones y para la observación astronómica.

Honduras
Altar dedicado a Chak; dios del trueno y de la fuerza de vida

Las estelas se erigieron durante el reinado del Rey 18 Conejo que gobernó entre los años 711 y 736. Algunas piezas muestran aspecto zoomorfo con imágenes de animales y en otras aparecen esculpidos los gobernantes de Copán, con interesantes datos sobre las fechas de los reinados en los glifos laterales. Estas estelas tenían para los mayas un significado muy importante; a través de ellas se rendía culto a los árboles que sustentaban el cielo maya y por otro lado servían de puerta de entrada a Xibalbá; el mundo subterráneo y místico de la enfermedad y la muerte.

Honduras
Dos cabezas de serpiente emplumada decoran el Altar G1 del siglo IX

En el recinto arqueológico de Copán Ruinas también pueden verse algunos altares donde se realizaban ofrendas y sacrificios. De entre todos destaca el Altar G1 por sus dos cabezas de serpiente cinceladas que según los mayas servían de conducto entre la tierra y los reinos sobrenaturales. Fue construido en torno al año 800, antes de la decadencia de la ciudad maya, por orden del Gobernante 16: Yax Pasaj Chan Yopaat.

Honduras
En una de las paredes del Juego de Pelota puede verse el año de construcción: 6 de enero de 738

En Copán se encuentra el segundo campo de Juego de pelota más grande de la civilización maya. De armoniosas proporciones, ha conservado los marcadores que curiosamente tienen forma de cabeza de guacamaya. La deidad del Gran Guacamayo al que fue dedicado el Juego de Pelota de Copán, se encuentra representado en varias cenefas decorativas en los edificios adyacentes.

Honduras
El campo de Juego de Pelota más grande de los mayas en un billete de 1 lempira

Otro de los lugares que dejan al visitante boquiabierto es la Escalinata Jeroglífica; una monumental escalera de noventa peldaños de diez metros de anchura que servía para acceder a un templete superior, hoy tristemente desaparecido. Su trascendencia radica en que contiene el texto jeroglífico maya más largo encontrado hasta ahora, con más de 2.500 glifos.

Honduras
La guacamaya roja es una de las deidades de la mitología maya

Varios templos completan la visita, algunos han sido invadidos por enormes ceibas que hunden sus raíces entre las piedras. Y es que no hay que olvidar que estamos en una de esas ciudades perdidas durante años en la selva, donde los espíritus de poderosos reyes se pasean por sus antiguos dominios mecidos por el viento.


Más información: Copán Ruinas, Honduras. Horario: de 8 a 16 h. Entrada: 10$, válida para dos días consecutivos. El precio incluye el acceso al Museo de Arqueología del pueblo y a la zona de Las Sepulturas.


Parque Nacional Carara: la isla biológica de Costa Rica

Costa Rica

El Parque Nacional Carara fue la primera reserva biológica que pisé en mi viaje a Costa Rica. Carara se encuentra situada en la costa del Pacífico, en la provincia de Puntarenas al sur de la capital de San José y a dos horas en autobús de línea. Tiene una extensión que abarca 5.242 hectáreas aproximadamente de bosque seco y bosque húmedo, pero sólo un 10 % está abierto al público. La especial peculiaridad de este lugar; es una zona de tránsito entre un hábitat y otro, que hacen de este parque un centro de investigación bastante importante a nivel mundial.

El área es conocida por los expertos en temas ambientales como “isla biológica”. La destrucción de las masas forestales y silvestres de las regiones próximas, ha convertido al parque en un refugio para una gran número de especies. Desde época precolombina se vienen usando los recursos agropecuarios (agricultura y ganadería) de Carara. Se han descubierto asentamientos y conjuntos funerarios que abarcan desde el año 300 a. C. hasta el año 1500 d. C. y su nombre indígena significa “río de cocodrilos”. El 26 de abril de 1978 se creó una reserva biológica en este lugar que se fue transformando en el área protegida de la actualidad.

Con todos estos datos me dispuse hace ocho años a descubrir las especies de flora y fauna en peligro de extinción, así como la flora y fauna endémicas del parque. Mi lista contemplaba la lapa o guacamaya escarlata, perezosos, pecaríes, mapaches, armadillos, ranas venenosas, monos carablanca, monos aulladores, tucanes, pero así se quedó, en una lista de nombres.

Seguimos las recomendaciones y anduvimos por varios de los senderos naturales que dispone el parque pero la única guacamaya escarlata que vi es la de la portada del mapa que nos dieron en el centro de visitantes. :(


Más información: Dirección: 61102 Tárcoles, Costa Rica. Teléfono: (+ 506) 2416 7878. Horario: de 8 a 16 h. Entrada: 8 dólares. 

