Los colores de un jardín japonés

Imaginaros mirar vuestro jardín y verlo distinto en cada estación del año.
El jardín japonés es de una belleza cambiante y colorida que no permanece igual por mucho tiempo.
Creados para ser contemplados desde todos los ángulos posibles, para que cada día se encuentre una perspectiva diferente.



Caminos de piedra, puentes de madera, riachuelos serpenteantes, estanques donde se reflejan flores y árboles; recortados en el aire que cambian de tonalidad con el paso de los meses. Nada que ver con el jardín zen, donde se sustituye el agua por arena y rocas. 
 

No importa las dimensiones de jardín que uno posea, los japoneses tienen la habilidad de crear un pequeño oasis de verdor en patios, balcones o entradas, para ello utilizan pequeñas fuentes, bonsáis o plantas en miniatura que transforman las calles en un bonito paseo. Lámparas de papel, cañas de bambú, linternas de piedra, se vuelven así objetos de belleza paisajística.


La variedad de árboles, arbustos, bambúes, flores, helechos y musgos son infinitas e invitan a la contemplación, al recogimiento. Pueden encontrarse en casas privadas, palacios, templos o lugares de interés cultural, el motivo; encontrar el equilibrio entre el Hombre, el Cielo y la Tierra.

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