El planeta de Planeta Dunia está lleno de viajes



Aunque llevo años escribiendo y publicando mis vivencias viajeras, se me sigue erizando el vello cuando leo lo de “grandes viajeros”. En el fondo, los que viajamos no hacemos otra cosa que seguir caminos trazados y andar sobre huellas ya pisadas por muchos otros antes que nosotros. A veces viajamos desde la comodidad de un viaje organizado, otras con la certeza o incerteza que proporciona un billete de avión de "ida y vuelta". Seguramente para los que temen salir de su ciudad, yo sería una gran viajera, pero para aquellos que se adentraron en Petra disfrazándose de árabe, se adentraron en la selva hasta encontrar Machu Picchu, o aquellos que se empecinaron en excavar las arenas del desierto en busca de tumbas egipcias, yo sería más bien una turista.
pirámides
Saqqara, agosto 2000
Sea como sea, en mi memoria resta la contemplación de la Gran Pirámide de Egipto mientras un vendedor egipcio me regalaba una pirámide en miniatura y yo le regalaba una pulsera con chinitos de madera. En los recovecos de mi "a veces traidora retentiva" quedará la noche pasada en las cuevas de Capadocia, con la sonoridad repetida dulcemente de la palabra “un copo” de aquél vendedor de alfombras turco que insistía en que bebiéramos cerveza en una discoteca excavada en la roca. La más de una vez reinterpretada, voz del revisor de los autobuses de Creta, avisando de la parada de Hersonissos, mientras nos tocaba el culo a mi hermana y a mí, con mucho disimulo dada la estrechez del transporte.
Alepo
Ciudadela de Aleppo, agosto 2003
Hay en mi memoria un lugar especial para las sensuales danzas de las mujeres tailandesas ataviadas con ropa de mil destellos multicolores. La contemplación de las vidrieras de la Sainte Chapelle de París, mientras atardecía en el río Sena. El sabor dulce de los zumos de la caña de azúcar en Brasil contemplando las estrellas de otros cielos diferentes al mío y bañándome en las aguas de otros mares. La visión de la Fortaleza de Aleppo, mientras fumaba mi primera narguile frente a ella y la ciudad se iluminaba poco a poco, al caer la noche. Las calles de sabor añejo y años de historia de Venecia sumidas en un mágico silencio. La pérdida de visión ante los techos pintados por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, cuando mis labios asombrados no podían articular palabra y mis ojos no alcanzaban ver cada extraordinario detalle allí pintado.
Patio de los Leones
La Alhambra de Granada, junio 2011
La hermosura trabajada en piedra de la Alhambra de Granada, que parecía que podía contar, si te acercabas lo suficiente a sus paredes, todas las historias ocurridas en el gran palacio andalusí. Recuerdo la pobreza de espíritu de la India, tanto la mía, como la de aquellos que se abandonaban a la miseria y a la suciedad porque era una forma de vida y era pobreza, sí, pero de espíritu. Por el contrario, la escasez que vi en una casa de Perú, donde me abrieron las puertas y me sentaron a su mesa para beber una chicha casera, prevalecerá sobre la miseria de aliento de algunos que lo tienen todo, pero que sienten, que no tienen nada. En Perú aprendí que era la humildad y la dignidad. Mi amor por los museos me llevó a recorrer Italia donde parece que desconocen el significado de minimalismo todo en ese país es exuberante. Imposible olvidar Florencia y sus edificios decorados con mármol de colores, Roma o Venecia.
Saná
Sana'a, agosto 2006
Imposible de olvidar son las selvas sudamericanas plagadas de mosquitos, pero acompañadas por los sonidos de centenares de animales invisibles, mientras la vegetación lo invadía todo con hermosa frondosidad. La inspección militar del autobús en la frontera hondureña donde nos hicieron bajar del autobús y formar como si fueran a dispararnos con sus armas, la oposición de dirigirme la palabra por ser mujer en la frontera nicaragüense, la amabilidad de la gente en Guatemala, son recuerdos que me traje de mis viajes a Sudamérica. Mi corta estancia con la tribu de los iban mientras una niña me enseñaba el nombre de todas las plantas que rodeaban su longhouse. Sana’a la más bella capital del planeta, el olor de pan recién hecho embriagando las calles, el sonido de las llamadas a la oración de las mezquitas yemenitas. Una vez más, las puertas de una casa privada se abrieron al extranjero, un té improvisado en el mefren de una casa en Yemen, invitadas por las mujeres de una población rural, mientras se quitaban el velo y descubrían una amplia sonrisa en su rostro, nunca antes vista.
Gaudía
Casa Batlló, Barcelona
Viajar me ha permitido contemplar el brillo solar en las aguas de distintos océanos, en Finisterre no se acaba el mundo, como tampoco lo hace en Cabo da Roca donde soplan vientos feroces, húmedos y fríos. Algo más de temperatura tenían las cervezas emblemáticas de Múnich de la Hofbräuhaus y las Guiness de Dublín, aunque en el Pub sonara en vivo música irlandesa. Contemplar la aurora boreal en Laponia, escuchar el sonido de las pisadas de los renos cruzando un lago congelado por el frío invierno, notar el calor de la sauna y ver la nieve cayendo sobre nuestro iglú de cristal. Las noches durmiendo sobre los tejados de las casas en Burkina Faso, el sonido del balafón al anochecer y la mágica atmósfera del País Dogón. Las Geishas de Kioto, caminando cabizbajas con pequeños pasos por las estrechas calles adoquinadas. La simbiosis entre piedra y musgo de Sintra, entre humedad y arte. La fascinación por la naturaleza y el ecologismo, mucho antes de que se hablara, de Antoni Gaudí, llenando Barcelona de maravillosos edificios multicolores y de formas sinuosas.


Túnez
Tozeur, agosto 2010
Después de ver los más de setecientos setenta y siete gabletes de Ámsterdam, quién les iba a decir a los holandeses que inventarían el turismo industrial hace más de cuatro siglos. Los balcones de las calles de La Valeta, el atardecer en su puerto, superviviente de antiguos ataques piratas. La medina de Túnez, los zapateros de Tozeur y las puertas azules de Sidi Bou Said. La ruta románica de la Vall de Boí con sus tejados de pizarra y su paisaje de montaña. Las imágenes de santos, santas, vírgenes y cristos de Sevilla, su dolor y sus martirios llevados al extremo, el cristianismo sentido y venerado entrelazando vida y religión. La Córdoba musulmana, El Cairo copto, la Toledo judía. Y todo ello sin darme cuenta, han pasado dieciséis años (24 años en el año 2018) desde mi primer vuelo intercontinental y tengo la sensación de que hoy por hoy, yo no sería la mujer que soy, si no fuera por ese peregrinaje por el planeta.


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